jueves, setiembre 26, 2013


PIEDRAS CONTRA LA IGLESIA
No es ninguna novedad que aparezcan temporadas donde se nota con más vehemencia los ataques de los enemigos de la Iglesia que han existido, existen y existirán toda la vida, hasta el final de los tiempos.
El enemigo de Dios, ciego para todo lo sobrenatural, se empina como un “gallito” de pelea con ínfulas de moralista para censurar las actuaciones de algunos miembros de la Iglesia por considerarlas lesivas o inconvenientes para la libertad de los ciudadanos. La música es siempre la misma, el músico diferente, las piedras que tira hacen daño y pueden destrozar a una persona, otras veces son huaycos que dejan pérdidas y víctimas. Con el tiempo todo se recupera y la barca de Pedro sigue su travesía sorteando tempestades y los ataques de los piratas que buscan prebendas a costa de la Iglesia. Nada ni nadie podrá tumbar a la Iglesia, como lo demuestra la historia claramente.

Los justicieros de “turno”
Hoy como ayer las lapidaciones las organizan los justicieros de turno que se amparan en la ley, compinchados entre ellos para hacer leña del árbol caído en vez de buscar los caminos del perdón y la reconciliación, que son, por cierto, caminos exclusivos para los que tienen la dicha de ser ricos en misericordia, como Jesucristo.
En este tiempo de relativismo los paladines del liberalismo absoluto se autoproclaman redentores de la humanidad: escriben sendos artículos, organizan comisiones investigadoras, azuzan a las masas, manipulan sin escrúpulos engañando a los inocentes para que apoyen sus causas.  Los hay de izquierdas y de derechas, agarran cualquier pretexto, algo que según ellos no está caminando bien en la Iglesia, para subirse a su caballito de batalla, que primero galopea alrededor de la víctima, para luego atropellar y matar.
Son jinetes que ondean la bandera de la libertad sin importarles la verdad. Persiguen sus propios intereses metiendo el caballazo a como de lugar, amparados en el consenso de algunos sectores del poder mediático, que juegan un papel sucio en la historia, porque lanzan piedras con los ojos vendados, sin importarles las personas. Con sus intervenciones atacan de un modo irreverente y atrevido buscando enfrentamientos y peleas entre las personas. Es lo que saben hacer:  dividen, no unen.
No les importa ni tienen en cuenta  las orientaciones del Magisterio de la Iglesia, que cumple la misión divina de difundir la Palabra de Dios por todo el mundo. Ellos solo saben  utilizar frases del evangelio para defender sus propios argumentos.  Es evidente la incoherencia de lo que dicen si se compara con  la desarticulación de vida que suelen llevar algunos. Lo peor es que se llaman católicos, pero no se ve en ellos ni una pizca de amor a la Iglesia, utilizan un lenguaje insultante y en bastantes casos hay una evidente falta de  ejemplaridad en la vida cristiana.
Estos adalides contemporáneos ejercen un liderazgo efímero que suele terminar, lamentablemente para ellos, en un descalabro. La Iglesia, a pesar de haber sido atacada con esos odios, les perdona siempre. La misericordia de Dios ha conseguido sacar de los escombros de las caídas más graves, a hombres que atacaron sin piedad a la Iglesia. Les ha dado la mano, (algunos, en ocaso de sus vidas), para que obtengan la gracia necesaria y recuperen la salud del alma.
Muchos de estos personajes que fueron críticos de la Iglesia, al pasar los años, arrepentidos y admirados por la riqueza del amor de Dios que los abraza con compasión, admiten que el mejor momento de su vida fue el, sorpresivo e inesperado, encuentro con Cristo. Muchos dicen, con las palabras de San Agustín, refiriéndose a la Iglesia y a Dios: “tarde te conocí”

