domingo, diciembre 28, 2008

Propuesta para el 2009
EL AÑO DE LA ÉTICA

Para que realmente pueda ser próspero el año que empieza debemos esforzarnos todos en ser mucho más éticos en nuestras conductas y en nuestros planteamientos. Es la única manera de remontar los estragos de la crisis y no permitir que ésta continúe destruyéndonos.

Para iniciar nuestra reflexión debemos reconocer que existe en nuestra sociedad permisiva e informal, una ignorancia ética de tal magnitud, que muchos pasan por normal y legal, planteamientos y conductas que deben ser censurables desde el punto de vista ético y moral.

La moral trata del bien en general y de las acciones humanas en orden a su bondad o a su malicia. Las cosas son buenas o malas no por la subjetividad de las personas sino por la objetividad de la ley. Por su conducta (actitudes y planteamientos) se puede decir si una persona es buena y si sus acciones se orientan hacia el bien. Todos tenemos como obligación moral de conciencia hacer el bien y evitar el mal.

La moral, los arreglos y las trampas
En nuestra sociedad relativista está fallando mucho la noción de bien y mal porque el subjetivismo imperante califica de buenas o tolerantes acciones que tendrían que ser censurables por la conciencia moral.

El relativista desea que más cosas estén permitidas y que se reduzcan las prohibiciones, que el hombre aprenda con las experiencias que va teniendo y haga su propio camino de acuerdo a sus convicciones.

Este modo de pensar hace que muchos se encuentren en el borde de la legalidad pensando que si es legal y está permitido, también es ético. Entonces se dan licencias para mover las reglas de acuerdo a las conveniencias personales, estudiando procedimientos para que los asuntos no tengan tropiezos “legales” y así salir airosos de los problemas, pero enterrando al mismo tiempo, los criterios de una conducta moral correcta (“cállate, sigue para adelante y no digas nada…”).

No todo lo que está permitido es moral. No actuamos o hacemos las cosas porque están permitidas o porque sean provechosas. Si un amigo me coloca en un puesto muy importante y muy bien remunerado. Mi aceptación no depende de los ofrecimientos que me hace, sino de mis condiciones y capacidad para poderme desempeñarme bien en ese puesto y ver si realmente debo estar allí o no. La ética me hará tomar una decisión correcta.

Los chicos jóvenes de hoy para defender un planteamiento que les parece correcto dicen: “y qué tiene de malo” como si los planteamientos fueran correctos solo porque no tienen nada de malo. Dormir no es malo pero dormir más de la cuenta, o en las horas que debo trabajar es censurable por la ética. Es muy agradable escuchar música pero hacerlo en todo momento no deja de ser una irresponsabilidad que luego trae consecuencias que perjudican a las personas y a la sociedad. Lo mismo podríamos decir de los juegos. Bailar es bueno pero hacerlo de un modo desordenado, muchas horas y con tragos encima, es algo censurable que debería evitarse. Es necesario formar las conciencias para acertar en las decisiones que se toman cada día.
Portarse bien no es no portarse mal sino hacer las cosas con corrección, de acuerdo a una jerarquía de valores. Muchas cosas buenas se dejan de hacer por la ausencia de una correcta jerarquía de valores.

Conductas correctas
Todos los procedimientos y planteamientos de una persona deben estar dirigidos al bien en general y al bien común, en beneficio de la sociedad a la que se debe servir. Para eso se educa al hombre.

El hombre no debe ser un “tigre” que asalta y se lleva la presa que encontró primero para comérsela él solo, defendiéndose con los sistemas que lo protegen para que lo pueda hacer. El hombre debe pensar en las consecuencias de sus acciones, no para su ganancia o pérdida, sino para el bien de la sociedad en la que vive.

No es ética la actitud de exhibir riqueza en medio de la pobreza o colocarse un sueldo muy elevado mientras otros ganan una miseria, tampoco es ético vender más barato un producto colocándose al lado de la tienda que lo vende más caro para hacerla quebrar, o renunciar a la empresa que me ha capacitado para hacerle la competencia, no es ético robar información, o clientela, o sistemas, en beneficio propio. No es ético quitarle el oficio a un humilde trabajador para darle trabajo a un amigo que no lo necesita tanto. No es ético buscar “lealtades” por el poder o por el dinero. No es ético hacer acepción de personas, haciendo “grupo” o “capillitas” para defender los intereses personales o de grupo.

Decía un famoso moralista Josef Pieper: “Si al salir de mi casa me quito el anillo matrimonial ya le he hecho la primera traición a mi mujer” La ética es una conducta correcta, la alegría de portarse bien, en la casa, en el trabajo y en la calle. El deseo de hacer el bien a todos y de no beneficiarse nunca a costa de los demás. El hombre que busca medrar no es moral y será luego cómplice de las crisis sociales.

En la sociedad debe imperar la teoría de los juegos que suman positivo donde todos los que compiten ganan. No es ético desde el punto de vista social aplicar en la sociedad los juegos que suman cero donde unos tienen que perder para que ganen otros.

Empecemos el 2009 poniendo más énfasis en la generosidad. “Hay mayor felicidad en dar que en recibir” (Hechos, 20,35). Si todos nos proponemos dar de nosotros un poco más el mundo será mucho mejor y nos acercaremos a la meta que nos puso el recordado Papa Juan Pablo II para lograr hacer la nueva civilización del amor:
“es necesario buscar no el bien de un círculo privilegiado de pocos, sino la mejoría de la condiciones de vida de todos” (Juan Pablo II, enero 2003).

¡FELIZ AÑO!

miércoles, diciembre 24, 2008

¿Estamos preparados para recibir?
EL REGALO DE DIOS

Ha nacido un Niño que es para todos los hombres, de todas las razas, de todos los pueblos y de todos los tiempos. Un Niño enviado por Dios Padre que viene para rescatarnos y salvarnos. Para poder valorarlo y adorarlo es necesario ser conscientes de nuestra condición, de cómo nos encontramos los seres humanos y de cómo estamos cada uno.
En el Antiguo Testamento los hombres esperaban un Mesías, porque lo necesitaban para ser libres. Ahora nosotros, después de siglos, necesitamos al Redentor. Con cuanta fuerza el recordado y queridísimo Papa Juan Pablo II nos instaba en su primera encíclica “Redemptor Hominis” a ¡no tener miedo! Para abrirle las puertas de nuestro corazón al Redentor: Nuestro Señor Jesucristo.

En el Nuevo Testamento vemos cómo Jesucristo se acerca a todos los hombres, incluso a los más pecadores. Los pecadores no se sienten repelidos por la santidad. Se acerca a cada uno de nosotros, cualquiera que sea nuestra condición y se acerca como un amigo para darnos lo mejor. Nos quiere enseñar su Vida para que le sigamos y seamos felices.
Esta Navidad es una nueva oportunidad que tenemos para acercarnos más a El y seguirle de verdad. Siempre comprobamos que el que nos viene a rescatar nos trata muy bien. Bajó hasta nosotros para elevarnos con El. Con la Encarnación se hizo enteramente semejante a los hombres, pero no para que nosotros alcanzáramos solo una perfección humana. Se hizo hombre para que nosotros fuéramos como Dios, para que se logre en cada uno un endiosamiento que nos lleve a tener la cabeza en el Cielo y los pies en la tierra, la cabeza fría para pensar y rezar y el corazón caliente para amar.
La perfección del hombre no consiste en una meta humana. Estamos destinados para el Cielo, allí está la meta que debemos alcanzar a lo largo de nuestra vida aquí en la tierra. Nuestra meta es sobrenatural y los pasos que vamos dando serían verdaderos saltos de calidad, si es que contamos con la ayuda de la Gracia que nos trae Dios.
Decía el actual papa Benedicto XVI que “los años de los hombres no se pueden contar como los números de un balance. El ser humano comienza siempre de nuevo… Quien utiliza cálculos matemáticos para medir al hombre lo denigra, lo baja a la condición de número.” El hombre es mucho más que los números, es un ser espiritual, es hijo de Dios y debe vivir vida sobrenatural. Jesucristo es el camino para lo divino, para que el hombre con la ayuda de la gracia se eleve, para que levante la cabeza y busque a Dios. Dios viene para que nos elevemos. No basta un acercamiento en la línea de la admiración o para la conquista de unos criterios morales que nos permitan manejarnos en la vida sin mayores problemas.
El Niño Dios viene para enseñarnos que el amor de Dios es la ciencia más importante del mundo, que todos debemos saber. ¡Qué triste es la vida del que no ama a Dios! Ser rectos puede ser un primer paso en el camino del amor a Dios, pero el hombre debe seguir andando para llegar más alto: Amar a Dios “…con todo el corazón, con toda la fuerza y con toda la mente”. El que es capaz de adorar a Dios es capaz de cosas grandes.

