sábado, octubre 31, 2009

Realidades y exageraciones

LA EXTENSIÓN DE LA CORRUPCIÓN

Las estadísticas sitúan al Perú entre los países más corruptos de Latinoamérica. La televisión y los periódicos peruanos presentan todos los días distintos casos de corrupción (autoridades, empresarios, políticos, futbolistas, farándula, etc). Parece que en nuestro país todos son corruptos a no ser que se demuestre lo contrario. Esta última afirmación ¿es un cuento o una realidad?

Hay gente que ¡vale un Perú!

Para empezar nuestro análisis tendríamos que partir de la realidad de la existencia de muchos peruanos buenos y valiosos que están esforzándose y dando lo mejor de sí por el Perú. Nuestro país ha sido tierra de héroes, de santos y de extraordinarios profesionales que han destacado con fama nacional e internacional.

La inmensa mayoría de peruanos son personas honradas que procuran salir adelante con el esfuerzo de su trabajo y el cariño de su familia. La admiración y valoración del buen trabajador junto al calor del hogar sigue siendo la estampa tradicional de la familia peruana a la que se agrega un toque de religiosidad y devoción por los santos. No hay más que ver en Lima el ambiente en Octubre en torno al Señor de los milagros.

La otra cara de la moneda

Si le preguntamos a los peruanos ¿cuál es el problema principal del Perú? Seguramente la mayoría nos diría: la corrupción. Y si preguntamos ¿dónde se encuentra? Nos dirían sin duda: en el Estado y en los políticos. Sería muy vergonzoso para nuestro país si esta afirmación fuera cierta en toda su extensión y proporción.

Sin embargo no podemos negar que en los sistemas estatales hay mucha corrupción porque hay corruptos introducidos en algunos puestos claves y otros corruptos que vienen de fuera, (y son la mayoría), que tienen poder para obtener sus prebendas y junto al poder mediático, que quiere fiscalizarlo todo sin ningún tipo de limitación y en nombre de la libertad de expresión, terminan desprestigiando a todo el sistema estatal. Con este modo de proceder la mayoría parecen corruptos o al menos corruptibles.

La persecución de los corruptos

Las entidades estatales para defender su prestigio nombran comisiones investigadoras para coger a los corruptos y expulsarlos del sistema con el debido castigo y sanción correspondiente. Estos organismos se reúnen para estudiar los procedimientos más rápidos con una investigación que pueda ser exhaustiva, eficaz y veraz. Muchas veces se encuentran con un mar de información y elaboran expedientes minuciosos y extensos, que exigen un trabajo burocrático de polentas. Así intentan descubrir y perseguir a los corruptos hasta hacerlos caer.

La corrupción de todos los días

Una sociedad informal y desordenada se presta fácilmente a que la gente, la gran mayoría, caiga en la corrupción, sin tener demasiada conciencia de estar implicados en esa situación. Un mendigo que se agarra para sí el doble de lo que se le está donando, haciendo trampa al donador, ha hecho un acto de corrupción. Esa viveza en beneficio propio, usando la mentira, es una corrupción. El trabajador que hace trampa al marcar la tarjeta de ingreso y le roba sistemáticamente horas al trabajo, también es un corrupto.

Si la sociedad y las autoridades hacen la vista gorda y dejan que la gente haga sus “negocios” fuera de lo que debe ser correcto, se está fomentando la corrupción. Si se permiten negocios sin licencias, piraterías, locales que venden cosas robadas, las coimas de los policías de tránsito, cobros indebidos, etc., nos encontramos con una sociedad enferma de corrupción.

Las batallas contra la corrupción

Todos los gobiernos e instituciones públicas y privadas han batallado contra la corrupción sin tener mucho éxito y ésta, en vez de disminuir está aumentando con cifras alarmantes.

La corrupción se da en todos los niveles, también en la sociedad civil. Muchas empresas privadas son proclives a ella. Con dinero de por medio se compran licitaciones, se dan preferencias a las amistades, (aunque se haga un concurso de rigor), consiguen dinero para proyectos con beneficios sustanciosos para el gestor, utilizan la usura jugando con las necesidades de la gente, hasta las donaciones se hacen haciendo firmar el doble de lo que se da y así se evaden los impuestos.

Muchas personas, si no pueden engañar, buscan privilegios o exoneraciones a través de amistades, hasta por cosas nimias e intrascendentes (no pagar una entrada, comer gratis…etc).

El ciudadano de a pie suele pedirle a las autoridades que resuelvan el problema de la corrupción del país, le molesta mucho que existan corruptos y no se da cuenta que él, que vive en desorden utilizando astucias para evadir reglamentos y aprovecharse al máximo de las “oportunidades” en beneficio propio y de su familia, es también un corrupto. El criollo astuto fomenta con su mentalidad situaciones constantes de corrupción.

Educación para la honradez y el orden

Cada día es más urgente ir hacia un cambio de mentalidad a través de la educación que se de en los colegios. Todas las personas deberíamos tener voluntad de luchar contra todo tipo de corrupción.

Eso solo se logra educando las virtudes en cada uno, de tal modo que las personas amen la verdad y detesten la mentira, sean honradas y trasparentes. Sepan servir a los demás y no busque servirse de los demás.

El caos, el desorden y la suciedad que vemos en las calles, por los descuidos o desgana de la gente, es una foto clara de la mentalidad de informalidad que reina en casi todos los ambientes. Los bajos sueldos, la miseria y el afán codicioso se juntan para seguir creando corruptos o corruptibles en potencia.

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viernes, octubre 23, 2009

La plaga de la violación

Las “razones” de las medidas contra la vida

LOS VIOLADORES “SIMPÁTICOS”

En las polémicas sobre el aborto sale a relucir el tema del violador. A este se le suele presentar como una especie de monstruo o ser desadaptado que consigue con el atropello y la violencia tener una relación sexual sin el consentimiento de la mujer. Es la imagen del raptor que es además pervertido sexual y que todo el mundo rechaza.

Esta imagen dantesca del violador, que es propia de una película de Hollywood, aparece poco en la realidad, en cambio nos encontramos con una legión de violadores “simpáticos” que saben conseguir su objetivo con una serie de mañas y engaños presentándose como caballeros honorables y respetables.

¿Qué se entiende por violación?

En el diccionario se entiende por violación: el acto de violencia por el cual una persona es forzada a una relación sexual y se entiende por seducción: Engañar con astucia para poseer una mujer.

Cuando en la mente de un hombre está el deseo compulsivo de placer sexual y hay una disposición de conseguir ese objetivo a costa de lo que sea, nos podemos encontrar:

1. con el “perverso” violador que es un enfermo que raptará a su víctima violentándola contra su voluntad, para obtener su placer, o

2. al hombre “simpático” que buscará con toda su astucia persuadir a la mujer con engaños o extorsiones para conseguir el mismo objetivo.

Si estas mujeres quedan en cinta, (nadie pensó en el hijo que vendría) y luego deciden abortar, el niño sería la víctima inocente de estas relaciones impropias, tanto si se trata del “perverso” violador como del hombre “simpático”

¿La perversión del simpático seductor?