Conversiones inesperadas
Si vemos a Saulo de Tarso combatir con odio a los cristianos es difícil imaginarse que después sería el Apóstol de las gentes y uno de los grandes pilares de la Iglesia.
También el mismo Jesucristo, con una conducta apacible y llena de comprensión, escuchaba a la Samaritana mientras ella se iba convirtiendo al contarle su vida. Frente la verdad su parlamento fue perdiendo fuerza para dar paso a la contrición. Jesucristo  solo la acompañó  y susurró con cariño: ¡hay!, ¿si conocieras el don de Dios?”  Eso fue todo lo que le dijo. El Papa Francisco está procediendo de la misma manera con la gente que se le acerca. Muchos se convertirán cuando se topan con el testimonio de una vida sincera y sencilla, llena de una rectitud que es grata, comprensiva y cariñosa.
Es muy triste cuando algunos hombres se proponen enmendarle la plana a la Iglesia con sus diatribas hirientes, ¡pobre sandez humana!  sin darse cuenta que la Iglesia es de Dios y está asistida por el Espíritu Santo.
En todas las épocas han existido justicieros convertidos en “verdugos” que arrojan piedras sin piedad y con los ojos vendados, porque quieren ganar una guerra a favor intereses personales, con armas ilegales. Temen que la Iglesia intervenga en sus vidas  y no puedan lograr sus metas. No están dispuestos a llevar la cruz de Jesucristo “arrojemos lejos de nosotros su yugo”  dicen airados,  queriendo minimizar, con una malcriadez burda, la actuación de algunos católicos dentro de la Iglesia. Por sus modos de proceder, llenos de indiferencia y maltrato, es fácil darse cuenta de la malicia de sus intenciones.
A todos los católicos nos toca rezar por Nuestra Madre la Iglesia, que es rezar por la unidad de todos y por la conversión de todos los que atacan indebidamente lo que es santo y divino. Es necesario rescatar para el amor de Dios a los justicieros que buscan con afán,  lapidar, con la ley en la mano, al que dicen que se equivocó, para quitárselo de encima, ellos deben convertirse para que aprendan a perdonar y tener en cuenta que  al final de los tiempos habrá un juicio divino donde todo va a quedar muy claro.
Ahora nos toca ser sinceros y auténticos para unirnos a los demás con la verdad que Dios nos alcanza a través de la Iglesia que quiere que todos sus hijos se salven.
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jueves, setiembre 19, 2013


Un proceso canceroso
EL COSTO DE LA FRIVOLIDAD
Los médicos dicen que un tumor benigno si no se extirpa a tiempo podría convertirse en maligno. Lo mismo podemos decir de la frivolidad, si no se la combate a tiempo termina matando la fidelidad de las personas y no respeta a ninguno. El que no combate a tiempo la frivolidad y persiste en ella, en algún momento se saldrá del buen camino.
Según los diccionarios frívolo es aquello que es insustancial o ligero. Este adjetivo, que proviene del latín frivŏlus, permite calificar a ciertos espectáculos, publicaciones, textos y canciones, donde predomina lo sensual. También se califica como frívolas a las personas que adoptan conductas ligeras y superficiales.

La frivolidad suele estar asociada a la estupidez o a una forma de inconciencia. La persona que es frívola no se compromete con la realidad y se limita a quedarse con lo banal. Sin embargo, la frivolidad es también una parte inherente de la conducta humana. Hay quienes aseguran que se necesita un tiempo y un espacio para la frivolidad y la falta de compromiso. En estos casos, lo frívolo se asocia a la diversión y a la juerga, y supone una especie de descanso de los problemas cotidianos.


La importancia de cuidar el descanso de cada persona

Descansar es una necesidad y tal vez plantearse un mejor descanso, porque  es conveniente para la salud, implique un “desprendimiento” de ciertos rigores de la vida causados por circunstancias o costumbres fortuitas. Una persona podría haberse acostumbrado a vivir en tensión, por sistemas de trabajo o presiones de los ambientes donde se desenvuelve, y tal vez, para romper con esa rémora, que lo incomoda, necesitaría adquirir una “dosis” de rebeldía y así obtener el descanso que lo tonifique y le haga recuperar los encendimientos de la alegría, que podría haber perdido. Este  cuadro se repite en sociedades donde se está perdiendo el sentido cristiano de la vida y no se cuida ni valora el descanso que toda persona necesita.

Cuando se vive de acuerdo a la ley de Dios se tiene en cuenta el descanso por amor al prójimo. En un hogar donde hay caridad, que es verdadero cariño, se organiza bien el descanso de cada miembro de la familia y de acuerdo a la circunstancias de cada uno.

