viernes, mayo 29, 2009

Espejismos de la época
LOS ENGAÑOS DEL RELATIVISMO

La sociedad relativista, a través de personas individuales o de instituciones de aparente prestigio y poder mediático, aplaude con más énfasis las posturas abiertas de libre opinión que permiten un espacio para todos.

Señalan la necesidad de la inclusión y de la tolerancia que se oponen a posturas dogmáticas discriminantes y arbitrarias. Utilizan la bandera de la libertad, que para ellos significa especialmente independencia y capacidad para elegir de acuerdo a convicciones personales, sin que medie nadie más que la propia subjetividad.

Aparentemente todo suena bien. Las personas se sienten libres cuando pueden hacer lo que quieran y cuando no se sienten coaccionados por otros que pueden convertirse en obstáculo para su libertad y felicidad.

Los Consejos del relativista van en la línea de la libertad absoluta
(eres dueño de tu vida, disfruta como tú quieras, no hagas las cosas para contentar a otros sino las que te alegran a ti mismo, escoge lo que más te gusta, rompe con lo que te disgusta, libérate sin miedo…)


No existe la libertad sin la verdad
El núcleo del error relativista está el dejar la verdad de lado o en utilizarla sólo para defender un beneficio personal. Suelen decir “mi verdad” y no la verdad.

Es necesario conocer la verdad para poder ser libre. Si se cierra los ojos a la verdad se cae en la esclavitud de la falta de libertad y se termina en la descomposición. La tolerancia y la inclusión son una utopía si no se acepta la verdad y cuando se acepta se descubre la Caridad que va mucho más allá que la tolerancia.

El Papa Benedicto XVI recuerda: “El Espíritu de libertad no es simplemente la propia idea, la visión personal de quien interpreta…”


Las verdades de fe no son imposiciones de la Iglesia

Algunos piensan que la Iglesia quiere imponer sus verdades a todos, y que debería callarse y no meterse en la vida privada de las personas.
Es necesario aclarar que la fe no está solo en el reconocimiento de unas costumbres o de un legado recibido, sino en la correspondencia actual a la verdad. La verdad hecha vida; o la vida que se hace con la verdad.

En el caso de la evangelización de América: “El anuncio de Jesús y de su Evangelio no supuso, en ningún momento, una alienación de las culturas precolombinas, ni fue una imposición de una cultura extraña. Las auténticas culturas no están cerradas en sí mismas ni petrificadas en un determinado punto de la historia, sino que están abiertas, más aún, buscan el encuentro con otras culturas, esperan alcanzar la universalidad en el encuentro y el diálogo con otras formas de vida… En última instancia, sólo la verdad unifica y su prueba es el amor” (Benedicto XVI Discurso inaugural en Aparecida, Brasil, Domingo, 13 de Mayo del 2007).

La apostolicidad de la Iglesia con su extención por todo el mundo es en defensa de la verdad y la libertad para todos los hombres. El mismo Jesucristo, antes de subir al Cielo el día de la Ascención, le pidió a los apóstoles que fueran por todo el mundo para predicar la verdad.

El Relativismo de hoy es anti cristiano y anti verdad. En su elaboración y crecimiento están: los que mienten para buscar el provecho personal y los que son engañados por las “facilidades” de un proyecto mentiroso. Es penoso que sean muchos más los engañados que los que engañan. El “paraiso” de libertad que prometen los engañadores es tan falso como la utopía que prometían los marxistas del siglo pasado.

Le Evangelización de la Iglesia continúa su andadura sorteando las dificultades de cada época a pesar de las leyendas negras que se tejen contra sus apóstoles.

El Espíritu Santo es quien asiste a la Iglesia y a cada fiel que está unido a ella. La fe en los medios sobrenaturales y en la conversión de las personas ha sido constante a lo largo de la historia, que está llena de vidas ejemplares y obras de caridad en beneficio de los hombres, especialmente de los más necesitados.
En la actualidad los frutos de la actividad de la Iglesia en muchos lugares del mundo son reconocidos por la mayoría.