Los partidarios del aborto inflan la imagen del perverso y monstruoso violador y de la pobre madre violada que sería la víctima. En cambio se oculta la realidad de los hombres “simpáticos”, que son también violadores porque usan la violencia (presión, extorsión, persuasión engañosa, o también amenaza) para realizar el acto sexual por puro placer.

Es más. El desadaptado violador podría ser un enfermo que necesite de atención psiquiátrica, en cambio el “simpático” violador es el vivarracho irresponsable que corrompe sexualmente a las mujeres para dar rienda suelta a sus instintos usando artimañas engañosas para tentar a sus víctimas. Peor si hay dinero de por medio. Estos “simpáticos” caballeros, que invierten en sus placeres libidinosos, son los que impiden la lucha contra la corrupción de la carne, que es tan nefasta, y aún peor, que la corrupción por el dinero.


No hay peor ciego que el que no quiere ver

Los responsables de las leyes deben conocer bien estas irresponsabilidades y no cerrar los ojos a este problema social que debe ser corregido con la ética y la moral. Por un lado la autoridad es responsable en señalar claramente cuales son las conductas que se oponen a la ley moral y por otro lado deben poner también las sanciones correspondientes.

Un mal servicio a la sociedad es no querer ver el mal de ciertas conductas o costumbres distorsionadas y dejarlas pasar como si fueran asuntos de la “vida privada” que cada uno puede manejar a su antojo, siempre y cuando “respete” la decisión de la otra persona y considerar estas actividades como normales en la vida de una sociedad.

Es precisamente de estas malas costumbres de donde provienen los millones de asesinatos que se producen por los abortos. Se suele engañar a la población con una terminología que suene a “científica” y partidaria del amor a la vida y del respeto por las personas, para tapar estos crímenes que se cometen a diario.

La responsabilidad de cada uno

Cada ser humano es responsable de su vida moral y no debe dejarse llevar por corrientes, modas o costumbres que van en contra de la moralidad. Gracias a Dios hay mucha gente hastiada de tanta indecencia. En ocasiones se ha llegado a extremos de violencia brutal y criminal por conflictos amorosos cargados de acciones eróticas. No dejemos que la sociedad se convierta en un burdel y las mujeres en prostitutas manoseadas por “honorables” y simpáticos caballeros que dejan junto a la impronta de la lascivia el veneno de la corrupción y la destrucción de la familia y la sociedad.

Esta actividad desordenada debe ser corregida para defender a la familia y a la sociedad. La calle más sucia se está metiendo en los hogares para corromper a sus habitantes. Es necesario defender la vida contra los asesinos que matan niños, y defender la moral, que es el sustrato necesario de las relaciones humanas, que da consistencia y fortaleza a cada persona.

Hoy más que nunca es necesario decir la verdad y quitar todos los disfraces, cortinas de humo y tapaderas de los organizadores de la mentira y la corrupción.

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viernes, octubre 16, 2009

¡No al Aborto!

¿POR QUÉ EL ABORTO ES UN ASESINATO?

Manuel Tamayo Pinto-Bazurco

Nuevamente se ha puesto sobre el tapete la discusión en torno a la despenalización del aborto con los mismos argumentos de siempre que vuelven a repetirse después de veinte o treinta años como si fueran una novedad, o como si se tratara de los avances de la ciencia.

Ya no se sabe si los partidarios de la despenalización del aborto actúan con ignorancia en temas de bioética, o porque hay algún “negocio” de por medio, o por la vanidad del protagonismo. Alguna vez se ha utilizado esta polémica como cortina de humo para tapar otros temas.

La Iglesia ha defendido, defiende y defenderá siempre la vida porque es un mandato de Dios el cuidarla y el hombre no tiene derecho a intervenir para eliminarla.


Intenciones ocultas (libertinaje, placer, negocios)

Los partidarios del aborto han fabricado un lenguaje para ocultar la verdad, al niño no nacido le llaman pre-embrión y al niño asesinado le llaman feto. En la discusión del tema suelen agrandar el argumento de la defensa de la vida de la madre, como si éste caso se diera habitualmente y no se mencionan los millones de abortos que hay en el mundo sin que se ponga en peligro la vida de ninguna madre.

Los argumentos que suelen utilizar son sentimentales en “defensa” de las pobres mujeres violadas, como si el aborto (la muerte de un niño indefenso) fuera el consuelo para ellas y no un trauma mucho mayor como está demostrado. La intención de los que defienden esta postura es poder tener relaciones sexuales (placer) sin la responsabilidad de tener hijos (control de la natalidad) y si falla, tener la posibilidad de eliminarlo en los primeros días (píldora del día siguiente: aborto).


El eugenismo hitleriano

Hoy que se habla tanto de la inclusión se teme tremendamente que un niño nazca con alguna deformación o limitación y se le quiere eliminar. Es un pensamiento parecido al del racismo hitleriano.

Por en contrario es una bendición de Dios ver el papel que cumplen en la sociedad las personas discapacitadas, en beneficio de los demás. Una persona con limitaciones llama a una atención especial y a una dedicación de esmero y de buena conducta. El discapacitado nos hace buenos y nos une más. El ver los felices que son por el solo hecho de existir y tener personas cercanas es un ejemplo para muchos que no saben valorar las cosas sencillas. Muchas veces dan más alegrías que los sanos que tienen bien todas sus facultades.

No es que haya que desear la existencia de discapacitados. Ojala todos los seres humanos pudieran tener las mejores facultades, pero no es así. Tenemos que respetar y querer a las personas con limitaciones.


El comienzo de la vida humana

El Biólogo Jaime Millás Mur en su libro: “Tus hijos adolescentes y la bioética” explica claramente cuándo se inicia la vida humana:

“Es importante destacar que el principio del nuevo ser humano comienza con la fertilización del óvulo por el espermatozoide. Concretamente, se funden los pronúcleos y se produce una polarización que dará lugar a los ejes, que a su vez establecen la orientación de los planos cabeza-cola, dorso-vientre, derecha-izquierda. A partir de ese momento “mágico”, el nuevo ADN (ácido desoxirribonucleico), mezcla de los ADN del padre y de la madre, hace que se produzcan proteínas propias del nuevo individuo”.

Importa señalar que ese nuevo ser es persona desde el mismo instante y lo es porque tiene todas las características genéticas de un humano (23 pares de cromosomas) y porque no hay ningún salto en el crecimiento y desarrollo desde ese momento hasta su nacimiento”.

“Todo es un continuo sucederse de crecimiento ordenado que comienza a partir de una célula” …

“Algunos hablan de que el embrión aún no es persona pero sin embargo es un ser humano. En realidad podemos decir que el embrión humano es una persona en la que no se han actualizado sus potencialidades”

“por lo tanto, podemos concluir que eliminar un ser humano desde el momento de su concepción hasta su nacimiento (aborto) es siempre un asesinato”


No hay derecho a matar a un inocente

La mujer no es dueña del niño que ha concebido y éste no es parte de su cuerpo. Es una persona distinta con todas sus potencialidades. No hay derecho a matarlo por razones eugenésicas. Las consecuencias del aborto son mucho peores para todos. Permitir abortos clandestinos o legales es permitir asesinatos. Las despenalización de esta ley es la puerta al libertinaje más penoso. Los países que han optado por la despenalización del aborto están sufriendo las consecuencias. Cada día se valora menos la vida y va creciendo la cultura de la muerte.