La frivolidad deteriora y deshumaniza a las personas

La frivolidad, que es como una enfermedad del descanso, tiene su origen en una rebeldía meliflua y algunas veces enfermiza: quedarse en la cama y no levantarse, engreimientos en la comida, rechazar lecturas costosas, no asearse o vestirse de cualquier manera, no querer conversar con nadie aunque se esté rodeado de gente, sentarse frente al televisor sin más, escaparse de cualquier cosa que implique sacrificio, perder el tiempo…

La frivolidad se mete, con mucha facilidad, en los hogares permisivos donde no existen horarios para nadie. Esto ocurre normalmente donde se piensa que en su casa cada uno puede hacer lo que le da la gana: si quiere dormir que duerma, si quiere comer que coma, si quiere treparse encima de los muebles que lo haga, si quiere desplazarse en paños menores por la casa, también lo puede hacer.

Cuando los padres tienen la política de la no intervención porque piensan que sus hijos debe decidir sin más, la casa se convierte en una pensión y las relaciones familiares se empobrecen tremendamente. La misma familia se autodestruye y terminan siendo un conjunto de individualidades esclavizadas por las grandes limitaciones de la propia autonomía, que se creó con la rebeldía (engreimientos y caprichos) y no con el amor.

La tendencia a lo superficial es alimentada por la sociedad relativista. Cuando no sabe qué transmitir se llenan las páginas de fotografías y dibujos. Los muros del facebook  están llenos de fotos y comentarios superficiales; sin embargo no son pocos los que piensan que ha puesto una frase genial y que sus lectores están siendo enriquecidos por esas ocurrencias originales que son como chorros de pintura derramados sobre un lienzo y que no significan nada.  Salvo honrosas excepciones.

Cuando la frivolidad entra en las personas que tienen un compromiso de entrega a Dios. (Es fácil que pierdan su vocación)

         Cuando la frivolidad entra en los caminos de entrega a Dios las consecuencias son
patéticas y muy dolorosas. Sorpresivamente esas personas comienzan convirtiendo los medios en fines y, con un fuerte voluntarismo, se engríen buscando sus antojos o “ventajas”  que defienden para ellos, como si fueran compatibles con su vocación. Al avanzar en esas “conquistas” el espíritu crítico va creciendo hasta convertirse en una justificación para explicar su desacuerdo con personas o sistemas que consideran incompatibles con los que ellos quieren.

Quienes se encuentran en esa situación pueden acostumbrarse a vivir conminados dentro de ciertos parámetros durante algún tiempo y después se pertrechan con unos mecanismos de defensa para que no los toquen. Ya no les importa saber de dónde vienen ni a dónde van. Han perdido el norte y el sentido de la fidelidad, las agujas de la brújula se han alocado dando vueltas desconcertantes con afirmaciones y negaciones desacertadas, mientras que la conducta se enquista en uno de los extremos: dureza o relajo. Los que están cerca son los que sufren las consecuencias de los desatinos de una persona que pierde la cabeza: abandonos, huidas, malas elecciones, descuidos, atropellos, angustias, tristezas. Es la gran enfermedad de la infidelidad.

 Se dice de algunas órdenes religiosas son de la línea dura frente a otras que son de la línea moderna y más relajada. Ni en los extremos ni en el término medio está la postura correcta. Cuando entra la frivolidad no aparece una nueva línea a tener en cuenta. Entra un microbio que se debe combatir porque la frivolidad es como un tumor que primero adormece y después se convierte en maligno, si no se le extirpa mata el amor en las personas, que penosamente se vuelven rígidas y duras, permisivas y ligeras. Gente difícil de tratar para los asuntos serios.

La entrega no consiste en hacer cosas sino de hacer las cosas que se deben hacer y que sólo se pueden hacer desde la fidelidad, o sea con un amor ordenado en el corazón que respeta la finalidad y la quiere. La fidelidad es un compromiso de amor y la frivolidad es como un “cáncer”  que tiene curación cuando se detecta a tiempo y se le combate.

El gran peligro de una sociedad humana es que esté lleno de personas frívolas. El frívolo no inspira confianza, tampoco él se da cuenta de su inseguridad, está caminando en terreno movedizo, aunque afirme rotundamente que su camino y su proceder son coherentes y buenos.

Es necesario poner luces sobre los cimientos de muchas estructuras para descubrir los hierros corroídos y oxidados por influjo de la frivolidad y no esperar que el edificio caiga estrepitosamente. Más vale una buena demolición a tiempo y volver a construir con un material seguro que dejarlo tal como está.