Le fe de la Iglesia no es la ingenuidad de cerrar los ojos a la realidad con un entusiasmo iluso o infantil. Los apóstoles de hoy como los de todos los tiempos deben llamar a las cosas por su nombre.
Ser realista no es ser negativo. Los errores hay que señalarlos para que se corrijan. El Espíritu Santo otorga a los que aman a la Iglesia el don de lenguas necesario para ahogar el mal en abundancia de bien y no callarse cuando es urgente hablar. San Josemaría recordaba que "el infierno está lleno de bocas cerradas"

Hoy más que nunca es necesario hablar para combatir el mal diciendo la verdad, sin miedo y con valentía. No podemos permitir que las actitudes relativistas, que se llaman "tolerantes", desplacen la verdad y la expulsen. Eso significaría sucumbir en el combate por la Vida y la Libertad de las personas, es decir: por la felicidad de cada uno.


Agradecemos sus comentarios

viernes, mayo 22, 2009


Comentarios y opiniones

PREGUNTAS Y RESPUESTAS SOBRE EL CELIBATO

1. ¿Qué es el celibato?
Célibe viene del latín “caelebs” que significa no casado. Es la condición de la persona que no ha contraído matrimonio.


2. ¿Es lo mismo el celibato y la virginidad?
Son palabras sinónimas. Desde el punto de vista teológico, la virginidad equivale a celibato pero desde el punto de vista jurídico o en lenguaje normal, la virginidad es para las mujeres y el celibato es para los hombres.

Por virginidad suele entenderse un estado físico, o de soltería, pero es más rica que esto. Es una virtud (no solo un estado) nacida de la voluntaria decisión y de la gracia de Dios por la cual se renuncia para siempre y por amor a Dios el ejercicio de la sexualidad. No es sólo una realidad física, sino sobre todo, una conducta, una decisión, por tanto, es una virtud.

3. ¿En qué se diferencia el celibato de la castidad?
El celibato es no contraer matrimonio, la virginidad es no tener contacto sexual y la castidad es la virtud que tiene como finalidad el dominio racional y moral sobre el instinto sexual. Esta virtud es indispensable para que el hombre tenga armonía entre el cuerpo y el alma.

4. ¿Por qué la Iglesia recomienda el celibato?
No es un dogma de fe. La Iglesia no defiende el celibato como una necesidad absoluta sin embargo lo ve como un don de Dios y el mejor medio para la vida sacerdotal. Jesucristo, Fundador y Cabeza de la Iglesia recomendó el celibato por el Reino de los Cielos. (Mt. 19,12).

5. ¿Desde cuándo se vive la práctica del celibato?
Jesucristo fue célibe. La Virgen María fue virgen antes, en y después del parto, San Juan y San Pablo fuero célibes. Los Santos Padres, en los primeros siglos, exaltan unánimemente la virginidad. El Concilio de Elvira (295 y 302) manda que los obispos, sacerdotes y diáconos sean célibes y en 1123, con el primer Concilio de Letrán se reglamentó por primera vez el celibato para los clérigos.

6. ¿Cuáles son las distintas formas de celibato?
El celibato apostólico de los laicos (hombres o mujeres), el celibato consagrado de los religiosos (hombres o mujeres) y el celibato sacerdotal (solo hombres).


7. ¿Existen sacerdotes católicos casados?
En las iglesias orientales el celibato es sólo obligatorio para los obispos y los monjes. Respecto a los sacerdotes, el matrimonio contraído después de la ordenación es ilícito e inválido; pero se les permite el uso del matrimonio anterior a la ordenación. Lo mismo ocurre con los conversos del anglicanismo.

8. ¿El celibato es superior al matrimonio?
El don del celibato es en sí mismo superior al matrimonio por razón del vínculo singular que tiene con el Reino de Dios. San Pablo escribe que el motivo del celibato es el trato con el Señor sin distracción. El amor a Dios y la misión apostólica son inseparables e intrínsecos el uno al otro. El amor a Dios comporta la participación en su misión.

9. Con el celibato se puede decir que ¿se está despreciando la vida matrimonial?
El celibato no es un desprecio de la vida matrimonial, al contrario la Iglesia llama al matrimonio sacramentum magnum (sacramento grande). La vida matrimonial es también vocación. El celibato también está al servicio del matrimonio, de la familia y de la educación de los hijos.

