En el año de la fe
LA COMUNICACIÓN CON DIOS PERFECCIONA LAS RELACIONES HUMANAS
Uno de los aspectos más importantes del ser humano es
su capacidad de comunicación. De ella dependerá la suerte de su vida y por lo
tanto su felicidad y el logro de su ser como persona.
También podríamos decir, para enfocar bien el tema,
que la calidad de una persona depende de la calidad de sus relaciones, de como
se lleva con los demás. Y aquí podemos añadir un punto, que es propio de la fe,
pero que necesariamente tiene que entrar aquí, para que salga bien el cuadro
del ser humano como persona, el punto que facilita la calidad de las relaciones
de una persona con los demás es la relación que tenga esa persona con Dios. De
allí la calidad de las relaciones humanas de un santo.
Nosotros que somos creyentes no tenemos problemas en
aceptar que esto es así y no podría ser de otra manera. También el Señor lo dice: "sin mi, nada
podéis hacer"
Tendríamos que
demostrarles, a los que no tienen fe, de la importancia que tiene esta
condición del hombre de fe para que se de la armonía y la claridad que debería
existir en las relaciones entre los seres humanos.
Alguien podría decir: yo conozco personas que no
tienen fe y se llevan muy bien. Entonces tendríamos que profundizar en qué
consiste llevarse bien. Existe una gracia de Dios llamada gratis data, es la que recibe el ser humano de otros: los méritos de los santos, un pariente piadoso, la oración de la Iglesia, etc. pero también, desde el punto de vista humano a un niño le podemos contar un cuento y vivirá feliz
con esa fantasía durante unos días o una temporada. No es malo el cuento, pero
no le estoy trasmitiendo la realidad, quizá todavía no esté en condiciones de
entender la realidad, algún día alguien tendrá que decírsela. La relación
que podemos tener para contar un cuento puede ser excelente. Pero siempre existirá la deuda de transmitir la realidad.
La relación para transmitir la realidad tiene otras
connotaciones.
En una sociedad podemos encontrarnos a muchos que
viven del cuento: mundos fantásticos, mundos virtuales, utopías, amores
platónicos. Tendremos que afirmar también que muchos dentro de una gran
ignorancia, y podrían pasar toda la vida así. La ignorancia, a diferencia de la
nesciencia, es falta del conocimiento debido, el conocimiento que es necesario
para ser libre ya por lo tanto feliz, el conocimiento que es la verdad que
debemos conocer y no ignorar. Para que se de una comunicación adecuada debe
conocerse la verdad, porque es la verdad lo que se debe transmitir para que las
relaciones humanas sean armoniosas y tengan relación con el fin de la persona.
Los conocimientos y las relaciones nos tienen que llevar por el camino correcto.
En esta época tenemos un problema grave que afecta
tremendamente la comunicación de los seres humanos. El problema se llama
relativismo. Las personas que son relativistas no se dan cuenta de la
deficiencia de su estado, al contrario les puede parecer que están muy bien. El
relativismo es como una droga social. No es que alguien se acerque al
relativismo para ser relativista. Es consecuencia de un abandono en la
formación de los valores, a tal punto que al hombre no le importa mucho el bien
o el mal. Ya no existen buenos y malos, existen solo personas diferentes, que
tienen distintas verdades o modos de ver la realidad. El relativismo lleva al permisivismo, todo se
puede permitir, porqué vamos a prohibir, es bueno tener experiencia de todo
para poder elegir mejor, es bueno que haya todo tipo de personas y que cada una
haga lo que le da la gana, siempre y cuando no se meta con los demás: si
alguien quiere ser homosexual, que lo sea, si alguien opina que se debe despenalización
el aborto, es libre de pensar así, si alguien quiere divorciarse que lo haga,
si un sacerdote quiere dejar de serlo, es su decisión, etc.
El relativismo crea una mentalidad que responde a la
aceptación de una libertad absoluta. Para el relativista es más importante la
libertad que la verdad. Si la verdad es muy dura, no la aceptes, es más
importante que seas libre, ¿Porqué someterse a unos reglamentos?, ¿Porqué
obedecer?