Es la hora de poner freno ha este desenfreno, que en algunos casos es falta de cultura ética y en otros la malicia del libertino que no quiere problemas para seguir viviendo disolutamente. Y para los que están metidos en los negocios del aborto que piensen que están ganando dinero con la muerte de muchos inocentes, ¿dónde está la conciencia? y qué futuro les espera.

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jueves, octubre 15, 2009

Sobre el aborto

Argumentos sobre la confrontación
OPINIÓN SOBRE EL DELITO DE ABORTO

Dr. Eduardo Oré Sosa

A veces las formas en que aparecen algunas cosas dicen mucho de ellas. La propuesta para despenalizar el autoaborto y el aborto con consentimiento de la gestante ―así, de manera libre, sin indicación o plazo de ningún tipo― fue presentada por la Dra. Rosa Mavila a la Comisión Especial Revisora del Código Penal del Congreso de la República. Semanas más tarde la misma comisionada modificó su propuesta inicial con relación al delito de autoaborto previsto en el artículo 114 del Código Penal vigente, proponiendo esta vez despenalizar este ilícito cuando se produzca antes de las doce semanas de gestación, siempre que se produzca en circunstancias derivadas de precariedad económica, de las condiciones en que ha sobrevenido la concepción, o factores de edad, sociales o familiares. Ahí no queda todo. A la semana siguiente, para más señas, el mismo día en que se iba a debatir y votar las propuestas sobre uno de los delitos que genera más polémica en nuestro texto punitivo, nuevamente se nos alcanza la propuesta de la Dra. Rosa Mavila con ciertas modificaciones a los artículos 119 y 120, donde se regula el aborto terapéutico, el eugenésico, el aborto por violación y otros.

Pero si ya esto puede dar alguna idea del rigor con que la referida comisionada trabajó este tema, faltaba mencionar que en la misma sesión donde se debatió y votó este importante asunto, la Dra. Rosa Mavila renunció a gran parte de sus propuestas, “allanándose” a las presentadas por el Profesor Dr. Víctor Prado Saldarriaga. Propuesta de este último que, seguro por sus labores como Magistrado Supremo y docente, no pudo hacérnosla llegar antes. Todo esto, desde luego, quedará en el terreno de lo anecdótico. Fuera de ello, hay puntos importantes que consideramos deben ser abordados.

Una cosa es despenalizar el aborto (señalar que no es punible en determinados casos), y otra muy distinta considerar que se trata de un comportamiento valorado positivamente por el ordenamiento jurídico. Por más que algún día se llegara a despenalizar el aborto por violación y el aborto eugenésico (cosa que no creemos, ni deseamos), acabar con la vida del concebido jamás podrá ser considerado un derecho de la madre gestante. No hay, pues, tal derecho a abortar, como se han apresurado a sostener algunos grupos feministas.

Esto es fácil de apreciar con un ejemplo. ¿Podría válidamente sostenerse que los hijos tienen el derecho de birlar la billetera de sus padres, sólo porque no son reprimibles los hurtos entre ascendientes y descendientes (art. 208 del Código Penal)? ¿De pronto los ciudadanos tienen derecho a robar pan y fruta de los supermercados porque el sistema penal considere inconveniente perseguir los delitos de bagatela?

El aborto por violación y el aborto eugenésico, en este sentido, siempre constituirán comportamientos valorados negativamente por el ordenamiento jurídico, pues atentan contra un bien jurídico de máxima importancia en cualquier sociedad regida bajo los cánones de un Estado democrático de Derecho: el derecho a la vida. Sin el respeto del derecho a la vida ―que según la Convención Americana de Derechos Humanos, la Constitución, el Código Civil y el Código de los Niños y Adolescentes se protege desde el momento de la concepción―, los demás derechos pierden sentido.

Se dice que la vida no es un derecho absoluto. Desde el punto de vista del Derecho penal eso no se discute, está sumamente claro: basta citar la legítima defensa y el estado de necesidad exculpante (este último con el clásico ejemplo de la Tabla de Carneades, donde un náufrago mata a otro con el fin de hacerse de la tabla que sólo puede soportar el peso de uno, para así salvarse) como supuestos donde ese acto de matar no genera responsabilidad penal. Y entendemos que cuando el Dr. Víctor Prado propone despenalizar el aborto eugenésico y el aborto por violación no niega el desvalor de la conducta (hay merecimiento de pena), pero seguro considera que desde el punto de vista político criminal no hay necesidad de pena. Como los casos arriba señalados de los hurtos entre padres e hijos, o los delitos de bagatela, donde se estima innecesaria la intervención del Derecho Penal. ¿Pero vale aplicar ello cuando ya no hablamos del bien jurídico patrimonio, sino de la eliminación dolosa de una vida humana?

Lo peor de todo esto es que se han juntado supuestos totalmente diferentes, a saber, el aborto terapéutico ―en el que corre peligro la vida de la madre― con el aborto eugenésico y el aborto por violación. Uno podría entender que los hospitales del Estado se ocupen del primer caso, evidentemente tratando de salvar la vida de ambos (madre gestante y concebido), ¿pero cómo pedir que dinero del Estado se invierta en prácticas que suponen acabar con vidas humanas?

Peor aún si se abre la puerta para la eliminación impune de seres humanos cuando sea “probable” que nazcan con determinadas enfermedades o malformaciones. Desde luego todos deseamos tener hijos sanos y fuertes, pero lo que no se puede permitir en un Estado de Derecho es la eliminación de una vida humana porque exista la posibilidad de que el niño nazca enfermo o discapacitado, o porque le aguarde una situación de pobreza. No podría haber mayor discriminación, pues a ellos les depararía una menor protección.

Por otro lado, la violación sexual es un hecho sumamente traumático para la víctima. Eso es indudable. Pero un enfoque victimológico, reiteradamente invocado por la Dra. Rosa Mavila, también debe tener en cuenta a esa otra víctima inocente que es el concebido. A esa vida en gestación no se le puede despojar de su condición humana para, a continuación, tratarlo como un objeto desechable. Más aún si el aborto en sí no sólo no ayuda a la recuperación de la víctima de violación, sino que le añade el trauma de la práctica abortiva. Es decir, al trauma de la violación se le añaden dos males: la muerte de una vida inocente y el trauma del aborto.

