jueves, octubre 04, 2012


La estética de los afectos humanos
LA DISTANCIA ELEGANTE DEL CARIÑO

Lo bello suele ser lo más atractivo y también lo más elegante. Cuando contemplamos los afectos humanos nos gusta ver que las personas se quieran con un cariño elegante y edificante, que es a la vez tonificante para todos.
En los ámbitos familiares el cariño profundo, sin simplezas ni ligerezas, eleva el ambiente del hogar. El cuadro que se contempla tiene sus particularidades en cuanto a la belleza y a la atracción. Es como cuando se contempla distintas obras de arte y todas tienen calidad. La calidad de las relaciones humanas en los hogares, cuando el amor es limpio y ordenado, posee una belleza indescriptible y emocionante, que es acicate para toda la sociedad.
Cuando los miembros de una familia procuran darle lo mejor a sus seres queridos la capacidad de comunicación, inherente a la naturaleza humana, adquiere un desarrollo increíble. La transmisión es una suerte de entendimiento con una amplitud de comprensión que conmueve. Las personas vibran al encontrarse tan conectadas como queridas y con un conocimiento por el otro de enorme categoría humana.  El apreciar que el otro nos quiere de verdad porque nos conoce bien es tener una gran seguridad que se convierte en fortaleza. ¡Qué alegría se siente al ser fuertes por el amor limpio que nos une!
Cuando se sabe tener una comunicación fluida, por el conocimiento que procede del amor, las manifestaciones de afecto son ordenadas y elegantes. Están muy lejos de la chabacanería y de los tratos superficiales de los acercamientos sensuales a la vista de todos. Se sabe dar un buen abrazo o un beso cariñoso sin la melosidad y el desatino de la falta de virtud. Se encuentra la distancia conveniente de la relación elegante y fina, que se expresa en manifestaciones de cariño sanas y limpias, sin los vicios pegajosos de los arrumacos melifluos. Así son libres las personas y mucho más felices.
La falta de virtud en las manifestaciones de afecto es también una falta de control que conduce a un desorden. Es cuando la persona se deja llevar sin más por los impulsos de su cuerpo o por un ambiente flojo de pérdida de tiempo donde lo frívolo o lo superficial encuentran espacio. Encontrarse a una persona colgada o enganchada a otra persona es antiestético a primera vista y puede tener connotaciones negativas en la interioridad de ambos, sobre todo cuando se ha perdido la distancia que en toda relación pudorosa se debe dar. Estas consideraciones son válidas para todas las relaciones humanas, también entre marido y mujer cuando están a la vista de todos.
Se puede apreciar y establecer las diferencias entre una pareja de esposos que están juntos manifestándose el cariño de un modo fino y elegante y unos esposos que se manifiestan el cariño de un modo impudoroso y hasta agresivo para los demás. Cuando los padres manifiestan su cariño noble y sano delante de los hijos se cuidarán de no tener ligerezas o simplezas entre ellos, que nunca serán más amor, porque la manifestación externa del amor tiene también un nivel elegante de categoría humana.
 En las relaciones con los demás familiares existe también una sana distancia dentro de un clima de delicadeza y respeto. Las personas son distintas y la inteligencia es la que sabe distinguir las diferencias para lograr el trato adecuado y armonioso. Nunca se dará paso a la chabacanería o a unas familiaridades antiestéticas. Está claro el antiguo refrán que afirma que “los juegos de manos son de villanos”  No es virtuoso ver entre los hermanos y primos acercamientos con matices de sensualidad, o preferencias en manifestaciones de cariño más “aparatosas”, tampoco golpes “cariñosos” que podrían ocasionar molestias, o juegos que estén en el límite de lo que podría calificarse como mañosería.  Se saldrían del cuadro de un ambiente familiar sano, expresiones o burlas con referencias o connotaciones sexuales.
El clima del hogar debe ser sano en todas sus manifestaciones y expresiones. La casa es sagrada y querida. Es el lugar donde se pone la delicadeza y finura, que son expresiones de amor ordenado y libre. Cuando se arregla la casa es para que los seres queridos estén mejor y sean felices. El arreglo de la casa no se queda en la decoración, es también el arreglo de las personas que dan un clima sano de verdadero cariño que es fortaleza y seguridad.  La pureza protege a las personas. La impureza ataca, descuadra y corrompe.
La relación entre los parientes debe ser de una extrema pureza. Los chicos aprenden de los grandes. Los padres deben cuidar que en la casa todo sea sano, que no existan lugares ocultos donde se esconden los que no se portan bien. Que todo sea claro y trasparente y que cada uno sepa que la honestidad y rectitud no solo hacen una buena conducta digna de imitar, sino que crean también un clima de auténtica libertad.
Por eso decimos que el cariño más grande tiene una elegante distancia que permite quererse con libertad y que proyecta en todo el hogar y en la sociedad un cuadro bello de una unidad inquebrantable.

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