viernes, agosto 27, 2010

EL MIEDO DE ORIENTE A LA LIBERTAD DE OCCIDENTE


Cuando Alemania Oriental estaba detrás del muro podía percibir que en Occidente la vida era distinta: el progreso con la libertad había colocado a la República Federal Alemana entre los países más poderosos del mundo; en cambio ellos, que no tenían libertad, por vivir bajo el régimen de una ideología marxista, se habían quedado muy atrás. En la década de los 80 ambas Alemanias estaban deseosas de derrumbar el muro, porque además consideraban que ellos eran hermanos de un mismo país.

Con Rusia y con China las cosas fueron diferentes. Eran países más grandes en extensión y población. Michael Gorbachov, un comunista muy abierto a las relaciones sociales, con la Perestroika fue mucho más lejos de lo que había pensado y causó una verdadera revolución en su país, tal vez no midió el gran descontento que existía en la mayoría y las ansias tremendas de libertad que tiene todo ser humano. Rusia, a diferencia de China, había tenido emblemáticos disidentes que escribieron e influyeron para que se produzca el cambio.

China lo hizo todo sin decir nada a nadie, sus dirigentes adoptaron el sistema capitalista sin dar cabida a la democracia ni a la libertad y el país más poblado del mundo, fue escalando posiciones hasta colocarse entre los más poderosos. Hoy, de los 1,300 millones de habitantes en la China hay 50 millones que viven bien. Para el número total de habitantes, los millonarios representan un mínimo porcentaje frente a una gran mayoría de escasos recursos (aunque últimamente se ha elevado para todos, un poco más, el nivel de vida en algunos aspectos). Además hay que tener en cuenta que los 50 millones que viven holgadamente suelen ser más que todos los habitantes de la mayoría de países del mundo; de allí su poderío económico.

A pesar de la última crisis, según el informe Hurun Report, China se convirtió en el país con más multimillonarios, sólo le supera Estados Unidos. Tiene en la actualidad 130 personas con más de US1,000 millones en los bolsillos, frente a los 101 del año pasado. En Estados Unidos, la cifra llega a 359, mientras que Rusia tiene 32 e India 24. China acumula ya más de 875 mil millonarios, es decir personas con una fortuna superior a los 10 millones de yuanes, unos $1,46 millones. Es interesante observar que la edad media de los multimillonarios chinos es de sólo 39 años, 15 años inferior al promedio internacional. Aunque China sea el país que ha extraído más gente de la pobreza que ningún otro en las últimas décadas, el Banco Mundial asegura que aún hay 300 millones de pobres, lo que equivale casi a la población entera de Estados Unidos. En contraste los millonarios del país comunista están comprando Mercedes Benz a los Alemanes que suben sus ingresos con una mayor dependencia del tigre asiático.



¿Estarán contentos todos los chinos de ocupar el segundo lugar del mundo en riqueza? ¿se trata de que los 1,300 millones de Chinos tengan más dinero para ser felices? ¿la libertad que hay en las democracias occidentales es la que produce el desarrollo ideal de los pueblos?



Vemos claramente que hay una competividad materialista. Los números nos hablan de los que tienen más en comparación con los que tienen menos, como si la meta fuera tener más para que todo vaya bien o para ser mejores.


Analizando los sucesos mundiales se puede llegar a la conclusión de que en los países donde hay libertad y democracia se produce un desarrollo material que beneficia a todos, desde el punto de vista material. Es algo importante, pero es solo una parte.


Si vemos las fotografías o las películas de los grandes edificios modernos y centros comerciales de las ciudades más ricas del mundo, es todo ello muy atractivo, pero no deja de ser solo un desarrollo material. Nos parece muy bien todo eso, pero algo muy importante estaría faltando.


Los orientales nos pueden dar un poco de luz. Ellos también ven el desarrollo material de occidente, no son ciegos y van adoptando los modos para llegar a ese desarrollo material que emulan de los sistemas económicos europeos o americanos, sin aceptar los estilos de vida de esos países. A ellos les parece que nuestro modo de vivir en occidente es tremendamente frívolo, inmoral y decadente, por no decir corrupto.


