viernes, junio 20, 2008

¿PROMOCIÓN HUMANA? (Una sola página)

¡Autoestima!
¡Éxito profesional!
¡Capacidad económica!

¿Puede existir una promoción humana sin Dios?


Algunas respuestas:

  1. Algunos se indignarán por la pregunta y dirán: “¡Ya están estos fanáticos presionando con asuntos religiosos!”
  2. Otros se incomodarán y en un tono más “prudente” dirían: “¡Mejor no hablar de Dios al comentar estos temas!”
  3. También hay quienes no se incomodan que se mencione a Dios, pero solo como una referencia, como “un saludo a la bandera”.
  4. Y están los que afirman categóricamente que Dios debe estar presente en todos los temas que se refieren al hombre.

Algunas referencias:
1. En el Antiguo Testamento se dice: “¡Cómo se amotinan las gentes y las naciones hacen planes vanos! (Sal. 2).
2. En el Nuevo Testamento Jesucristo afirma: “Sin mí nada pueden hacer”
3. El Papa Juan Pablo II dijo en la plaza de armas de Lima: “Un humanismo sin Dios va contra el hombre


*Estas referencias: ¿pertenecen al ámbito de lo privado?, ¿son sólo para los católicos?, ¿podemos dejarlas del lado?, ¿podemos vivir como si Dios no existiera? ¿Implican un fanatismo? ¿las pronuncian las personas intolerantes y agresivas?


Algunas consideraciones:

  • La promoción del hombre sin Dios ¿no lleva a un gran egoísmo?
  • La autoestima sin Dios ¿no es para vanidad?
  • Las motivaciones del hombre que se quiere promocionar sin Dios no serán solo: el deseo de destacar para sobresalir sobre los demás, el deseo de ganar mucho dinero para tener más poder, el deseo de ser aceptado en la sociedad para tener éxito. ¿Esto lleva a la felicidad?, ¿se está realmente promocionando al hombre?
  • Decirle al hombre: ¡Tú puedes!, ¡Tienes que valorarte tú mismo!, ¡debes buscar la excelencia para tener éxito! ¿Es suficiente para desarrollar el talento humano y conseguir su progreso?
  • ¿Es correcto separar el ámbito de Dios (tenerlo como algo privado que se respeta) del ámbito del trabajo y las relaciones sociales?
  • Cuando uno acude a Dios: ¿no hay acaso un vuelco en la propia vida?, ¿no orienta toda su actividad para servir a los demás?, ¿no deja de pensar en sí mismo para pensar en la ayuda que tiene que prestar a los demás?, ¿no está dispuesto a comprender y a perdonar siempre a su prójimo? ¿no es esto progreso humano y verdadera autoestima?
  • El hombre que ha podido desarrollar una verdadera autoestima es una persona generosa que se encuentra todo el día ayudando y sirviendo a los demás. Es testigo de ese maravilloso amor que tiene que le hace querer al prójimo de verdad sin pensar en sí mismo. ¡Qué difícil es conseguir todo esto –por no decir imposible- sin la ayuda de Dios!

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