lunes, mayo 31, 2010

Una carta que ha dado la vuelta al mundo
UN SIMPLE SACERDOTE

Soy un simple sacerdote católico uruguayo que hace 20 años vivo en Angola. Me siento feliz y orgulloso de mi vocación.

Me da un gran dolor por el profundo mal que sacerdotes que deberían de ser señales del amor de Dios, sean un puñal en la vida de inocentes. No hay palabra que justifique tales actos.

Veo en muchos medios de información, la ampliación del tema en forma morbosa, investigando en detalles la vida de algún sacerdote pedófilo.

Así aparece uno de una ciudad de USA, de la década del 70, otro en Australia de los años 80 y así de frente, otros casos recientes…

¡Es curiosa la poca noticia y desinterés por miles y miles de sacerdotes que se consumen por millones de niños, por los adolescentes y los más desfavorecidos en los cuatro ángulos del mundo!

Pienso que los medios de información no le interesa que yo haya tenido que transportar, por caminos minados en el año 2002, a muchos niños desnutridos desde Cangumbe a Lwena (Angola), pues ni el gobierno se disponía y las ONG’s no estaban autorizadas.

No ha sido noticia que haya tenido que enterrar decenas de pequeños fallecidos entre los desplazados de guerra y los que han retornado; que le hayamos salvado la vida a miles de personas en Moxico mediante el único puesto médico en 90.000 km2, así como con la distribución de alimentos y semillas; que hayamos dado la oportunidad de educación en estos 10 años y escuelas a más de 110.000 niños...

No es de interés que con otros sacerdotes hayamos tenido que socorrer la crisis humanitaria de cerca de 15.000 personas en los acuartelamientos de la guerrilla, después de su rendición, porque no llegaban los alimentos del Gobierno y la ONU.

No es noticia que un sacerdote de 75 años, el P. Roberto, por las noches recorra las ciudad de Luanda curando a los chicos de la calle, llevándolos a una casa de acogida, para que se desintoxiquen de la gasolina; que alfabeticen cientos de presos; que otros sacerdotes, como P. Stefano, tengan hogares transitorios para los chicos que son golpeados, maltratados y hasta violados y buscan un refugio.

Tampoco que Fray Maiato con sus 80 años, pase casa por casa confortando los enfermos y desesperados.

No es noticia que más de 60.000 de los 400.000 sacerdotes, y religiosos hayan dejado su tierra y su familia para servir a sus hermanos en una leprosería, en hospitales, campos de refugiados, orfanatos para niños acusados de hechiceros o huérfanos de padres que fallecieron con Sida, en escuelas para los más pobres, en centros de formación profesional, en centros de atención a cero positivos… o en parroquias y misiones dando motivaciones a la gente para vivir y amar.

No es noticia que mi amigo, el P. Marcos Aurelio, por salvar a unos jóvenes durante la guerra en Angola, lo haya transportado de Kalulo a Dondo y volviendo a su misión haya sido ametrallado en el camino; que el hermano Francisco, con cinco señoras catequistas, por ir a ayudar a las áreas rurales más recónditas hayan muerto en un asalto en la calle; que decenas de misioneros en Angola hayan muerto por falta de socorro sanitario, por una simple malaria; que otros hayan saltado por los aires, a causa de una mina, visitando a su gente.

En el cementerio de Kalulo están las tumbas de los primeros sacerdotes que llegaron a la región… Ninguno pasa los 40 años.

No es noticia acompañar la vida de un Sacerdote “normal” en su día a día, en sus dificultades y alegrías consumiendo sin ruido su vida a favor de la comunidad que sirve.

La verdad es que no procuramos ser noticia, sino simplemente llevar la Buena Noticia, esa noticia que sin ruido comenzó en la noche de Pascua.

Hace más ruido un árbol que cae que un bosque que crece. No pretendo hacer una apología de la Iglesia y ni de los sacerdotes. El sacerdote no es ni un héroe ni un neurótico. Es un simple hombre, que con su humanidad busca seguir a Jesús y servir sus hermanos.

Pbro. Martín Lasarte (salesiano) – Angola.
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¿acaso no hay muchos sacerdotes peruanos que podrían escribir algo parecido?

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viernes, mayo 28, 2010

EL PAPA HABLA SOBRE EDUCACIÓN (Fuente: Zenit)

Las claves de la emergencia educativa, por Benedicto XVI


En su discurso a los obispos de Italia




CIUDAD DEL VATICANO, jueves 27 de mayo de 2010.


La clave de la crisis de la educación actual radica en una falsa idea de la autonomía del hombre. Así lo explicó el Papa Benedicto XVI hoy a los obispos italianos, a quienes recibió en audiencia con motivo de su 65ª Asamblea Plenaria.