En occidente nos parece que el oriente está atrasado en los aspectos materiales y en su civilización cultural. Nos parece terrible que exista todavía la pena de lapidación para las adúlteras. A ellos les parece terrible que en occidente existan adúlteras. Si existiera la pena de lapidación en el Perú por adulterio, podría desaparecer medio país.



Qué sería más grave: ¿que exista la pena de lapidación por adulterio o que existan personas adúlteras que viven como si no pasara nada? Es evidente que el camino para eliminar el adulterio no es la pena de muerte.




¿Qué entendemos por libertad?


El concepto de libertad que hay ahora en Occidente ha variado mucho en los últimos años. Antes nos parecíamos más al Oriente en sus criterios. Ahora cada uno quiere hacer lo que le da la gana, se ha perdido el respeto a la ley y a la autoridad y eso ha traído como consecuencia una degradación moral de la sociedad: divorcios, prostitución, drogadicción, alcoholismo, inseguridad, delincuencia, suicidios, etc.



¿Podemos decir que nosotros hemos progresado gracias a la libertad?


Oriente no es el ejemplo de libertad; ellos deben que corregir otros aspectos, (fundamentalismo, voluntarismo, fanatismo, etc.), y una violencia brutal con agravios terribles que claman al Cielo, sin embargo nos hacen pensar con sus convicciones morales: rechazan la pornografía, la infidelidad, la prostitución y ponen leyes severas. Los que caen en esos pecados tienen que sufrir las consecuencias de las leyes, que muchas veces será la pena de muerte. Ellos consiguen la moralidad de una gran mayoría que no se siente esclava de un sistema, porque viven identificados con él, lo llevan en la sangre. Quiero decir que se nota el reflejo de la ley natural como algo propio de la antropología humana. En esos aspectos que no han sido dañados la naturaleza responde bien. Occidente tiene las heridas allí y ha superado otros aspectos. Ni en Oriente ni en Occidente existe todavía la libertad que el hombre busca y debe encontrar.


Podríamos afirmar que el concepto de libertad que hay en Occidente se está alejando de lo que es realmente la libertad, ¿no habremos caído hace tiempo en un libertinaje generalizado que nosotros llamamos libertad? Vivimos la tragedia de la libertad absoluta que rompe con la ley y la moral. Crecemos materialmente y decaemos espiritualmente, cada vez más. ¿Esto es progreso? ¿Estamos felices así?



Oriente se cuida de los influjos negativos de nuestra “libertad” que para ellos es auténtico libertinaje. También tienen la experiencia de los contagios que han sufrido algunos países asiáticos por la presencia occidental. Los niveles de corrupción y de violencia en Rusia son muy altos. Estuvieron mal sin libertad y ahora cuando creen que son “libres” como en Occidente, siguen estando mal, o tal vez peor. Japón, que era un país de honorables, conforme fue creciendo materialmente fue creciendo también la corrupción. Los orientales que salen a Occidente a buscar la “libertad” suelen caer más bajo que los mismos occidentales: bandas de mafiosos, ladrones, terroristas, etc. ¿acaso la libertad es solamente la independencia, o la posibilidad de crecer económicamente?


Es necesario llegar al correcto criterio de la libertad con la verdad, que nos hace libres y responsables, con los rectos criterios de moralidad que exigen las virtudes y que protegen al hombre y a la sociedad de la corrupción y de la decadencia moral.


Agradecemos sus comentarios.

viernes, agosto 20, 2010

Decepción de los que profetizaban el ateísmo

EL AUMENTO DE CREYENTES EN EL MUNDO


En los últimos tiempos el aumento de creyentes ha sido notable en el mundo entero. A la Iglesia católica se han pasado cientos de personas que se encontraban en otras religiones. Al principio de año fueron varios anglicanos en Iglaterra. Ya se había convertido Tony Blair (el ex primer Ministro inglés) el año 2007. En los Estados Unidos este año han ingresado al Catolicismo más de 8,000 evangelistas y en Suecia un nutrido grupo de luteranos están asistiendo a retiros espirituales predicados por sacerdotes católicos. Los Bautizos y conversiones en Africa y en el Asía van en aumento, también las vocaciones sacerdotales.


Quienes profetizaron en fin de la Iglesia Católica al inicio del siglo XXI, han tenido que rectificar sus teorías y echar marcha atrás. No es la primera vez que ocurre. También Stalin aseguró destruir el Vaticano con sun poderoso ejercito y luego ¿qué ocurrió? Stalin y su ejercito ya no existen, el Vaticano continúa. Los profetas del ateísmo van de fracaso en fracaso.


