AMAR ES
MUCHO MÁS QUE TOLERAR
Al
terminar de leer el artículo “El ateo, el
marxista y el intolerante”, que escribió Alfredo Bullard en “El Comercio” saqué rápidamente el lapicero para apuntar la avalancha
de respuestas que se me venían a la cabeza. El artículo, a primera vista parece
muy persuasivo, sin embargo pone en berlina
a los católicos que profesan la fe tal como lo enseña la Iglesia.
Sin
mayor explicación afirma que un cristiano
intolerante convertirá su fe en dogma y se condenará a la ignorancia” acaso no sabe que la fe es creer en los
dogmas que enseña la Iglesia y que la defensa de la fe es la defensa de la
verdad. No es que la verdad se tenga que adaptar a los tiempos, son los tiempos
los que deben adaptarse a la verdad.
Dentro
del contexto que estamos considerando podría parecer que Jesucristo sería el
mayor intolerante de todos los
tiempos, porque predicó la verdad, que no
estaba de moda, y el mundo la rechazó. No toleraron a Cristo y lo mataron
de una manara brutal. El que rechaza la verdad se equivoca. La verdad se debe
amar y la verdad lleva al amor, que es mucho más fuerte que la tolerancia.
El
que ama se moja, interviene, da la cara y corre el riesgo de ser rechazado y
criticado, como Jesucristo. La historia está llena de mártires que han sabido
dar la vida por la fe. “Nadie tiene más amor que el que da la vida
por sus amigos” y Jesucristo llama amigo al que hace lo que Él dice.
Esa es la mejor definición de amistad. El mejor amigo sería el que dice la verdad
y consigue que el otro sea libre y feliz.
El
que ama de verdad conoce bien y se entera bien de las cosas. Al que le falta
amor se queda en la superficie, no se da cuenta. Su profundidad podría ser
meramente intelectual, de libro, teórica y no la del amor. El que ama está
presente y está a gusto porque tiene el corazón en las personas que trata. Las
trata con el cuidado de un padre o de una madre, le interesa mucho el bien de
los demás. El que tolera tiene un “respeto” de poca categoría humana. Su
tolerancia le lleva a cuidarse él colocándose a una “prudente” distancia para
no “mojarse” y no “complicarse la vida”, tiene miedo y la Sagrada Escritura
dice: “el que tiene miedo no sabe querer”
¿Quién elige: Dios o el hombre?
En
otro párrafo de su artículo el Sr. Bullard afirma que “el mayor valor de la educación del hombre no está en la convicción
final, sino en el proceso de su elección”
Habría que atender antes a lo que dice Jesucristo y está recogido en
los evangelios: “no me han elegido ustedes sino que yo los he elegido para que vayan y
den fruto y el fruto permanezca”
El
hombre presuntuoso quiere enmendarle la plana a Dios y elegir él. Religión
significa: elección de Dios. Dios nos elige dándonos un deber (los
mandamientos) y una misión (hacer lo que Él quiere), para ambas cosas se
requiere de la obediencia. El que sabe obedecer es el que aprende a amar. “Si
guardan mis mandamientos permanecerán en mi amor” y entiende bien lo que es la autoridad.
Nadie tiene más autoridad que el que sabe amar. Por lo tanto lo sensato será
elegir obedecer y obedecer es amar. Cristo nos enseña a amar obedeciendo a Dios
Padre y fue obediente hasta morir en la cruz. Nadie puede decir que sabe amar sacando el pie del plato con una
presuntuosa desobediencia.
En
cuestiones de fe no caben “libres
pensadores” sino más bien los humildes pensadores que saben que hay una
Verdad que los supera y es la que viene de la Autoridad de Dios, que no puede
engañarse ni engañarnos. Verdad que acepta el buen cristiano y engrandece su
espíritu, se hace un gigante. El hombre de fe no es un amilanado o reprimido
que se encuentra sometido por una autoridad que lo oprime y no lo deja ni
respirar. El hombre de fe es totalmente libre porque fue rescatado por la
verdad y por lo tanto sabe amar con una comprensión extraordinaria que lo llena
de paz.
El
cristianismo no es la tolerancia sino el amor. El que defiende la fe con la
vida (la verdad) no es intolerante, es el que más ama. El amor es mucho más que la tolerancia.
Agradecemos sus comentarios
1 comentario:
Enrique Carrión dice:
Este artículo está lleno de luz intelectual. Pero la triste realidad es que "los hombres prefirieron las tinieblas a la luz". Y las siguen prefiriendo. La VERDAD es un tema que ya no interesa, vivimos una época de crisis intelectual, moral y espiritual. Afortunadamente hay quienes no han sido ganados por las tinieblas y otros que sólo han sido hipnotizados. Su artículo sirva para confirmar en la fe a
unos y despertar a otros.
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