Hoy, más que nunca, es necesario sincerar las estructuras y al que no quiera desprenderse de la frivolidad invitarle a que de un paso al costado.

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jueves, setiembre 12, 2013


Neurosis del siglo XXI: miedo al aburrimiento
PASIÓN POR LA DIVERSIÓN
En la década de los años 60 fue tomando cuerpo, por una presión social, una creciente pasión por la diversión que motivó la multiplicación de espacios para actividades lúdicas en los clubes y en los centros de esparcimiento de las principales ciudades del mundo. En unos años más estos espacios se extendieron, por la apertura de casas de juego, desde las grandes urbes a los barrios marginales y a los pueblos más lejanos. El crecimiento económico y la tecnología de punta de los sistemas electrónicos fue otro factor decisivo para que el mercado de las actividades lúdicas crezca con una concurrencia masiva.
La pasión por la diversión encontró la mesa servida con juegos modernos y sofisticados que se sumaron a las fiestas semanales, (en algunos lugares casi diarias), creando en los concurrentes una fuerte dependencia y el convencimiento de que divertirse era la mejor forma de pasar el tiempo.
En los años anteriores no existía esa pasión tan fuerte en la juventud. Los jóvenes, y también las personas mayores, se divertían de un modo más moderado y ordenado. Hoy, salir a divertirse, es como un rito que hay que cumplir a raja tabla. Las ofertas de las diversiones son variadas y atractivas, se organizan sobre la marcha presentándose habitualmente de un modo informal. Los chicos están atentos para no perderse nada, se las ingenian para estar presentes en todos los “compromisos” de diversión que puedan, aunque causen dolores de cabeza a sus padres, que intentan reducir la intensidad y la frecuencia de esas salidas, cuando intuyen que pueden ser temerarias.
La presión social a favor de los excesos de diversión es tan fuerte que se ha convertido en un consenso global, aunque nunca deja de estar acompañada de grandes temores, por los accidentes trágicos que ocurren con demasiada frecuencia. A esta realidad se suma el aumento mundial de la ludopatía, que está golpeando a muchos hogares y se está convirtiendo en un problema social difícil de resolver.

El “derecho” a relajarse
Se puede decir que la pasión por la diversión ha generado una mentalidad distinta y una sensibilidad diferente, que es, entre otras cosas, proclive al relajo espontáneo, como si fuera un derecho inalienable con una patente de corzo para romper el orden y la formalidad que puedan tener por tradición las buenas costumbres sociales. Las grandes mayorías no son muy conscientes de los efectos negativos de esta rebeldía, que tiene presunción de conquista.
Hoy muchas personas que están dispuestas a permitir, con una concesión cada vez más recurrente, a lo que podría llamarse la hora loca, en los ambientes más sanos de la diversión, ignoran, que muchas de esas diversiones juveniles, que parecen inocuas y “divertidas” terminan siendo las famosas fiestas semáforo, donde también se juega a la ruleta sexual, en ambientes totalmente inmorales.
Lamentablemente estas actividades degradantes se están extendiendo en muchos sectores de la sociedad a la vista y paciencia de las autoridades que actúan con una permisividad pasmosa, haciéndose los “locos” para no contristar, salvo honrosas excepciones.
Está claro que, en estos últimos tiempos, mientras la fiebre juvenil por la diversión crece sin límites, se desmoronan al mismo tiempo los principales valores morales, que se habían mantenido estables durante muchos años, con unas consecuencias muy penosas: aumento de la infidelidad, traiciones y corrupción generalizada, inseguridad y crecimiento de la violencia: hogares (violencia familiar), calles (delincuencia), periferia (grupos armados, terrorismo, narcotráfico). Es muy penoso ver personas destrozadas que sufren grandes depresiones y muchos que optan por el suicidio (los números han crecido considerablemente).
Los chicos, imberbes y sin experiencia de la vida, no son conscientes, aceptan y aplauden los desórdenes y todo lo que sea informal, como si fuera una gran conquista de los tiempos actuales. Cuando sienten que se oponen a sus padres y a las generaciones anteriores, les parece que están progresando en  el desarrollo de su personalidad. Ellos desean ser cuanto antes “libres e independientes” y entonces lo nuevo y moderno se tiene que imponer sobre lo antiguo, aceptan lo de hoy y rechazan lo de ayer, dicen, por ejemplo, que no les gusta una película porque es antigua y lenta, pensando que son argumentos suficientes para rechazarla. Si no hay acción bostezan y se aburren, el argumento con valores ya no cuenta para ellos.  