El famoso periodista e historiador ingés Paul Johnson afirma en su artículo "Devolvamos su sitio a Dios" que “el gran acontecimiento del siglo xx ha sido la Muerte de Dios. Y ha sido un acontecimiento frustrado. Los intelectuales decimonónicos no estaban de acuerdo con la idea de Nietzsche de que Dios ya había muerto, pero estaban seguros de que sí lo estaría hacia el año 2000.


Durante el siglo XX, los intelectuales han dado por sentado que la idea de Dios desaparecería prácticamente en el mundo occidental, y que sólo las sociedades atrasadas conservarían esa "superstición" religiosa. Y sin embargo, aquí estamos, al final de lo que supuestamente iba a ser el primer siglo de ateísmo, con Dios vivo y coleando, reinando en los corazones de miles de millones de personas en todo el mundo.


Por supuesto, que gracias al crecimiento de la población hoy hay más gente que cree en Dios que a comienzos de siglo, y evidentemente, también hay más agnósticos; pero también creo que no hay más ateos que antes.


El número de personas dispuestas a afirmar con contundencia que Dios no existe se ha reducido significativamente desde aquellos "buenos tiempos" del ateísmo organizado, a finales del pasado siglo: la Universidad de Oxford, bastión de las causas perdidas, ha nombrado hace poco a Richard Dawkins primer catedrático de Ateísmo: todo un síntoma.


A finales del siglo XX, el porvenir de Dios es, en efecto esperanzador; incluso podría convertirse en su siglo por excelencia. En el siglo XIX venerábamos el Progreso. Era algo real, visible, avanzaba con rapidez y resultaba, por regla general, benéfico, pero las desastrosas consecuencias de la Primera Guerra Mundial le hicieron perder su sentido y orientación. El Progreso había defraudado a la humanidad. Así pues, volvimos el rostro hacia la Ideología -hacia el comunismo, el fascismo, el "freudianismo", e incluso hacia otros "ismos" más sombríos.


El siglo XX ha sido "la Edad de la Ideología" como el XIX lo fue del Progreso. Pero la Ideología también decepcionó a sus partidarios, y finalmente se hizo añicos a comienzos de los 90.


Una de las cosas que enseña la Historia acerca del género humano es que no podemos vivir sin creer en algo: la falta de creencias nos resulta insoportable. Quizá Dios, después de luchar por su supervivencia a lo largo del siglo xx, llene el vacío del siglo XXI y se convierta así en el heredero universal de aquellos titanes muertos”.



Las conversiones al catolicismo han ido en aumento

En los últimos años del siglo pasado hubieron conversiones a la Iglesia católica que sonaron mucho en todo el mundo. El 8 de diciembre de 1996, en la fiesta de la Inmaculada se bautizó en la Iglesia católica, el famoso Rey del aborto, Bernard Nathanson, también impresionó mucho por esas fechas la conversión del gran editorialista italiano Leonardo Mondadori que pasó de ser incrédulo y agnóstico a ferviente católico comprometido; en Italia fue famosa la conversión de la princesa Alessandra Borghese que llenó titulares de diarios y revistas, en los Estados Unidos sono mucho la conversión del Teólogo Prebisteriano Scott Hahn el año 1986. que se debió a sus estudios teológicos, más tarde, en 1990 se convirtió su esposa Kimberly Hahn, que también era profesora de Teología en la iglesia Prebisteriana.


El el siglo XXI han continuado y se han incrementado las conversiones a la Iglesia católica, como la de Eduardo Verástegui, el famoso cantante y artista mexicano de Hollywod, que fundó productora Metanoia para hacer películas con valores morales, la primera fue “Bella” estrenada en los Estados unidos y en España, con gran acogida.


Mientras el siglo XXI sigue su andadura se preparan más conversiones de personas de todos los ambientes sociales y en todos los continentes. Las motivaciones podrían muchas y variadas, pero en todos los casos, el motivo principal suele ser aproximación a la verdad.