Nos ha nacido un Niño para que vayamos a adorarlo. La Iglesia nos convoca para adorar a Dios. Si lo podemos hacer es porque llevamos dentro un gran tesoro, el mejor regalo que nos ha hecho Dios y que es el mismo Dios. Ahora lo vemos recién nacido, inerme, indefenso. Luego lo veremos en la Cruz muriendo por nosotros, entregándonos su vida y rescatándonos de la esclavitud del pecado. El es el verdadero y único liberador, que nos llena de amor, para llevarnos luego hasta el Cielo.

¡Feliz Navidad! con el calor y el amor de la Sagrada Familia que encontramos en Belén y la paz para todos los hombres de buena voluntad.

domingo, diciembre 21, 2008

¿Qué le gustaría recibir?
EL VALOR REAL DE LOS REGALOS

Las personas que se aman se regalan cosas. El regalo es una manifestación tradicional del amor humano. Solemos recibir regalos en los cumpleaños, en las Navidades, cuando hemos sido agraciados con alguna distinción o simplemente cuando alguien, por algún motivo, nos quiere demostrar su estima.

También se regalan cosas porque así está establecido que se haga en determinadas ocasiones
(matrimonios, aniversarios, etc.) Hay regalos que no parten del corazón del donante sino que proceden de la formalidad de las costumbres. Se reciben con los protocolos establecidos para el agradecimiento que corresponde, y así todos, aparentemente, quedamos bien.
Tráfico de influecias
Lamentablemente, existen también los regalos que se hacen para obtener algún beneficio personal de alguna persona importante o influyente. En otras ocasiones son los Jefes los que dan a entender que se les debería regalar algo si se quiere obtener de ellos algún privilegio o preferencia en los ámbitos donde se desempeñan. Sucede lo mismo con las invitaciones que se hacen con segunda intención. Nuestra sociedad está llena de esas manifestaciones de los que buscan medrar para obtener alguna prebenda y así la sinceridad y a la honradez parece que se alejan, poco a poco, en las relaciones humanas.
La alegría de la generosidad
En este mundo lleno de artilugios
(tarjetas, cumplidos, homenajes, premiaciones),
donde la obsequiosidad está a la orden del día, encontramos también, gracias a Dios, manifestaciones sinceras de generosidad y gratitud. Personas, que sin buscar nada para ellas, se acercan a los demás con un cariño sincero, para alcanzarles lo que necesitan. Lo primero que entregan es el amor que llevan dentro, que es, por cierto, el regalo más valioso. No es el simple afecto sensible y sentimental, sino algo de mucha más categoría (la entrega de un bien para la mejora personal) que debería recibirse con una profunda gratitud.

Cuando el regalo procede de alguien que nos quiere bien, lo valoramos más y lo cuidamos con especial esmero. Tiene para nosotros un valor especial, ya que ha sido escogido pensando en nuestro bien y en nuestra felicidad.

La Sagrada Escritura nos enseña que “es mejor dar que recibir”
(Act, XX,35). Efectivamente uno disfruta cuando aprende a dar algo valioso sin escatimar y sin buscar recompensa. En la vida son muchas las oportunidades que tenemos para ser generosos y dar cosas que valgan la pena. Es una dicha grande poder hacer esos regalos que llegan al fondo del alma y convierten a las personas.

La persona generosa vive siempre feliz. Es que la virtud de la generosidad tiene un efecto unificador. Establece un vínculo entre el donante y el que recibe el regalo. El donante se enriquece cuando da, porque disfruta del bien que puede hacer con su regalo, buscando la felicidad de la persona que ayuda. El que recibe el regalo al sentirse abrumado, con esas benevolencias inmerecidas, quisiera corresponder de la misma manera: “Amor con Amor se paga” El amor que surge de esa relación es un cimiento fuerte para la perseverancia en el buen camino. Nos ayudamos a llegar.

No está de más advertir que la felicidad no sólo se consigue con los regalos y los deseos de bien. La felicidad será consecuencia de la lucha y el esfuerzo por ser fieles al buen camino.

Cada uno es responsable de su propio camino y de su felicidad.

Los regalos valiosos, que son un estímulo y nos ayudan a luchar, proceden de esas personas que nos dan: buen ejemplo, consejos acertados, el apretón manos que anima, el aliento para seguir luchando y una sonrisa alegre llena de optimismo que ilumina el camino y nos hace pregustar el agradable sabor del triunfo.

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sábado, diciembre 13, 2008

¿Qué podría ocurrir?

EL SINDROME ATAHUALPA

Quién no recuerda de su época escolar haber visto en el libro de historia del Perú una pintura donde se ve a nuestro antecesor Atahualpa señalar con el dedo la marca en la pared hasta dónde llegaría la cantidad de oro que se iba a entregar a los españoles a cambio de un espejo que le había deslumbrado.

Se ve que nuestras reservas de oro eran muy buenas pero nuestro querido Atahualpa valoraba más el espejo. Se juntaron en él la vanidad con el afán de novedad (la modernidad de aquella época) para que hiciera ese trueque que a la larga terminaría perjudicando a todos. En poco tiempo nos quedaríamos sin el oro.

Al estilo de Atahualpa nuestras autoridades señalan con orgullo nuestras reservas económicas, con el oro como el metal preciado que nos protege y anuncian la modernidad como el progreso de los pueblos. Se oye hablar con bastante optimismo de un futuro prometedor y se empiezan a dar medidas contra la crisis.


¿Son suficientes las medidas económicas?

En este artículo no pretendemos hablar de economía sino de cómo somos los seres humanos y en concreto cómo somos los peruanos. Para solucionar la crisis no bastan las matemáticas ni los mejores proyectos sobre finanzas y políticas de mercado. Tampoco tener unas riquezas en reserva.

Lo importante es saber cómo se porta el hombre frente a la realidad y frente al dinero que le pueda llegar: Unos no saben lo que tienen, otros no saben invertir, ni siquiera gastar el dinero que se les ha confiado y muchísimos quieren aprovecharse para sacar una tajada provechosa para si mismos.

Todos los proyectos se pierden si no funcionan las personas. Para que las cosas caminen se requiere en primerísimo lugar la integridad moral de cada ciudadano. Es una meta que todavía está muy lejana porque los que deciden no ponen en primer lugar la educación y formación moral de las personas.


La conducta de cada uno

Una pequeña historia podría darnos un poco de luz: Se iba a celebrar la fiesta del pueblo y todos los habitantes tenían que traer el día anterior una jarra de vino para echarla en un tonel y así el día de la fiesta todos podrían tomar vino. Un habitante del pueblo, que se creía muy listo y muy vivo, decidió llevar un jarro con agua pensando que el un vaso de agua en medio del vino no se notaría y luego el día de la fiesta tomaría vino. Hizo su cola con su vaso de agua, lo echó en el tonel y cuando llegó el día de la fiesta, a la hora de servir el vino, todo era agua. Los demás habían pensado lo mismo.


Mentalidad de "huachita" y "faenón"

¿Esto no ocurre en nuestro Perú? Son muy pocos los que quieren dar, una gran mayoría busca aprovecharse y recibir. Muchos los que viven del Estado, o de la Iglesia, o del trabajo de otros. Abundan los "vivos" que manipulan las cosas para coyunturas favorables y así pasar como buenos trabajadores o grandes colaboradores. ¿No se organizan acaso constantes faenones? El lenguaje criollo ¿no tiene matices de picardía y viveza para obtener prebendas sin esfuerzo? ¿todavía creemos que podemos ganar haciéndole huachitas a los países ricos o a los turistas? . Esta viveza criolla de la que algunas veces nos jactamos ¿no es un síntoma de falta de madurez y falso orgullo?

