viernes, octubre 23, 2009

La plaga de la violación

Las “razones” de las medidas contra la vida

LOS VIOLADORES “SIMPÁTICOS”

En las polémicas sobre el aborto sale a relucir el tema del violador. A este se le suele presentar como una especie de monstruo o ser desadaptado que consigue con el atropello y la violencia tener una relación sexual sin el consentimiento de la mujer. Es la imagen del raptor que es además pervertido sexual y que todo el mundo rechaza.

Esta imagen dantesca del violador, que es propia de una película de Hollywood, aparece poco en la realidad, en cambio nos encontramos con una legión de violadores “simpáticos” que saben conseguir su objetivo con una serie de mañas y engaños presentándose como caballeros honorables y respetables.

¿Qué se entiende por violación?

En el diccionario se entiende por violación: el acto de violencia por el cual una persona es forzada a una relación sexual y se entiende por seducción: Engañar con astucia para poseer una mujer.

Cuando en la mente de un hombre está el deseo compulsivo de placer sexual y hay una disposición de conseguir ese objetivo a costa de lo que sea, nos podemos encontrar:

1. con el “perverso” violador que es un enfermo que raptará a su víctima violentándola contra su voluntad, para obtener su placer, o

2. al hombre “simpático” que buscará con toda su astucia persuadir a la mujer con engaños o extorsiones para conseguir el mismo objetivo.

Si estas mujeres quedan en cinta, (nadie pensó en el hijo que vendría) y luego deciden abortar, el niño sería la víctima inocente de estas relaciones impropias, tanto si se trata del “perverso” violador como del hombre “simpático”

¿La perversión del simpático seductor?

Los partidarios del aborto inflan la imagen del perverso y monstruoso violador y de la pobre madre violada que sería la víctima. En cambio se oculta la realidad de los hombres “simpáticos”, que son también violadores porque usan la violencia (presión, extorsión, persuasión engañosa, o también amenaza) para realizar el acto sexual por puro placer.

Es más. El desadaptado violador podría ser un enfermo que necesite de atención psiquiátrica, en cambio el “simpático” violador es el vivarracho irresponsable que corrompe sexualmente a las mujeres para dar rienda suelta a sus instintos usando artimañas engañosas para tentar a sus víctimas. Peor si hay dinero de por medio. Estos “simpáticos” caballeros, que invierten en sus placeres libidinosos, son los que impiden la lucha contra la corrupción de la carne, que es tan nefasta, y aún peor, que la corrupción por el dinero.


No hay peor ciego que el que no quiere ver

Los responsables de las leyes deben conocer bien estas irresponsabilidades y no cerrar los ojos a este problema social que debe ser corregido con la ética y la moral. Por un lado la autoridad es responsable en señalar claramente cuales son las conductas que se oponen a la ley moral y por otro lado deben poner también las sanciones correspondientes.

Un mal servicio a la sociedad es no querer ver el mal de ciertas conductas o costumbres distorsionadas y dejarlas pasar como si fueran asuntos de la “vida privada” que cada uno puede manejar a su antojo, siempre y cuando “respete” la decisión de la otra persona y considerar estas actividades como normales en la vida de una sociedad.

Es precisamente de estas malas costumbres de donde provienen los millones de asesinatos que se producen por los abortos. Se suele engañar a la población con una terminología que suene a “científica” y partidaria del amor a la vida y del respeto por las personas, para tapar estos crímenes que se cometen a diario.

La responsabilidad de cada uno

Cada ser humano es responsable de su vida moral y no debe dejarse llevar por corrientes, modas o costumbres que van en contra de la moralidad. Gracias a Dios hay mucha gente hastiada de tanta indecencia. En ocasiones se ha llegado a extremos de violencia brutal y criminal por conflictos amorosos cargados de acciones eróticas. No dejemos que la sociedad se convierta en un burdel y las mujeres en prostitutas manoseadas por “honorables” y simpáticos caballeros que dejan junto a la impronta de la lascivia el veneno de la corrupción y la destrucción de la familia y la sociedad.

Esta actividad desordenada debe ser corregida para defender a la familia y a la sociedad. La calle más sucia se está metiendo en los hogares para corromper a sus habitantes. Es necesario defender la vida contra los asesinos que matan niños, y defender la moral, que es el sustrato necesario de las relaciones humanas, que da consistencia y fortaleza a cada persona.

Hoy más que nunca es necesario decir la verdad y quitar todos los disfraces, cortinas de humo y tapaderas de los organizadores de la mentira y la corrupción.

Agradecemos sus comentarios

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Disculpe pero hoy en día eso de que el hombre es violador o la mujer se deja seducir….me suena raro; las mujeres hoy ya dejaron de ser ingenuas y si entran en el juego es simplemente porque les da la gana, tienen poca vergüenza y la moral del tamaño de un maní.

Vea usted nomás la sarta de “simpáticas damiselas resbalosas” quienes hoy por hoy no respetan ni siquiera a un hombre casado, tentándolos y haciéndolos sentir importantes, inteligentes, apuestos y no se que tanto para obtener lo que en corriente se puede llamar “segunda ganancia” y lo peor es que ellos se creen el cuento,¡pobres ilusos!

Yo soy de aquella gente hastiada de tanta indecencia y estoy de acuerdo en que “hoy más que nunca es necesario decir la verdad y quitar todos los disfraces” ¡las mujeres no están exentas de responsabilidad moral!

Anónimo dijo...

Podria usted tener la gentileza de abordar el tema de la recuperacion de la confianza en el matrimonio.