Cualquiera, que ahora se atreva a “profetizar” la desaparición de la religión o de la Iglesia debe volver a envainar su espada y empezar a pensar que hay algo muy poderoso y sublime que hace que el hombre descubra el sentido de su vida y el sentido de la existencia de toda la humanidad. No hay que tener miedo de agachar la cabeza frente a la verdad y reconocerla, no es perder sino ganar.


Agradecemos sus comentarios




viernes, agosto 13, 2010

Limpieza para verlo todo

Cuando nos llama la Madre del Cielo


Hace algunos años se construyó en el centro del ovalo Gutiérrez una columna con una peana para colocar en ella la estatua de San Miguel Arcángel, ya que el emblemático distrito de Miraflores fue bautizado como San Miguel de Miraflores.

Para el día de la bendición de la estatua se había previsto una ceremonia pública, estaban presentes las autoridades y una nutrida concurrencia que procedía del vecindario y de la feligresía de la parroquia de Santa María Reina, que está frente al óvalo.

Ya era la hora de la bendición y la estatua no llegaba. El Padre Heil, que a la sazón era el párroco de María Reina, estaba un poco inquieto porque después de la bendición tenía otro compromiso.

Sin decirle nada a nadie salió revestido con el hisopo del agua bendita y el ritual y se acercó al centro del óvalo donde debería estar ya preparada la imagen de San Miguel. Los fieles miraban que el párroco empezaba la ceremonia sin que esté presente el Arcángel. Grande fue la sorpresa de todos cuando el párroco dijo impertérrito al empezar la homilía: “nos hemos reunido queridos hermanos para bendecir la imagen de San Miguel Arcángel, el Patrono de Miraflores, los fieles que tienen limpio su corazón están viendo en estos momentos la imagen, los demás no podrán verla…”

Estas palabras iniciales del párroco crearon un desconcierto general porque nadie veía la imagen. El P. Heil aprovechó para decirles a todos que si el corazón está limpio podrían ver muchas cosas maravillosas. Así fue bendecido el lugar donde más tarde se colocó la imagen de San Miguel.

Esta divertida anécdota protagonizada por un buen sacerdote que quería catequizar a su gente con un poco de picardía, fue como una llamada de atención, una campana que sonaba en las conciencias de las personas.


La mujer que nos quiere más

Este domingo es la fiesta de la Asunción de María a los Cielos. La Madre del Cielo, la mejor de las mujeres, la más limpia, la más hermosa y la que nos quiere más, nos llama con amor de Madre para que limpiemos nuestro corazón y así podamos ver las maravillas de Dios. No podemos perdernos lo que Dios nos quiere enseñar, es superior a las 7 maravillas del mundo. Si los hombres hoy están dispuestos a pagar mucho dinero para disfrutar de un Crucero por el Mediterráneo o el Caribe, mucho más vale la contemplación de los Misterios de Dios que la Virgen nos enseña como si fuera el álbum de sus fotografías del recuerdo. Además su vida es nuestra vida porque es nuestra Madre y necesitamos de su Vida para vivir felices con un gozo indescriptible.

El reconocimiento de nuestros pecados y miserias no aleja a nuestra Madre de nosotros. Ella sabe que somos pecadores. No debemos escondernos con nuestros pecados sino acercarnos a quien nos pueda ayudar. La contemplación de la pureza Inmaculada de la Virgen no es algo que nos aleje. Ella facilita las cosas para que estemos muy cerca. Nos quiere invadir con su amor para que seamos libres de verdad.

Ella nos llama nuevamente en esta fiesta de la Asunción señalándonos el Cielo para que vayamos hasta allí, a la Casa de la eterna felicidad y nos anima a que acudamos nuevamente y con fe, al sacramento del perdón, que es el sacramento de la alegría. Esta fiesta mariana que se acerca puede ser una nueva oportunidad para una buena confesión, que seguramente la necesitamos.

Agradecemos sus comentarios

viernes, agosto 06, 2010

Palabras de agradecimiento del P. Manuel Tamayo

PRESENTACIÓN DEL LIBRO: “la presencia de Dios en la lucha contra la corrupción”

Mi primer agradecimiento, en este día tan grato para mi, después de haber escuchado a ilustres oradores con sus comentarios y ponencias sobre mi libro, mi primer agradecimiento, si ustedes me lo permiten, es para Dios, que me ha dado tantas oportunidades en la vida para hablar de Él y ahora, en esta ocasión, en el Poder Judicial, que es el lugar donde se administra la Justicia, me de también la oportunidad de hablar de Él.