10. ¿Cualquiera puede ser célibe?
Cuando se trata de seguir a Dios en una vida de entrega es necesaria la llamada de Dios y la autorización de la Iglesia. La llamada es una invitación: "el que quiera venir tras de mi..."Nadie está obligado a ser célibe, ni tampoco a ser sacerdote. También dice el Señor en los Evangelios: “el que pueda entender, que entienda” La Iglesia confiere el sacramento del orden a aquellos que han recibido el carisma de la perfecta continencia y libre y responsablemente, se comprometen a custodiarlo y cultivarlo.


11. ¿El que vive en celibato está reprimido?
El que vive el celibato para seguir un camino de entrega a Dios no es una persona reprimida o triste, es una persona enamorada y llena de vitalidad. El celibato enriquece el corazón y es fuente de fecundidad. La Iglesia no ejerce una “coacción” al celibato sobre los candidatos al sacerdocio; antes bien, exige de ellos una decisión personal con anterioridad a la recepción de las órdenes mayores.


12. ¿Es necesario experimentar el sexo para saber cómo es?
No es necesario experimentarlo para saber lo que se debe saber de él. Hay quienes piensan que sólo el matrimonio es natural para el hombre. Los textos del Nuevo Testamento muestran que el celibato es un don gozoso de Dios. Tanto el hombre como la mujer pueden encontrar su realización y perfección a través de él. El motivo es que la perfección del hombre consiste en el amor. Es más perfecto y se realiza más plenamente el que más ama.


13. ¿Es cierto que uno se pierde cosas si se entrega a Dios?
Cuando uno se entrega a Dios renuncia a ciertas cosas que Dios le pide, entre ellas, al matrimonio. Esa renuncia es por un Amor más grande. No hay pérdida sino ganancia. El Señor en los Evangelios habla del ciento por uno y luego la vida eterna. Por cada cosa que uno renuncia el Señor da 100.


14. Los que viven entregados a Dios en celibato ¿tienen deseos sexuales?
Todos los seres humanos tienen deseos sexuales. Tener deseos no quiere decir satisfacer esos deseos y no satisfacerlos no quiere decir estar reprimidos. Los deseos no son una necesidad. Al no ser una necesidad el hombre que rechaza esos deseos por amor a Dios crece en fortaleza y alegría. Es una persona totalmente libre. No se conoce ningún hospital dedicado al tratamiento de personas que han guardado la castidad. En cambio entre las personas que no viven esta virtud abundan los desordenes y las esclavitudes.

15. ¿Los que se entregan a Dios no se divierten?
Los que se entregan a Dios son personas normales que trabajan y descansan. Viven el orden en el trabajo y en el descanso. Se divierten sanamente y procuran siempre hacer agradable la vida a los demás. Son transmisores de paz y alegría.


16. ¿El matrimonio es una necesidad para el hombre?
El matrimonio no es una necesidad para el hombre. El hombre no completa su personalidad con el matrimonio. No siempre es acertado decirle a alguien que se case, como si estuviera en falta al no hacerlo. El hombre necesita ser educado para que desarrolle su personalidad y con la educación el hombre aprende a amar.

17. ¿El hombre solitario necesita para ser feliz de una compañera?
No es acertado ver el matrimonio como una necesidad del hombre o de la mujer. El matrimonio es una vocación de entrega y de servicio que lleva consigo el cumplimiento de una misión. Exige mucha lucha y sacrificio.

18. ¿La mujer que ha perdido un marido necesita casarse con otro?
No es cierto que el hombre o la mujer que enviudó necesite casarse de nuevo, y mucho menos los que se separaron. No es correcto buscarle alguien o aconsejarle que busque, una persona de su gusto, como si fuera una mascota, para que le acompañe. Las personas que toman ese camino pierden los objetivos de su misión, se aburguesan y se repliegan a una vida sin mayor sentido que el de la propia comodidad.


19. ¿Pueden ser santos los que se casan?
La llamada a la santidad es universal. Los que se casan pueden y deben ser santos. El matrimonio es un camino de santidad. El celibato no hace más santo al que se entrega plenamente a Dios. La santidad depende de la lucha, la correspondencia a la vocación y la fidelidad.

20. ¿En el Cielo hay matrimonio?
En el Cielo -donde el hombre alcanzará su perfección plena- “no se casarán ni ellos ni ellas” (Mt. 20,30). El celibato “adelanta la realidad de una vida que, no obstante continuar siendo aquella propia del hombre y la mujer, ya no estará sometida a los límites presentes de la relación conyugal” (Congregación para la Doctrina de la fe, 31-V-204, n.12).

