viernes, enero 07, 2011

Una meta importante para empezar el año

GUERRA A LA MENTALIDAD LICORERA

Cada año después de las fiestas de Navidad y Año Nuevo nos lamentamos de las muertes por accidentes que son consecuencia del licor. Estos lamentos se extienden, tal vez en menor proporción, en los demás días del año.

Las campañas que se han hecho para que exista un mejor control: “tolerancia cero”, “el chofer amigo” no logran disminuir los números de accidentes, al contrario continúan aumentando.

En la agenda de las conquistas que la humanidad debería lograr para el futuro, habría que apuntar, muy en primer lugar, un cambio de mentalidad de las personas con respecto al licor. Ya es hora de sentar a la mentalidad licorera en el banquillo de los acusados para poder darle, con el tiempo y sin piedad, una sentencia más severa.

Entre las malformaciones culturales que todavía existen ésta es una de ellas. Todavía no se han empezado a poner los medios para corregir este mal que azota a la humanidad, y que es una patente de corso que ocasiona muertes destrozando personas y familias enteras.

Es verdad que existen terapias para quitar las adicciones de los alcohólicos. Esto está muy bien pero no se están poniendo los medios para una verdadera prevención. Es urgente un cambio de mentalidad, como se hizo con el tabaco.

La mentalidad licorera procede de una “cultura” machista donde la hombre se creía más hombre por el hecho de tomar. Pero hoy, con la moda de igualar los sexos, la mujer no se quiere quedar atrás y busca imitar al hombre para demostrar que ella también puede. No hay algo más antiestético y antinatural que ver a una mujer borracha hablando lisuras de una manera vulgar y zafia. Algunos dicen que se ha llegado a esta situación por la venganza de Adán. Si Eva le dio la manzana a Adán para que pecara, ahora el hombre le invita licor a la mujer para hacerla caer y destrozarla.


Estadísticas sobre el alcoholismo

  • El alcoholismo afecta más a los varones adultos, pero está aumentando su incidencia entre las mujeres y los jóvenes.
  • El consumo y los problemas derivados del alcohol están aumentando en todo Occidente desde 1980, incluyendo Estados Unidos, la Unión Europea y la Europa oriental, así como en los países en vías de desarrollo.
  • A pesar de los resultados esperanzadores del tratamiento actual, se estima en más de 100.000 el número de muertos anuales sólo en Estados Unidos a causa del alcohol.
  • En la Federación Rusa un 12 por 100.000 de la población ingresa anualmente en los hospitales para ser tratados de intoxicaciones etílicas agudas.
  • En los últimos años, España ha pasado a ocupar el segundo lugar en el mundo en tasa de alcoholismo.
  • En México, El grupo de edad que manifestó una incidencia más alta fue de 18 a 29 años. (Encuesta Nacional de Adicciones).
  • Según la Organización mundial de la Salud, la cantidad de jóvenes que consumen alcohol aumentó en un 20 %, en los últimos 10 años.
  • Hace 10 años de cada 7 hombres que consultaban por problemas relacionados con el alcohol consultaban 3 mujeres; hoy la relación es de 6 hombres por 4 mujeres.

· más del 40% de las muertes ocurridas en accidentes de tránsito se asocian al consumo de alcohol; y, entre las atenciones de emergencia por accidentes y agresiones en 7 centros hospitalarios de Lima, el uso de alcohol estuvo presente en el 41,3%.

· Las cifras son por demás preocupantes. De acuerdo con las estadísticas que manejan el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), la Policía Nacional del Perú y la Municipalidad de Lima, en promedio el 40 por ciento de los accidentes de tránsito se debe a conductores en estado de ebriedad.

· De acuerdo con las estadísticas del MTC, el crecimiento anual de accidentes de tránsito en promedio es de 11 por ciento.

· Se calcula que en el Perú, por cada 10 mil unidades vehiculares, suceden 30 muertes en accidentes de tránsito. Hay que considerar también que las cifras de accidentes aumentan debido a que el parque automotor también aumentó.

· Aunque en el 2010 disminuyeron los accidentes por ebriedad, se ha llegado a 200 muertos y hay casos en que se detectaron conductores con 2.04 gramos/litro de alcohol en la sangre. Hay que tener en cuenta que en el Perú, actualmente, hay un millón de alcohólicos.

Combatir la mentalidad licorera

La mentalidad licorera es una mala costumbre que arrastramos de las épocas pasadas y que aún no se ha podido cambiar. Consiste en darle al alcohol en general un valor excesivo y tenerlo casi endiosado como indispensable para los grandes acontecimientos y reuniones.

Los que tienen recursos manejan las grandes marcas y se jactan de poder tomar los licores más caros. A los pobres también les gustaría llegar a esos niveles pero deben contentarse con cervezas y aguardientes de menor precio. En ambos sectores de la población existe como una veneración excesiva que ciega las consecuencias negativas que traen los excesos.

Sin caer en puritanismos que condenan y quieren erradicar totalmente al alcohol, no podemos negar que existe una nefasta mentalidad licorera en todos los sectores de la sociedad, que impide encontrar el camino para evitar los desarreglos que traen consecuencias fatales.

El tema, como siempre, está en el campo de la educación. Es lograr formar al hombre con una correcta jerarquía de valores y con un conocimiento correcto de lo que puede ocasionar el alcohol y sus derivados en las personas. No hay que olvidar que en algunas personas existen tendencias fuertes hacia la adicción. No es razonable, por tanto, alcanzarles el licor como si fuera lo más natural del mundo.

La mentalidad licorera no tiene ningún sustento racional. Es un consenso tácito que forma parte de la estupidez humana. Lamentablemente tenemos que vivir tolerando estas deficiencias mientras persista esta mentalidad que está más cercana al atraso que al progreso del hombre y de la humanidad.


Agradecemos sus comentarios

1 comentario:

Felix A. dijo...

Estimado P. Manuel:

El consumo indebido de alcohol responde a muchos factores y creo que una de ellas es la presión social.

Otro factor son las falsas creencias respecto a la susodicha sustancia, siendo tal vez la más manejada la que dice “que desinhibe” o “que da valor”, razón por la cual en muchas fiestas se ve que no se forma ambiente mientras no aparecen los tragos.

Mencionas un par de campañas de poco o ningún éxito. Creo que mucho ayudaría una que se orientara a la desmitificación de los efectos del alcohol.

Aunque no soy abstemio, tomo muy poco licor. En la gran mayoría de las reuniones a las que asisto, en algún momento soy punto de alguna broma pesada por no tomar o por lo mucho que me puede durar el vaso de un trago. Pero lo real es que sobrio me divierto más. Y conozco mucha gente que se divierte en grande estando 100% sobria.

Por varios años trabajé con personas cuya religión les prohíbe la ingesta de alcohol y realmente disfruté mucho sus fiestas. La lección la aprendí rápido y sin esfuerzo: el alcohol no es indispensable.

En cuanto a los accidentes y su prevención, en casa tenemos la costumbre que quien maneja no toma licor. Y si por alguna razón todos queremos tomar, nos movilizamos en taxi. Es una costumbre que adoptamos como decisión de pareja y que inculcamos a nuestros hijos desde niños. Vale la pena adoptarla.