viernes, octubre 16, 2009

¡No al Aborto!

¿POR QUÉ EL ABORTO ES UN ASESINATO?

Manuel Tamayo Pinto-Bazurco

Nuevamente se ha puesto sobre el tapete la discusión en torno a la despenalización del aborto con los mismos argumentos de siempre que vuelven a repetirse después de veinte o treinta años como si fueran una novedad, o como si se tratara de los avances de la ciencia.

Ya no se sabe si los partidarios de la despenalización del aborto actúan con ignorancia en temas de bioética, o porque hay algún “negocio” de por medio, o por la vanidad del protagonismo. Alguna vez se ha utilizado esta polémica como cortina de humo para tapar otros temas.

La Iglesia ha defendido, defiende y defenderá siempre la vida porque es un mandato de Dios el cuidarla y el hombre no tiene derecho a intervenir para eliminarla.


Intenciones ocultas (libertinaje, placer, negocios)

Los partidarios del aborto han fabricado un lenguaje para ocultar la verdad, al niño no nacido le llaman pre-embrión y al niño asesinado le llaman feto. En la discusión del tema suelen agrandar el argumento de la defensa de la vida de la madre, como si éste caso se diera habitualmente y no se mencionan los millones de abortos que hay en el mundo sin que se ponga en peligro la vida de ninguna madre.

Los argumentos que suelen utilizar son sentimentales en “defensa” de las pobres mujeres violadas, como si el aborto (la muerte de un niño indefenso) fuera el consuelo para ellas y no un trauma mucho mayor como está demostrado. La intención de los que defienden esta postura es poder tener relaciones sexuales (placer) sin la responsabilidad de tener hijos (control de la natalidad) y si falla, tener la posibilidad de eliminarlo en los primeros días (píldora del día siguiente: aborto).


El eugenismo hitleriano

Hoy que se habla tanto de la inclusión se teme tremendamente que un niño nazca con alguna deformación o limitación y se le quiere eliminar. Es un pensamiento parecido al del racismo hitleriano.

Por en contrario es una bendición de Dios ver el papel que cumplen en la sociedad las personas discapacitadas, en beneficio de los demás. Una persona con limitaciones llama a una atención especial y a una dedicación de esmero y de buena conducta. El discapacitado nos hace buenos y nos une más. El ver los felices que son por el solo hecho de existir y tener personas cercanas es un ejemplo para muchos que no saben valorar las cosas sencillas. Muchas veces dan más alegrías que los sanos que tienen bien todas sus facultades.

No es que haya que desear la existencia de discapacitados. Ojala todos los seres humanos pudieran tener las mejores facultades, pero no es así. Tenemos que respetar y querer a las personas con limitaciones.


El comienzo de la vida humana

El Biólogo Jaime Millás Mur en su libro: “Tus hijos adolescentes y la bioética” explica claramente cuándo se inicia la vida humana:

“Es importante destacar que el principio del nuevo ser humano comienza con la fertilización del óvulo por el espermatozoide. Concretamente, se funden los pronúcleos y se produce una polarización que dará lugar a los ejes, que a su vez establecen la orientación de los planos cabeza-cola, dorso-vientre, derecha-izquierda. A partir de ese momento “mágico”, el nuevo ADN (ácido desoxirribonucleico), mezcla de los ADN del padre y de la madre, hace que se produzcan proteínas propias del nuevo individuo”.

Importa señalar que ese nuevo ser es persona desde el mismo instante y lo es porque tiene todas las características genéticas de un humano (23 pares de cromosomas) y porque no hay ningún salto en el crecimiento y desarrollo desde ese momento hasta su nacimiento”.

“Todo es un continuo sucederse de crecimiento ordenado que comienza a partir de una célula” …

“Algunos hablan de que el embrión aún no es persona pero sin embargo es un ser humano. En realidad podemos decir que el embrión humano es una persona en la que no se han actualizado sus potencialidades”

“por lo tanto, podemos concluir que eliminar un ser humano desde el momento de su concepción hasta su nacimiento (aborto) es siempre un asesinato”


No hay derecho a matar a un inocente

La mujer no es dueña del niño que ha concebido y éste no es parte de su cuerpo. Es una persona distinta con todas sus potencialidades. No hay derecho a matarlo por razones eugenésicas. Las consecuencias del aborto son mucho peores para todos. Permitir abortos clandestinos o legales es permitir asesinatos. Las despenalización de esta ley es la puerta al libertinaje más penoso. Los países que han optado por la despenalización del aborto están sufriendo las consecuencias. Cada día se valora menos la vida y va creciendo la cultura de la muerte.

Es la hora de poner freno ha este desenfreno, que en algunos casos es falta de cultura ética y en otros la malicia del libertino que no quiere problemas para seguir viviendo disolutamente. Y para los que están metidos en los negocios del aborto que piensen que están ganando dinero con la muerte de muchos inocentes, ¿dónde está la conciencia? y qué futuro les espera.

Agradecemos sus comentarios

1 comentario:

Luis Hurtado Rivera dijo...

Creo que los católicos no deberíamos permitir que a este crimen se le llame Aborto Terapéutico. Quienes realizan estos crímenes deben de saber que esto es un Asesinato de un Pre Natal y que asuma su conciencia lo que están haciendo.