21. ¿El qué consiste la paternidad espiritual del celibato?
La persona entregada a Dios puede dedicarse con una mayor libertad de corazón y de movimiento a las necesidades de la misión apostólica. Estará cerca de mucha gente con una verdadera paternidad espiritual. En otras palabras: el amor de Dios en el celibato es fuente de vida para el Reino de los Cielos.


22. ¿Cómo saber si Dios quiere el celibato?

La inquietud está dibujada en el joven rico del Evangelio pero a diferencia de él la respuesta debe ser sí a Dios. No tener miedo a decir que si. En este tema suelen aparecer muchas tentaciones para no aceptar lo que Dios nos propone. El que es valiente no tiene miedo y se lanza.

23. ¿A qué se compromete el que se entrega a Dios en celibato?
A vivir las virtudes que le ayudan a cuidar su corazón y lograr una madurez en su vida afectiva. Se siempre muy sincero en la dirección espiritual dejándose ayudar con docilidad. Cuidar de que no exista nunca en él una doble vida.

24. ¿Cuáles son los medios para cuidar el celibato?

Vivir una distancia prudente con personas del otro sexo.
• Alejarse de ambientes frívolos o sensuales.
• No estar fuera de la casa en horas avanzadas.
• Confesarse con frecuencia
• Ser moderados en la comida y bebida.
• Guardar la vista y cuidar los detalles de pudor en el vestir.
• Vigilar la influencia que puedan ejercer los medios de comunicación social: cine, prensa, televisión, Internet.
• No visitar lugares indebidos (ciertos espectáculos, reuniones o personas de extraña reputación).
• Desechar la lectura de libros, revistas o diarios inconvenientes.
• Evitar la ociosidad y las ocasiones de pecado.


25. ¿Qué otras ventajas tiene el celibato?
El celibato tiene un sentido eminentemente apostólico. En la educación hay una tradición milenaria de servicio y acierto. “El colegio debe poner los medios para que los profesores y padres de familia tengan un mejor entendimiento de los que es una vocación de entrega plena a Dios” (Educación en ciernes, n. 238). La historia es elocuente al señalarnos valerosos profesores célibes que han dado su vida para educar a la juventud de un modo brillante.

26. ¿Las violaciones al celibato justifican su cuestionamiento?
Las violaciones al celibato, por muy lamentables que sean, no constituyen un argumento contra la ley del celibato, lo mismo que los adulterios no quitan vigencia a las leyes divinas sobre el matrimonio. Al hombre débil hay que ayudarlo a que se levante con la gracia de Dios y sepa ser fiel a sus compromisos.

lunes, mayo 18, 2009

Un don para todos los siglos
ALGUNAS PRECISIONES SOBRE CELIBATO

Nuestra sociedad, proclive al escándalo mediático, vive de susto en susto o de salto en salto por las noticias que ocupan las primeras planas de los diarios o por las intervenciones de algunos “entendidos” que son entrevistados por la tele, y por los datos de las estadísticas que dicen reflejar la opinión de ciertas mayorías.

Así hemos pasado de los exagerados titulares de la gripe porcina al pavoroso incendio mediático ocasionado por las fotos impropias del P.Alberto y sus declaraciones desafortunadas, sobre el celibato sacerdotal.

Habría que decirles a nuestros amigos comunicadores que “una golondrina no hace un verano” Porqué cuestionar un tema tan valioso como el celibato por el problema que puedan tener algunos, es totalmente desproporcionado. Sería como cuestionar el matrimonio porque aumentan los divorcios.

El celibato, la obediencia y el amor (compromiso de amor)
En punto de conflicto no está en las exigencias del celibato o del matrimonio sino en la debilidad del hombre que no está bien preparado para cumplir con los compromisos nobles que exigen fidelidad. Tanto el que se casa como el que se compromete a vivir célibe por el Reino de los Cielos, necesita ser ayudado para que persevere en las exigencias de esos compromisos.

El amor hay que cultivarlo y ordenarlo continuamente. Hay que anotar que cuando el Señor nos habla del amor pone al lado los mandamientos: mandato y obediencia. Ese es el marco del amor para todas las personas. El mundo que se opone a Dios quiere separar el amor de la obediencia. Como si amor fuera escaparse, romper, liberarse y no la atadura buena que da libertad y nos hace felices: el compromiso.

