viernes, agosto 13, 2010

Limpieza para verlo todo

Cuando nos llama la Madre del Cielo


Hace algunos años se construyó en el centro del ovalo Gutiérrez una columna con una peana para colocar en ella la estatua de San Miguel Arcángel, ya que el emblemático distrito de Miraflores fue bautizado como San Miguel de Miraflores.

Para el día de la bendición de la estatua se había previsto una ceremonia pública, estaban presentes las autoridades y una nutrida concurrencia que procedía del vecindario y de la feligresía de la parroquia de Santa María Reina, que está frente al óvalo.

Ya era la hora de la bendición y la estatua no llegaba. El Padre Heil, que a la sazón era el párroco de María Reina, estaba un poco inquieto porque después de la bendición tenía otro compromiso.

Sin decirle nada a nadie salió revestido con el hisopo del agua bendita y el ritual y se acercó al centro del óvalo donde debería estar ya preparada la imagen de San Miguel. Los fieles miraban que el párroco empezaba la ceremonia sin que esté presente el Arcángel. Grande fue la sorpresa de todos cuando el párroco dijo impertérrito al empezar la homilía: “nos hemos reunido queridos hermanos para bendecir la imagen de San Miguel Arcángel, el Patrono de Miraflores, los fieles que tienen limpio su corazón están viendo en estos momentos la imagen, los demás no podrán verla…”

Estas palabras iniciales del párroco crearon un desconcierto general porque nadie veía la imagen. El P. Heil aprovechó para decirles a todos que si el corazón está limpio podrían ver muchas cosas maravillosas. Así fue bendecido el lugar donde más tarde se colocó la imagen de San Miguel.

Esta divertida anécdota protagonizada por un buen sacerdote que quería catequizar a su gente con un poco de picardía, fue como una llamada de atención, una campana que sonaba en las conciencias de las personas.


La mujer que nos quiere más

Este domingo es la fiesta de la Asunción de María a los Cielos. La Madre del Cielo, la mejor de las mujeres, la más limpia, la más hermosa y la que nos quiere más, nos llama con amor de Madre para que limpiemos nuestro corazón y así podamos ver las maravillas de Dios. No podemos perdernos lo que Dios nos quiere enseñar, es superior a las 7 maravillas del mundo. Si los hombres hoy están dispuestos a pagar mucho dinero para disfrutar de un Crucero por el Mediterráneo o el Caribe, mucho más vale la contemplación de los Misterios de Dios que la Virgen nos enseña como si fuera el álbum de sus fotografías del recuerdo. Además su vida es nuestra vida porque es nuestra Madre y necesitamos de su Vida para vivir felices con un gozo indescriptible.

El reconocimiento de nuestros pecados y miserias no aleja a nuestra Madre de nosotros. Ella sabe que somos pecadores. No debemos escondernos con nuestros pecados sino acercarnos a quien nos pueda ayudar. La contemplación de la pureza Inmaculada de la Virgen no es algo que nos aleje. Ella facilita las cosas para que estemos muy cerca. Nos quiere invadir con su amor para que seamos libres de verdad.

Ella nos llama nuevamente en esta fiesta de la Asunción señalándonos el Cielo para que vayamos hasta allí, a la Casa de la eterna felicidad y nos anima a que acudamos nuevamente y con fe, al sacramento del perdón, que es el sacramento de la alegría. Esta fiesta mariana que se acerca puede ser una nueva oportunidad para una buena confesión, que seguramente la necesitamos.

Agradecemos sus comentarios

2 comentarios:

Miriam dijo...

Me encanta que los blogs se llenen hoy, día de la Asunción, de comentarios sobre Nuestra Madre.
Gracias por el post y genial la anécdota''

María del Carmen dijo...

Es muy halagador y enternecedor leer, escuchar y recodar que la Madre de Cristo, es también mi Madre, nuestra Madre.
Idea que quisiéramos tenerla más presente que nunca, sentirnos acogidos y queridos por nuestra Madre del Cielo que nos quiere y nos cuida.