El Papa dedicó un extenso discurso a profundizar en cuáles son las claves de la “emergencia educativa”, tema al que ha dedicado buena parte de su magisterio pontificio, especialmente en los últimos años.


En este sentido, alabó que la Conferencia Episcopal Italiana haya elegido este tema como centro de su plan pastoral para los próximos diez años.


Benedicto XVI invitó a los prelados a ir “hasta las raíces profundas de esta emergencia para encontrar también las respuestas adecuadas a este desafío”.


El Papa señaló dos causas “profundas” de la crisis: por un lado, “un falso concepto de autonomía del hombre”; y por otro, el escepticismo y el relativismo.



Falsa autonomía


Según la pedagogía actual, explicó el Papa, “el hombre debería desarrollarse solo por sí mismo, sin imposiciones por parte de los demás, los cuales podrían asistir a su autodesarrollo, pero no entrar en este proceso”.


Sin embargo, esto no es verdadero, pues para la persona humana “es esencial el hecho de que llega a ser ella misma sólo desde el otro, el 'yo' se convierte en sí mismo sólo desde el 'tu' y desde el 'vosotros', está creado para el diálogo, para la comunión sincrónica y diacrónica”.

“Por ello la llamada educación antiautoritaria no es educación, sino renuncia a la educación”, afirmó, señalando que este es un punto clave: “esta falsa idea de autonomía del hombre, como un 'yo' completo en sí mismo”.


Respecto la segunda clave, el escepticismo y el relativismo, el Papa explicó que éstos se basan “en la exclusión de las dos fuentes que orientan el camino humano”, la naturaleza y la Revelación.


La naturaleza “es considerada hoy como algo puramente mecánico, y que por ello de su ser no procede orientación alguna. La Revelación se considera como un momento del desarrollo histórico, y por tanto relativo, como todo el desarrollo histórico y cultural”, o como algo "sin contenido".

“Y si callan estas dos fuentes, la naturaleza y la Revelación, también la tercera fuente, la historia, deja de hablar, porque también la historia se convierte sólo en un aglomerado de decisiones culturales, ocasionales, arbitrarias, que no valen para el presente y para el futuro”.



Por tanto, explicó el Pontífice, es fundamental “volver a encontrar un concepto verdadero de la naturaleza como creación de Dios que nos habla”, y la Revelación, reconociendo “que el libro de la creación, en el que Dios nos da las orientaciones fundamentales, está descifrado en la Revelación, está aplicado y hecho propio en la historia cultural y religiosa, no sin errores, pero de una manera sustancialmente válida, que cada vez hay que desarrollar y purificar”.


“En un tiempo en el que la gran tradición del pasado corre el riesgo de quedarse en letra muerta, somos llamados a acercarnos a cada uno con disponibilidad siempre nueva, acompañándolo en el camino de descubrimiento y asimilación personal de la verdad”, añadió.



Nueva pedagogía


El Papa reconoció que “las dificultades son grandes”, pero sin embargo invitó a “no ceder a la desconfianza y a la resignación”.


“Educar no ha sido nunca fácil, pero no debemos rendirnos: minusvaloraríamos el mandato que el Señor mismo nos ha confiado, llamándonos a apacentar con amor a su rebaño”, afirmó.


Esta “pasión educativa”, explicó, debe ser “una pasión del 'yo' por el 'tu', por el 'nosotros', por Dios, y que no se resuelve en una didáctica, en un conjunto de técnicas ni tampoco en la transmisión de principios áridos”, sino un “acompañamiento”.


“Educar es formar a las nuevas generaciones, para que sepan entrar en relación con el mundo, fuertes en una memoria significativa que no es sólo ocasional, sino acrecentada por el lenguaje de Dios que encontramos en la naturaleza y en la Revelación, por un patrimonio interior compartido, por la verdadera sabiduría que, mientras reconoce el fin trascendental de la vida, orienta el pensamiento, los afectos y el juicio”, añadió el Papa.


Esta nueva forma de educar “necesita lugares creíbles: ante todo la familia, con su papel peculiar e irrenunciable; la escuela, horizonte común más allá de las opiniones ideológicas; la parroquia, 'fuente del pueblo', lugar de experiencia que inicia a la fe en el tejido de las relaciones cotidianas”.


En ellos la educación se juega en “la calidad del testimonio, vía privilegiada de la misión eclesial”, afirmó, subrayando que “la acogida de la propuesta cristiana pasa, de hecho, a través de relaciones de cercanía, lealtad y confianza”.


En este sentido, concluyó invitando a los prelados presentes a “no perder nunca la confianza en los jóvenes”, utilizando nuevos lenguajes y medios, pero sin adulterar el anuncio cristiano.