Una tradición milenaria
La historia nos cuenta que desde antes de Cristo existían persona célibes por un afán noble de dedicación a Dios y de servicio. La Virgen María tenía esa intención hasta que recibió el mensaje del ángel. Entre los primeros cristianos, numerosos fieles corrientes recibieron el don del celibato y lo acogieron con alegría, siguiendo el modo de vida del Señor. Jesucristo fue célibe y recomendaba el celibato por en Reino de los Cielos. San Pablo también habla de las excelencias del celibato y la virginidad.

Desde los comienzos la Iglesia ha reconocido una particular conveniencia para el sacerdocio ministerial. Esta conveniencia se manifiesta en la disciplina eclesiástica sobre el celibato de diversos modos en el rito latino y en los ritos orientales. En la historia de la Iglesia florecen diversas formas de vida religiosa en las que “renuncian al mundo”, es una consagración a Dios por los votos de pobreza, castidad y obediencia, que “manifiesta el deposorio admirable establecido por Dios en la Iglesia, signo de vida futura” (CIC, c 607). Se puede concluir que el don del celibato puede estar al servicio de la vocación y misión propia de los fieles laicos (celibato apostólico), del sacerdocio ministerial (celibato sacerdotal) o de la vida consagrada, (celibato consagrado).

Hemos recibido muchos comentarios y preguntas sobre este tema que resumiremos en el próximo artículo.
Agradecemos sus comentarios

lunes, mayo 11, 2009

Fieles a Dios y a la Iglesia
LOS PANTALONES Y EL COMPROMISO

Con ocasión del escándalo suscitado por la conducta impropia del P. Alberto Cutié y la consiguiente difusión mediática a través de periódicos, revistas y programas de televisión en el mundo entero, salieron a relucir diversas opiniones.

Mientras algunos aprovechaban la ocasión para echar tierra sobre la Iglesia y los sacerdotes, cuestionando el celibato y la rectitud de intención de los que viven la virtud de la castidad y son fieles a sus compromisos, otros rezaban por este joven sacerdote para que se arrepienta de la falta cometida y vuelva al redil, para seguir viviendo de acuerdo a los compromisos que adquirió con Dios y con la Iglesia.

Hemos escuchado con preocupación las últimas declaraciones hechas por el P. Alberto que a nuestro juicio son bastante desafortunadas porque encierran una falta de disposición para ver la realidad, al estar afectado por una afectividad bastante desordenada.

Con la impureza se puede perder la cabeza

Todos sabemos que el amor y la pasión pueden cegar al hombre. Además, si falta humildad, el hombre pecador podría sacar argumentos que justifiquen sus actos indebidos y esos argumentos convertirse en un ataque. Como dice en refrán “no hay mejor defensa que el ataque”

En el caso del P. Alberto hace más daño y es más graves la declaración hecha para defenderse que el pecado que cometió contra la castidad. Todos recordamos en el pasado la actitud que tuvo Enrique VIII al querer que la Iglesia cambiara y le diera el divorcio para estar oficialmente libre de su compromiso matrimonial y poderse casar con Ana Bolena. También algunos pensaron en aquella época que la Iglesia había sido muy dura. Luego hemos visto cómo siguió la historia.

Hay deberes sagrados que cumplir

Decir que debajo de la sotana están los pantalones no es inventar la pólvora, es verdad que todos los sacerdotes somos hombres y también tenemos atracción por las mujeres, como todos los hombres, pero eso no nos otorga licencia para mancillar nuestros compromisos.

Qué le diría una esposa al marido que se ha ido con otra, si éste le dice: “me enamoré porque soy hombre y el amor es algo que viene solo y no tiene nada de malo,… yo la quiero mucho” Acaso los hombres casados no tiene que cuidar su corazón de los afectos indebidos de otra persona que no sea su mujer, para no caer en pecados contra la castidad que fácilmente le pueden llevarle a ser infiel.

No es verdad, como ha afirmado (desde su herida) el P. Alberto, que el sacerdote necesite del amor de una mujer para poder vivir su vocación sacerdotal. La Iglesia ha vivido siglos con sacerdotes y religiosos célibes que viven felices su entrega de amor a Dios. Un sacerdote santo es un sacerdote enamorado de Dios y de su vocación. Transmite el amor de Dios a todas las almas que se le acercan. No es un acomplejado ni un reprimido.