Afirmar que la verdad es relativa, es como decir que no
tiene mayor importancia, que depende de las circunstancias, o de las consecuencias,
o de la intención. El que afirma todo esto se pone por encima de la verdad, me
doy cuenta que puedo estar por encima y puedo decidir lo que yo quiero y como
quiero. No se da cuenta que está dogmatizando su opinión, lo relativo será para
los demás, no para sus afirmaciones. Además permitir varias miradas sobre el
mismo punto es alejarse de los compromisos, ya no es tan importante
comprometerse, incluso parecería imprudente. Admitir varias verdades es más
cómodo y empuja a no decidirse por nada serio y a cambiar de camiseta
constantemente, también la falta de seguridad por la verdad lleva a tomar
posturas dudosas, agnósticas. Todo lo contrario a la fe. Para la comunicación
con Dios es necesaria la fe y esta le da al hombre los mejores elementos o
recursos para comunicarse con los demás. Tener fe es aceptar el amor de Dios.
Dios se está comunicando con un Amor constante. La comunicación con Dios es
puro amor. Lo contrario al amor es la tibieza.
La tibieza, que es falta de amor, engarza
perfectamente con el relativismo. Se podría encontrar una justificación para la
tibieza. Una persona cansada no acepta las cosas porque está cansada, si es relativista,
no pasa nada. También la persona que se opone a un proyecto encuentra en el
relativismo una justificación, no tendrá que demostrar tanto para oponerse, no
le importa la verdad. Le da más importancia el estar a gusto, hacer las cosas
por propia satisfacción, para pasarla bien. Lo que desea por encima de todo es
pasarla bien. Cualquiera que caiga en una tibieza, del tipo que sea, piensa que
debe salir de ella, que debe esforzarse, en cambio el relativista dirá: para
que esforzarse, hay que tomarse las cosas con calma, lo haré cuando tenga
ganas...
Algunos piensan que la verdad es algo para decirlo
después. Están esperando una mejor ocasión y luego la realidad es que no la
encuentran nunca. Mientras tanto van rellenado esos espacios con otras cosas,
fantasías, entretenimientos, accesorios. Hoy abundan tatuajes, peluches,
mascotas, pulseras, alforjas, imágenes, calcomanías, dietas especiales,
creencias exóticas, brujerías, orientalismos, yoga, gimnasios, métodos de
relax, etc. El tiempo empleado e tantas cosas accesorias que son como los muros
del facebook, frases sueltas que indican una presencia, aquí estoy, pero con un
sentimiento, un grito, una queja, una admiración, una frase colgada que parece
una genialidad, sobre todo al que la colocó, hay mucho aficionado al refrán,
pero sin mayor profundidad o coherencia. Un sentido de la igualdad que no deja
percibir la calidad. Da lo mismo una persona que estudió mucho de otro que no
estudió nada, tampoco se distingue fácilmente el que se está sacrificando mucho
del vago que vive de los demás y que es oportunista. Lo vemos en los políticos,
lo malo es cuando los buenos se retiran, la política de la no intervención, el unido
poco a poco va cayendo en la oclocracia.
En el cine: películas para pasar el tiempo, nada para
pensar, solo para sentir, alimento para pasarla bien... Gente mayor partidarios
de una afición infantil por lo fantastico, con una fantasía que no lleva a la
realidad, no son los cuentos que encierran una enseñanza, algo ejemplar. Es un
disolvente, algo que rompe lo formal, por no decir lo moral. En definitiva si
trazamos una raya para ver la concluisión debemos admitir que fomenta la
inmoralidad y aleja a las personas de la verdad. La literatura: libros de
sanación, naturalistas, sin fondo doctrinal.
Es indudable que la comunicación está fallando, hay
problemas de comunicación. Hay falta de disposición, no se quiere, hay aburrimiento,
no se sabe que decir, parece que está demás, para mucha gente hay temas que ya
fueron, que no hace falta conversar. Hay una falta de práctica, de ejercicio,
de forma, porque la vida les llevó a otras actividades. No son conscientes de los
que se está perdiendo.
Es indudable también que está fallando la transmisión.
El que quiere transmitir algo hoy tiene mucha más dificultad. Se pueden
transmitir los bostezos, los estornudos, el dolor de estómago, un suceso
espectacular... Pero algo trascendente no. parece que no tiene cabida, que está
demás. Se habla de lo que no es importante y no se habla de lo importante. Hay
un exceso de superficialidad. Las mismas letras de las canciones indican esa
falta de profundidad que existe en nuestra sociedad. Ya no se busca decir algo
bello, se busca llamar la atención con algo irreverente, a veces grosero, torpe
o ridículo.