El retroceso del “progreso”
Es necesario advertir que estos criterios no son conquistas sino caídas sociales que se dan junto a un progreso tecnológico notorio. Como se sabe el crecimiento material y económico no es necesariamente signo de progreso social. Si no hay una formación moral adecuada, con más dinero podría aumentar la corrupción y la degradación de las personas, como de hecho ocurre.
Todos hemos visto, en estos últimos años, que orden y la formalidad se convertían en una especie de camisa de fuerza, algo que había que quitar para sentirse más libres: se pasó del saco y corbata a la camisa abierta, de la falda a la minifalda, aparecieron canciones de protesta, (que rompían esquemas antiguos) y el hombre se volvió más autónomo e independiente, rebelde a los consejos y a las enseñanzas de las generaciones anteriores. Así sentían liberarse de algo que los ataba.
Mientras se daban estas “liberaciones” la brecha generacional crecía, sin que nadie pudiera evitarlo. Los jóvenes, con un lenguaje distinto y un trato mas atrevido e irreverente, procuraban pasarla bien a toda costa, aunque esto llevara consigo el libertinaje en  ambientes donde corría fácil el licor y la droga y donde la actividad sexual, (fuera del compromiso matrimonial), se convertía en una diversión más, como si fuera lo más normal del mundo.
Lamentablemente por estas circunstancias, muchos se quedaron atrasados, varados y atrapados en una de las peores esclavitudes que ha tenido la humanidad, la que anula totalmente a las personas y no las dejan avanzar para conquistar valores más elevados, que son los que deberían alcanzar para ser felices.

Divertirse para no sufrir
Si ir a los extremos es necesario señalar que también se dieron situaciones duras que provocaron, en algunas personas, una estrepitosa huida hacia las actividades lúdicas. Algunos aumentaron su pasión por las diversiones, como un mecanismo de defensa, para escapar  de la violencia en sus propios hogares o en ambientes que frecuentaban habitualmente.
Para ellos la salida fácil, para evitar momentos duros y agobiantes, era divertirse ampliamente y sin mayores límites. La diversión se convertía en una suerte de droga, para palear las amarguras de la vida. Tan mal andaba la sociedad que la diversión parecía lo mejor y lo más valioso, comparada con el resto de cosas que se hacían. Han pasado los años y esta corrupción social continúa infectando a muchos jóvenes y a gran parte de la sociedad.
La pasión desordenada por las diversiones y el estar abierto a diversas experiencias, que aparecen en el camino, es la mayor inseguridad que tiene nuestra sociedad, porque significa que muchos no podrán alcanzar los valores a tiempo. El empacho que tienen muchos jóvenes les está incapacitando para ser realmente libres y poder llegar la felicidad que toda persona debería alcanzar.

Saber descansar con orden
Es evidente que la naturaleza humana necesita del descanso y las actividades lúdicas, llevadas con orden son una gran cosa para lograrlo. Existen muchas formas de descansar que enriquecen y hasta engrandecen al hombre: la práctica de un deporte, algún hobby, un paseo o unos viajes, también las reuniones y las fiestas con las amistades y por supuesto los juegos. Pero todo con moderación y con la finalidad real de descansar para luego poder trabajar con más empeño.
El hombre ha nacido para trabajar y debe dedicar la mayor parte de su tiempo al trabajo donde se realiza como persona y colabora con el bien de su familia y de la sociedad. A veces se dice equivocadamente que las horas libres son las del descanso y no se tiene en cuenta que las horas libres también son las del trabajo. El sometimiento a un trabajo hace al hombre más capaz y por lo tanto más libre. Podrían haber otros condicionamientos que perjudiquen su libertad, pero nunca será el trabajo en sí. Tampoco se puede decir que el hombre es libre porque puede divertirse. Tanto para el trabajo como para la diversión el hombre necesita una libertad que la podría alcanzar con el esfuerzo y la lucha que ponga para ser mejor cada día, con afán de ayudar y servir a los demás.
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jueves, setiembre 05, 2013


Con la fuerza de la oración junto al Papa
¡NO A LA GUERRA!

