domingo, agosto 03, 2008

En el Perú: ¿existen muy buenos choferes?, ¿Ud. se considera un buen conductor?
Sin embargo los accidentes de tránsito se multiplican en las calles y carreteras.

Le invitamos a que lea con nosotros un par de páginas y vea si puede considerarse Ud. un buen conductor.

EL ARTE DE CONDUCIR

1. En la última quincena de Julio murieron cerca de 100 personas por accidentes de tránsito y en el último semestre del 2008 los muertos llegaron a más de 400 junto a 2,800 heridos. Los accidentados en un año, solo en la ciudad de Lima, llegan a 28,000. Estas cifras alarmantes se dan a pesar del anunciado plan “Tolerancia cero” (que en un país como el nuestro, lleno de informalidades y de descuidos, es muy difícil que se cumpla).

2. Los accidentes no se dan sólo con los autobuses de las carreteras, también se dan con las combis que circulan a toda velocidad por la ciudad y con muchos vehículos conducidos por personas ebrias y temerarias. La casuística es bastante amplia y variada.

3. El problema principal siempre será: la educación. Con respecto a este tema es necesario advertir que existe en la mayoría de los conductores una mentalidad demasiado ligera y muy poco formada en el conocimiento de los vehículos y en el manejo de los mismos. No existen criterios claros para que se vivan y respeten las medidas de prudencia adecuadas. De esto nos ocuparemos en las siguientes líneas.

Causas de los accidentes:

1. Exceso de velocidad
Defectos que se deberían corregir en la mentalidad de la mayoría de las personas:
i. Creer que el que maneja mejor es el que maneja más rápido. Muchas veces nos quejamos, irresponsablemente, del que maneja despacio. Nos gusta la velocidad y escogemos a los conductores que corren más. Este desatino habría que corregirlo a través de los sistemas educativos para formar una conciencia más responsable, (hay que saber distinguir entre los viajes que hace normalmente una persona para desplazarse y las competencias o carreras de carros).

ii. Estar apurado para llegar a una hora. Puede crear ansiedad y situaciones de riesgo. La educación debe enseñar que una persona virtuosa sale con un margen amplio de anticipación y suele llegar antes de la hora. Si se logra este hábito en los conductores se evitarían muchas situaciones de riesgo. Conducir de noche para hacer un viaje por carreteras, cuando podría hacerse de día, con más orden, no deja de ser, en muchos casos, una verdadera imprudencia. Vale la pena tomar precauciones antes de viajar para que los viajes no resulten apretados y a última hora.

iii. Querer hacer rendir al carro en toda su potencialidad. (que tenga buen pique, que entre bien en las curvas, que agarre velocidad…etc.), Estos afanes, fuera de las competencias deportivas (para las que hay que poner unas medidas de prudencia), denotarían una falta de madurez y de cultura. Con una educación adecuada se aprendería de carros y de la prudencia que hay que tener con ellos.

iv. Querer demostrarle a los más jóvenes que uno es un excelente piloto. Cuando éramos escolares nos encantaban los choféres que corrían, el que iba despacio nos parecía un “mongo”. Nos gustaba mucho que hicieran carreras y aplaudíamos la velocidad. Esta actitud, que es propia de los imberbes, habría que corregirla pronto, para evitar que algún temerario más se mate. Hoy vemos la pericia de los choferes para manejar las combis y los omnibuses como si fueran bicicletas, con la anuencia y la indolencia de los pasivos pasajeros, que en vez de indignarse, se acostumbran a ser maltratados por los choferes y no dicen nada.

v. Maltratar a los pasajeros con el movimiento brusco del carro por la velocidad. El que va rápido suele ser tosco y brusco en su manejo. Manejar bien no es solo tener habilidad con el carro sino tratar bien a los que viajan dentro. Procurar que no sientan los movimientos del viaje. El respeto también lo merecen los otros vehículos que circulan por las calles o viajan por las carreteras y los peatones. Constantemente sufrimos el acoso de las combis que hacen carreras para ganar pasajeros y meten el carro con prepotencia y sin respeto. Lo mismo podríamos decir de los autobuses en la carretera que van, con toda frescura, a más de 120 Km por hora, o de algún potente 4x4 que pasa desaforado a una velocidad temeraria. La velocidad es una de las principales causas de los accidentes.


2. Idoneidad de vida

i. El horario habitual. Otra causa importante de los accidentes se debe al cansancio, por el desorden de vida, que pueda tener el conductor. No basta con que la empresa le señale unas horas límites para manejar. La responsabilidad la tiene cada persona. Cada uno sabe si está en condiciones o no de conducir en ese día.

ii. Los excesos de diversión o de juerga. Son también causa de numerosos accidentes. Los malos hábitos adquiridos por muchos: fiestas constantes con amanecidas, exceso de licor, acostumbrarse a dormir poco, tener desorden en los horarios. En nuestro país existe todavía una ignorancia bastante pronunciada en cuanto a los aspectos negativos del licor. Estamos pagando las consecuencias, en todos los ambientes sociales, por esta falta de cultura. Es una mentalidad la que hay que cambiar y no solo poner medidas para evitar los excesos o para tratar de corregir lo que ya se destrozó.