“No se trata de adecuar el Evangelio al mundo, sino de sacar del Evangelio esa perenne novedad, que permite en cada tiempo encontrar las formas adecuadas para anunciar la Palabra que no pasa, fecundando y sirviendo a la existencia humana”.


El Papa pide a los obispos italianos más esfuerzo en la educación “No hay que perder la esperanza en los jóvenes



CIUDAD DEL VATICANO, jueves 27 de mayo de 2010


La crisis espiritual y cultural de Occidente es tanto o más importante que la crisis económica, y la Iglesia debe responder con un mayor esfuerzo en la educación de las jóvenes generaciones.

Lo subrayó el Papa Benedicto XVI al dirigirse hoy a los obispos de Italia, a quienes recibió con motivo de la celebración de la Asamblea Plenaria de la CEI, que se ha celebrado esta semana en el Vaticano.


El Papa quiso profundizar en una de las mayores preocupaciones de su pontificado, la necesidad de responder a la “emergencia educativa”; obejtivo que han elegido los obispos de Italia para su Plan Pastoral de los próximos diez años.


El Papa les animó “a recorrer sin dudar el camino del compromiso educativo”, y a “no perder nunca la confianza en los jóvenes”, sino “salir a su encuentro, frecuentar sus ambientes de vida, incluyendo el constituido por las nuevas tecnologías de comunicación, que ya permean la cultura en todas sus expresiones”.


“No se trata de adecuar el Evangelio al mundo, sino de sacar del Evangelio esa perenne novedad, que permite en cada tiempo encontrar las formas adecuadas para anunciar la Palabra que no pasa, fecundando y sirviendo a la existencia humana”.


Es necesario, afirmó, “volver a proponer a los jóvenes la medida alta y trascendente de la vida, entendida como vocación: llamados a la vida consagrada, al sacerdocio, al matrimonio, sepan responder con generosidad a la llamada del Señor, porque sólo así podrán coger lo que es esencial para cada uno”.


Los jóvenes, explicó Benedicto XVI “tienen una sed en el corazón, y esta sed es una demanda de significado y de auténticas relaciones humanas, que ayuden a no sentirse solos ante los desafíos de la vida”.


El Papa observó que la época actual “está marcada por una incertidumbre sobre los valores, evidente en la dificultad de tantos adultos de mantener los compromisos asumidos: esto indica una crisis cultural y espiritual, tan seria como la económica”.


“Sería ilusorio – subrayó – pensar en responder a una ignorando a la otra”.


A la Iglesia “le preocupa el bien común, que nos compromete a compartir recursos económicos e intelectuales, morales y espirituales, aprendiendo a afrontar juntos, en un contexto de reciprocidad, los problemas y los desafíos del país”.


El Papa subrayó que la propuesta educativa de la Iglesia debe hacerse a través del “acompañamiento”, acercándose a los hombres “con delicadeza y respeto, proponiendo valores firmes a partir de los cuales crecer hacia metas altas pero alcanzables”.


Nuestra respuesta es el anuncio del Dios amigo del hombre, que en Jesús se hizo cercano a cada uno. La transmisión de la fe es parte irrenunciable de la formación integral de la persona, porque en Jesucristo se realiza el proyecto de una vida lograda”, subrayó.


En este sentido , animó a los prelados a dar ejemplo de empeño pastoral: “Vuestro ministerio, queridos hermanos, y la vivacidad de las comunidades diocesanas a cuya guía habéis sido puestos, son la mayor seguridad de que la Iglesia seguirá ofreciendo responsablemente su contribución al crecimiento social y moral de Italia”.



Los migrantes, importantes para construir “la única familia de los pueblos”

Plenaria del Consejo Pontificio para la Pastoral de Migrantes e Itinerantes



ROMA, jueves 27 de mayo de 2010


Los migrantes son un “coeficiente importante” para la integración de la humanidad, afirmó este miércoles por la mañana el arzobispo Antonio Maria Vegliò, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de Migrantes e Itinerantes.


El prelado intervino en la XIX sesión plenaria del dicasterio que está teniendo lugar en Roma hasta este viernes sobre el tema “Pastoral de la movilidad hoy, en el contexto de la corresponsabilidad de los Estados y de los Organismos Internacionales”.


El compromiso de la Iglesia universal en el ámbito de la pastoral de la movilidad humana, explicó, se explicita “en sus diversos niveles, es decir, a partir de las estructuras parroquiales y diocesanas, hasta las nacionales propias de las Conferencias Episcopales, y a las internacionales, que implican también a otros Organismos e Instituciones”.


