sábado, abril 17, 2010

Escaladas peligrosas (agujeros negros en la educación)

PADRES POBRES, HIJOS RICOS

Cada vez es más corriente encontrarse con historias de la vida real donde se constata el esfuerzo de los padres por querer darle lo mejor a los hijos. No todos lo consiguen. Los afortunados padres que ven progresar a sus hijos se sienten bendecidos y felices de haberlo logrado, aunque no siempre es mérito de los padres.

Para enfocar bien nuestro análisis es necesario preguntarse en qué consiste el progreso de los hijos. Si se trata solo de un posesionamieto social, de unos ingresos económicos, de un excelente matrimonio, de un buen trabajo, o de haber logrado muy buenas amistades.

Si ánimo de juzgar casos concretos, la educación debe verlo todo para poder poner la lupa, en aquellos espacios abandonados donde no existen los consejos, las medidas de prudencia, o las sanciones que ayuden a orientar bien a las personas, a las familias y a la sociedad entera.

Solemos encontrarnos, -y salen a la luz pública constantemente-, con gente que ha subido socialmente desde abajo. Personas muy pobres que vivían entre la ignorancia y la miseria y que han desarrollado capacidades y han conseguido recursos que los colocan en un nivel social de categoría.

Las circunstancias que hicieron posible ese progreso pueden ser distintas, no suelen darse dos casos iguales. Algunos tenían capacidades innatas que fueron descubiertas por otros, que se encargaron de promocionarlos porque veían un futuro exitoso y acertaron.

Es el caso de algunos artistas: pintores, cantantes, músicos, actores o actrices, o de algunos deportistas: futbolistas, tenistas, etc.

Haciendo una carrera meteórica, gracias a al propio talento, se ponen enseguida en un nivel top. El salto que dan suele ser espectacular si proceden de ambientes deprimidos socialmente. Es aquí donde nos debemos detener para poner el reflector que ilumine a la educación para intervenir en la orientación de las personas.

Cambio de status sin estar preparados

Por ejemplo un futbolista puede pasar de la miseria a estar ganando millones de dollares, tener una movilidad lujosa y disfrutar de los mejores hoteles. Este cambio de situación suele ocurrir, en la mayoría de los casos, sin que acompañe una formación cultural y ética de la persona.

Elevar el status económico por una habilidad o destreza no mejora necesariamente a la persona. Es lógico que la familia se alegre y estén orgullosos del hijo triunfador, pero también tendrán que tragarse las limitaciones de una conducta, si es que no está en el nivel que debería ser.

Desde la educación podemos encontrar distintas situaciones, que se pueden convertir en verdaderos problemas, si no se corrigen a tiempo:

· El hijo triunfador que se avergüenza de sus padres, porque él ha conseguido elevar su nivel social, y los evade. (no desea que lo vean con sus padres porque los considera ignorantes o muy pobres y él ya no está en ese nivel).

· El hijo triunfador que se considera redentor de su familia y ejerce una actitud de mando, pisando fuerte y creyéndose superior. Compra cosas para su familia pero los tiene a todos bajo su batuta.

· El hijo triunfador que es alabado por todo el mundo (engreído por la prensa y perseguido por los admiradores). Se le pueden subir los humos a la cabeza y malograr su vida y su carrera.

· Los padres que se emocionan con el hijo triunfador sólo porque tiene una habilidad o gana mucho dinero. Parece que lo que más les mueve son las posibilidades económicas que puedan lograr con el hijo. Padres o familia utilitarista, distraídos con el hijo exitoso. Ya no les importa tanto la educación sino que siga teniendo éxito.

· El hijo que no sabe administrar el dinero que gana, vive una vida desordenada, para caer después en la ruina, (por falta de formación y de cultura). Se vuelve un indeseable. Ha sido el camino de algunas estrellas que brillaron un poco y terminaron en la miseria.

Algunas consideraciones:

1. Una persona que destaque por el desarrollo de alguna cualidad debería formarse muy bien en la moral y en la cultura.

2. Las motivaciones personales y familiares deben apuntar siempre a formar personas honradas y serviciales.

3. Los jóvenes deben saber que si tienen una cualidad no es para que se pierdan siendo egoístas, arrogantes, vanidosos y se sientan superiores a los demás. Al contrario deberían ser más serviciales y respetuosos que los demás.

