domingo, enero 11, 2009

Los 10 años del Arzobispo de Lima
DECIR LA VERDAD CON CORAJE Y RESPETO

El Cardenal Juan Luís Cipriani, que ha cumplido 10 años como Pastor de la Arquidiócesis de Lima ha recibido la condecoración de la Orden El Sol del Perú en el grado de Gran Cruz, en el Palacio de Torre Tagle. El Presidente Alan García en su discurso elogió las virtudes del Cardenal y resaltó su amor a la Verdad, que estaba dispuesto a defender a pesar de las críticas y ataques de los adversarios, “…aunque el viento y la marea se inclinen en otras direcciones”. Siempre hemos visto al Cardenal Cipriani defender la Verdad con coraje, aunque tenga que ir contracorriente..

La Prudencia del coraje

La palabra “Coraje” resume las virtudes que hoy son necesarias para decir la verdad a tiempo: Prudencia, Audacia, Valentía y Fortaleza. La Prudencia también se puede definir como la decisión de actuar en el momento oportuno. Hoy, quizás más que nunca, lo prudente es hablar claro y rápido, antes de que las cosas se pierdan y el mal termine destruyéndolo todo.

Defender la verdad con coraje es propio de personas virtuosas que saben amar. Hay situaciones que exigen de una intervención clara y contundente, como la arenga del soldado, el grito del entrenador, la garra del deportista, la exigencia de un padre o la advertencia clara de un amigo bueno. Otras situaciones nos piden a gritos, por el bien de la sociedad, del trabajo o de la familia, reconocer los propios errores. Como dice el refrán: “Es de sabios rectificar” El hombre que rectifica y pide perdón demuestra calidad de vida y vuelve a inspirar confianza.

Decir la verdad con coraje es ser valiente y no irse para atrás por temor al “qué dirán”, es ser responsable para no caer en la política de la “no intervención”, o en la del “perfil bajo" como si fueran criterios fijos de sensatez para seguirlos siempre. El amor a la verdad es tener la prudencia de decir las cosas a tiempo y en el momento oportuno.

La virtud de la veracidad nos hace actuar con tino, sin nerviosismos histéricos, sin atacar con crudeza, sin un espíritu turbulento y áspero. Con serenidad y ponderación, respetando a las personas. Diciendo las cosas con elegancia y categoría humana; sin pretender dejar “muertos” y "heridos" en el camino.

Con caridad y claridad

Decir la verdad es como elaborar una auténtica obra de arte que convence. Jesús en los Evangelios, cuando expulsó con verdadero coraje, a quienes habían convertido el templo en un lugar de comercio, no tuvo miedo de defender el respeto por el lugar sagrado, fue valiente y lo hizo para enseñarnos a cuidar lo que es de Dios. Dios actúa con audacia y a tiempo.

En la Sagrada Escritura vemos que el Espíritu Santo llega como “viento impetuoso”, con fuerza, para que los apóstoles puedan predicar la verdad con coraje. El coraje no es sinónimo violencia. Así como en el deporte es fácil distinguir entre el juego fuerte (garra y talento) del violento (sucio y agresivo), así también en las conductas de las personas podemos encontrar el coraje del hombre honesto o la violencia del mentiroso. El primero defenderá la verdad con coraje y respeto, mientras que el segundo lanzará piedras para destruir insultando y maltratando a la gente sin ningún escrúpulo.

El Laberinto de la mentira
Da mucha pena ver la mediocridad humana del que cae en el laberinto de la mentira y desde allí quiere fabricar argumentos convincentes para “arreglar” las cosas en vez de reconocer con hidalguía sus propios errores, o del cobarde que calla y se esconde cuando tendría que dar la cara en honor a la verdad. Estas actitudes de mediocridad pueden dañar a terceros y destruir a familias enteras. No se debe permitir que justos paguen por pecadores. El que no habla para defender el bien y la verdad es al menos un imprudente, que tiene miedo de “complicarse la vida” pero luego la vida terminará complicándolo a él.
San Josemaría Escrivá decía: “El infierno está lleno de boca cerradas” Hay que hablar a tiempo, “sin pelos en la lengua” para defender a tantos que son atacados por la mediocridad de la mentira. No tengamos miedo a comprometernos con la verdad y defenderla siempre con coraje y respeto.

Felicitamos al Cardenal por su Aniversario como Arzobispo de Lima y nos unimos a él con nuestras oraciones y en el compromiso de la defensa de la verdad.

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