domingo, abril 06, 2008

EDUCACIÓN PARA ACTUAR O PARA SER


1. Todo el mundo afirma que la educación está en crisis y son pocos los que aciertan con lo que se debe hacer para revertir este problema.

2. Uno de los desaciertos es haber perdido la verdadera finalidad, (qué es lo que realmente se debe conseguir con el educando): ¿que sea una persona buena o que encuentre un sistema para salir airoso?

3. Al perder la finalidad, la educación se queda a mitad de camino o se queda en unos aspectos que son secundarios: Instrucción, capacitación, cumplir con unos requisitos, “lealtad” a unas personas en unos procedimientos…

4. También puede ocurrir que la educación se convierta en una “tapadera” (adoptar unas formas para salir del apuro). Un sistema para que las cosas salgan, sin que importe mucho lo que hay en el fondo de las personas.

5. Si alguno de nosotros ha visitado un set de televisión cuando se está grabando un programa, habrá observado que cuando termina el artista, se enciende la luz de un cartel que dice: “aplausos” y todas las personas que están en el set deben aplaudir, si se trata de un programa cómico hay otro cartel que dice: “risas” todos obedecen a esas indicaciones.

6. Los sistemas modernos tienen grabaciones de aplausos, risas y otras manifestaciones, para usarlas cuando sea necesario y así engañar a los televidentes haciéndoles creer que hay mucho público y que todos aplauden porque están contentos con la actuación.

7. Para un programa de televisión se podría tolerar ese sistema, que no tendría tanta trascendencia para la vida y felicidad de los televidentes.

8. También hemos visto a nivel de Estados o gobiernos algo parecido con la propaganda política, (para que se vea que el gobierno está en todo). Es fácil exagerar e inflar los números, o contratar gente para que parezca que han venido muchos a las reuniones o a las manifestaciones políticas.

9. En algunos Estados totalitarios donde se había restringido la libertad se enseñaba a los visitantes lo que querían que se viera (no la realidad). Esta actitud la solemos tener los seres humanos: queremos enseñar solo lo que queremos que se vea. También se podría educar (equivocadamente), para que la gente enseñe, engañando, solamente las cosas que le benefician.

10. También en algunos Estados totalitarios hemos visto grandes desfiles y manifestaciones de gente obligada o comprada para defender unos ideales o principios políticos. Se exige un compromiso de lealtad totalmente formal. Lo importante es ir y gritar a favor. (aunque uno no esté realmente de acuerdo).

11. Hoy algunos miden la lealtad solo como el compromiso de estar en la línea de los ideales que los unen, (argollas, mafias…) . La lealtad interior, que es verdadero amor, puede estar faltando y se cubre perfectamente con un maquillaje que refleja “idoneidad”, apariencia de estar unidos (lo que les une pueden ser intereses egoístas). La ayuda entre ellos podría ser “tapar” la verdad.

12. Recuerdo de niño en el colegio a un profesor que siempre le hacían bulla en la clase y cuando se acercaba el director (que controlaba la disciplina), nos solía decir equivocadamente: “pórtense como personas y no como lo que son” . De niños nos parecía que ser persona era algo distinto a nuestra naturalidad y por lo tanto que los buenos modales y la disciplina eran algo que te ponías, como una chompa, algo que no era natural, algo impuesto. Quizá muchas personas se encuentran ahora en esta situación porque piensan que el orden, la disciplina y la ley no tienen nada que ver con la naturalidad (con lo que uno realmente es).

¿ACTUAR PARA PARECER BUENO O SER REALMENTE BUENO?


13. Un “cáncer “ que hay que combatir en la educación es el de los que educan para que las persona actúen.

14. Un síntoma de poder padecer de esa enfermedad es cuando nos preocupamos más por lo que hace o no hace la gente que por la misma gente. Quisiéramos que la gente haga algo o deje de hacer algo y no que sean mejores.

15. O también cuando perseguimos más que algo se haga bien y nos olvidamos de seguir a las personas para que sean buenas. (Enfados, gritos, exigencias descarnadas). Y cuando no salen las cosas queremos expulsar a las personas.

16. Todos estamos de acuerdo en que puede haber un progreso material, técnico y científico y al mismo tiempo una decadencia espiritual muy grande. ¿No es la educación la que debe lograr el progreso y desarrollo de la persona completa, en todos sus aspectos?

17. El mundo parece un gran teatro con muchos actores. Actúa el que no es sincero y miente, actúa el que se preocupa demasiado por las formas y no ve el fondo, actúa el que maquilla las cosas y les pone una escenografía para que se vea de otra manera, actúa el que tiene deseos de quedar bien con todos y siempre está pensando en el qué dirán.

18. Enseñan a actuar los maestros que cuidan solo los aspectos externos de sus alumnos: que se vea bien, que sea presentable, que se pueda enseñar, que se tenga en cuenta solo cuando están en el colegio, (cuando estén solos que hagan lo que les de la gana…) Se preocupan más por el cumplimiento de un reglamento o un sistema que de los propios alumnos. Para ellos el alumno bueno es el que cumple con las reglas, saca buenas notas y eso es suficiente.

19. Es necesario “curar” este cáncer y educar para que las personas sean buenas. Hay que entrar en el ámbito del ser (que sean personas, que tengan virtudes, que quieran el bien).

20. Educar es persuadir a las personas para que quieran el bien y sean buenas. Se debe entrar en el ámbito del querer y educar allí. El educando debe estar convencido por la enseñanza que se le ha dado (no obligado, ni comprado) y que ha asimilado. Ha captado el valor de las cosas y por la formación que ha recibido actuará con sentido común.

21. No es correcto, ni inteligente incentivar a las personas para que hagan algo sin conseguir que realmente lo quieran, (“si vas a Misa te invito un helado, si le das un beso a tu mamá te doy una propina…”) Mucho menos cuando se trata de una obligación que deben cumplir. Hay que educarles para que entiendan las motivaciones trascendentales y se muevan por ellas (servicio, sacrificio, amor).

22. La garantía de la perseverancia personal en el compromiso con el bien refleja la autenticidad de las virtudes adquiridas por la persona. Las personas sin verdaderas virtudes abandonan todo, terminan escapándose. Se cansan de actuar.

23. La educación por lo tanto debe enseñar a ser mejor, bueno, virtuoso, maduro y no quedarse en un sistema de cumplidos para quedar bien, o en tener una actuación acertada para sacar las cosas adelante.

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Atentamente
P. Manuel Tamayo

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