Si todavía vemos que se cobran coimas en muchos sectores de nuestra sociedad, que se hacen negociados que perjudican a gente de buena fe (se les saca plata) o a los turistas (maltratándoles, robándoles o dándoles "gato por liebre") y que además esas triquiñuelas nos parecen magistrales y las contamos en nuestras reuniones como grandes hazañas. ¿no es esto mediocridad?

Efectivamente en 1930 las cosas eran distintas en cuanto a los números, en cambio ahora se trata más bien de la corrupción moral de las personas, (los vicios sociales y las pandemias originadas por el desorden) con cifras escalofriantes que pronostican un futuro dramático si no se ponen los medios a tiempo.


La Educación no debe ser la Cenicienta

Es urgente poner en primer lugar la Educación en todos los niveles para poder sobrepasar los "Huracanes" que están empezando a llegar.

Como dice el refrán: "Que Dios nos encuentre confesados"

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lunes, diciembre 08, 2008

Vale la pena mirar

LA MUJER MÁS BELLA

En todas las épocas de la historia los hombres siempre se han sentido conmovidos y admirados por la belleza de la mujer. Los concursos para encontrar la mujer más bella del mundo se han sucedido unos a otros a nivel local y universal. En esos eventos, las ganadoras suelen recibir, entre numerosos premios, las alabanzas de sus admiradores por la belleza que expresan sus atributos femeninos. Las fotos y videos se multiplican junto a la fama que las coloca en un status importante, que les permite conseguir, si lo desean, un codiciado trabajo.

En estos asuntos el hombre no puede competir. Aunque sean partidarios del unisex y piensen que hombres y mujeres son iguales en sus capacidades. Se debe reconocer que en belleza, las mujeres ganan. La belleza varonil se puede expresar con la siguiente comparación: "el hombre como el oso, cuanto más feo más hermoso” Por mucho que se les quiera igualar, en belleza no hay manera, la diferencia es contundente. Para buscar una aproximación habría que irse al otro extremo y encontrar a la mujer más fea, cosa que no sería de buen gusto.

En Las Sagradas Escrituras también encontramos la superioridad de la mujer en cuanto a la belleza. La única criatura preservada del pecado original es mujer y por este motivo es Inmaculada, (no tiene mancha), es bella y la más bella de todas. Así hizo Dios a la Virgen María y por eso la llaman: “Bienaventurada todas las generaciones”. Conmueve pensar que esta criatura no fue una lidereza política, ni conquistó ninguna ciudad, tampoco fue reina de belleza, solo cumplió con su papel de ser esposa y madre y así logra ser la más bella de todas, la más querida y la más venerada de todas las mujeres.

Si miramos en el diccionario la palabra “belleza” referida a la persona, dice: “Persona de buenas cualidades, honesta, que produce un gozo espiritual y un sentimiento de admiración” La más bella sería entonces la que más cualidades tiene y la que más gozo espiritual produce a quienes la contemplan con admiración. En este mundo, donde hay una preocupación grande por la imagen, muchas personas arreglan lo de fuera y ocultan lo de dentro. Se preocupan más de la fachada, del cascarón. Cristo, en el Nuevo Testamento, censura a los fariseos llamándoles “sepulcros blanqueados” que por fuera son blancos y hermosos a la vista y dentro están llenos de rapacidad e inmundicia. Una persona es bella por la totalidad de sus cualidades (las que ha recibido y las que ha adquirido con su propio esfuerzo). Dios hizo a la mujer bella, le dio, lo que el Papa Juan Pablo II llama:“el genio femenino”, aquellas cualidades (virtudes) femeninas que producen en los que la ven un gozo espiritual y un sentimiento de admiración. Las cualidades de una madre que quiere a sus hijos con un amor incondicional y vive dispuesta a todos los sacrificios para que ellos sean felices. ¡Quien no admira las cualidades de su mamá con verdadero agradecimiento y con el convencimiento de que es la mujer más linda de la tierra! Siempre se han resaltado las cualidades de la Virgen y de las mujeres que se parecen a Ella por la calidad de su amor limpio y lleno de fortaleza.

Con estas consideraciones podemos afirmar que las mujeres que valen por su interioridad no necesitan demasiados arreglos exteriores y artificiales. El contraste lo vemos en las personas que están lejos de un amor limpio. Se presentan recargadas con maquillajes exagerados y hasta huachafos, que no pueden competir con la belleza de una persona sencilla que sabe amar. La belleza espiritual de la mujer le da a su ser un tono de naturalidad que produce gozo. Su buena presencia reflejará el valor de lo que lleva dentro que suscita más amor que admiración. La mujer que lleva más amor en su interioridad será más bella de todas y la que nos ayuda a enriquecernos de verdad.

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sábado, diciembre 06, 2008

La mirada de una madre
LA BELLEZA DE LOS OJOS LIMPIOS


Cuando los seres humanos hablamos de belleza no dejamos de mencionar a los ojos que son también expresión de la belleza. Gustavo Aldolfo Becker, gran clásico de la literatura española, definía la belleza de la poesía: ¿Qué es poesía? dices, cuando clavas tu pupila azul en mis pupilas, ¿qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas? ¡Poesía eres Tú!.

A través de una mirada
Los ojos que sirven para ver son empleados para la inspiración de los poetas, también para la investigación de los médicos, la apreciación de las personas y para descubrir la belleza de la interioridad que puede haber en el fondo de cada alma.

Los ojos hablan a través de las miradas: hay miradas agresivas que expresan odio y deseos de violencia, miradas que invitan a la complicidad con el mal. Existen miradas flojas, perdidas en el espacio, que reflejan indolencia y desinterés, (las suelen tener las personas solitarias que viven encerradas en su propio mundo).

Otras miradas son tristes y las llevan los que están padeciendo algo, (algunos sufren por nosotros cuando nos portamos mal o porque nos encontramos en una situación difícil). También miran con tristeza los que habitualmente se portan mal y van de fracaso en fracaso, o los que padecen de alguna necesidad y les falta esperanza, o los que han perdido algo y están desanimados.

Existe la mirada amenazante que nos da miedo y la mirada conflictiva del confundido, que sufre y no quiere comunicarse con nadie. Unos mismos ojos pueden tener distintas miradas, depende de las circunstancias y de lo que se tiene dentro.

Cuando la interioridad es valiosa la mirada siempre es buena. Miradas de comprensión que son una mezcla de dolor, serenidad y esperanza. Miradas de agradecimiento que están llenas de aceptación y valoración. Miradas de perdón que reflejan disposición y servicio. Miradas de amor que cautivan y enamoran.


La mirada buena convence
La mirada de una persona que ama es penetrante y persuasiva. Cuando hay amor nos podemos entender a través de las miradas.

Cuentan que un niño rebelde miraba constantemente al suelo cuando su mamá le pedía obediencia. La madre después de haber fracasado en sus peticiones se le ocurrió preguntarle: Está bien que no quieras hacer caso a lo que te pido pero ¡levanta la cabeza! , ¿porqué no me miras a los ojos? Grande fue su sorpresa cuando el niño le respondió: "Es que si te miro a los ojos me convences y hago lo que me esás pidiendo" La mirada de la madre era tan convincente que el niño no podía dejar de obedecer.

Es que la mirada de una persona que nos quiere mucho es una motivación fuerte. Nos convence y terminamos haciendo lo que nos pida.


El mejor premio para los que saben mirar bien
En las Sagradas Escrituras encontramos muchas citas que hacen referencia al valor de los ojos: “Si tu ojo está sano todo tu cuerpo estará iluminado” (Luc.11,34) Tan importante son los ojos que el premio final del hombre que se salva se llama “Visión Beatífica”, que significa ver a Dios cara a cara. En varios pasajes de la Biblia encontramos la relación que hay de los ojos con la interioridad de las personas. Si el corazón está bien los ojos estarán limpios. Los ojos son un reflejo de la pureza de corazón: “Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios”(Mt. 5,8)

El hombre por lo tanto debe cuidar su interioridad cuidando su vista. Por los ojos pueden entrar muchas cosas. Es la voluntad la facultad que nos hace rechazar lo que es peligroso para la salud del alma. Los ojos son para ver a Dios: “Si tu ojo derecho te escandaliza arráncalo y tíralo lejos”(Mt. 18,8) Somos responsables del uso de nuestros ojos para tener una rica interioridad que nos haga mirar siempre con una mirada de amor. Los ojos limpios, que son reflejo de la pureza del alma, tienen una belleza extraordinaria.