La promoción humana, añadió, “sigue hoy dos directrices principales”: “la que ve las migraciones bajo el perfil de la pobreza, del sufrimiento y del malestar, donde se piden intervenciones de primeros auxilios para las numerosas emergencias que surgen de forma ininterrumpida”, y “la que evidencia potencialidades y recursos de los que las personas en situación de movilidad son portadoras, con la necesidad de acompañamiento hacia la progresiva inserción en el nuevo contexto socio-cultural, hasta la integración plena”.


En este contexto, la Iglesia “se siente comprometida en ambas direcciones”, actuando en sinergia con las realidades institucionales y de voluntariado y buscando instaurar con todos los actores “una relación de entendimiento, en la convicción de que los desplazamientos humanos, actualmente de modo particular, se presentan también como ligar de sintonía ideal y espacio operativo y de colaboración entre el mundo eclesial y el social-civil, en un clima de diálogo, en el respeto de los principios de solidaridad y subsidiariedad”.



Para monseñor Vegliò, hay “al menos cuatro factores fundamentales que colocan los desplazamientos humanos mundiales en los primeros lugares de la discusión nacional e internacional”, comenzando por el factor demográfico, “quizás el más evidente”.


Mientras los países de acogida experimentan “un rápido envejecimiento y una disminución de la población autóctona”, recordó, los de emigración “crecen rápidamente”.


El segundo factor es el económico. “Muchas naciones de desarrollo avanzado tienen que rendir cuentas con la disminución de la mano de obra, sufren la presión financiera en lo que respecta a las pensiones garantizadas por los Gobiernos, y se encuentran en dificultad para asegurar la asistencia sanitaria a los ancianos, cada vez más numerosos”, “al mismo tiempo, hombres y mujeres de los países pobres encuentran trabajo con dificultad y buscan empleo en países más ricos”.


Después está el factor cultural, particularmente importante porque, a diferencia del pasado, “hoy las personas en movimiento son a menudo muy distintas culturalmente de las de la sociedad de acogida”.


El cuarto factor, “crucial”, es finalmente “la seguridad nacional”.

“Los actos terroristas de la primera época del nuevo milenio (en Estados Unidos, Gran Bretaña, España, Indonesia y otros países), junto a crímenes violentos cometidos por inmigrantes y ampliamente recogidos por los medios de comunicación, han suscitado reacciones de rechazo hacia los migrantes, también con prejuicio para la seguridad nacional”, observó.


En consecuencia, “muchos países han reforzado el control de las fronteras, han restringido las políticas migratorias y han instituido nuevos procedimientos para controlar quién llega desde determinados países”.


“En semejantes circunstancias, la movilidad humana internacional seguirá sin duda en el futuro próximo estando en primera página en las discusiones nacionales e internacionales”.


En el complejo contexto actual, concluyó el prelado, la Iglesia “sigue ofreciendo una preciosa contribución en el complejo y vasto fenómeno de la movilidad humana, haciéndose portavoz de las personas más vulnerables y marginadas, pero intentando también valorar a los migrantes e itinerantes, dentro de la comunidad eclesial y de la sociedad, como coeficiente importante para el enriquecimiento recíproco y para la construcción de la única familia de los pueblos, en un fecundo intercambio cultural”.


Monseñor Agostino Marchetto, Secretario del dicasterio vaticano, subrayó por su parte cómo el Consejo Pontificio, “empujado por la solicitud pastoral del Santo Padre hacia todas las personas deseosas u obligadas a dejar la propia tierra nativa y hacia las que están de camino”, se dirija a “atraer la atención de la Iglesia universal y del mundo entero sobre el creciente fenómeno migratorio”.


De la misma forma, recordó, alerta “sobre las condiciones precarias o desastrosas de tantos refugiados, sobre el abandono de las personas que viven en la calle y de la calle, sobre los efectos del turismo y de las peregrinaciones, sobre el apostolado del mar, los problemas que viven los nómadas y la necesidad de un cuidado especial también para los estudiantes internacionales, además de la pastoral de agentes y pasajeros de la aviación civil”.


El prelado exhortó por tanto a acercarse al dicasterio para “conocer mejor su pensamiento y obra y para amarlo aún más, como expresión laboriosa y actual de la ‘sollicitudo omnium ecclesiarum’ del Obispo de Roma, en la que es la pastoral específica de la movilidad humana, verdadero signo de los tiempos”.


El tema de la movilidad humana, recuerda el Consejo Pontificio en un comunicado, requiere hoy “una aproximación multilateral, que favorezca la aportación específica de los Estados y de los Organismos Internacionales en el proceso de reconocimiento de los instrumentos internacionales existentes para combatir las diversas formas de discriminación, racismo, xenofobia e intolerancia, por una parte, y promueva, por la otra, la cooperación de todos en el desarrollo de programas que tutelen la dignidad y la centralidad de la persona humana”.