iii. Problemas familiares, de trabajo o sentimentales. El peso de los problemas, los desánimos, las angustias y las depresiones, son factores importantes a tener en cuenta. El que maneja, más si en sus manos está la vida de varios pasajeros, debe tener una asistencia psicológica y espiritual. No debe conducir el que está herido por un problema. Corresponde a la educación formar personas prudentes y responsables para no poner nunca en riesgo su propia vida y la de las otras personas. Los choféres necesitan un asesoramiento y una capacitación constantes.

iv. La ira y la indignación. Muchos conductores manejan airados, a la defensiva o atacando a los demás. El mismo sistema de manejo que hay en la ciudad (la falta de respeto, el saltarse las leyes de tráfico, la prepotencia, la astucia para ganar…etc.), crea conductores “guerrilleros” que meten el carro y van insultando a los otros, que también manejan como él. Este tipo de conducta malogra la salud y destroza las virtudes humanas de una persona. Parece que la agresividad y la prepotencia fueran condiciones para tener éxito en la conducción de los vehículos (el que va tranquilo y es respetuoso suele recibir insultos y bocinazos por no apurarse). Hay personas que no quieren manejar porque se sienten mal en medio de una “selva” de informales y prepotentes. Se corrige con la educación en virtudes humanas, aprender a respetar y ceder el paso a los demás.


3. La informalidad

i. En un país informal hay demasiado papeleo y burocracia. Existen muchas disposiciones que se recuerdan y que nunca se cumplen. Se hacen planes y campañas que duran una pequeña temporada. Siempre hay que esperar a que ocurra algo grave para que empiecen a ponerse algunos medios. Al poco tiempo se olvida todo. Menos papeleo y más eficacia.

ii. Paraderos informales. Los paraderos de la ciudad están demás, los ómnibus y las combis paran donde les la gana y nadie les dice nada. Los ómnibus interprovinciales paran en cualquier lugar de la carretera para dejar o recoger pasajeros y nadie protesta. Estamos acostumbrados a reírnos de las leyes.

iii. Exceso de carga. Con frecuencia vemos omnibuses y combis atestados de pasajeros y nadie les dice nada. Vemos también, por las carreteras, camiones repletos, con una carga excesiva (que incluso se va cayendo por el camino) y nadie les dice nada. Los excesos de carga son un peligro constante para todos.

iv. Vehículos viejos y en mal estado. Nos hemos acostumbrado a ver circular vehículos viejos y destartalados que son un peligro para la circulación. Son famosos los buses-camión que son fabricados en nuestro país y que todavía siguen circulando, a pesar de las disposiciones que se han dado con el plan “Tolerancia 0”. Se ven circulando con pasajeros omnibuses con las llantas gastadas, otros que no tienen las luces suficientes, o los cinturones de seguridad, etc.

ALGUNAS SUGERENCIAS

1. El que maneja mejor es el que conduce serenamente, a una prudente velocidad, sin brusquedades ni sobresaltos y consigue que los pasajeros se sientan seguros y contentos.

2. El buen conductor es el que tiene capacidad para no irritarse ni cansarse (dentro de los límites de su horario) con las dificultades que pueda encontrarse en la carretera o en las calles. Su conducta será siempre prudente.

3. Un buen pasajero es el que exige siempre las medidas de prudencia y colabora con el chofer para que éste cumpla con su papel. Es un mal pasajero el que apura irresponsablemente al chofer, el que quiere bajarse en cualquier sitio y no respeta los paraderos, el que perturba con su conducta la tranquilidad de un viaje, el que sube a un medio público en estado de ebriedad.

4. Los omnibuses interprovinciales no deben pasar de 90 km/h en las carreteras. Se deberían fabricar vehículos que no puedan pasar de esa velocidad. Las combis, micros o omnibuses de la ciudad no deberían pasar de 40 Km/h. Habría que eliminar pronto todas las combis y micros y pasar a omnibuses grandes y más seguros.

5. Exigir a las empresas para que los choferes tengan una asesoría psicológica y espiritual para que sus problemas personales no afecten a la seguridad del manejo.

6. Poner impuestos fuertes a las unidades viejas y dar facilidades para renovar el parque automotor.

7. Multiplicar las multas en las ciudades y carreteras y que la policía las aplique. (lograr que todos respeten las reglas de tránsito).

8. Que sólo se pueda subir o bajar de un trasporte público en los paraderos establecidos.

9. Llevar un curso práctico en el colegio sobre la cultura de los vehículos, el transporte y los desplazamientos.

10. Tener en regla todos los papeles: licencias, revisiones técnicas y seguros.

Esperamos sus comentarios

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Acertado post, siempre muy necesario recordarnos el pensar en los demás. Gracias.

Rogers

Anónimo dijo...

ahhhhhhhhhhhhhhhhh...como me desespera el transporte publico X_X......las combis se meten de lado a lado, y no hablar de los autobuses, tampoco olvidarnos de los taxistas y los carros privados: casi todos.
Estaba pensando en una solucion ;)....deberian poner puas en ves de lineas para separar los carriles para que ningun carro crea que los otros son conos...que indignacion.
Lo peor es que estan jugando con la vida de muchas personas por su irresponsabilidad, les falta un poco de escrupulos para saber dicernir entre velocidad y seguridad.
Ricardo M.