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sábado, noviembre 29, 2008

Miopías trascendentales

¿QUIÉN SALVARÁ AL MUNDO?

¿La ciencia, la política o la religión?

Los imperios y países hegemónicos se han ido turnando a lo largo de la historia: Grecia y Roma, la Corona española, el Imperio Alemán, el bloque soviético, la potencia americana, el imperio Chino y el tigre asiático; son muestras de poderes efímeros, que se ponen de moda unos años y luego pasan con el tiempo dejando su sitio a otros.

Mientras una potencia mundial ejerce su hegemonía, todo gira en torno a su poder. De allí surgen las principales empresas financieras y comerciales con las economías específicas del mercado y las políticas que respetan el sistema establecido. Los más chicos deben alinearse según los parámetros de los poderosos, para poder subsistir. Así han sido siempre, y siguen siendo, las reglas del juego.

De todo ese conjunto de confluencias aparecieron ideologías que procuraron defender intereses de grupo o de partido. Todas recogen principios éticos, para sustentar los argumentos y ponerlos al servicio de sus ideas. (capitalismo, socialismo…etc.). Siempre se habló de justicia, libertad, orden, competitividad, educación… y el mundo siguió girando y renovando su gente.

Nunca faltaron los conflictos: guerras, guerrillas, revoluciones, ataques terroristas, delincuencia, prostitución, corrupción, problemas familiares, etc. que han dejado el lastre de muertes penosas, fracasos, tragedias, tristezas y dolores profundos en las personas. A pesar de todo la vida sigue igual y el hombre va escribiendo su historia.


¿Cómo salvar al mundo del caos, la desorientación y la injusticia?

De acuerdo a estas apreciaciones no parece que al mundo lo vaya a salvar un país, o una ideología, o unos sistemas de gobierno y mucho menos el poder económico de las empresas. ¿cómo podríamos canalizar las protestas de quienes reclaman un mundo mejor? En el ámbito de las políticas están fallando los principios éticos, los valores trascendentales y las virtudes individuales de los seres humanos.

La claridad para los criterios éticos se obtiene del reconocimiento de unos valores supremos y trascendentes que son necesarios para todos los hombres. Tienen su origen en el ámbito religioso del ser humano.

Desde hace mucho siglos la Iglesia trata de enseñarnos esos valores que recoge de las Sagradas Escrituras y de la Tradición: lo necesario para que el hombre acierte en la vida y pueda ser feliz. Algunos siguen esas enseñanzas y otros le dan las espaldas.

Invito a que lean y analicen algunas enseñanzas que transcribo a continuación (son sobre el tema que estamos comentando):



• El Salmo 2 del Antiguo Testamento nos advierte de un peligro universal: (que también es actual)
“¿Por qué se han amotinado las naciones, y los pueblos meditaron cosas vanas? Se han levantado los reyes de la tierra y se han reunido los príncipes contra en Señor… Dijeron ellos: rompamos sus ataduras y sacudamos lejos de nosotros su yugo… Abrazad la buena doctrina, no sea que al fin se enoje, y perezcáis fuera del camino… Bienaventurados serán los que han puesto en El su confianza” (Salmo 2).

• En el Nuevo Testamento San Pablo describe una realidad que no deja de tener actualidad:
“¿Dónde está el sabio? ¿dónde el docto?, ¿dónde el investigador de este mundo? ¿No hizo Dios necia la sabiduría de este mundo?.... los judíos piden signos, los griegos buscan sabiduría; nosotros en cambio predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los judíos, necedad para los gentiles…Porque lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres…Dios escogió la necedad del mundo para confundir a los sabios y Dios eligió la flaqueza del mundo para confundir a los fuertes…El que se gloría, que se gloríe en el Señor” (1 Cort. 1, 18-31)


• Son muy claras las palabras que dejó escritas San Josemaría Escrivá en el siglo XX:
“Doctor en Derecho y en Filosofía, preparaba una oposición a cátedra, en la Universidad de Madrid. Dos carreras brillantes… Recibí un aviso suyo: estaba enfermo, y deseaba que fuera a verle. Llegué a la pensión donde se hospedaba. ´Padre me muero´, fue su saludo. Le animé, con cariño. Quiso hacer confesión general. Aquella noche falleció. Un arquitecto y un médico me ayudaron a amortajarle. –Y, a la vista de aquel cuerpo joven, que rápidamente comenzó a descomponerse…,coincidimos los tres en que las dos carreras universitarias no valían nada, comparadas con la carrera definitiva, de buen cristiano, que acababa de coronar” (Josemaría Escrivá, Surco n. 877)

Resumiendo los 3 escritos mencionados encontramos que tienen una extraordinaria vigencia, no sólo porque ponen el dedo en la llaga sobre las actitudes de los hombres con respecto a la enseñanza de la verdad, sino porque, lamentablemente, la jerarquía de valores de muchos dirigentes y orientadores del mundo está totalmente trastocada.

Los escritos antes mencionados, no son una oposición al esfuerzo y a los logros del hombre en el mundo, sino una advertencia que señala la gran diferencia que hay entre la Sabiduría de Dios que nos transmite, a través de la Iglesia, lo que es urgente y necesario para nuestra liberación y salvación, y los conocimientos y determinaciones del hombre que presume con sus planteamientos como si fueran la “tabla de salvación” del mundo en crisis, al mismo tiempo que rechaza lo que viene de Dios.

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domingo, noviembre 23, 2008

MUCHO MÁS QUE UN CIRCO

EL CAMINO DE LA FELICIDAD QUE VALE LA PENA

Todos quisiéramos ser muy felices pero no siempre encontramos la receta ideal para conseguirlo. Hay quienes piensan que es muy difícil o casi imposible lograrlo. Otros, más optimistas, se contentan con una felicidad “al paso”, de unos momentos, de unas horas, incluso de unos pocos minutos. Para este tipo de felicidad nuestra sociedad tiene todo un menú de posibilidades: Una buena comida, la música, un paseo, la fiesta, el deporte, el juego o una película interesante. Se pueden conseguir momentos de expansión o de descanso que efectivamente alegran la vida.

LA NOSTALGIA DE LAS ALEGRÍA INFANTILES
Cuando éramos niños nuestros padres se preocupaban de nuestra felicidad. Nos compraban juguetes, nos hacía ver dibujos animados, también nos llevaban al circo para ver a los payasos que nos hacían reír y ellos disfrutaban de nuestra felicidad. Los niños queríamos ir a todos los circos “Tropicana”, “Africa” de fieras, “Bismarck” o al “Volga”. En los cines buscábamos las películas de Cantinflas y salíamos felices de habernos reído mucho. Cuando llegó la televisión encontrábamos la felicidad con algo divertido que nos hiciera reír. El Tío Juan nos ponía a los payasos: Gasparín, mediazuela… En el otro Canal salían Cachirulo y Copetón. Los mayores se reían con “Los Caporales” o las ocurrencias de Lucho Córdoba que además se llamaba a sí mismo “Lucho quita penas” Más tarde vimos a Pepe Biondi o a la “Tremenda Corte”, luego “Risas y salsas” y ahora “Los Chistosos”. Hoy en las calles se han multiplicado los cómicos ambulantes y los niños malabaristas.