Muchas gracias al Dr. Juan Velit Granda por haber aceptado escribir el prólogo de mi libro, por sus palabras llenas de afecto y algunos elogios que no creo merecer. Creo que a la unidad de ética le debemos la amistad que ha ido creciendo entre los dos y fortaleciéndose cada día más. Muchas gracias Dr. Juan Velit, también por su amistad.

También es grande mi agradecimiento para el compañero de colegio y de clase, para el Dr. Javier Villa Stein que tuvo la gentileza de invitarme a participar del Consejo Consultivo y de la Comisión de ética del Poder Judicial. El Dr. Villa Stein y yo tenemos dos momentos de amistad bien definidos: del 56 al 60, cuando estábamos en primaria y el 2010, él de Magistrado Supremo y yo de sacerdote. No nos hemos visto casi en 50 años. Yo le agradezco su amistad leal y sincera y el propósito que nos une ahora: la lucha contra la corrupción. Estamos firmes en el mismo camino.

Agradezco a mi familia, que siempre me apoya en todo y especialmente a mi padre que también fue Magistrado Supremo y que este año cumple el centenario de su nacimiento, a él le he dedicado este libro.

Agradezco a todos los que han colaborado, a la editorial Infobrax, a los esposos Esquivel, al personal del Palacio de Justicia que ha hecho posible esta presentación, al capellán del Poder Judicial, Mons. Ángel Ortega que ha estado siempre pendiente de todos los detalles y a tantos amigos que se han acercado en estos días con sus palabras de aliento y estímulo.

______________________________________

Para un sacerdote su pasión principal es hablar de Dios, es una pasión que no está dirigida a buscar el beneficio propio, el sobresalir, o ser protagonista frente a los demás, sino que está dirigida más bien al servicio a los demás, como dice en la misma Escritura, de Jesucristo que “no vino a ser servido sino a servir”

Creo que estas mismas palabras se podrían aplicar a las autoridades de los distintos poderes del Estado, que deben tener una vocación de servicio, donde no debe aparecer para nada el beneficio personal.

Es lo que intento decir en mi libro al referirme a la idoneidad de las autoridades y en especial, a las que se dedican a la administración de la justicia.

En las primeras páginas de mi libro hago referencia a un recuerdo particular que para mi fue entrañable cuando, en 1968, a los 19 años de edad, trabajaba en estos ambientes del Poder Judicial como empleado en la mesa de partes en lo administrativo de la Corte Suprema. Recuerdo el garbo humano y el talante profesional de algunos vocales supremos que dejaron en mi, la huella imborrable de personas honradas que administraban la justicia con una bondad natural que les salía del alma, eran indudablemente hombres de bien.

El recuerdo de esos años y el recuerdo de mi padre, que (Fue Juez de menores en Lima, vocal fundador de la Corte Superior del Callao y luego Vocal Supremo), fueron las motivaciones principales para publicar este pequeño libro, porque vi en ellos la honradez y la hombría de bien, aprendí mucho de ellos.

Más tarde aprendí también del Fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá de Balaguer, (tuve la oportunidad de vivir con él en Roma), cuando le oí decir en muchas oportunidades que Dios debería estar presente en todos los acontecimientos de la historia y en todos los rincones de la sociedad. De allí el título de este libro: “La presencia de Dios en la lucha contra la corrupción”

He querido con este libro transmitir una experiencia y también: hacer una petición.

La experiencia es poder decir que: Yo he conocido personas honradas y leales; es afirmar que existen personas honradas, leales, rectas, es decir, son hombres, o mujeres de bien. Es una experiencia que me llena de esperanza. Lo que ocurre, y más en estos últimos tiempos, es que los mejores no se quieren presentar para los cargos de responsabilidad. Y el motivo de estos alejamientos es la creciente corrupción.

Entonces la petición que hago a través del libro es: trabajemos todos para eliminar la corrupción, que equivale a decir: busquemos a las personas buenas, si existen estas personas buenas, no debería haber corrupción, y si no se encuentran, hay que formarlas con urgencia. Personas que sean honradas, que sepan comprometerse con la verdad y el bien, que sepan servir a los demás sin buscar recompensa o beneficio propio, que no sean egoístas.