El punto culminante de la plenaria del dicasterio será el encuentro mañana viernes con el Papa Benedicto XVI, que recibirá a los participantes en una Audiencia particular.


Por Roberta Sciamplicotti, traducción del italiano por Inma Álvarez


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viernes, mayo 21, 2010

Mequetrefes del sistema

LA INDOLENCIA DEL BURÓCRATA


La palabra mequetrefe (hombre sin juicio) suena a peyorativa pero no existe otra más apropiada para calificar a cientos y miles de personajes que trabajan para el sistema con un conocimiento brillante de los procedimientos y de la técnica para realizar bien el trabajo que les han encargado, pero sin la lucidez para ver o darse cuenta de la calidad humana y efectiva de sus acciones, para transmitir el bien a los demás y solucionar realmente los problemas.

Dentro de ese grupo de personajes se encuentran los tradicionales burócratas, que trabajan si alma con una rutina de mediocridad indignante. Muchos de ellos no se sienten responsables más que de marcar tarjeta o decir que hacen las cosas para cumplir con lo establecido. Suelen carecer de iniciativa y de generosidad cuando hay que excederse para ayudar. Si uno se topa con ellos no salen de su miopía repitiendo los cánones de los procedimientos sin llegar a captar las distintas variedades y aristas que pueden tener los problemas y las soluciones de los mismos.

Estos mequetrefes del sistema existen en todos los niveles sociales. Los que son jefes piensan más en la imagen del sistema que en el bien de las personas. Se excusan diciendo, (no están convencidos ellos mismos), que el bien llegará a través de los procedimientos establecidos y no a través de las personas buenas que lo transmiten.

Los que no son jefes hacen lo de siempre, la rutina de sus procedimientos y formalismos, sin que les importe la calidad ética y moral de sus acciones.

Para botón de muestra basta fijarse en las personas responsables de algunas calles que se están reparando en Lima. El panorama es indignante y desolador cuando vemos la congestión que producen las calles rotas, durante meses, con escasos trabajadores que van a ritmo de tortuga, o también cuando observamos que no hay nadie trabajando en ellas, porque no alcanzó el presupuesto. Quién no se ha visto sorprendido por una tranca en una calle clausurada o por una zanja peligrosa que hay que cruzar con cuidado para no accidentarse. En otros países esos trabajos se hacen por las noches y al día siguiente ya está todo reparado.

Otra consecuencia palpable de la burocracia y de los mequetrefes de turno es el tráfico; la insensatez de no dar solución a los embotellamientos y permitir que pasen años con situaciones diarias de miles que están esperando horas para llegar a sus casas o a sus trabajos cada día. Es indignante también ver camiones cisternas del municipio regando parques a las horas punta en las grandes avenidas. Si estos problemas no los resuelven es porque hay una burocracia espectacular y miles de mequetrefes dentro de ella.

Los mequetrefes del sistema son los que siguen trabajando para que el sistema, que es malo o deficiente, siga funcionando y no hacen nada para que cambie. Si seguimos fijándonos en las calles o en los trabajos públicos encontraremos muchas cosas mal hechas que llevan años sin arreglarse y muchas que ya están infectadas con las mafias de la coima y la corrupción.


El meloso lenguaje del burócrata

El lenguaje que usan los mequetrefes parece edificante y moralista, citan leyes, hablan de logros conseguidos (indigna su hipocresía). Usan unos modos académicos para dar explicaciones. Y el hombre de a pie que los escucha se acostumbra a oír teorías, términos técnicos y esquemas rígidos inamovibles, se da cuenta que no puede hacer nada porque el sistema es así, entonces cae fácilmente en la indolencia y se vuelve pasivo y desganado. Nuestra sociedad suele vivir decepcionada de las autoridades y con un permisivismo depresivo que es una situación de crisis social de abandono, desinterés y fuga.


Los otros ámbitos de los burócratas

Los mequetrefes cuando están en su casa o en el ámbito de los amigos tienen otro lenguaje. Ya no son los académicos que explican los procedimientos, ahora son los ambiciosos que conversan buscando el provecho personal (buscan sacar tajada) burlándose o engañando a los demás (viveza), que es un menosprecio y maltrato al prójimo, (no les importa). No hay más que recordar el lenguaje de los audios incautados.

¿Cómo se puede hablar de justicia o de seguridad ciudadana si no se eliminan por completo los lugares donde se venden cosas robadas? Todo el mundo los conoce, se sabe que son ladrones y los mequetrefes del sistema siguen trabajando en sus procedimientos y hacen la vista gorda.