LOS QUE NOS QUIEREN BIEN, NOS HACEN FELICES
¡Cuantos recursos hay en nuestra sociedad para que esbocemos al menos una sonrisa y olvidemos las penas! Sin embargo cuando uno piensa en la felicidad del pasado recuerda sobre todo a las personas que realmente querían nuestra felicidad. Quienes hemos tenido unos padres que gozaban al vernos reír, hemos sido muy felices. No es igual reírse con un cómico sin tener cerca el afecto de la familia.
No bastan los recursos de la diversión para ser felices por mucho que se ría uno. El que me divierte no es necesariamente el que me ama. El que contenta no es el que nos hace realmente felices. La felicidad del hombre no se arregla solo con los circos o los cómicos. El hombre necesita amar y ser amado para ser feliz. Un hombre cómico podría estar fundamentado en contravalores. Lo placentero es sólo una complacencia. En la medida en que alguien nos entretiene por su ingenio y por sus dotes sociales, siéndonos por esto su presencia gozosa y grata, puede resultarnos simpático, pero no hay todavía amor.
El fundamento esencial del amor ha de estar unido a la persona amada como persona. Cuando alguien me atrae por la grandeza de su alma, por su honradez, por su pureza, por su bondad o por su fortaleza, esos valores están unidos a la persona. Una persona que ama merece una respuesta de amor. El amor es una respuesta al valor.
Los que quieren nuestra felicidad son los que nos aman y ellos disfrutan al vernos reír con los cómicos y los payasos. Los que nos amaban eran los que nos llevaban a los circos y en otro momento nos educaban para que fuéramos buenos. Eran los que buscaban lo mejor para nosotros. Los seres humanos necesitamos para ser felices mucho más que un circo.Cuando la sociedad se llena de cómicos ¿será tal vez porque los hombres amamos menos? También la historia nos enseña que en las situaciones de crisis aumentan los cómicos.

RECORDAR LOS BUENOS CONSEJOS
Como nos proponía el Papa Juan Pablo II “construyamos la nueva civilización del amor” para que todos podamos disfrutar realmente de los cómicos y así conseguiremos que éstos se esmeren en sus libretos para transmitirnos valores y hacernos más felices.

En las Navidades el Niño Dios nos espera para darnos la felicidad que nos hace falta.

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sábado, noviembre 15, 2008

¿Cómo piensa la gente hoy?

Algunas definiciones para conocer las mentalidades

Ateo: No cree en Dios (no porque haya estudiado ateísmo, simplemente lo rechaza, no quiere saber nada de religión). Orientará su modo de pensar y su vida de acuerdo a su ateísmo.
Agnóstico: No puede conocer a Dios y por lo tanto no puede afirmar su existencia. No rechaza, se abstiene. Cree más en su modo de pensar.
Creyente: Persona que tiene fe, cree en Dios y cree a Dios. Es obediente a los designios divinos. Orientará su modo de pensar y su vida de acuerdo a su fe.
Crédulo: Persona con facilidad para creer en cualquier cosa (adivinos, supersticiones, horóscopo, suerte, etc.).
Relativista: Le da lo mismo. No se somete a criterios absolutos de verdad. Suele ser permisivo y tolerante.
Inmanentista: Piensa que la verdad procede de su subjetividad. Su conciencia es la ley.
Trascendentalista: Persona que piensa que el ámbito de lo real trasciende al hombre. La verdad viene de fuera y el hombre debe conocerla.
Patriota: el que ama y venera a su patria y a sus orígenes (el suelo donde nació, su familia, las tradiciones y costumbres).
Nacionalista: Defensa y exaltación de lo que se considera propio buscando el apoyo a los propios intereses nacionales y limitando la participación o injerencia de los extranjeros.
Socialista: Defensor de un gran estado controlista basado principalmente en la colectivización de los medios de producción, de cambio y de distribución.
Capitalista: Defensor de la propiedad privada y de la economía de mercado.
Sincretista: Unión o mezcla de distintas costumbres o ideologías, que podría dar lugar a formas culturales nuevas.


Con estas pocas definiciones podríamos aproximarnos a tener una mayor precisión en el estudio de las mentalidades de la época actual. Basta relacionarlas adecuadamente y añadir, como algo secundario, los distintos temperamentos y caracteres que tenemos los seres humanos.


Algunas relaciones lógicas: (líneas de pensamiento)

1. Ateo + agnóstico + relativista + inmanentista. Puede ser socialista o capitalista. Si es socialista también podría ser nacionalista. En la noción de patriota podría tener dificultad con los orígenes, las tradiciones y costumbres.

2. Creyente + trascendentalista. Patriota: ama los orígenes y las tradiciones. Puede ser capitalista, no estará de acuerdo con muchos puntos del socialismo (por ejemplo: que la sociedad es antes que la persona), aunque en otros temas puede ser partidario de las izquierdas (rechazará siempre la violencia y por lo tanto el marxismo). Difícil que sea nacionalista porque ama también a los extranjeros.

3. Crédulo + sincretista + relativista: Puede admitir cualquier cosa. Mezcla todo. Algunas cosas las cree a medias, otras las rechaza. Suele tener poca cultura y ser sentimental.


Podríamos quedarnos con dos líneas de pensamiento la de los inmanentistas y la de los trascendentalistas.
(la línea sincretista sería la intermedia).

• El inmanentista es subjetivista. Aunque se presenta como tolerante y relativista suele dogmatizar sus opiniones y relativizar los dogmas. Habla con la seguridad de su yo, cree en el poder del hombre (Maquiavelo, Nietzsche). La ley es su conciencia. Es pragmático. Hace lo que le parece conveniente. Para él lo más importante es la libertad absoluta.

• El Trascendentalista es creyente. Cree que la verdad viene de fuera (Dios). El hombre puede conocer parte de la verdad y la conoce con la ayuda de Dios (la Gracia). Es obediente de la ley divina y está dispuesto a aceptar la voluntad de Dios. La verdad es objetiva. Dios interviene en la historia y en la vida de cada hombre. (San Agustín, Santo Tomás de Aquino). Para él lo más importante es la verdad, para poder tener libertad.

En el mundo predomina ahora la mentalidad relativista que se ha introducido también en el mundo de los creyentes. El punto de partida fue con Lutero que abrió el paso al libre pensamiento con la libre interpretación de las Sagradas Escrituras. Fue el origen de la mentalidad inmanentista y del pensamiento liberal.

En los países donde hay poca cultura el bloque de los sicretistas es el más numeroso. Surge de allí una mentalidad informal donde hay un poco de todo.

Hay católicos (bautizados) que dicen que son católicos y son relativistas (no cumplen con las leyes del catolicismo, se han alejado de la Iglesia, piensan que pueden ser católicos a su manera, católicos liberales. También hay católicos que piensan como marxistas y no se dan cuenta de las incompatibilidades). Como con el Relativismo no interesa la verdad, solo se preocupan de lo que sienten. Son posturas de adhesión o de rechazo que proceden de simpatías o antipatías.

Agradecemos sus comentarios

domingo, noviembre 09, 2008

Las extravagancias del Relativismo

MELENAS, MÁSCARAS, DISFRACES, TATUAJES Y HUACHAFERÍA

Para muchas familias resulta penosa la terquedad del adolescente relativista que exhibe una gran melena diciendo que es bravaza, aunque en realidad es espantosa. Completa esa imagen pintoresca una indumentaria informal y llamativa, la barba descuidada y en algunos casos, la falta de aseo.

Con el relativismo reinante (da lo mismo cualquier cosa) las extravagancias se han multiplicado. Los cuadros de la época actual no dejan de ser pintorescos y originales si los comparamos con los de los años anteriores.

Reflejan además un modo de pensar atrevido, desafiante, rebelde, donde la disciplina y el orden no tienen cabida. Expresan actitudes de ruptura con un pasado que consideran demasiado antiguo y obsoleto.

¿Qué hay en el fondo?
Estos cambios no tendrían mucha importancia si el fondo que los sustenta respeta los valores del hombre como persona y su repercusión e influjo en la sociedad. Si esto fuera así, las excentricidades se quedarían en la superficialidad de una fiesta de carnaval.

Pero lamentablemente no es así. Las familias sufren al ver el deterioro paulatino de sus hijos adolescentes que han caído en un desorden de vida y que se refleja en esas extravagancias que no tienen un sustento lógico o razonable. Han sido contagiados por un fuerte voluntarismo (actuar solo con la voluntad y sin la inteligencia). La inteligencia es necesaria para actuar de acuerdo con la verdad.

