miércoles, abril 18, 2007

Perseverancia en el camino divino

Las Vocaciones

  1. Dios escoge y llama a personas para que le sigan entregándolo todo. Les pide fidelidad hasta la muerte.
  2. Es evidente que siempre hacen falta muchas vocaciones. Es lo que se suele oír en todas las épocas y en todos los sitios. Los asuntos de Dios salen adelante con vocaciones.
  3. Se deduce lógicamente que es voluntad de Dios que hayan muchas vocaciones.
  4. La Iglesia siempre ha rezado por el aumento y la perseverancia de las vocaciones.

Los responsables de las vocaciones

  1. Dios ha dejado en medio de los hombres la responsabilidad de descubrir y de cuidar las vocaciones.
  2. Los primeros responsables de las vocaciones son los padres de familia, después el colegio, luego las personas que más directamente tiene que ver con su vocación (directores, formadores) y los demás que están cerca.
  3. Quienes tienen responsabilidad de conseguir y de cuidar las vocaciones deben ser personas íntegras en su conducta y en su moral, con gran celo apostólico y un amor a Dios desbordante. Es la única manera de poder cumplir con esta misión, que es sumamente importante y delicada. Deben poner todos los medios para conseguir que no se pierda ninguna vocación.
  4. Además cada uno es responsable de su propio camino. Quien tiene vocación debe actuar siempre con rectitud de intención, siendo sincero y obedeciendo a quienes le ayudan a ser fiel. Debe luchar para evitar los obstáculos que pueden poner en peligro su vocación.

Las deserciones

1. Las historias de las deserciones son distintas y complejas. No se pueden encuadrar dentro de parámetros generales. Cada persona tiene su historia.

1. En la historia del hombre aparecen aciertos y equivocaciones, enfermedades físicas y psíquicas, el pecado y sus secuelas; trastornos ocasionados por terceros, circunstancias ambientales o laborales y otras situaciones que pueden afectar el desarrollo normal de una vocación.

2. En la historia de las deserciones la responsabilidad principal la deben compartir: el propio candidato, su familia, las personas responsables de cuidar su vocación y los demás que están cerca. (el grado de responsabilidad depende de las circunstancias).

3. No es correcto que frente a las deserciones se actúe como si no hubiera pasado nada o como algo que necesariamente tendría que haber pasado. Son más bien situaciones dolorosas que hay que encomendar mucho y sacar la experiencia necesaria para evitar que se repitan.

Reflexiones

  1. El tema de las vocaciones es de ámbito sobrenatural. Si se pierde esta dimensión se distorsiona todo.
  2. Cuando se trata de menores de edad, la familia tiene un papel importante. No deben oponerse nunca a los planes que Dios pueda tener con sus hijos cuando les llama a servirles. Al contrario deben ayudar para que esa vocación no se pierda.
  3. El colegio debe poner los medios para evitar que una persona que tenga vocación pierda ese camino.
  4. Las vocaciones proceden de los distintos sectores de la sociedad y pueden llegar de los modos más variados (la familia, los amigos, alguna circunstancia difícil, la “suerte”, una casualidad).
  5. Es necesario ir puliendo poco a poco a los candidatos, con mucha paciencia y con mucha prudencia. Es como una luz pequeña que empieza a encenderse y cualquier viento la puede apagar. No es prudente exponerles a los peligros para probar su autenticidad.
  6. Un buen número de vocaciones se pierde porque los que han estado al lado no han sabido cuidar bien con el ejemplo y con advertencias oportunas.
  7. A las vocaciones hay que tratarlas muy bien, con mucha delicadeza y cariño. No hay nada como el amor sano y limpio para ayudar a las personas a ser fieles con lo que Dios les pide.
  8. En los sitios donde deben haber vocaciones, si no las hay, están en situación de crisis. En la historia de la humanidad, quienes han sabido corresponder a los planteamientos divinos, se han llenado de vocaciones. Dios quiere contar con los hombres para salvar a los hombres.
  9. Cualquier persona que se encuentre llena de Dios, tiene una fuerza arrolladora que sale de su interioridad, para conseguir y cuidar las vocaciones (reza sin parar y consigue fidelidad).
  10. El tema de la vocación es la respuesta individual a un compromiso de amor con Dios que libera y hace feliz al hombre.
  11. El que tiene vocación debe esforzarse para cuidarla siempre. Tiene un tesoro que no debe perder. Debe ser prudente y obediente para hacer lo que Dios le pide. Debe luchar siempre para vencer las tentaciones que aparecen en el camino.
  12. La Iglesia entera reza para que todos perseveren y nadie abandone el camino querido por Dios.

Agradecemos sus comentarios

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El tema de la perseverancia tiene que ver con el relativismo. El Papa habla de tener decisiones permanetes para contrarrestar tantas dudas.
Cuando una decide un compromiso permanente, para siempre, está atándose a algo cada minuto de su vida y por lo tanto está ejerciondo su libertad en cada instante; es decir acumula libertad, ejerce su liberta al grado máximo, es superlibre. Por tanto cuanto más atado esté a un compromiso que valga la pena, más libre es.

Manuel dijo...

Estoy completamente de acuerdo con esas anotaciones. La libertad está en el compromiso y si éste es grande más libertad hay (esto se da en el compromiso con Dios y se llama entrega).