Aquí no se trata de un cuestionamiento moral (que también lo tenemos, desde luego), sino de un cuestionamiento esencialmente jurídico. No estamos ante la consideración de un método anticonceptivo, sino ante la intención de despenalizar prácticas abortivas, es decir, la muerte de seres humanos. Asimismo, la Dra. Rosa Mavila sostiene que las altas cifras de mortalidad materna por prácticas abortivas clandestinas constituyen un argumento en favor de la despenalización. Con esto se olvida a la víctima principal del delito de aborto: el concebido. No existe norma internacional alguna que obligue al Estado peruano a despenalizar el aborto (lo que se viene presentando son algunos documentos que tienen el valor de recomendaciones generales), pues el justo reconocimiento de los derechos de la mujer jamás podrá ser interpretado en el sentido de concederle un señorío sobre la vida de otro ser humano. Tampoco nos parece un buen argumento que algunos países del entorno (no casi todos, como sostuvo el Dr. Víctor Prado) hayan despenalizado estos supuestos. Que en otros países se acabe impunemente con la vida de seres humanos inocentes no tiene porqué obligarnos a hacer lo mismo.

¿Qué decir, finalmente, de aquella madre que mata a su hijo menor de un año sólo porque éste tiene alguna discapacidad, fue producto de una violación o porque vive en una situación de miseria? Cierto, matarlo constituiría un grave delito… pero no tiene por qué dejar de serlo, cuando se le mata antes de que nazca.




DIEZ TÓPICOS ABORTISTAS

¿Por qué son injustos los tres supuestos de despenalización?
Despreciar la vida con el criterio de un mero plazo de tiempo es inhumano. Pero no es más humano suponer que otras circunstancias hacen indigna la vida.

Juan Cruz Cruz / Santiago Mata

TÓPICO I
La mujer es dueña de su cuerpo

El feto se considera asimilable al organismo materno y eliminable como un trozo sobrante. Parece que tener un hijo concerniese exclusivamente a la mujer.

La realidad es que el óvulo fecundado o cigoto posee, reunidos en parejas, 23 cromosomas de la madre y 23 del padre. El ser fecundado es un individuo irrepetible, dotado de una estructura genética única, programada por el ADN, distinta a la de la madre.

Nadie se ha dado a sí mismo ni el cuerpo ni ningún componente de su ser. El padre y la madre son dueños del acto sexual, pero no del fruto de ese acto. Aunque jurídicamente la mujer sea dueña de su cuerpo, éste también es un núcleo de responsabilidades sociales, por ser el lugar en el que ha comenzado una nueva vida. Y esta vida nueva plantea derechos y responsabilidades. La responsabilidad que contraen la mujer y el hombre al engendrar no conlleva un derecho de condenar a muerte al hijo.

El nuevo ser depende de condiciones externas, ambientales y maternales; pero eso no añade nada a su ser sustancial, ni lo define como parte del organismo materno. Tampoco después de nacer puede un niño vivir independientemente de la madre o de los cuidados apropiados. No es independiente hasta la madurez. A este niño, ¿cabría negarle el derecho a seguir viviendo?

TÓPICO 2
El embrión es una masa sin actividad ni personalidad

Lo que crece en el vientre de la mujer no es un ser humano. A lo sumo el embrión es un proyecto, una posibilidad, un dibujo remoto de una persona. Carece de identidad orgánica y genética. No es viable.

a) Identidad genética. Los conocimientos biológicos confirman que en los 46 cromosomas del óvulo fecundado están ya inscritas todas las características del individuo: sexo, talla, color de los ojos y de los cabellos, forma del rostro y hasta temperamento.

El embrión muestra una enérgica individualidad en su funcionamiento. Al sexto día, con sólo milímetro y medio de longitud, comienza a estimular, con un mensaje químico, el cuerpo amarillo del ovario materno para suspender el ciclo menstrual y no ser expulsado. Es una primera afirmación de autonomía. Al decimoctavo día de vida (cuatro después de la falta de la regla) empieza a formarse el cerebro. Su minúsculo corazón late desde el día 21. A los 45 días después de la falta de la regla, el embrión mide 17 milímetros de largo. Tiene manos, pies, cabeza, órganos y cerebro, pudiéndose registrar ondulaciones en el electroencefalograma. A los 60 días de la falta, funciona ya su sistema nervioso. Después de la concepción, no hay un paso del no ser al ser humano. La vida humana está siempre en despliegue, y sólo relativamente pueden distinguirse fases en ella.

b) La viabilidad es también relativa: hace cuarenta años un niño era viable a las 30 semanas. Hoy puede serlo a las 20 semanas; y sobran indicios para pensar que en breve lo pueda ser a las 12 o 15 semanas.

¿El embrión es sólo humano si tiene actividad eléctrica cerebral?

Es cierto que el cerebro es el sustrato biológico necesario de toda actividad intelectual humana. Cuando la actividad cerebral falta, se obtiene un electroencefalograma plano. Puesto que el electroencefalograma de un embrión es plano hasta la octava semana del embarazo, ¿significa eso que no es vida humana?

Aparecen aquí dos nuevas cuestiones: en primer lugar, el problema decisivo de saber si lo que otorga carácter humano al embrión es primariamente el funcionamiento del cerebro. En segundo lugar, si pueden equipararse las dos situaciones aludidas de no funcionamiento del cerebro: la actividad que no ha aparecido todavía y la que ya ha desaparecido.

a) El embrión tiene carácter humano desde el momento de la fecundación. El dato básico de toda la Biología moderna es la célula, o sea, la más pequeña cantidad de materia que reúne todos los requisitos de un sistema viviente. El hombre es un ser pluricelular, cuya individualidad biológica se constituye en la célula originaria, que surge al fusionarse la célula reproductora masculina con la femenina.

A los 43 días de la fecundación se detecta ya una actividad eléctrica cerebral subcortical; a los 90 días aparece la actividad eléctrica cortical. Este desarrollo cortical del cerebro es a su vez muy lento. Ni siquiera el niño recién nacido posee la plenitud del despliegue cortical; es más, puede decirse que el recién nacido se comporta como un ser falto de corteza cerebral, ya que no ha culminado en su sistema nervioso ni la mielinización ni la formación neuronal. Sólo hacia los seis años queda acabado anatómicamente el cerebro.

Si el criterio diferenciador de la vida humana fuese la existencia y funcionamiento, más o menos perfectos, del cerebro, entonces ni el recién nacido estaría en situación de ser considerado como pleno ser humano. Negar al embrión sin actividad cerebral la condición de hombre es tan falaz como negar la condición humana al adolescente porque todavía no es adulto.

b) Por lo dicho se comprende que no pueden equipararse las dos situaciones de no funcionamiento del cerebro: la del que no funciona todavía y la del que no funciona ya. En el caso de la muerte de un individuo es síntoma de un proceso irreversible. En cambio, en el comienzo de la vida embrionaria, es síntoma de una plenitud de potencialidades, rebosantes de vida.

¿Puede decirse que el feto no tiene ni alma ni personalidad?

No puede decirse que la inteligencia racional aparezca en el niño una vez acaecido el nacimiento. Los psicólogos explican que las funciones específicas de la inteligencia, como intuir, razonar y abstraer, llegan a su plenitud en la adolescencia: ni siquiera están acabadas en la infancia.