Cuantos hay que trabajan en otras cosas y no cogen el toro por las astas. No quieren ver la realidad y fabrican un mundo artificial como compensación. Lo malo es que quieren demostrarle a los demás que están en el camino correcto. Clama al Cielo cuando son muchos los ayayeros de la burocracia, personajes que se enrolan en un sistema y se enquistan, no quieren perder el puesto o el protagonismo. Sacan sus pergaminos inmaculados para vivir una lealtad falsa como servidores útiles a unos procedimientos teóricos y desatinados, distantes de la realidad, con enfoques superficiales que están fuera de lugar y que maltratan a las personas.

Los corruptos encuentran en los burócratas y mequetrefes los instrumentos ideales para el éxito de sus actividades ilícitas. Cuando se avecinan las elecciones se empieza a ver toda la bisutería que sacan a relucir para los grandes proyectos de transformación del país, que suelen quedarse en el papel para el museo de las utopías. Las ideas y el papel pueden funcionar, el papel lo aguanta todo, pero las personas no.

Los buenos no intervienen para no meterse en laberintos. Intervienen los que quieren figurar y medrar y el ciudadano de a pie se ve en la disyuntiva de votar por el menos malo para que no salga el peor. Dentro de este cuadro aparecen como hormigas los mequetrefes especialistas que están dispuestos a prender todas las velas de la torta y aplaudir a quien sea, con tal de tener una buena tajada.

No es nuestro propósito hacer, con este artículo, consideraciones políticas. Se trata más bien de un reclamo moral para que la ciudadanía exija, en todos los estamentos de la sociedad, personas con calidad de vida y con una honorable conciencia ética.

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viernes, mayo 14, 2010

La ambición de los títulos (estudiar más, para recibir más)

LOS SUEÑOS DEL CARTÓN

Hoy todos quieren ser universitarios y llenarse de títulos para sentirse realizados dentro de la sociedad. Este fuerte deseo social, de moda en nuestra época, es recogido por las instituciones educativas que están al tanto de la ley de la oferta y la demanda, para brindar sus servicios.

Las ofertas y las motivaciones para estudiar y entregar títulos se han multiplicado. Se le da muchísima importancia al cartón y algunos no se contentan con un solo título, buscan hacer un diplomado, una maestría o un doctorado más, para aumentar el curriculum y poder lucirlo en la sociedad.

En este artículo nos preguntamos si siempre son correctos los deseos de tener un título más. ¿es bueno incentivar para que las personas deseen tener más títulos?, ¿no se trataría de una exageración, o de algo que pueda traer inconvenientes?


Las motivaciones principales para obtener un título

Es necesario advertir que algunos, (porque tienen recursos y apoyo), se pasan la vida estudiando. Sin embargo no podemos afirmar que por eso sean los mejores o los más capacitados en sus campos de especialización. Al mismo tiempo habría que subrayar que es loable y plausible que las personas estudien más y se capaciten mejor para afrontar los retos que trae la sociedad. Es muy bueno estudiar y estar mejor capacitado.

Para acertar en la conveniencia de estos estudios de especialización es necesario conocer bien a las personas y las necesidades sociales más importantes. Los estudios deben ser motivados por los factores que determinan el auténtico progreso de las personas para el bien de la sociedad y no por ambiciones egoístas de status, posicionamiento social o privilegios personales, que no significan progreso, ni siquiera para las personas que ingresan a estos sistema de capacitación.

Una primera consideración nos hace ver que los cartones o títulos no pueden ser para todos, no son una necesidad para la mayoría y en algunos casos sería poco conveniente.

Por ejemplo en el ejercito no es posible que todos sean Generales ni tampoco se puede afirmar que es más persona y está mejor realizado el que llega a General. Además el nombramiento de un General no debe ser cuestión de la suerte, de los padrinazgos, de la coyuntura política, o de las ambiciones personales, sino el resultado de un enfoque sensato de la realidad y del conocimiento de las virtudes de las personas dentro de los ámbitos del servicio castrense.

La sociedad y las instituciones deben plantear los requerimientos de los estudios superiores de tal forma que las motivaciones principales de los que desean acceder a esas titulaciones sean exclusivamente trascendentes (de auténtico servicio y total desapego a ambiciones personales). Es algo difícil pero es necesario poner el acento allí. Más cuando se supone que esas personas serían de un mejor nivel humano y cultural.


La honradez de los planteamientos

El contenido de lo que se aprende en esas capacitaciones debe estar dirigido, con la pureza de su estructuración, a la rectitud de intención de las personas que se presentan. Sin dar cabida a la posibilidad de motivaciones de exclusivo interés o provecho personal, ya que éstas descalificarían ipso facto al candidato del título, porque reflejarían una mentalidad proclive a las manipulaciones y componendas. Lamentablemente ésta mentalidad está vigente en muchos sectores de la sociedad y se debe combatir.