¿Y qué hace la educación?
También está entretenida con los sucedáneos de la
verdad y a veces hasta perdida. Cuando no se puede limpiar la casa se esconde
la basura debajo de la alfombra, o se pinta un clavo en la pared en vez de
colocar un clavo, o se hace como en el ejercito: lo que no se saluda se pinta y
así tenemos colegios que hace cosas ya tienen a todos haciendo cosas para
lograr, en el mejor de los casos, un aprovechamiento del tiempo de los alumnos,
o un protagonismo en este mundo de competividad. Es que muchas veces, los
educadores, empezando por los padres de familia, nos dedicamos a promocionar a
la gente para que tengan éxito en el futuro, colocar a los jóvenes. La
educación de hoy presenta recursos para tener éxito, para ser competitivos en
medio del mundo, para conseguir cierto liderazgo, importa menos el bien o el
mal, la moral se suele guardar para que cada uno vea y escoja, lo importante
ahora es la competividad. El servicio se coloca en el rubro de la solidaridad
que es un espacio para la acción social que no compromete a toda la persona. En
muchos casos es tranquilizar la conciencia, el poder decir yo estoy haciendo
algo por los demás, o ya hice algo por los menos favorecidos, pero no está en
la línea de la comunicación y menos en la línea del amor auténtico al prójimo.
Se conoce poco, no se sabe nada, no importa nada, son otros mundos. Hay una
gran brecha, hay una gran incomunicación.
La comunicación con Dios:
La primera comunicación que Dios le exige al hombre es
la del primer mandamiento, es la comunicación del amor. Pero esta comunicación
empieza por Dios y el hombre la debe reconocer. Hay que tener en cuenta que existe
un mandamiento del amor. Cuando se habla de amor pareciera que no debería
reglamentarse, sin embargo se llama la ley del Amor, por lo tanto al hombre se
le exige una obediencia, primero para reconocer a Dios: Dios nos ama. Este
reconocimiento es algo grandioso para el hombre, es ya una comunicación de
primer orden y muy inteligente, es seguridad. Al hombre le tranquiliza y le da
paz ser amado, en presente por Dios. Esto se da también en el niño pequeño con
respecto a sus padres, aunque todavía no hable, percibe que es amado por sus
padres y se siente seguro. Los padres se dan cuenta que cuando tienen amor por
el bebe lo hacen feliz. Existe la advertencia de una comunicación que
enriquece. Volviendo a Dios, el hombre va descubriendo poco a poco el gran amor
que Dios le tiene, o sea, todo lo que ha hecho Dios por el hombre. Ese
conocimiento es esencial ara la relación, para que nazca en el hombre un
verdadero amor, que luego debe perdurar toda la vida, es más debe crecer y
estar siempre en primer lugar. Es por eso que cuando le preguntan al Señor que
cual es el mandamiento principal, Él contesta diciendo: "amarás al Señor
tu Dios con todo tu corazón, con toda tu fuerza y con toda tu mente..."
indica es esfuerzo que tenemos que poner cada uno para que realmente podamos
amar a Dios y podamos establecer una relación con Él. Para amar es necesario el
corazón y éste debe encontrarse limpio para poder amar. Con la educación
aprendemos a limpiar el corazón y sabemos qué lo ensucia, qué lo envilece y qué
lo corrompe. De allí que aparece las virtudes que guardan el corazón, que son
los consejos evangélicos: pobreza, castidad y obediencia. La instrucción
cristiana es fundamental para que se de una buena comunicación con Dios. El
estudio del catecismo hecho de un modo habitual en las distintas etapas de
nuestra vida.
La doctrina es necesaria para la comunicación con
Dios. por eso la Iglesia la enseña. No se logra una comunicación adecuada
permaneciendo en la ignorancia. La ignorancia es un gran obstáculo para la
comunicación con Dios, de allí que la Iglesia sea misionera, está buscando
siempre la conversión de las personas para que éstas puedan comunicarse con
Dios.
Agradecemos sus comentarios
La
corrupción de la comunicación humana. Ir contra Dios.
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