viernes, febrero 06, 2009


Otro punto de corrupción
LA MALA POLITICA DEL CARGAMONTÓN

En algunos sectores de la sociedad se ha extendido la mala costumbre de “hacer leña del árbol caído” tocando campanas y haciendo sonar todas las matracas para que se vean bien los errores con las evidencias y las pruebas irrefutables que se presentan.

Hay personas que se sienten felices de practicar este fatídico “deporte” del “ampay y la condena”, que deja a las víctimas hundidas, con daños que podrían ser irreparables para su propia fama y su familia.

El cargamontón en el hogar

Los orígenes de esta infeliz actividad pueden arrancar de los mismos hogares cuando la familia es permisiva o algo descuidada y deja que alguno lidere en su propia casa un cargamontón contra el que cometió un error. No es poco corriente oír quejas por esas presiones o persecuciones contra alguna víctima en el ámbito familiar.

Quienes se encuentran atacados por el cargamontón de sus propios familiares viven dolidos y afligidos buscando escaparse de esas situaciones incómodas. Y si las cosas no mejoran terminan alejándose de su propia casa. Pueden salir concientes de los errores que cometieron pero también se llevan la herida de no haber encontrado en su propia familia, el perdón y la comprensión que necesitaban.

Para esta triste realidad no hay edad. Cuando falta amor en la familia pueden aparecer políticas partidarias que permiten la acepción de personas en el hogar. Se apoya al que cae bien permitiéndole todo y minimizando sus equivocaciones y se critica al que cae mal, magnificando sus errores de un modo exagerado.

Con la ausencia de amor, hasta los modos de ser podrían ocasionar rechazos con algunos y engreimientos indebidos con otros. Estas actitudes arraigadas y encontradas generan fácilmente el cargamontón, como si fuera una práctica habitual de la casa.

El cargamontón en el colegio

Todos hemos visto en nuestra época escolar el proceder injusto de los alumnos cuando alguno falla o se equivoca en algo que llama la atención. La burla y el sarcasmo es lo primero y si no interviene la autoridad a tiempo, con algún consejo que llame a la comprensión, los chicos suelen ensañarse más contra su víctima.

El punto de partida que va a dar inicio al cargamontón puede ser un error notorio que cometió un alumno o la antipatía que alguno se ganó por tener actitudes que no son del agrado de los otros. Cuando se está contra alguien surge fácil el cargamontón, por la menor falta que ocurra.

Quienes son víctimas del cargamontón se sienten dolidos y muchas veces resentidos por el proceder habitual de sus compañeros, se encuentran desconcertados sin saber qué hacer y están buscando la ocasión de salir cuanto antes de esas situaciones desagradables.

Estas situaciones son graves cuando hay permisividad por parte de los educadores que dejan que en la escuela se permita la “ley de la selva” y que gane el que puede salir victorioso por sus propios medios.

Y es grave también por el daño que se le puede hacer al alumno que es atacado habitualmente por el cargamontón, que muchas veces trae una carga de desprecio. Este tipo de manifestaciones puede crear en la víctima un complejo irreparable para toda su vida y en el mejor de los casos es fácil que se de un rechazo de por vida a los compañeros que crecieron con él, o al colegio donde estudió.

En la casa y en el colegio se deben educar a los alumnos para que sepan apoyarse y perdonarse, para que exista entre ellos un auténtico compañerismo que es consecuencia del amor de amistad.


No son los sistemas o los procedimientos los que hay que corregir. Es necesario formar bien a las personas. Lo que estamos viendo hoy no es más que una consecuencia de la falta de formación en las casas y en los colegios.

El cargamontón es una actividad perversa

La política de la exageración que magnifica errores, es una actividad perversa de personas inescrupulosas e irresponsables, que quieren matar un mosquito empleando un poderoso cañón y luego gozan al ver el éxito de sus gestiones infames.

La actitud de querer destrozar, magnificando las cosas y haciendo cargamontón, es tan grave como la del chuponeo que invade la intimidad personal, aunque se presenten las evidencias de una conducta irregular. Si a esto se agrega el acoso poderoso del influjo mediático, la responsabilidad es mucho mayor y amerita una justa reparación y desagravio.

Suele ser mucho más grave la falta y el daño que se comete por el cargamontón despiadado, que la falta que se está censurando y sus consecuencias. No se debe permitir que algunas personas vivan de los ataques ajenos y se presenten como los grandes moralistas de la anticorrupción. Habría que aplicarles la cita Bíblica: “El que esté libre de pecado que lance la primera piedra”

La irregularidades que se puedan presentar deben resolverse en las instancias creadas para fiscalizar esos temas y no salir de allí. Todo debe manejarse con la discreción necesaria para no malograr la honra y la fama de quien cometió el error. En esas instancias se deberán dar las correcciones o los castigos necesarios.

Los errores, pequeños o grandes, que los seres humanos cometemos no indican necesariamente una trayectoria de vida torcida y mucho menos, unas intenciones perversas.

Se debe presuponer siempre la buena fe de las personas que aceptan un cargo de servicio al país y no extrapolar, con el error cometido, unos argumentos tremendistas, que además declaran infeliz y desgraciada a la persona de marras.

Quienes pretenden destruir el honor de una persona revelando públicamente un error cometido caen en el pecado de maledicencia y quienes lo difunden hasta el hartazgo y con exageración son los difamadores. Este tipo de faltas exigen en nombre de la justicia una sanción y una justa reparación por los daños ocasionados.

Agradecemos sus comentarios

1 comentario:

Desde mi Atalaya dijo...

Me parece tan importante este aspecto, sobretodo en la vida politica, el poder mediatico se ha vuelto un monstruo que no mide las consecuencias con tal de vender las noticias especulativas, no el importa si en el camino destruye honras y familias.
Lo se por experiencia propia.
Cuan necesario se hace que este articulo sea conocido a nivel internacional.
Nunca las cosas han sido mejor explicadas.