El idioma entre los que plantean los estudios y los candidatos debe ser de rectitud y honradez interior por parte de ambos. No debe permitirse una especie de “actuación” moral que responda solo a planteamientos teóricos de procedimientos. Es necesaria la rectitud moral de la conducta ética, tanto de los que plantean esos estudios, como de los mismos estudiantes.

La honradez de planteamientos no da cabida a situaciones de aprovechamiento, o de beneficio repartido (tajada) por acuerdo de las partes. Ni tampoco a una presentación de las cosas con un anuncio tácito de futuras prebendas, como un aliciente para que el estudiante se interese más por la capacitación.

Sería degradante “aceptar” los criterios morales solo con una postura o gesto de aprobación externa, ironizando con una actitud de “mirada inteligente” el fondo de lo que verdaderamente se piensa: “no crean que yo estoy de acuerdo con estas tonterías” buscando que el interlocutor apruebe el gesto con una sonrisa de entendimiento. “Aquí ayudamos todos, presentamos unos proyectos de servicio, pero también sacamos nuestra parte” Quien piense que así se hace un bien a la sociedad (con el derecho al beneficio propio) está totalmente equivocado.

Estas consideraciones son interesantes para estudiar los rubros se servicio social que tienen las empresas. Para que se de un auténtico servicio social es mucho más importante la honradez de cada persona que trabaja en la empresa, que la organización logística de la empresa para las actividades de asistencia social. La transmisión y entrega de un bien depende mucho de la interioridad de cada persona.

Más valiosa es la persona por lo que es que por lo que sabe hacer. Un título no garantiza la capacidad de un ser humano como persona. Más importantes son los valores de la persona que los títulos que posee. El sueño de un título debe ser un sueño de servicio desinteresado a los demás

El que estudia con la finalidad de querer y servir al prójimo en sus requerimientos y necesidades, está en la línea correcta para aspirar a una capacitación y sacar un merecido título.

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viernes, mayo 07, 2010

El triunfo de la Virgen María en el mundo

EL 13 DE MAYO (el mensaje de Fátima)

Muchos hemos cantado de niños “el 13 de Mayo la Virgen María bajó de los Cielos a Cova da Iría” ; aunque no entendíamos la última palabra, el entusiasmo de cantarle a la Virgen, motivado por unos buenos religiosos, era grande y entusiasmante, sobre todo en las Misas y en las procesiones que se hacían en las fiestas de la Virgen. Gratos recuerdos.

Más tarde nos llamaba la atención los relatos sobre las apariciones de la Virgen María en Fátima a los tres pastorcitos (Jacinta, Francisco y Lucía). La historia recreada por los sacerdotes con la ayuda de algunas filminas y la exitosa película de la Warner Bros reforzaron nuestra fe y nuestras convicciones en las grandes virtudes de nuestra Madre del Cielo.

Ya de mayores, después de los años escolares, la atención se centraba en los mensajes de Fátima. En aquellos años oíamos distintas versiones e interpretaciones de lo que la Virgen quería trasmitir. La Iglesia se cuidaba, como siempre, de advertirnos de las exageraciones o malas interpretaciones que suelen ocurrir cuando se trata de mensajes proféticos, de milagros, o de sucesos inexplicables. Es necesario escuchar a la Iglesia para tener una orientación correcta y entender bien el propósito de esos mensajes y sucesos extraordinarios.

El 13 de Mayo de 1917 tuvo lugar la primera aparición de la Virgen a los tres pastores de Fátima en la Cova de Iría. Luego siguieron más apariciones todos los 13 de cada mes hasta el 13 de Octubre, donde miles de personas asistieron al milagro del sol. Ese misma año, 1917, se inició en Rusia la revolución bolchevique, contra los Zares.


El mensaje de Fátima

Antes del milagro del sol, Lucía había recibido de la Virgen el siguiente mensaje, que ella misma relata: “Para salvar a los pecadores Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si se hace lo que les voy a decir, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra pronto terminará. Pero si no dejaren de ofender a Dios, en el Pontificado de Pio XI comenzará otra peor. Cuando vean una noche iluminada por una luz desconocida, esa será la gran señal del castigo que llegará al mundo: guerra, hambre, persecuciones contra la Iglesia y contra el Santo Padre. Para impedirla, vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la Comunión reparadora de los primeros sábados. Si se atienden mis deseos, Rusia se convertirá y habrá paz; si no, esparcirá sus errores por todo el mundo, promoviendo más guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados y el Santo Padre tendrá mucho que sufrir; varias naciones serán aniquiladas. Luego el Santo Padre me consagrará Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz”

