lunes, diciembre 08, 2008

Vale la pena mirar

LA MUJER MÁS BELLA

En todas las épocas de la historia los hombres siempre se han sentido conmovidos y admirados por la belleza de la mujer. Los concursos para encontrar la mujer más bella del mundo se han sucedido unos a otros a nivel local y universal. En esos eventos, las ganadoras suelen recibir, entre numerosos premios, las alabanzas de sus admiradores por la belleza que expresan sus atributos femeninos. Las fotos y videos se multiplican junto a la fama que las coloca en un status importante, que les permite conseguir, si lo desean, un codiciado trabajo.

En estos asuntos el hombre no puede competir. Aunque sean partidarios del unisex y piensen que hombres y mujeres son iguales en sus capacidades. Se debe reconocer que en belleza, las mujeres ganan. La belleza varonil se puede expresar con la siguiente comparación: "el hombre como el oso, cuanto más feo más hermoso” Por mucho que se les quiera igualar, en belleza no hay manera, la diferencia es contundente. Para buscar una aproximación habría que irse al otro extremo y encontrar a la mujer más fea, cosa que no sería de buen gusto.

En Las Sagradas Escrituras también encontramos la superioridad de la mujer en cuanto a la belleza. La única criatura preservada del pecado original es mujer y por este motivo es Inmaculada, (no tiene mancha), es bella y la más bella de todas. Así hizo Dios a la Virgen María y por eso la llaman: “Bienaventurada todas las generaciones”. Conmueve pensar que esta criatura no fue una lidereza política, ni conquistó ninguna ciudad, tampoco fue reina de belleza, solo cumplió con su papel de ser esposa y madre y así logra ser la más bella de todas, la más querida y la más venerada de todas las mujeres.

Si miramos en el diccionario la palabra “belleza” referida a la persona, dice: “Persona de buenas cualidades, honesta, que produce un gozo espiritual y un sentimiento de admiración” La más bella sería entonces la que más cualidades tiene y la que más gozo espiritual produce a quienes la contemplan con admiración. En este mundo, donde hay una preocupación grande por la imagen, muchas personas arreglan lo de fuera y ocultan lo de dentro. Se preocupan más de la fachada, del cascarón. Cristo, en el Nuevo Testamento, censura a los fariseos llamándoles “sepulcros blanqueados” que por fuera son blancos y hermosos a la vista y dentro están llenos de rapacidad e inmundicia. Una persona es bella por la totalidad de sus cualidades (las que ha recibido y las que ha adquirido con su propio esfuerzo). Dios hizo a la mujer bella, le dio, lo que el Papa Juan Pablo II llama:“el genio femenino”, aquellas cualidades (virtudes) femeninas que producen en los que la ven un gozo espiritual y un sentimiento de admiración. Las cualidades de una madre que quiere a sus hijos con un amor incondicional y vive dispuesta a todos los sacrificios para que ellos sean felices. ¡Quien no admira las cualidades de su mamá con verdadero agradecimiento y con el convencimiento de que es la mujer más linda de la tierra! Siempre se han resaltado las cualidades de la Virgen y de las mujeres que se parecen a Ella por la calidad de su amor limpio y lleno de fortaleza.

Con estas consideraciones podemos afirmar que las mujeres que valen por su interioridad no necesitan demasiados arreglos exteriores y artificiales. El contraste lo vemos en las personas que están lejos de un amor limpio. Se presentan recargadas con maquillajes exagerados y hasta huachafos, que no pueden competir con la belleza de una persona sencilla que sabe amar. La belleza espiritual de la mujer le da a su ser un tono de naturalidad que produce gozo. Su buena presencia reflejará el valor de lo que lleva dentro que suscita más amor que admiración. La mujer que lleva más amor en su interioridad será más bella de todas y la que nos ayuda a enriquecernos de verdad.

Agradecemos sus comentarios

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buen dia Padre Manuel, me parece muy acertadas sus reflexiones, pero surge de nuevo una interrogante: ¿Somos todos educados para reconocer esa "belleza" a la que usted hace referencia? (y en la que yo también creo yo por supuesto)porque allí entran a tallar mucho de subjetividad y allí si que la educación para reconocerla se pone cuesta arriba, fíjese que muchos de nosotros tenemos como los ojos vendados para saber reconocer esa belleza y en los mares de la subjetividad nos equivocamos de una manera terrible... o ¿es sólo cuestión de la inteligencia y la voluntad?... ¿tan frio como eso?