El P. Alberto necesita nuestras oraciones para recapacitar y recordar los argumentos que sobre la castidad y el celibato aprendió en el seminario. No creemos que haya ignorancia, es la ceguera del pecado. El lo debe saber por su experiencia sacerdotal. Cuando uno no vive como piensa termina pensando como vive. Si uno se aleja de Dios y vive en pecado, el diablo no lo quiere soltar para que se siga perjudicando y el daño se extienda a otros.

La Iglesia nos recuerda siempre nuestros compromisos. El Evangelio del último domingo nos recomendaba estar unidos a la Vid. Cada cristiano y los sacerdotes debemos estamos unidos por los compromisos adquiridos y allí es donde tenemos que poner el corazón. No podemos separar a Dios de nuestros compromisos. Dios quiere que cumplamos con nuestros compromisos y seamos fieles hasta la muerte.

Nadie puede decir que la voluntad de Dios va por otro lado para intentar refugiarse utilizando a Dios como cómplice de nuestros pecados.

En esta sociedad, que se ha alejado de Dios, muchos han roto sus compromisos. Es el momento de recapacitar para volver a meter a Dios en nuestras vidas. El nos está esperando y necesita de nuestra fidelidad para que los demás sean fieles.

Oración por los sacerdotes
Los sacerdotes necesitan la oración de todos los fieles. Los fieles no pueden respaldar a un sacerdote que le da las espaldas a su compromiso con Dios y la Iglesia. Triste respaldo sería el de ser cómplices de la infidelidad.

El Papa, los obispos y todos los sacerdotes se apoyan, para ser fieles, en la oración de todo el pueblo de Dios. Una misión importante de los fieles es rezar por la santidad de sus sacerdotes.

Agradecemos sus comentarios

jueves, mayo 07, 2009

Los que propagan los incendios
EL NEGOCIO CORRUPTO DEL ESCÁNDALO


Cada vez son más los que se frotan las manos cuando ven la oportunidad (negocio inmoral) de llenarse los bolsillos con pecados, errores o equivocaciones de seres humanos de cierto prestigio social, que pueden tener una repercusión mediática impactante.

A estos “líderes” de la opinión pública se suman los ojos curiosos y algunas veces morbosos de quienes gozan al ver escenas impropias y porque no decir indecentes, en esas personas que parecían de conducta intachable.

No faltan los artículos y comentarios de quienes aprovechan la ocasión para atacar a instituciones de prestigio o a personas honorables, queriendo meter en un mismo costal a todos, o al menos dejar una estela de sospecha para extender dudas en temas de moral.

Las desafortunadas conductas del ex obispo Fernando Lugo en Paraguay y la del P. Alberto Cutié en Miami han dado la vuelta al mundo.

Son dos casos distintos, que deben verse por separado, pero coinciden en el escándalo mediático y son aprovechados por muchos malintencionados que se rasgan las vestiduras echando más leña al fuego como si fueran los grandes moralistas.

Existen también comentarios acertados y prudentes que piden una mejor atención y cuidado con los sacerdotes jóvenes, que necesitan, como es lógico, ser ayudados para que puedan vivir bien las exigencias de su vocación en medio de un mundo bastante agitado por distintas crisis morales.

El desagravio y el perdón
A todos los católicos nos duele mucho el escándalo que pueden ocasionar con sus conductas indebidas o imprudentes los eclesiásticos que no cumplen con sus compromisos sagrados.

Una persona me comentaba que no entendía cómo un sacerdote que vestía correctamente de sacerdote y se expresaba con una claridad de doctrina impecable y celebraba la Santa Misa con verdadera piedad y recogimiento, pudiera caer en esos escándalos.

Las manifestaciones exteriores no siempre indican lo que va por dentro. Podemos encontrar en los fieles muchas manifestaciones externas de devoción. Lo importante es la unidad de vida, que es también la trayectoria de la persona (sus frutos, sus obras) y además tener en cuenta que un santo también es un pecador. San Josemaría Escrivá decía: “Yo soy capaz de cometer los errores y los horrores que el hombre más vil de la tierra pueda cometer” . Lo importante es levantarse pronto de las caídas.

No es bueno juzgar a las personas. Dios nos pide a los cristianos comprensión y perdón.