El tópico confunde la posesión de inteligencia con su ejercicio actual. La inteligencia racional, como facultad espiritual cognoscitiva del hombre, se despliega en la medida en que el sustrato orgánico o cerebro lo permite. Pero puede permitirlo sólo porque está ya animado. El alma es el principio espiritual por el que el embrión humano desarrolla una corporalidad precisa y un cerebro complicadísimo que permite que se ejercite una de las funciones anímicas: el entender racional.

Incluso los autores que estuvieron a favor de que el alma racional no aparecía en el feto desde el principio, no por ello dejaban de considerar el aborto como un delito contra la vida humana que, según su opinión, era persona en potencia.

Porque aunque no tuviésemos certeza del momento exacto en que el alma humana entra en el cuerpo, no podemos matar un feto si solo es probablemente no humano, de la misma manera que no enterramos a un adulto que sólo está probablemente muerto.

TÓPICO 3
Una cosa es el 'aborto' y otra la 'interrupción voluntaria del embarazo'

Con la llamada ley del aborto sólo se presupone la interrupcion del embarazo; muchas personas que serían contrarias a un aborto avanzado, sin embargo son partidarias de la interrupción voluntaria del embarazo en sus comienzos.

El tópico supone que la falta de regla en la mujer por causa de embarazo puede considerarse como algo anormal que ha de atajarse en cualquier momento; por ejemplo, impidiendo enseguida la anidación del óvulo fecundado, mediante los llamados anticonceptivos orales, muchos de los cuales tienen efectos abortivos sobre el óvulo fecundado, efectos que son suavizados con expresiones como “control de la ovulación, reposo ovárico, regulador del ciclo”, etc.

De hecho estos anticonceptivos orales actúan primero sobre el hipotálamo, por cuyo mecanismo bloquean la ovulación; después sobre las trompas: bien con estrógenos que, al aumentar la movilidad, hacen que el óvulo fecundado llegue al útero antes de estar preparado para la anidación; bien con gestágenos que, al disminuir la movilidad, hacen que el óvulo llegue tarde al útero, cuando ya ha muerto por falta de nutrición. Asimismo el anticonceptivo actúa sobre la mucosa del útero, impidiendo que el endometrio quede dispuesto para recibir y anidar el óvulo fecundado.

La interrupción del embarazo, por contraceptivos orales en su primera fase, o por métodos más violentos en fases avanzadas, es siempre un aborto; o sea, un atentado que pone fin a una vida humana inocente. Al contrario de las cosas que se interrumpen, no hay modo de volverla a poner en marcha.

Tópico 4
Legalizar no es aprobar

La ley civil no coincide con la ley moral. Según este tópico, una ley del aborto no intenta promover abortos, sino regular su práctica sanitaria fiable. La ley ha de procurar el remedio para una situación, sin entrar en indicaciones éticas.

Los abortistas confunden realidad con situación de hecho. Esta última es la opresión de un hombre en un campo de concentración, en una explotación minera antihumana, en un aborto provocado. Realidad, en cambio, es el ser del hombre, cuyo desarrollo hay que favorecer. Y la ley no está para mantener situaciones de hecho, sino para lograr que el hombre alcance lo que potencialmente es, protegiéndolo y estimulándolo.

Si la función de la ley fuese consagrar las situaciones de hecho, tendría que ser así en todos los casos, y no sólo en el del aborto. Es cierto que la despenalización (y legalización) no convierte la acción criminal en buena. Pero las estadísticas muestran que, en la práctica, la despenalización del aborto ha implicado su aumento.

Este tópico se mezcla en los siguientes argumentos:

Bien está que la criatura nazca cuando es querida previamente por sus progenitores, pero si no la desean o no la han planificado, es una amenaza al equilibrio amoroso de la pareja. Este argumento responde a un enfoque individualista, propio de capitalistas y liberales. El mayor número de abortos se produce motivado por la afirmación de la libertad sin responsabilidades, o sea, por razones de conveniencia y bienestar.

Hay dos tesis capitales del invidualismo. Primera: que todos los hombres son buenos, libres e iguales por naturaleza, con derecho a esa forma de felicidad que se llama amor, buscado libremente. Segunda: que, por la bondad natural del hombre, las tendencias amorosas están en nosotros para que las sigamos, sin considerar sus consecuencias.

El individualismo ignora que el verdadero ámbito interpersonal es la unión moral de sujetos que realizan un fin conocido y querido por ellos: su bien común. En un ámbito interpersonal con unidad de fin y unidad de voluntades, las relaciones entre personas no están determinadas puramente por los individuos sino por el bien común. Aquí se cumple el adagio: el todo es más que la suma de sus partes. Y es así porque nosotros no nos hemos hecho sexualmente complementarios; ni físicamente aptos para procrear. Asumimos el proyecto de fecundidad en el hijo. Los esposos no son rivales, ni hace cada uno su negocio. Hay un consorcio de vida, una comunidad donde lo primario no es el acuerdo de voluntades, sino el fin por el que se unen libremente.

Una señal de la especificidad racional del hombre es que puede prever las consecuencias de sus actos y responder de ellos. Su conducta sexual no es una excepción. Traer una nueva vida es justamente uno de los fines del amor conyugal.

¿Lo engendrado es humano sólo si los padres lo aceptan?

Este argumento supone que la vida humana carece de valor intrínseco, independiente de lo que hacen los otros para hacerla verdaderamente humana. Responde al enfoque colectivista, propio del socialismo marxista y del fascismo nazi.

El colectivismo subraya algo cierto: que el hombre vive en sociedad. Su inteligencia, su voluntad y sus sentimientos no podrían desplegarse adecuadamente sin la presencia de los demás. La sociedad no es una simple suma de individuos, sino la suma de esos individuos, más unas relaciones originales que tienen leyes propias. Pero esas relaciones no son el hombre, sino que son del hombre, cuyo ser es más original y profundo que las relaciones que lo ligan a los demás.

La persona posee anterioridad natural respecto de la sociedad, de tal manera que sus derechos no le vienen del medio social en que vive, sino de su condición sustantiva de ser persona.

Tópico 5
La ley que penaliza el aborto es represiva, en cambio la que lo liberaliza es democrática

Es de aplaudir la reforma de leyes represivas cuando éstas se dirigen a limitar o impedir la libertad debida del individuo; pero no cuando coartan las acciones de una libertad que atenta contra el derecho de otra persona, en nuestro caso el niño no nacido. La madre sabe que la ley del aborto ha sido represiva sólo para el hijo que ha llevado en sus entrañas.

¿Exigen la democracia y el pluralismo ideológico despenalizar el aborto?

De ningún modo es aceptable que la mayoría pueda decidir acerca de lo que es o no conforme con el bien natural del hombre. En tal caso desembocaríamos una vez más en la tiranía de la mayoría. En el aborto, nadie ha pedido su opinión al que está por nacer a propósito de si quiere o no nacer, ni se le podría pedir. Lo único que aquí cuenta es la naturaleza del embrión, cuya tendencia fundamental es a seguir siendo. No se trata de una materia opinable, sino del hecho cierto, atestiguado por la ciencia, de una vida humana, que no espera para ser real el acuerdo en las opiniones de los mayores.