Al no tener importancia la verdad, el chico melenudo y mal afeitado, con aspecto de náufrago o espantapájaros, defiende su facha solo con sus sentimientos de adhesión a una época y se considera, con su conducta disonante, parte de su generación, sin darse cuenta del estilo de vida al que está adoptando. No es libre, es un esclavo de la época que copia o imita lo que le llega porque le parece que está de moda y así queda bien con todos. (Algunos adultos fomentan entre los jóvenes estas costumbres desaforadas y peligrosas, porque hay detrás negocios rentables para sus bolsillos).

Como se puede apreciar, estamos señalando la trampa en la que han caído muchos jóvenes queriendo defender unos valores que no existen. No se trata de otra época o de otros valores sino del engaño de las ofertas actuales que pueden terminar en el deterioro completo de sus vidas.



El uso correcto de la libertad
La clave para entender este proceso de descomposición generacional es la noción auténtica de libertad. El influjo del protestantismo y de las ideologías inmanentistas han confundido a muchos. La libertad absoluta es un error (hago lo que me da la gana, la ley la pongo yo, yo lo permito todo, que hagan lo que quieran…etc.).

La libertad es consecuencia de la verdad, “la verdad os hará libres”. El hombre que no respeta la verdad, que es objetiva (trascendencia y leyes), nunca será libre.

Nuestra sociedad se ha convertido en una especie de circo de extravagantes con salidas de tono que resultan desaliñadas y huachafas, con los peligros consiguientes que hemos mencionado.

Hace unos días, con ocasión del halloween, (el 31 de Octubre), llamó la atención que algunas empresas financieras y comerciales vistieran a todo su personal con máscaras y disfraces durante el horario de trabajo; vestidos así atendían al público y repartían propaganda por el día de las brujas. Algunos empleados tuvieron que soportar la imposición de la directiva sin estar de acuerdo con esas celebraciones.

¿Que hubiera pasado si la directiva de un Banco o de una casa comercial obligara a todos sus empleados a llevar, durante el mes de octubre, el hábito del Señor de los Milagros y a repartir estampitas en la puerta?

Es penoso ver que algunos adultos, por congraciarse con la juventud, o porque ha perdido la batalla con ellos, se suman a las legiones juveniles que llevan el desorden en sus vidas, presentándose con atuendos o signos de rebeldía juvenil. Si en unos años más se harán llamar adultos mayores, que piensen que no les va la imagen que están dando, que más bien es signo de huachafería y que podría reflejar también la existencia de cierto desequilibrio interior.

Como decía el recordado cómico Mario Moreno Cantinflas, refiriéndose a algunos adultos mayores: “no se ve el aplomo de la tercera edad sino la mediocridad de una edad de tercera categoría”

Cuando vemos el retrato de nuestra época diríamos con la expresión italiana ¡mama mía!, ¡qué caras, qué pintas, qué gestos.!!!

Si las cosas siguen igual la bendita tolerancia será solo un disfraz para la noche de brujas y a la vuelta de los años, la mayor parte de la población se va a sentir tan mal con la imagen que están dando, que van a pedir el derecho a la inclusión.

Ha llegado la hora de llamar a las cosas por su nombre y a quitar de nuestra sociedad la artificialidad de la mentira. Muchas teorías falsas se fabrican con retazos de verdades sacadas fuera de contexto. Apostemos, sin miedo, por la verdad, si queremos ser realmente libres. Luego se notará también en la elegancia y en la pulcritud de las manifestaciones exteriores.

Agradecemos sus comentarios

viernes, octubre 31, 2008

El culto y los profanadores impunes

IMÁGENES SAGRADAS Y PROFANACIÓN
Lo Sagrado y las costumbres (veneración y respeto)

Todos los años en Octubre los periódicos y la televisión nos muestran imágenes de la multitudinaria procesión del Señor de los Milagros en Lima, enriquecidas con historias de conversiones y milagros del Cristo de Pachamamilla y acompañadas de una tradición folklórica de hábitos morados, el turrón de “Doña Pepa” y las corridas de toros.

El cuadro tradicional del mes morado, que se prolonga hasta noviembre, (con el culto a los fieles difuntos), presenta escenarios variados donde se conjuga la fe del pueblo con las costumbres típicas del mes morado, una amalgama vistosa de razas en una unidad de sentimientos, que combinan la tradición de un pueblo con la religión.

Todo se da en un ambiente respetuoso que va mucho más allá de la simple tolerancia. Es el amor a lo nuestro, a nuestros antepasados y a nuestros orígenes. Es el amor a la vida que hemos recibido y que tenemos; y el amor a la Vida que tendremos después de muertos. Son valores que respetamos y queremos.

Estas costumbres no son sólo limeñas. En todo el país vivimos las fiestas cristianas que despiertan devociones multitudinarias y que persisten a través de los tiempos, muy por encima de los ateísmos y de los relativismos de la modernidad. Algunos lo llaman fenómenos religiosos, que además están presentes en todo el mundo, (para botón de muestra tenemos en América a la Virgen de Guadalupe y en Europa el Santuario de Lourdes).


Los profanadores modernos

En medio de estas vivencias de alegría y fe de los pueblos, no faltan los ataques de quienes ven con malos ojos las realidades cristianas en los ambientes típicos y en las costumbres. Proceden por lo general de una escasa minoría que busca en sus intervenciones un protagonismo personal.

Al no tener argumentaciones serias para presentar alternativas optan por el camino fácil y denigrante del ataque y la profanación. Al estilo de los narcotraficantes que blanquean el dinero mal habido, buscan presentar “sus” obras originales, (científicas o artísticas), para utilizarlas como “cortinas de humo” de sus ganancias ilícitas.

El procedimiento que utilizan para tener éxito es el contrario al de los narcotraficantes: en vez de “convertir” lo malo en “bueno”, cogen lo bueno (lo sagrado) y le dan un significado escandaloso, profanándolo. Así consiguen los adeptos y una buena clientela para vender sus “productos”, o, se contentan con llamar la atención, con el afán perverso de herir la fe de los creyentes.

Son los profanadores impunes que viven, amparados en la “libertad de expresión”, sin que ninguna autoridad se atreva a ponerles freno prohibiendo esa nefasta labor de ataque irreverente.

No son novedad las persecuciones que ha tenido y tiene la Iglesia desde su fundación; quizá ahora son más sofisticadas y solapadas. Los profanadores de hoy se presentan como investigadores o artistas, como “mansas palomas” que contribuyen con la ciencia y con el arte para el progreso de los pueblos, dejando una estela de odio al cristianismo con una mordacidad enfermiza.

Es más grande nuestro asombro y desconcierto cuando vemos que estos profanadores actúan a vista y paciencia de las autoridades, sin que nadie les diga nada, en un país que es, además, mayoritariamente católico.

El Relativismo de hoy que quiere relegar la religión al ámbito de lo privado, no tiene escrúpulos en pedirle a las autoridades que hagan otra vez de Poncio Pilatos (lavarse las manos y desentenderse); y que incluso prohíban las imágenes sagradas en los lugares públicos. En México por ejemplo, se prohibió a los sacerdotes vestir como sacerdotes, en Alemania se prohibieron los crucifijos y en España se han quitado las imágenes religiosas de las oficinas estatales, donde también se han prohibido las ceremonias religiosas, en los Estados Unidos no está permitido armar Nacimientos Navideños en lugares públicos.

En cambio se permite atacar los valores cristianos. Cualquiera que quiera decir o publicar algo contra Jesucristo, la Virgen María o los Santos tienen libertad de expresión. En algunos países quienes desfiguran las imágenes religiosas y las tratan de un modo irreverente reciben subvenciones del gobierno.

Es cierto que hacer caso y protestar contra estas infamias podría darles más propaganda y protagonismo. Es además lo que desean los profanadores. No hacerles caso puede ser un arma eficaz para que caigan en el olvido. Pero también es cierto que los católicos no podemos "chuparnos el dedo" y dejar que estos propagadores de infamias y trapisondas continúen hiriendo la buena fama y fe de los cristianos.

Como dice el manido refrán: “respetos guardan respetos” No es moral atacar lo que es santo y sagrado para denigrarlo y obtener ventaja por el escándalo y la destrucción. Eso denota pobreza mental y falta de categoría humana.