La Iglesia nos pide que recemos todos para reparar los daños ocasionados y para llegue pronto el arrepentimiento y la conversión de esos ministros de Dios que cayeron en pecado. Es lo que hizo Jesucristo con los apóstoles, perdonó a Pedro que lo había negado tres veces y hubiera perdonado a Judas si éste se hubiera acercado arrepentido. La Iglesia espera a todos los pecadores con los brazos abiertos para perdonarlos.

Gracias a Dios en el mundo viven muchos sacerdotes y religiosos santos que son fieles a sus compromisos. La historia también nos muestra a los que vivieron y murieron fieles, plenamente entregados a Dios y al servicio de la Iglesia (los medios de comunicación no suelen ocuparse de ellos).

El don del celibato

Como ha sucedido en otras ocasiones, cuando hay un escándalo de un sacerdote que ha roto sus compromisos por un pecado contra la castidad, vuelve a ponerse sobre el tapete el tema del celibato.

La Iglesia ha recordado en muchas ocasiones que el celibato no es una ley divina sino una ley dada por la Iglesia.

El mismo Jesucristo, que fue célibe, lo recomendaba a sus seguidores más cercanos. Para explicarlo utiliza una comparación que El mismo invita a entender bien: “En efecto, hay eunucos que así nacieron del seno de su madre; también hay eunucos que así han quedado por obra de los hombres; y los hay que se han hecho tales así mismos por el Reino de los Cielos. Quien sea capaz de entender, que entienda” (Mt. 19,12).

El Motivo del celibato es por el Reino de los Cielos, es renunciar al matrimonio por otro bien más alto; es la elección positiva de un bien, no una simple renuncia. El motivo, en otras palabras, es el amor a Dios y la misión apostólica.

Entre los primeros cristianos, numerosos fieles corrientes recibieron el don del celibato y lo acogieron con alegría, siguiendo el modo de vida del Señor.

En la historia de la Iglesia las congregaciones religiosas acogieron el celibato para la vida consagrada.

El matrimonio es un camino de santidad y perfección pero no es el único. En el Cielo, donde el hombre alcanzará su perfección plena, “no se casarán ni ellos ni ellas” (Mt. 22,30). El Celibato “adelanta la realidad de una vida que ya no estará sometida a los límites de la relación conyugal” (Congregación para la Doctrina de la fe, 31-V-04).

El celibato es un don de Dios que acrecienta la capacidad de entrega a los demás, para abrir el corazón de par en par a un gran número de almas, permite la disponibilidad real para servir en distintas labores de evangelización y es una fuente de felicidad que otorga una auténtica paternidad espiritual.

Que casualidad, que en el mes de Mayo, cuando la Virgen nos enseña su Pureza Inmaculada, como modelo de amor para todos los hombres, sucedan estos escándalos. ¿Qué mano negra estará removiéndolo todo para confundir a las personas buenas?

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viernes, mayo 01, 2009

Las campanas que no suenan
LA VERDADERA PANDEMIA

Los que tocan las campanas coberturas mediáticas
Es impresionante la cobertura mediática que está teniendo la extensión de la Pandemia de la gripe porcina en el mundo. La noticia ocupa los principales titulares de los diarios y los reportajes y entrevistas de la televisión.

Los medios de información han conseguido tener a millones de personas siguiendo las noticias con angustias y pánicos más graves que los que puedan producir las mejores películas de terror.

Como siempre, muchos aprovechan la ocasión para tapar otros problemas. Es una extraordinaria cortina de humo a nivel mundial que puede ser aprovechada por todos los que están acostumbrados a distraer a la gente para seguir manipulando o medrando.

Si nos fijamos bien, hasta la fecha, el número total de víctimas de esta gripe porcina podría ser semejante al de un pequeño terremoto en algún lugar del mundo, pero, por la cobertura mediática que está teniendo, pareciera que se trata de millones de víctimas y que en cualquier momento todos podríamos estar involucrados.

Las campanas que no suenan

Sin pretender quitarle importancia a la gravedad de esta nueva enfermedad y a su crecimiento o expansión, quisiéramos hacer una reflexión sobre el entorno en el cual aparece y comprobar que unas campanas suenan fuerte para unos temas y se silencian para otros. Y ver también que los "campaneros" son los mismos de siempre.

