sábado, agosto 30, 2008

Tribulaciones de un enfermo terminal

EL SUFRIMIENTO EN EL OCASO DE LA VIDA

La congoja de los familiares y amigos

1. Los cuadros de dolor que se observan en los grupos humanos cuando una persona querida se está muriendo, son totalmente diversos. La intensidad del sufrimiento puede ser grande pero no hay dos cuadros de dolor iguales.

2. Las diferencias o características específicas dependen en buena medida de cómo maneje la situación la persona que se está muriendo (sería consecuencia de cómo ha sido su vida, de sus virtudes, de la relación que tenga con los demás, de sus aspiraciones y de sus logros). Los demás reaccionarán de acuerdo a lo que son, pero muchas veces existe un influjo grande sobre ellos, que proviene del que se está muriendo.

3. En otros casos el influjo más fuerte podría venir de otra persona, familiar o amigo, que exporta de su interioridad lo que en esos momentos es necesario, para llevar con un mejor sentido, los sufrimientos y dolores del momento.

4. Como puede verse por la experiencia, los cuadros de dolor son múltiples y variados. El que los observa de fuera se dará cuenta que existen cuadros que son edificantes y ejemplares a diferencia de otros que carecen de esos valores y que proyectan una imagen totalmente distinta.

5. Los diversos cuadros de dolor que observamos en nuestra experiencia, cuando hemos estado al lado de un enfermo terminal, nos podrían dar cierta capacidad para entender mejor las situaciones de dolor.

6. Hoy cuando la sociedad se aleja de Dios y quiere confiar más en la ciencia humana, muchos se preguntan: “¿Por qué continúa el dolor? , ¿no habría que buscar la forma de eliminarlo totalmente?, ¿por qué tiene que haber sufrimiento?, ¿por qué la Iglesia predica la Pasión de Cristo?

7. Efectivamente el hombre ha hecho esfuerzos tremendos para eliminar el dolor, pero éste continúa de una manera o de otra y puede aparecer en situaciones inesperadas a lo largo de la vida; y cuando se acerca la muerte todos sabemos que estará presente el dolor y el sufrimiento, hagamos lo que hagamos.

8. Frente a estas consideraciones alguno podría decir: “¿sigamos haciendo lo que podamos para tratar de eliminar el dolor?” , por supuesto que sí, pero muchas veces somos como una hormiga que quiere enfrentar a un elefante, …también puede ser que con millones de hormigas derrotemos a un elefante, pero…. ¿no es más inteligente escuchar a quienes nos tratan de explicar el sentido del dolor y del sufrimiento?


La realidad del dolor en la vida humana

1. Antes de buscar el sentido del sufrimiento el hombre necesita reconocer su existencia a lo largo de toda la vida y tener una actitud de aceptación, que no es abandonarse y no hacer nada sino aprender a combatirlo con entereza de espíritu y con esperanza en conseguir un bien mayor.

2. El dolor y el sufrimiento son siempre la expresión de una situación frente a su opuesto afectivo que es el placer. Cuando en una sociedad hay un ansia desmedida de placer, el hombre no quiere saber nada con el dolor, huye de él o se desespera.

3. Buscar en todo momento pasarla bien, refugiarse en las diversiones, tener un optimismo burgués, equivaldría a meter la cabeza en un hoyo para no ver la realidad. Se equivoca el hombre que quiere diseñar su vida huyendo siempre del sufrimiento y el dolor.


El sentido cristiano del sufrimiento y del dolor

1. Un antiguo refrán dice que “no hay peor sordo que el que no quiera oír” La Iglesia no deja de predicar, y lo ha hecho siempre a lo largo de los siglos, cuál es el sentido del sufrimiento y el dolor.

2. El signo del cristiano es la Cruz y allí está Jesucristo muriendo lleno de dolor después de haber sufrido un calvario atroz. El mismo Dios escoge el camino del sufrimiento para que se realice la Redención del hombre.

3. El sufrimiento y el dolor estarán siempre presentes en la vida del hombre en su tránsito por este mundo y solo se librará de él cuando logre identificarse con Cristo para llegar a la meta que es de eterna felicidad. La Iglesia ha sido fundada con esa finalidad. El mismo Jesucristo nos invita: “El que quiera venir conmigo, niéguese a sí mismo, tome su cruz de cada día y sígame”

4. Así como Cristo llega a la plenitud por el dolor, del mismo modo nosotros alcanzaremos nuestra plenitud porque “si con Él morimos, también con Él viviremos, si sufrimos con Él, con Él reinaremos” (2 Tim. 2,11-12). Dios no puede permitir el dolor de un inocente si no es por un bien mayor. El ejemplo de los santos en la aceptación del sufrimiento y el dolor es elocuente.

5. La presencia del sufrimiento y el dolor en el hombre no son más que consecuencia y expresión de su existencia cristiana y medios por los que va realizando su misma perfección.

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