Construyamos una sociedad respetuosa de las buenas costumbres y de las cosas santas que son sagradas, donde todos estemos unidos con ideales nobles y con autoridades que hagan respetar el orden que debemos tener en la sociedad.

Agradecemos sus comentarios.

viernes, octubre 24, 2008

Ética de la información

LA PERVERCIÓN DEL DIFAMADOR

Difamar no es informar

“quien llamare a su hermano fatuo, será reo del fuego del infierno” (Mat.5,22)


Estamos acostumbrados a ver la maldad humana a través de imágenes, audios, reportajes o comentarios que se hacen sobre los errores o inmoralidades de las personas. Las pruebas evidentes no dejan lugar a la duda para que todos opinemos que los implicados son corruptos o lastres sociales que merecen destitución y castigo.

Los autores de estos reportajes aparecen como valientes defensores de la verdad, moralistas que están prestando un honorable servicio a la sociedad al descubrir algunas situaciones de injusticia e inmoralidad que están destruyendo al país.

Quienes se dedican a estas investigaciones van creciendo de un modo considerable en número y en técnicas sofisticadas para penetrar el las esferas más íntimas de las personas y lograr resultados exitosos, con el beneficio consiguiente para el propio bolsillo.

Parece que ha crecido una exitosa actividad para vivir con cierta holgura: difamar para ganar caiga quien caiga (aunque sea inocente). Se embarra primero y después… que se defienda el que puede.

Pero suele ocurrir también que quienes intervienen en estas investigaciones no suelen ser personas de una reconocida probidad moral, no son ilustres doctores, ni notables con una respetable trayectoria profesional. No son personas deseosas de hacer el bien, sino avezados intrusos, que no les importa causar daño y destruir el honor y la dignidad de las personas.

Los que atacan, sistemáticamente, con una crítica mordaz y punzante, sacando al aire los errores y debilidades de los seres humanos, suelen ser peores y por lo tanto más inmorales que las personas que denuncian.

A toda esta jauría de denunciantes se suman quienes se autoproclaman sin más jueces de los demás y creen que tienen derecho a lanzar piedras porque vieron algo que no les pareció correcto.

Suelen pensar así quienes no creen en la rectitud de las personas, “cree el ladrón que todos son de su condición”, y actúan según el principio: “piensa mal y acertarás” . Se convierten en auténticos negociadores de la sospecha y actúan siempre con una agresividad oliscona.

La vida de una persona no son sus errores. Una persona que ha cometido errores muy graves puede haber tenido también muchos aciertos. No es justo que se magnifiquen sus errores y se silencien sus aciertos. Además cada persona tiene derecho a la comprensión y al perdón. Los asuntos negativos no se deben ventilar a la luz pública. A nadie le gusta que lo conozcan por el error que cometió.

Cuando se habla mal de alguien o se ponen a la luz pública sus errores, se comete una injusticia y, aunque sea verdad lo que se dice, se miente en cuanto a la persona; en cambio cuando se habla bien de alguien, porque es verdad, aunque sea algo muy pequeño, no se miente, ni en lo que se dice, ni en cuanto a la persona, (esa aseveración no denigra ni escandaliza).

Cada uno puede darse cuenta que su propia interioridad funciona muy bien (hay orden, armonía, buena memoria) cuando sus expresiones son consecuencia de un amor ordenado, que permite señalar con mucha paz, las cualidades y los aciertos de las personas y corregir los errores y desaciertos con las debidas cautelas, buscando siempre el bien de todos.

En cambio cuando falta amor se produce una alteración interna (fastidio, indignación, deseos de atacar), al ver los errores o defectos del prójimo; y surge, como un huaico imparable, de crítica, difamación y deseos de venganza.

Cada persona tiene que luchar para evitar el desorden interno que le lleve a la murmuración y crítica de los demás. Solo el amor ordenado permite descubrir tesoros de valor en las personas que motivan un lenguaje constructivo, optimista y lleno de paz.

Es distinto darle un micrófono o una cámara de televisión a una persona que ha luchado para tener orden en su corazón que dársela al que tiene conflictos internos y una trayectoria de desaciertos morales y afectivos.

Existe una moral profesional para quienes tienen el deber de cuidar la rectitud moral de las conductas y de los procedimientos humanos, dentro de la sociedad (Jueces, policías, psicólogos, educadores). Deben ser personas probas, que conozcan bien las limitaciones humanas y se comprometan a ser responsables y justos en sus actuaciones, respetando siempre la dignidad y el honor de los seres humanos.

“La caridad cristiana no se limita en socorrer al necesitado de bienes económicos; se dirige, antes que nada, a respetar y comprender a cada individuo en cuanto tal, en su intrínseca dignidad de hombre y de Hijo del Creador” (San Josemaría Escrivá, “Es Cristo que pasa” n. 72)

Agradecemos sus comentarios

lunes, octubre 13, 2008

Ética de la información

¿CONCIENCIA O RATING?

La vanidad de triunfar difamando a los demás.

Así era el título de un artículo que publiqué hace 23 años en un diario local para defender a unas religiosas de la irreverencia de un avezado periodista que vio la oportunidad de elevar el rating de su programa en un canal de televisión, calificando a la vida contemplativa como retrógrada e improductiva para los tiempos actuales. Los efectos especiales y la música escogida motivaban la burla y el sarcasmo de los teleespectadores…

Los desatinos de una comunicación errática
Hoy, no sólo continúa, sino que ha crecido el prurito de atacar, echar tierra, o burlarse de quien sea, con tal de ganar rating. Con este modo de proceder algunos comunicadores o políticos, buscan ganar dinero y popularidad, aunque tengan que manchar la honra o la fama de las personas. Para ellos, los implicados de sus investigaciones son culpables, a no ser que demuestren lo contrario.

En el desempeño de estas actividades no es de extrañar, -así ha sucedido en otras épocas-, que siempre exista un grupo de personas que tienen como oficio atacar a la Iglesia. Los ataques varían en las formas y estilos, pero siempre hay un objetivo común: poner en duda alguna verdad de fe, la idoneidad de una persona, o de alguna institución. El procedimiento es como el que aconsejaba en famoso hidalgo de la Mancha: “miente Sancho que algo quedará”

Presentados como temas culturales o científicos, o también como guiones o escritos de ficción, han aparecido, en distintos escenarios y con una propaganda millonaria, composiciones que llevan dentro un ataque sistemático a la Iglesia. (Algunos ejemplos: “El Código da Vinci”, “El Evangelio de Judas”, películas como “La brújula Dorada” y tantas otras que son un ataque a la moral y a la doctrina de la fe; programas y series de televisión que se burlan del Santo Padre, de los sacerdotes y de las costumbres cristianas).


También es importante advertir, y no se debe soslayar, la preocupación del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales al señalar que “en los medios de comunicación parece disminuir la proporción de programas que expresan anhelos religiosos y espirituales, programas moralmente educativos y que ayuden a las personas a vivir mejor su vida. No es fácil ser optimista sobre la influencia positiva de los medios de comunicación social cuando éstos parecen ignorar el papel vital de la religión en la vida de la gente o cuando las creencias religiosas son tratadas sistemáticamente de forma negativa y creando antipatía".



Los destapes de un periodismo de investigación
Algunos comunicadores suelen argumentar que los medios solo reflejan lo que hay en la realidad y además se sienten responsables de hacer un periodismo de investigación para destapar los entuertos de quienes obran de un modo ilegal o han caído en la corrupción.

Señalan a favor de sus procedimientos la cantidad de destapes que se han producido y que si no hubieran intervenido, continuarían muchas situaciones de injusticia sin resolver. Ellos piensan que habría que agradecer a los comunicadores, por el papel protagónico e histórico que tienen, para contribuir con la mejora de la sociedad en estos tiempos difíciles.

También argumentan que los temas relacionados con la Iglesia, como el de los sacerdotes pedófilos en los Estados Unidos y otros que motivaron que el Santo Padre pida perdón en público, han sido investigados por ellos, y que sacarlos a la luz era un deber moral, que ahora todos reconocen.