Como punto de partida para nuestra reflexión queremos anotar que esta enfermedad se inicia en Norteamérica (México y los Estados Unidos), dos países vecinos que han tenido últimamente unas aproximaciones políticas que no han estado dirigidas a la defensa de la vida.

Recordamos que el Presidente de los Estados Unidos firmó la aprobación de un presupuesto para una investigación genética que permitía el aborto. Días antes de la aparición de la enfermedad el mismo presidente visitaba México cuando el gobierno del país azteca estudiaba la aprobación de una ley que favorecía a las drogas. No podemos olvidar que en estos momentos, el país de la Virgen de Guadalupe, tiene un problema grande de corrupción que involucra carteles poderosos que trafican con la droga.

Unos días antes un parlamento europeo condenaba las palabras que el Papa Benedicto XVI había pronunciado en su viaje al África cuando les advertía que el uso del preservativo no era la solución para el Sida y que por el contrario podría agravar más el problema.

Los mismos “campaneros” que le dan un sesgo político a las noticias apartándose de la verdad con críticas desatinadas o con silencios graves, son los que tocan ahora las campanas de las grandes tragedias de la humanidad “colando el mosquito y tragándose el camello”



Las verdaderas pandemias:


1. Libertinaje sexual: Pandemia moral que ha ido creciendo en el mundo y que muchos le dan luz verde a pesar de las consecuencias desastrosas en muchos jóvenes que han malogrados sus vidas y no son felices.
2. El aborto: Que mata millones de niños en el mundo, frente a la indiferencia e ignorancia de miles y la malicia de unos pocos que se llenan los bolsillos sin ningún escrúpulo. Todavía hay países que quieren legalizarlo.
3. La expansión del Sida: Pandemia que ya ha matado a millones y sigue extendiéndose por todo el mundo por el libertinaje sexual permitido y por la fragilidad de las campañas de previsión que no tienen en cuenta los aspectos morales, que son los de fondo para solucionar el problema.
4. El alcoholismo y las drogas: Todos saben que es otra Pandemia que mata a muchos y causa destrozos en la familia y en la sociedad. Las campañas contra estos vicios son “políticas” de hipócritas (moneda de dos caras), por un lado se anuncian leyes y sanciones y por el otro se permiten negociados debajo de la mesa. Tampoco se dan sanciones para los consumidores. Falta valentía y coherencia para enfrentar el tema y una educación más seria y profunda.
5. El exceso de las diversiones y la ludopatía: Alimentada por el mal uso de las técnicas modernas (televisión, computadora, celulares). Los excesos en los juegos y tratar de convertir la vida en un paraíso de diversión (error de vida que puede costar caro). Aumento de problemas de personalidad motivada por una falsa jerarquía de valores. La pandemia de las personas que no saben qué hacer con su vida porque lo único que hicieron en su vida fue divertirse.
6. La hipocresía y la mentira: Es la Pandemia más grande que involucra a las anteriores. Los “campaneros” de hoy se dedican a mentir y a ocultar hipócritamente la verdad, se callan en “siete idiomas”, hay un acuerdo tácito.


¡No se pueden tocar las campanas de la verdad!

Si alguno se le ocurre tocar demasiado fuerte la campana de las verdaderas pandemias los “campaneros” del sistema político y mediático se le van encima y lo atacan de irresponsable (como hizo un parlamento europeo con el Papa).

Al que dice la verdad lo llamarán retrógrado, o pesimista, enemigo de la modernidad, o aguafiestas y exagerado. Le pondrán el cartel de “moralista” y cerrado, o dictatorial y dogmático.

Las campanas de la verdad son las que quitan el temor y el miedo y son las que hay que tocar sin miedo. Los campaneros mediáticos dirán: “¡No toque Ud. esa campana!” , “¡manténgase en silencio!”, “¡tenga perfil bajo!” Harán todo lo posible para que todos vean al que dice la verdad como un irresponsable o imprudente.

El amor a la Verdad

Los dueños de la mentira no son los dueños del mundo. Lo que crece con la mentira tarde o temprano se desmorona. Vale la pena vivir con la verdad aunque se pase toda la vida con los ataques de la mentira. La defensa de la vida no es una guerra perdida. Ganará siempre el que tiene la verdad y no el que quiere inventarla con sus mentiras.

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