He subrayado muchas veces en el libro la importancia de la educación y de las comunicaciones para que puedan cumplirse estos objetivos. Pero ¿quién no habla hoy de la importancia de la educación?, ¿todos dicen que hay que darle prioridad a la educación? Sin embargo vemos que también la corrupción ha llegado a los ámbitos educativos, cuando ésta se limita a los asuntos académicos y se deja de lado la ética o la moral, o cuando la educación se convierte en un negocio más, rentable para algunos bolsillos.

Alguien podría decir que aunque se ponga énfasis en la educación, no se podrá evitar la corrupción. Y como todas las personas son corruptibles deberían existir siempre los sistemas de represión y los controles correspondientes para evitar los efectos de este mal.

El título del libro es como la respuesta de lo que pretendo explicar con más claridad, como miembro de la Comisión de Ética del Poder Judicial y sobre todo como sacerdote, como hombre de fe que procura transmitir una verdad de la Iglesia, que Dios ha revelado y que está dirigida precisamente a evitar corrupción. Yo pienso que la tragedia del hombre es que muchas veces no escucha a la Iglesia y la Iglesia habla desde tiempos de Cristo, todo el tiempo está hablando, no debe callarse, tiene el deber de hablar, como Cristo lo hizo, para defender la verdad de los ataques que recibe y además la Iglesia es experta en humanidad.

En los temas de corrupción la Iglesia tiene mucho que decir. Hablar de la corrupción es hablar del hombre. Para aquellos que piensan que el hombre es corruptible, la Iglesia les dice que sí, que efectivamente todos somos corruptibles, porque nacemos con una naturaleza desordenada, con unas inclinaciones torcidas. Y la Iglesia fue fundada por Jesucristo para enderezar, con la gracia de Dios, esas inclinaciones del hombre por medio de los sacramentos.

De allí que con el título de este libro, “La Presencia de Dios en la lucha contra la corrupción”, quiero decir que sin Dios es imposible vencer a la corrupción. Jesucristo afirma categóricamente en las Escrituras: “sin mí nada podéis hacer”

Los sacerdotes tenemos como misión predicar la palabra de Dios y Dios es el primero que nos advierte de la corrupción, nos hace ver que todos somos pecadores y que somos culpables de nuestros pecados. Es por eso que Jesús les advierte a los que querían ajusticiar a la mujer sorprendida en adulterio, que con la ley en la mano querían ejecutar la sentencia: “el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra”, todos empezaron a retirarse A inhibirse diríamos hoy (aunque hoy la gente se inhibe porque no quiere responsabilizarse. Cuando quieren quitarse de en medio se inhiben, o se van de viaje y entonces no intervienen). En la Escritura empezaron a retirarse porque se sentían indignos. Cómo iban a ejecutar a la adultera si ellos estaban manchados también por el pecado.

Dios le pide al hombre una actitud de humildad, que es el reconocimiento de la verdad. Admitir lo que somos, admitir que somos pecadores.

Los sacerdotes tenemos una ventaja al hablar o escribir sobre la corrupción porque sabemos que la causa está en el pecado. Y combatiendo el pecado, con la gracia de Dios, se combate la corrupción. En una sociedad donde se vive como si Dios no existiera es difícil combatir la corrupción, aunque se reconozcan las cualidades y condiciones humanas de muchas personas.

En una sociedad relativista las dificultades para atajar la corrupción crecen porque las personas se mueven más por las emociones y sentimientos que por la verdad objetiva y el respeto a las leyes morales.

En el estudio sobre la corrupción algunos me decían que no toque la religión, o que separe lo que es religioso de los planteamientos de una ética social. Para mi es imposible. Quizá se pueda hacer sobre el papel, (el papel admite todo). Se podría hacer un planteamiento teórico coherente, un maravilloso programa, … sin embargo la realidad es distinta.

El hombre de fe sabe que la fe, informa toda su vida. Que las verdades de la religión no son para usarlas en determinados momentos. No se puede excluir a Dios de la lucha contra la corrupción. Excluir a Dios es meterse en un laberinto sin salida, un círculo vicioso que nunca acaba.El tema de la corrupción se soluciona combatiendo el pecado personal. Es responsabilidad de cada uno.