El domingo pasado el papa Francisco antes de rezar la oración del ángelus en la plaza de San Pedro, realizó un fuerte apelo y convocó a una jornada de ayuno por la paz en Siria y en el mundo, que se celebrará el próximo sábado 7 de septiembre:

“Queridos hermanos y hermanas, buen día.
Hoy quiero hacerme intérprete del grito que sube desde cada parte de la tierra, desde cada pueblo, del corazón de cada uno, de la única gran familia que es la humanidad, con angustia creciente: es el grito de la paz.
Es el grito que dice con fuerza: queremos un mundo de paz. Queremos ser hombres y mujeres de paz. Queremos que en esta sociedad nuestra, destrozada por divisiones y conflictos estalle la paz.
¡Nunca más la guerra, nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precisos que tiene que ser promovido y protegido.
Vivo con particular sufrimiento y preocupación las diversas situaciones de conflicto que hay en nuestro mundo, pero en estos días mi corazón está profundamente herido por lo que está sucediendo en Siria y angustiado por las dramáticas perspectivas que se prospectan.
Dirijo un fuerte apelo por la paz, un apelo que nace del interior de nosotros mismos. ¡Cuánto sufrimiento, cuánta devastación, cuánto dolor llevó y lleva el uso de las armas en este martirizado país. Especialmente entre la población civil e inerme. Pensemos a los niños no podrán ver la luz del futuro.
Con particular firmeza condeno el uso de las armas químicas. Les digo que conservo aún fijas en la mente y en el corazón las terribles imágenes que vi en los días pasado. ¡Hay un juicio de Dios y también un juicio de la historia sobre nuestras acciones del que no se puede huir!
El uso de la violencia nunca trae la paz. La guerra engendra guerra, la violencia engendra violencia. Con toda mi fuerza pido a las partes en conflicto que escuchen la voz de la propia conciencia, de no cerrarse en los intereses propios, pero que miren al otro como a un hermano y que tomen posición con decisión el camino del encuentro y del negociado, superando la ciega contraposición.
Con la misma fuerza exhorto también a la comunidad internacional de manera que haga un esfuerzo para promover, sin ulterior indulgencia, iniciativas claras por la paz en ese país, basadas en el diálogo y la negociación, en el bien de la población Siria. No sea ahorrado ningún esfuerzo para garantizar asistencia humanitaria a quien fue golpeado por este terrible conflicto. En particular a los desplazados en el país y a los numerosos prófugos en los países vecinos. A los operadores humanitarios empeñados en aliviar el sufrimiento de la población, le sea asegurada la posibilidad de dar la ayuda necesaria.
¿Qué podemos hacer nosotros por la paz en el mundo? Como decía el papa Juan, a todos nos corresponde la tarea de recomponer la relación de convivencia en la justicia y el amor. Una cadena de empeño por la paz una a todos los hombre y mujeres de buena voluntad.
Y hago una fuerte e insistente invitación a toda la Iglesia católica y también la extiendo a los cristianos de otras confesiones, a los hombres y mujeres de cada religión, y también a los hermanos y hermanas que no creen. La paz es un bien que supera cualquier las barrera porque es un bien de toda la humanidad.
Repito en alta voz: No es la cultura del enfrentamiento, la cultura del conflicto, la que construye la convivencia de los pueblos y entre los pueblos; sino aquella: la cultura del encuentro, la cultura del diálogo, esta es el único camino hacia la paz. El grito de paz se eleve alto para que llegue al corazón de todos, y todos depongan las armas y se dejen guiar del anhelo de paz.
Por esto, hermanos y hermanas, he decidido de convocar para toda la Iglesia, el 7 de septiembre próximo -vigilia de la Natividad de María Reina de la Paz- una jornada de ayuno y oración por la paz en Siria, en el Medio Oriente y en todo el mundo.
Y también invito a unirse a esta iniciativa, de la manera que consideren más oportuna a los hermanos cristianos no católicos, a los que pertenecen a otras religiones y a los hombres de buena voluntad.
El 7 de septiembre en la plaza de San Pedro, aquí desde las 19 a las 24 horas, nos reuniremos en oración y en espíritu de penitencia para invocar de Dios este gran don en favor de la amada nación Siria y por todas las situaciones de conflictos y violencias en el mundo.
La humanidad necesita ver gestos de paz y oír palabras de esperanza y de paz. Pido a todas las Iglesias particulares que además de vivir este día de ayuno, organicen algún acto litúrgico según esta intención.
A María le pedimos que nos ayude a responder a la violencia, al conflicto y a la guerra, con la fuerza del diálogo, la reconciliación y del amor. Ella es madre. Que ella nos ayude a encontrar la paz. Todos nosotros somos sus hijos. ¡Ayúdanos María a superar este difícil momento y a empeñarnos cada día, en cada ambiente, en una auténtica cultura del encuentro y de la paz.
María reina de la paz, ruega por nosotros. Todos: María reina de la paz ruega por nosotros".