Estas palabras de la Virgen se cumplieron en la Historia. Lucía era niña y no entendía quién sería Pio XI. Efectivamente la primera guerra mundial terminó. Hubo al inicio de la segunda guerra, durante el Papado de Pio XI, una señal en el cielo, (una aurora boreal), un fenómeno de la naturaleza que salió en todos los periódicos de Europa. El Papa no pudo hacer la consagración de Rusia porque era parte de la guerra y no la podía mencionar. Por circunstancias de la guerra solo pudo hacer una pequeña consagración de todos los países del mundo.

Durante todo este tiempo los errores de Rusia se esparcieron por el mundo causando muchas guerras. Hay que tener en cuenta que en durante la misma guerra el número de muertos ocasionado por Rusia y Stalin superó al ocasionado por Hitler. De esto se dice poco.

Fue el Papa Juan Pablo II, un año después del atentado que sufrió en Roma el 13 de Mayo de 1981 (Fiesta de la Virgen de Fátima), el que hace la consagración a Rusia en el Santuario de Fátima, con la presencia de Lucía, que todavía vivía. Algunos años después, en Rusia se produce la famosa Perestroika y en 1990 cae el muro de Berlín en Alemania. Estos acontecimientos marcaron el fin del comunismo ateo y los regímenes totalitaristas.


El tercer mensaje de Fátima

Atendiendo al tercer mensaje de Fátima, que se mantuvo secreto durante muchos años, y que era conocido solo por los Papas, la Congregación para la Doctrina de la fe, por autorización del Papa Juan Pablo II, lo publica el 26 de Junio del 2000 y dice así:

“Hemos visto al lado izquierdo de Nuestra Señora, un poco más en lo alto, a un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; centellando emitía llamas que parecía iban a incendiar el mundo; pero se apagaban al contacto con el esplendor que Nuestra Señora irradiaba con su mano derecha dirigida hacia él. El Ángel señalando la tierra dijo con fuerte voz: ¡penitencia, penitencia, penitencia! Y vimos en una inmensa luz a un Obispo vestido de blanco, también a otros obispos, sacerdotes y religiosos y religiosas subir a una montaña empinada, en cuya cumbre había una gran cruz de maderos toscos como si fueran de alcornoque con la corteza. El Santo Padre, antes de llegar a ella, atravesó una gran ciudad medio en ruinas y medio tembloroso con paso vacilante, apesadumbrado de dolor y pena, rezando por las almas de los cadáveres que encontraba en el camino; llegado a la cima del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran cruz fue muerto por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros de arma de fuego y flechas; y del mismo modo murieron uno tras otro los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y diversas personas seglares, hombres y mujeres de diversas clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz habían dos ángeles cada uno de ellos con una jarra de cristal en la mano, de las cuales recogían la sangre de los mártires y regaban con ella las almas que se acercaban a Dios”.

Al leer este mensaje podemos darnos cuenta de todo lo que ha sucedido en el siglo XX: grandes guerras y matanzas por motivos religiosos, muchos mártires y el atentado contra el Papa. La Iglesia que va subiendo hacia la Cruz con la fidelidad de sus miembros y el dolor de la corredención. Este mensaje es un llamado para hacer penitencia y orientar toda la vida por el camino de la Cruz. El ángel de la espada recuerda el juicio de Dios que se viene para todos los hombres. Montaña y ciudad simbolizan el lugar de la historia humana donde esta el hombre que destruye su propio trabajo y se autodestruye. La ciudad puede ser el lugar de progreso pero es a la vez el lugar del peligro y la amenaza. Sobre la montaña está la Cruz que es la meta donde la destrucción se trasforma en salvación. El camino de la Iglesia, del Papa, los sacerdotes y religiosos es como un via crucis. Al Papa le disparan para matarlo, pero el día de Fátima: “…fue una mano materna a guiar la trayectoria de la bala y el Papa agonizante se paró en el umbral de la muerte” . Se ha colocado la bala en la corona de la Virgen de Fátima. La sangre de los mártires es un mensaje de esperanza para la vida eterna.

Al final el corazón de la Virgen triunfará. En el primer libro de la Sagrada Escritura, el Génesis, el Señor le dice a la serpiente (el diablo): “una mujer te aplastará la cabeza” y en el último libro de la Biblia, el Apocalipsis, vemos a la Virgen María aplastando “la cabeza del dragón infernal” que quería matar a su Hijo. (Fuente: “El mensaje de Fátima” de Federico Prieto Celi, Realidades, Lima, 2003).

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