Quien debe ser respetada es toda persona, no toda opinión, puesto que hay opiniones falsas como la que sostuviera la licitud del aborto. No se puede invocar la libertad de opinión y la democracia para atentar contra los derechos de los demás, especialmente contra el derecho a la vida de un inocente.

El tópico olvida que análogamente a como la libertad cuenta con condicionamientos naturales, también tiene en la conformidad con la ley moral su meta: se trata de un vínculo que no es establecido por la propia libertad. Y el verdadero progreso está en que la actividad del hombre y las leyes sociales se conformen cada vez más a esa meta moral.

Jean Toulat, autor de Le Droit de naitre, afirmaba en Le Monde: “la actitud de progreso consiste en promover una real libertad de no abortar. Hay que tomar medidas de orden familiar y social para favorecer la protección de la vida. Estas medidas ayudarían a que la mujer evitara esta prueba del aborto”.

Tópico 6
Es necesario impedir los abortos clandestinos

Se empieza acudiendo a casos dramáticos, confesiones de mujeres que han sufrido un aborto clandestino en pésimas condiciones sanitarias; a embarazadas que han muerto tras un aborto clandestino, etc.

La verdad es que como, una vez aprobado, no todas las mujeres pueden ampararse en la ley, se siguen produciendo abortos clandestinos. Ello lleva a liberalizar en mayor grado la ley, para que no exista discriminación y así consagrar el aborto a petición.

Christopher Tietze, experto en estadísticas sanitarias, asegura que es dudoso que en los países que aceptan legalmente el aborto haya descendido el número de abortos clandestinos. A la misma conclusión llegan los doctores Hilgers y Shearin.

Y es que muchas personas, para evitar la publicidad y oficialidad, los papeleos, las certificaciones, la inspección pública, con el riesgo de divulgación que acarrean, se inclinan por la clandestinidad del aborto. Sólo cuando a la sociedad se le haya extirpado la conciencia que dicta la inmoralidad de un crimen acabarán las mujeres sometiéndose al aborto en una institución pública, oficial.

Tópico 7
No se debe nacer para el hambre y la miseria. Es injusto que sólo puedan abortar los ricos

Es el argumento más hipócrita que se conoce: Podrías vivir, pero como quizá te falte cariño, medios de vida, etc., te mato.

El aborto permitido no va a nivelar las diferencias económicas, sino que va a extender un mal; y va a gravar las conciencias de las madres con una acción que ellas reconocen como injusta. Lo que se debe buscar no es facilitar tal acción, sino asistir en los momentos difíciles a las madres, evitándoles que sean víctimas de su debilidad.

Los médicos que practican abortos salen siempre favorecidos económicamente. Un médico abortista neoyorkino declaró en la revista Medical Economics: “En lo económico, después de tantos años de lucha, no puedo dejar de sentirme un poco como el tejano que cavó buscando agua y dio con petróleo”.

Con la legalización del aborto, se pretende que esta matanza la pague el contribuyente español, incluido el que rechace el aborto por razones científicas o incluso morales.

Si la sociedad no debe pagar este precio de sangre, ha de proporcionar a las madres que pasan por situaciones difíciles otras soluciones que no sean la del aborto. Y por lo que hace a los pobres, el Estado debe elevar su nivel de vida y hacer que su existencia sea cada vez más digna. No se elimina la pobreza eliminando a los inocentes o matando a los pobres.

Este milagroso remedio, aplicado a cualquier territorio tiene indiscutiblemente un efecto boomerang que acaba por golpear al país que lo aplica. Muchas naciones que practican el aborto (La peste blanca, según el título del conocido libro de Pierre Chaunu y Georges Suffert) están por debajo del crecimiento cero, demográfico y económico. Se encuentran en la vía del autogenocidio.


TÓPICO 8
Exigencias de la salud física y psíquica de la madre

Este tópico pretende justificar el llamado aborto terapéutico, destinado a eliminar al feto por razones médicas o terapéuticas: el peligro para la salud física o psíquica de la mujer.

a) Salud física de la madre. En los rarísimos casos en que se verifican las dos condiciones de peligro de muerte inminente y de seguro agravamiento del estado de la madre en el transcurso del embarazo —cardiopatías graves o formas nefropáticas crónicas—, la medicina está hoy en condiciones de salvar tanto la vida del niño como la de la madre. Hasta el punto de que es fácil hacer una intervención quirúrgica de corazón o recurrir al empleo del riñón artificial durante la gestación, sin perjuicio para nadie.

Cada vez son más imaginarios —o poco reales—, los casos en que hubiera que salvar una de las dos vidas a costa de la otra. Teóricamente sería lícito pretender la curación de la madre, aun cuando de modo indirecto y no pretendido se cause perjuicio al feto.

El aborto es indirecto cuando la muerte del feto se sigue como efecto, quizá necesario pero no principal, de un medicamento o de un acto médico (como la extirpación de un cáncer de útero) para curar una enfermedad de la madre. Aquí resultan dos efectos de una misma acción: uno bueno, directo y principal (salud de la madre), otro malo y secundario (muerte del feto). De estos dos efectos, uno es el buscado y otro el que puede seguirse de un modo incidental.

b) Salud psíquica. La alteración nerviosa puede estar causada o bien por la futura existencia del niño —no deseada o temida desde el comienzo del embarazo—, o bien por la gestación en sí misma, como fenómeno fisiológico.

En el caso del niño no deseado, la pérdida de la serenidad psicológica podría servir como argumento para quitar la existencia a todo hombre adulto que alterase a otro. En el caso de que la gravidez fisiológica provoque alteraciones nerviosas (esquizofrenia y psicosis maníacodepresivas), los neurólogos y psiquiatras más autorizados afirman que “no conocemos, directamente por nuestra experiencia ni a través de escritos, casos de este tipo que exijan como única solución el aborto”. Así se expresa el neurólogo holandés J. J. Patrick.

La dificultad estriba en admitir sencillamente que el feto es una vida humana, por la que de alguna manera merece la pena aceptar algún riesgo medido, algún sacrificio no mortal por parte de la madre. La mujer, después del aborto, lejos de conquistar la serenidad psíquica, se ve sometida normalmente a un sentimiento de culpa y a una desorganización psíquica comprensible. “Las probabilidades de trastornos psiquiátricos serios y permanentes (después de un aborto) son del 9% al 59 %”, dice un estudio recogido en el Congreso de la Real Academia de Obstetricia y Ginecología de Inglaterra en 1966.

TÓPICO 9
Hay que evitar el sufrimiento de los hijos con malformaciones genéticas

En el fondo de este argumento no hay un sentimiento de piedad, sino un concepto equivocado del hombre, cuyo valor existencial es absoluto, intocable.