Repercusión mundial

Desde todo el mundo llegan los ecos del apelo que el papa Francisco hizo el domingo pasado, invitando a un día de ayuno y oración por la paz en Siria y en el mundo, que realizará este sábado 7, y que tendrá su máxima expresión en la vigilia en la plaza de San Pedro.

En el Vaticano la Secretaría de Estado invitó el jueves por la mañana a los embajadores acreditados ante la Santa Sede a una reunión sobre el significado de la iniciativa. Lo indicó hoy el director de la oficina de prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi. Añadió que las conferencias episcopales y dicasterios relacionados con las diversas Iglesias cristianas y otras religiones se están empeñando en hacer conocer el evento. Sobre el programa para la vigilia, por ahora está previsto el rezo del santo rosario, la adoración eucarística y una meditación del papa Francisco.

En Siria, el arzobispo Roham, metropolíta sirio-ortodoxo invitó a sus fieles y a los que se encuentran en la diáspora a participar de la invitación del santo padre. Y precisó: “Adherimos con convicción al apelo del Papa,  porque como dice el evangelio de Mateo “este tipo de demonios -como la guerra y la violencia- no se expulsa si no con la oración y el ayuno”.

El metropolitano, que en breve estará en el Líbano y en Turquía por motivos pastorales, le aseguró a la agencia de noticias FIDES que “todas las comunidades ortodoxas y protestantes de diversas confesiones, en el Líbano y otras naciones de Medio Oriente, se están movilizando para rezar y ayunar juntos este sábado”.

El gran mufti de Siria, Ahmad Badreddin Hassoy, líder del islam sunita, indicó que le gustaría estar con el Papa en la plaza de San Pedro. E indicó que los musulmanes realizarán una jornada de oración y ayuno, como invitó el santo padre.

También desde Tierra Santa los obispos indicaron: “Cada ordinario en su diócesis, eparquía o exarcado, cada párroco, e instituto religioso organizarán la jornada como más conviene”.

El cardenal maronita de Beirut, el cardenal Bechara Rai, visitó al patriarca griego ortodoxo de Antioquía, Youhanna Yazige, y los dos afirmaron que estaban profundamente confortados por el apelo del papa, y que organizarán la jornada en sus respectivas comunidades.

La convocatoria del papa “es fundamental para abrir las puertas a una solución pacífica”, indicó a Asia News, Ridwan Al-Sayyd, un musulmán experto de islam para la revista al-Ijtihad. Y consideró que los musulmanes además de adherir a la iniciativa harán todo para difundirla.

Los consagrados de todo el mundo se unirán, como lo confirma el cardenal Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación de los Institutos de Vida Consagrada, que en una carta enviada a todos los religiosos precisa la necesidad que “prevalga la cultura del encuentro”. Y añade que además de los actos litúrgicos en las iglesias, deben realizarse también “en cada comunidad de religiosos y de vida consagrada”.

En Italia la Conferencia Episcopal al invitar al evento, añade: “Hemos dado sugerencias, pero cada uno tiene la experiencia y la fantasía para realizar los momentos de reunión”. Además llega la adhesión de diversos movimientos, como los Focolari y sant'Egidio, que han participado en mediaciones internacionales.
También desde América Latina, algunos presidentes confirmaron que se sumarán a la jornada de oración y ayuno.

Nosotros también acompañaremos al Santo Padre en esta jornada de oración y ayuno.