La trama famosa película clásica “Una gata sobre el tejado de Zinc” cuenta la historia de un millonario, padre de una familia numerosa, que había conseguido una fortuna con el esfuerzo personal y sus propios méritos. Su papá había sido muy pobre y él, gracias a su talento y capacidad hizo mucho dinero y obtuvo grandes propiedades. Ya mayor y avejentado se encontraba agotado de la vida con una enfermedad terminal, mientras que los hijos y sus familias estaban esperando el desenlace para recibir la herencia.

Al final de la película tiene un diálogo encendido con uno de sus hijos, que era alcohólico y no estaba interesado por la herencia. Este exitoso sexagenario le quiere demostrar al hijo que gracias a sus esfuerzo ellos podían recibir una gran herencia en bienes y propiedades. El hijo, que extrañaba más el cariño y la educación que no había recibido de su padre, le recuerda la herencia del abuelo pobre: un sombrero viejo y mucho cariño. El padre escucha atentamente el reclamo del hijo alcohólico, se conmueve al recordar el cariño de su papá y se pone a llorar porque se dio cuenta que el abuelo (su padre) le había dejado algo más valioso que el dinero y las propiedades que él pensaba dejar a sus hijos.

La educación no debe renunciar a formar bien a las personas en las virtudes que sean necesarias para corresponder con amor o sembrar amor allí donde falta amor. La persona de mayor nivel social es la que más sabe amar, no la que tiene más cosas por el desarrollo de alguna capacidad y quiere ejercer de allí un liderazgo, que luego resulta una majadería.

Si es importante para los padres dejar una herencia de amor, para los hijos exitosos es mucho más importante corresponder con amor.

Agradecemos sus comentarios

2 comentarios:

Javier dijo...

Hay algo que hace falta además de una buena educación, es cultura ética para poder desarrollarnos inteligentemente, y ser un verdadero pueblo desarrollado siempre con el espíritu bien formado.

Luis Hurtado Rivera dijo...

Es importante que todos los padres sepan enseñar a sus hijos, con el ejemplo, que el dinero no los debe alterar. Los chicos deben entender que la cantidad de dinero puede alterar la calidad de las cosas que adquieres y tal vez la cantidad, pero no el uso correcto del mismo. Lamentablemente hay padres que dan un mensaje equivoco, por ejemplo los albañiles que cobran cada fin de semana lo primero que hacen es comprar cervezas y si les mejoras el sueldo lo que harán será comprar mas cervezas. Un hijo criado así puede pensar que con poco dinero se debe limitar a una cerveza a la semana pero con mucho dinero puede tomar cientos de cervezas, fumar mucho, ir de fiesta todos los días, adquirir cosas por el hecho de hacerlo o por demostrar que se pueden adquirir y no por una real necesidad de ellas. Sin embargo creo que todos los padres en algún momento podemos dar estos mensajes a nuestros hijos, no olvidemos que pobreza no es no tener dinero sino hacer un uso correcto del mismo. También existe una corriente de frivolidad muy fuerte en una sociedad que parece valorar mas al frívolo, esta corriente es creciente basta con ver las estadísticas de muerte en quirófanos buscando "belleza".

También es importante enseñar a los chicos a compartir, a ser solidarios, a querer. Un niño que se quiere por encima de todos no podrá ser feliz. Mi hijo menor me pregunta todos los días: Papá y porqué Dios creo el cielo..., la vaca..., la rata..., la pulga..., la piedra, etc. Y mi respuesta inconsciente siempre era, para tener leche, para que recojan la basura de las calles, para estimular la circulación sanguínea, es decir todo en esta vida sirve para algo; esa es una manera de conocer a Dios el creo todo con un fin de servicio, por que él mismo es así por eso también se la llama EL QUE SIRVE. Debemos enseñar a nuestros hijos a servir, así se parecerán más a Dios.

El que nada tiene nada vale...
Más vale pájaro en mano que ciento volando...

Y así decimos cosas que sin una correcta explicación, puede hacer que los chicos crezcan pensando que solo los valorarán si tienen y además demuestran que tienen. Aun más ellos aprenden a valorar a los demás con esa misma vara.

Enseñemos a los chicos que la vida se mide por cuanta gente haces feliz, que los pájaros deben de ser libres y que la vida te da en función de lo que das.


Saludos,