El hecho de que, como indica Rosalie Craig, nunca una organización de padres de niños retrasados haya favorecido el aborto, indica a las claras que el contacto directo y vivo con estos disminuidos ofrece la experiencia de que se trata de seres humanos, cuyo apego y disfrute de la vida tiene para ellos un valor absoluto.

Incide aquí un tópico ya expuesto: el feto no sería ser humano hasta que los padres lo aceptaran; sólo a través de las relaciones que estableciera con la comunidad podría hacerse hombre. Si una mujer, a través de exámenes médicos, sabe que su concebido tiene síndrome de Down, estaría en su derecho para rechazarlo. Un ser inútil —le dirán— es una carga social y nunca llegará a ser hombre. No se le puede imponer a la sociedad el peso de tal ser.

Ahora bien, ya vimos que la respuesta a dicho tópico es que el hombre no se reduce a la suma de relaciones que puede guardar con los demás; su esencia profunda reside en su índole espiritual, por la cual podrá ejercer, aunque sea tenuemente, la libertad. Nadie ha podido demostrar que un discapacitado carezca de pensamiento y de libertad, por disminuido que esté su ejercicio.

¿Nos hemos preguntado qué es un discapacitado para sí mismo? ¿Hemos considerado que para él su existencia, su vida, es lo único que tiene? ¿Qué pensarán los discapacitados físicos—tetrapléjicos, etc.— cuando oyen que lo mejor para ellos es no haber nacido? ¿Dirán que han tenido suerte de nacer porque al ser concebidos no existía todavía una ley que permitiera matarlos?

En una carta publicada por el desaparecido diario Ya el 10 de febrero de 1983, se leía:

“Soy una chica de 28 años que en el vientre materno sufrió una malformación, por lo que nacería sordomuda... Quisiera hacer patente la gran labor que hicieron mis padres por sacarme adelante y ofrecerme los medios posibles para desarrollarme tanto física como intelectualmente... Puedo decir que he conocido, aprendido y experimentado como la mayoría de las personas, excepto en una cosa, que es el sentido de la audición y del habla normal. Algo que, efectivamente, eché de menos con frecuencia, pero que jamás me quitó la alegría de vivir. También tuve la oportunidad de conocer a muchas personas, hombres y mujeres, que tienen otra deficiencia (ceguera, parálisis, retraso mental...) y viéndolas y hablando con ellas jamás tuve la imbecilidad de pensar que sería mejor para ellos renunciar a su primer derecho fundamental”.

¿Quieren las personas con discapacidades que las maten? La experiencia dice que no.

Quienes no dejan vivir a un ser humano al que consideran subnormal estiman que los contenidos de una calidad de vida son superiores a la vida misma. Una vida de escasa calidad no merecería ser vivida. El metro de esa calidad de vida es, para estos salvadores, meramente utilitario, a saber: hay calidad de vida cuando se está en el confort prefabricado (tener coche y electrodomésticos), en el bienestar sobreentendido, en el lujo ofrecido (viajar y gozar ilimitadamente del ocio), en el nivel intelectual de una sociedad consumista. Este es el único patrón por el que se mide y decide qué existencias son dignas o indignas de ser vividas.

El sufrimiento que posiblemente padezca un discapacitado en el curso de su desarrollo no lo podemos medir con la vara del sufrimiento de una persona con su total capacidad psíquica desarrollada. Jamás sabremos qué destino puede hacer un disminuido de sus escasas dotaciones. Pero lo cierto es que lo único que para él vale la pena es vivir. Los hijos deficientes y subnormales son, con frecuencia, los más queridos por sus padres, aun cuando antes de nacer hubieran sido no deseados.

Si el aborto es un sistema de prevención de la subnormalidad, prevenir los accidentes en carretera exigiría matar a todos los conductores. Si no se justifica la muerte del malformado ya nacido, ¿por qué se va a justificar la muerte del no nacido?

Es un racismo intolerable conceder la existencia sólo a los bien dotados. Ello llevaría análogamente a quitar la vida a los ancianos improductivos y a los enfermos incurables, etc. Eso hizo Hitler, ejecutando primero a los discapacitados, después a los asociales de las prisiones y finalmente a los judíos, considerados racialmente defectuosos. ¿Qué línea racional separa el matar a un no nacido del eliminar a un ser con alguna falta?

TÓPICO 10
Solución en casos de violación

Según este tópico, el aborto habría que permitirlo cuando el embarazo haya sido consecuencia de una violación, para evitar que una muchacha indefensa quede marcada por el horror y la vergüenza ante la sociedad.

Una vez más, hay que respetar los derechos del viviente humano, sin que ello pueda ser modificado por las circunstancias anormales en que se produjo el embarazo. Tales circunstancias atenúan la gravedad de la acción, pero no la modifican sustancialmente. Con el aborto sólo añade una nueva culpa a la anterior. El niño concebido es aquí inocente; no ha tenido parte ni culpa en la violación.

El injusto agresor de la mujer no es el niño, sino el violador. ¿Por qué no matar al violador? ¿Por qué el delito cometido por el padre ha de ser pagado con la vida por el hijo inocente? ¿Dónde hay en el mundo una legislación que sentencie a muerte al hijo de un criminal?

Conviene aclarar que el embarazo por violación es raro. Los Willke indican que un estudio llevado a cabo en St. Paul de Minneapolis sobre 3.500 casos de violación, durante un período de diez años, no pudo registrar un solo caso de embarazo. La circunstancia anormal en que una violación se produce impide la concepción. En España, los casos declarados en que se ha abortado bajo este supuesto han pasado de uno por cada 5.000 en 1996 a uno por cada 11.214 en 2007.

La angustia de la mujer violada (angustia que la sociedad y la familia tienen la obligación de comprender y dulcificar) no se elimina, sino que se incrementa con el trauma de muerte inhumana del hijo.

Originalmente publicado en La Gaceta los días 7,8 y 9 de Enero de 2009. Es una cortesía de Provida Valencia: www.provida.es/valencia

viernes, octubre 09, 2009

El espejismo de los ideales

Cuando la corrupción persiste

EL ESPEJISMO DE LOS IDEALES NOBLES

Uno se llena de alegría cuando se encuentra con jóvenes sanos y entusiastas, con muchos ideales nobles para hacer el bien y lograr el progreso de todos. Espíritus nobles con excelentes disposiciones para ser útiles en la vida.

Al mismo tiempo experimentamos un gran dolor al conocer los laberintos que hay en la vida y ver que esos chicos, que son tan buenos, podrían ingresar en esos mundos tan desarticulados, peligrosos y vacíos.

Los ánimos falsos del voluntarismo

El lenguaje que se usa habitualmente con los jóvenes suele ser entusiasta. Al emplearlo, los mayores caemos, para no contristar, en faltas de sinceridad. Nos da miedo presentar la vida de un modo muy duro y tal vez pesimista. Todo está orientado al “¡Tú puedes!” que sale más como una arenga de la época, que de una auténtica fe.

Si es auténtica la fe, tendrían que darse todos los componentes de la virtud, no solo los formalismos de unos procedimientos. Parece que estos últimos, son los que dominan en nuestros ambientes.