Quisiera añadir unas palabras del Papa Benedicto XVI, él dice que la descomposición moral es consecuencia de la ausencia de Dios: “Hemos dejado de atrevernos a hablar de la vida eterna y del juicio. Dios se ha vuelto para nosotros un Dios lejano, abstracto. Ya no tenemos el valor de creer que esta criatura, el hombre, sea tan importante a los ojos de Dios, que Dios se ocupa y preocupa con nosotros y por nosotros…. Y así hemos decidido a construirnos a nosotros mismos, a reconstruir el mundo, sin contar realmente con la realidad de Dios… así el ser humano pierde su gran honor y su gran dignidad,.. el hombre se descompone moralmente y se vuelve manipulable… Hay una tarea fundamental que consiste en hacer presente a Dios. Reconocer que Dios nos ama y quiere nuestra felicidad”. El pensamiento de Benedicto XVI, Libros, libres, pág. 115.

¡Somos libres, seámoslo siempre!

Lo cantamos muchas veces con fervor en nuestro Himno Nacional, sin embargo el concepto de libertad no es igual en todos los peruanos.

Había una vez dos señores. Uno era ateo y el otro creyente. El ateo veía la libertad como independencia total, no depender de nadie, ser autónomo, revelarse frente a la autoridad si consideraba que le estaban imponiendo algo. El creyente veía la libertad como amor a una verdad objetiva, sumisión a unos mandamientos morales y a la autoridad establecida, obediencia a una voluntad superior.Cada uno vivía de acuerdo a sus principios, respetándose mutuamente, hasta que llegó el final de sus vidas. Era el momento de la verdad, el momento de ver quién tenía la razón.

Fue precisamente en Francia donde hubo hace muchos años un famoso debate sobre la existencia de Dios. Debatían dos grandes intelectuales franceses, Paul Valery (ateo) y Jean Gitton (católico creyente). Paul Valery reconocía, ya entrado en años, que él no tenía la ternura de los creyentes, que era demasiado cerebral, frío y pragmático.

En cambio Jean Gitton decía en su argumentación que si en el momento supremo de la muerte le demostraran que Dios no existe, el nunca se hubiera arrepentido de haber creído en el amor. Nos ponemos a pensar que hubiera sido si en el momento supremo de la muerte le demuestran al ateo, al que siempre negó a Dios, que Dios existe. André Frossard, otro francés, que había sido ateo y marxista, se convirtió en un ferviente católico tan solo por ingresar en una iglesia de Paris para buscar a un amigo.

Hay una famosa novela: La Muralla de Calvo Sotelo, donde Dios se aparece a un hombre que está moribundo con una enfermedad terminal. El Señor le dice: si te mueres así te irás al infierno, tu familia cree que eres muy bueno, tus colegas de trabajo van a reconocer todo lo que has hecho, te harán un monumento, tendrás un entierro de primera, pero te irás al infierno porque tu sabes que todo lo que has conseguido lo has hecho con mentiras, manipulaciones, injusticias. Te voy a dar una oportunidad, sanarás pero tendrás que decir la verdad, esto te costará la decepción de tu familia, te meterán en la cárcel, morirás como un corrupto, abandonado y solitario, pero luego tendrás el Cielo para toda la eternidad.

Es una novela que refleja una gran realidad. Los sacerdotes vemos morir y no es igual. Dios es necesario para evitar la corrupción y es más necesario aún para alcanzar la vida eterna, que es alcanzar la felicidad eterna.

Por eso quiero decirles, antes de terminar, quiero decirles, en este Poder Judicial, donde se administra la Justicia, que hay una Justicia Divina, al final de nuestra vida, y que ahora mientras estamos de camino podemos acercarnos a ese Juez que perdona siempre (siempre y cuando estemos arrepentidos de nuestros pecados), para obtener la gracia que necesitamos para ser libres. Que en este Poder Judicial esté presente Dios. Hay una capilla y un Sagrario con el Santísimo aquí. Veo que siempre está con gente, también me han dicho que la frecuentan los magistrados y jueces. Es una buena garantía para todos.

Solo así podremos decir ¡Somos libres y seámoslo siempre! Somos libres si podemos llegar al Reino de los Cielos. Muchas gracias.