Modos y procedimientos correctos para informar diciendo la verdad
No es correcto sacar a la luz pública, para que todo el mundo se entere, los errores que los hombres cometen en sus actuaciones. En toda sociedad organizada hay instancias. Muchas cosas se pueden corregir en las primeras instancias (dentro de las mismas instituciones) y otras con la intervención de las autoridades (policía, poder judicial). Las correcciones y destituciones que sean oportunas se pueden dar sin escándalo público.

Los medios de comunicación no tienen por qué convertirse en entes fiscalizadores que actúan sacando la espada por delante para cortar cabezas. Aunque hayan elementos razonables en una investigación para iniciar un destape, son necesarias algunas medidas de prudencia para no herir, innecesariamente la fama y el honor de las personas y de sus familias.

Aunque haya culpabilidad, una persona que se equivoca, puede rectificar. No es cierto, en el caso de los seres humanos que “hierba mala nunca muere” Todo hombre debe tener oportunidad de perdón. Si se mancilla su vida con un escándalo por uno (o muchos) errores humanos, se le podría causar un daño irreparable.

Para investigar los casos de corrupción existen unos organismos especializados que todos debemos respetar, para cuidar la estabilidad de nuestra sociedad.

Lamentablemente en estos tiempos ha aumentado en muchas personas un afán grande de protagonismo y de poder, con la máscara de un servicio a la sociedad. La competencia por el poder y el afán de ganar más atosigan al que quiere destacar o sobresalir por encima de los demás y le hacen perder el respeto y la consideración por las personas. Esta fiebre de competitividad se convierte en una especie de “huaico” agresivo que atropella sin piedad.


No olvidemos que los que tienen en sus manos los destinos del país y los medios de comunicación tienen la gran oportunidad de “unir a las personas y enriquecer sus vidas, es un inmenso poder para promover la felicidad del hombre y su realización” (Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales).

Esperamos sus comentarios.

sábado, octubre 04, 2008

La crisis financiera

EL DINERO NO ES DIOS


La última semana hemos visto a través de los medios de comunicación muchos rostros con evidentes signos de desesperación. Quizá muchos de ellos jamás imaginaron lo que en esos momentos estaban viviendo y de un modo sorpresivo.

Hace unos años, cuando los terroristas atacaron las Torres gemelas en Nueva York, la sorpresa también fue mayúscula. ¿Cómo era posible que ocurrieran esas cosas? se preguntaba la mayoría en los Estados Unidos y en el mundo entero.

Muchos que viven aparentemente “seguros” rodeados de muchas comodidades del mundo material viven al mismo tiempo “ciegos” frente a la realidad. El exceso de comodidades y de confort no les deja percibir lo vulnerables que son ellos mismos.

No deja de ser una sandez, la presunción del hombre que se cree poderoso, por tener unos cuantos billetes en el bolsillo o por pensar que un sistema que funcione es suficiente para tener éxito y seguridad. Y ahora vemos que, en medio de la crisis actual, muchos han cuestionado el capitalismo que parecía intocable con el libre mercado de la oferta y la demanda.

Las finanzas y el Marketing que encandilan a los más jóvenes, porque ven un futuro seguro y prometedor, parecen convertirse ahora en burbujas doradas que se las lleva el viento o en las cañas negras y quemadas de unos fuegos artificiales que ya no brillan en el cielo.

Esta crisis recuerda a la del Titanic, cuando el presuntuoso orador del discurso inaugural dijo, muy orondo, en medio de las multitudes que aplaudían: “a este barco no lo hunde ni Dios”. Cuando supo de la noticia, habría dicho: “¡trágame tierra!” como habrán dicho esta semana muchos financistas de los grandes emporios económicos.

Una crisis financiera no es como fallar un gol en el mundial de fútbol. El jugador que falló podría perder su carrera y muchos millones, en cambio el financista de marras, culpable de la crisis actual, no pierde por fallar, pierde por querer ganar sin escrúpulos, con el dinero ajeno y como consecuencia de la especulación. Tampoco se sabe bien, como en el caso del jugador de fútbol, quién es o quiénes son. Están detrás del telón.


Hay negocios que ciegan y entorpecen al hombre presuntuoso

A pesar de las continuas advertencias y experiencias que trae la historia el hombre sigue siendo presuntuoso y terco y quiere seguir construyendo la Torre de babel, y prometiendo a los incautos, crédulos de los negocios fáciles y meteóricos, otras utopías, que más bien, podrían ser útiles como guiones para una película más de ciencia-ficción.

Con estas palabras no queremos ni minimizar ni despreciar al hombre con afán de negociar para ganar más, al contrario, queremos situarlo bien para que conozca mejor su realidad y no se sorprenda por estar dormido o distraído, (no en el negocio sino en la vida), con tantas cosas banales, que además pueden llevarlo a la corrupción.


Con el dinero no se rescata al hombre

Después de haber visto muchas caras de desesperación de muchos que estaban al borde del suicidio por haberlo perdido todo, los medios de comunicación nos alcanzan ahora caras sonrientes por el éxito. “¡Por fin, llegó el rescate!” ponen los titulares de muchos diarios que circulan en el mundo y se ven también los abrazos y las celebraciones del caso.

Mientras algunos se sienten rescatados por una inyección de dinero y con una esperanza de recuperación, otros se frotan las manos para seguir especulando despavoridamente, como los compulsivos viciosos de las casas de juego que se han convertido en ludópatas y han dejado sus casas cargadas de deudas y a sus seres queridos en la ruina. Algunos vaticinan la llegada de nuevos ricos y de nuevos mendigos para el futuro. Y la vida sigue igual.

Es verdad que es urgente el rescate, pero el rescate del hombre que está perdido. A muchos les puede sacar ampollas que se mencione a Dios en estos momentos de crisis económica. El hombre presuntuoso quiere salir él solo de la crisis. No sabe ser humilde para reconocer sus limitaciones y situarse delante del único que puede rescatarlo: Dios.

Aunque estos párrafos suenen para algunos como son la pura realidad. Al hombre también le agarrará de sorpresa el Juicio de Dios frases apocalípticas de predicador de secta, (así está anunciado en las Sagradas Escrituras). El hombre que se considera seguro, que vive o busca vivir con una posición económica holgada, que cree que tener dinero es suficiente para conseguir sus aspiraciones más altas; a ese hombre equivocado, que ha perdido la brújula, es necesario rescatarlo, para que se de cuenta que el dinero no es Dios.

En nuestra sociedad vemos que muchos dineros se emplean contra Dios (a favor de las inmoralidades, los vicios y las guerras), pero también, el dinero que se quiera emplear para el bien puede corromper a los hombres de bien, si se olviden que primero es Dios.

Si el hombre no pone en primer lugar a Dios por muy nobles que sean sus aspiraciones y deseos, el desorden de su jerarquía le hará ver cuantiosas pérdidas en el campo de Dios que le tocó sembrar y si no cambia, el tiempo se encargará de hacerlo desaparecer a él y a sus obras.

Los economistas suelen decir que hay que saber comprar y vender a tiempo para tener éxito. Efectivamente en el tiempo es cuando tenemos que negociar y éste se nos acaba.

Dice el refrán: “nadie sabe para quién trabaja” que hoy se cumple porque se ha perdido la noción de los motivos por los que se debe trabajar y además se llama trabajo a cualquier actividad, aunque sea ilícita (la licitud no depende de que esté reglamentado o no sino de le ética).

Se le llama trabajo a la especulación, a los negociados, a las trapisondas, a los robos y al activismo desmedido del hombre egoísta y voraz, que muerde con la boca bien abierta dando un buen bocado para su satisfacción y deja las migajas (la menor parte) para que sea repartida entre muchos mientras se autoproclama creador de empleos o benefactor.

Si nos enriquecemos con trabajos que no benefician a los demás o al país (con justicia), nos empobrecemos como personas y terminaremos mendigos, como el rico Epulón de los Evangelios. Seríamos hombres que no supimos aprovechar bien el tiempo para el negocio más grande de nuestra existencia, que es la salvación de nuestra propia alma después de haber dejado en la tierra una herencia de honradez, dignidad y Amor.

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