La verdadera fe (que sí lleva al auténtico entusiasmo) debería ser el motor de las acciones de los seres humanos en estos tiempos de crisis, pero ésta, en la mayoría, brilla por su ausencia. Existe como sustituto un entusiasmo banal sin raíces profundas, que surge del voluntarismo reinante y pretende ser el sustrato de las decisiones de los emprendedores de la época.

Quienes, con un afán noble pretenden el bien, si no poseen una fe verdadera, que haría que a la larga perseveren superando todo tipo de dificultad, sucumbirían en el intento, bien por que se cansan y ya no pueden más, o porque se pasaron al “enemigo”. Es más cómodo vivir mintiendo y tener compromisos impropios.

El desánimo de los ideales nobles

Asistimos a una desbandada general, que aumenta y está consiguiendo “envejecer a la juventud. Los chicos ya no persiguen ideales nobles porque les parece que son inalcanzables, suelen justificarse diciendo frases como: “todos buscan aprovecharse”, “¿para qué me voy a esforzar?” , “¿para qué sirve la historia?”, ¿para qué me voy a sacrificar si puedo evitarlo?”

El origen de los desencantos juveniles

Quien ha trabajado con jóvenes sabe que éstos se entusiasman fácilmente con ideales nobles de servicio y generosidad. Cuando ven en los mayores dedicación y ejemplo, (auténtico amor), se sienten seguros y se animan con los ideales más grandes.

El origen de los desencantos juveniles proceden fundamentalmente de los persistentes estados de corrupción de los mayores en los ámbitos familiares y laborales. Situación que ha multiplicado las lacras sociales con el consiguiente repudio de la mayoría.

Cuando un joven, sano y limpio, entra con las mejores intenciones a trabajar y se topa con la mafia y la corrupción, tiene dos opciones: renunciar o unirse a lo establecido.

Hoy, en muchos ambientes laborales, donde se dan los tejes y manejes de la conveniencia, convierten al que renuncia en un perdedor y al que se suma a los sistemas establecidos en una persona exitosa y con un futuro prometedor. Las murallas de la corrupción impiden que triunfe el mejor y sus proyectos.

Es por eso que muchos chicos entran a trabajar con la decisión de sumarse a lo establecido (aunque haya corrupción y mafia), solo verán que no les afecte negativamente.


El espejismo del honrado

Para el honrado sus ideales nobles fueron sólo un espejismo y mientras las estructuras estén carcomidas por la corrupción sus aportes no serán considerados. Lo irán aislando poco a poco, para que renuncie, o buscarán el menor pretexto para expulsarlo, aunque sus proyectos sean brillantes.

El que quiere hacer las cosas bien estará con las manos amarradas, se sentirá impotente y frustrado. Si no renuncia y quiere continuar, tendrá que superar una serie de agravios. Los corruptos le pedirán una lealtad a la que no se puede comprometer por amor a la verdad. En algunos casos, no tendrá más remedio que renunciar y en otros deberá permanecer defendiendo siempre lo noble y lo bueno. Dependerá del bien que pueda hacer con su presencia.

Al final triunfará el bien

Es la certeza del que tiene fe y sabe que el bien que vendrá es superior a lo que soñó y que por lo tanto sus proyectos nobles fueron solo el espejismo de sus ilusiones. El bien que llegó, con la perseverancia en la verdad, era mucho más grande de lo que había soñado.

Agradecemos sus comentarios

viernes, octubre 02, 2009

Día de acción de gracias

“Soñad y os quedaréis cortos

LOS SUEÑOS QUE SE CONVIERTEN EN REALIDAD

San Josemaría Escrivá fundó el Opus Dei el 2 de octubre de 1928 y repetía con frecuencia a los que estaban a su lado: “Soñad y os quedaréis cortos”. Tenía la convicción de que si se hacía el bien (la voluntad de Dios), nuestros sueños, por muy grandiosos que sean, se iban a quedar muy cortos.

Con esa misma certeza nos atrevemos, desde este blog, a soñar con un mundo mejor donde todos puedan ser más felices. Quisiéramos, poniendo por intercesor a San Josemaría, el logro de unos sueños que parecen imposibles:

La Unidad: Es absurdo que los seres humanos se peleen y no quieran reconciliarse (familias, pueblos países).

La reconciliación y la unidad de todos. (fidelidad a los compromisos)

El amor a los padres y a los hijos (la familia)

El amor a los enfermos y a las personas con limitaciones

El servicio y la ayuda al prójimo (real).

La amistad sana y edificante (buen ejemplo).

El amor y el respeto a la religión.

Seguir el camino querido por Dios y ser fiel (vocación).

Que muchos conozcan el Opus Dei y descubran que es un camino divino, para ser santos en medio del mundo.

Que se elimine:

La difusión masiva de estilos de vida consumista

La exaltación de la violencia y la pornografía

La ofensa sistemática a la religión

La sociedad altamente individualizada (querer ir solo, independiente)

El afán de autonomía y aislamiento egoísta (no pedir consejo)

Los afanes y actitudes narcisistas (vanidad y protagonismo)

El desinterés por el bien común (beneficio propio)

Todas las formas de corrupción (del dinero y del placer)

La búsqueda desenfrenada del poder y del placer

El alcoholismo y las drogas (vicios)

La ludopatía y los descansos desordenados (vicios)

Perder el tiempo en tonterías

La chacota vulgar y el cochineo (burlarse del prójimo)

La hipocresía y la mentira (el miedo a decir la verdad)

La altanería y la descalificación del prójimo (el que se cree superior)

No perdonar a los demás.

La ignorancia y falta de cultura.

La informalidad y el desorden.

Que se logre: (metas de Fe)

Que todos puedan conocer la vida de Cristo y los Evangelios.

Que todos puedan vivir vida cristiana con la ayuda de los sacramentos.

Que todos pudieran asistir siempre a la Misa dominical.

Que todos los sacerdotes sean santos

Que nunca falten los sacerdotes necesarios.

Que este año del sacerdocio se animen muchos jóvenes a ser sacerdotes.

Que los jóvenes sean valientes para seguir un camino de entrega a Dios.

Que todos se den cuenta que en la Iglesia tienen los medios necesarios para ser felices y libres.

Que muchos se acerquen al sacramento de la confesión, que es el sacramento de la alegría.

Que todos se den cuenta que la verdad es la que nos hará libres.

Que los matrimonios sean fieles

Que los padres eduquen a sus hijos

Que todos vivan la Santa Pureza y la Templanza

Que la cultura esté unida a la verdad

Que las personas tengan unidad de vida

Que la televisión no pase basura

Que el Internet esté limpio

Que los medios de comunicación sirvan para educar

Que las fiestas no sean con amanecida

Que la gente no se emborrache

Dormir 8 horas cada día.

Que las familias puedan salir de paseo

El conocimiento y la valoración de todas las instituciones de la Iglesia.

Que haya más respeto y valoración entre todos.

La unidad de todos los cristianos: “Que todos sean uno como mi Padre y yo somos uno”