viernes, mayo 14, 2010

La ambición de los títulos (estudiar más, para recibir más)

LOS SUEÑOS DEL CARTÓN

Hoy todos quieren ser universitarios y llenarse de títulos para sentirse realizados dentro de la sociedad. Este fuerte deseo social, de moda en nuestra época, es recogido por las instituciones educativas que están al tanto de la ley de la oferta y la demanda, para brindar sus servicios.

Las ofertas y las motivaciones para estudiar y entregar títulos se han multiplicado. Se le da muchísima importancia al cartón y algunos no se contentan con un solo título, buscan hacer un diplomado, una maestría o un doctorado más, para aumentar el curriculum y poder lucirlo en la sociedad.

En este artículo nos preguntamos si siempre son correctos los deseos de tener un título más. ¿es bueno incentivar para que las personas deseen tener más títulos?, ¿no se trataría de una exageración, o de algo que pueda traer inconvenientes?


Las motivaciones principales para obtener un título

Es necesario advertir que algunos, (porque tienen recursos y apoyo), se pasan la vida estudiando. Sin embargo no podemos afirmar que por eso sean los mejores o los más capacitados en sus campos de especialización. Al mismo tiempo habría que subrayar que es loable y plausible que las personas estudien más y se capaciten mejor para afrontar los retos que trae la sociedad. Es muy bueno estudiar y estar mejor capacitado.

Para acertar en la conveniencia de estos estudios de especialización es necesario conocer bien a las personas y las necesidades sociales más importantes. Los estudios deben ser motivados por los factores que determinan el auténtico progreso de las personas para el bien de la sociedad y no por ambiciones egoístas de status, posicionamiento social o privilegios personales, que no significan progreso, ni siquiera para las personas que ingresan a estos sistema de capacitación.

Una primera consideración nos hace ver que los cartones o títulos no pueden ser para todos, no son una necesidad para la mayoría y en algunos casos sería poco conveniente.

Por ejemplo en el ejercito no es posible que todos sean Generales ni tampoco se puede afirmar que es más persona y está mejor realizado el que llega a General. Además el nombramiento de un General no debe ser cuestión de la suerte, de los padrinazgos, de la coyuntura política, o de las ambiciones personales, sino el resultado de un enfoque sensato de la realidad y del conocimiento de las virtudes de las personas dentro de los ámbitos del servicio castrense.

La sociedad y las instituciones deben plantear los requerimientos de los estudios superiores de tal forma que las motivaciones principales de los que desean acceder a esas titulaciones sean exclusivamente trascendentes (de auténtico servicio y total desapego a ambiciones personales). Es algo difícil pero es necesario poner el acento allí. Más cuando se supone que esas personas serían de un mejor nivel humano y cultural.


La honradez de los planteamientos

El contenido de lo que se aprende en esas capacitaciones debe estar dirigido, con la pureza de su estructuración, a la rectitud de intención de las personas que se presentan. Sin dar cabida a la posibilidad de motivaciones de exclusivo interés o provecho personal, ya que éstas descalificarían ipso facto al candidato del título, porque reflejarían una mentalidad proclive a las manipulaciones y componendas. Lamentablemente ésta mentalidad está vigente en muchos sectores de la sociedad y se debe combatir.

El idioma entre los que plantean los estudios y los candidatos debe ser de rectitud y honradez interior por parte de ambos. No debe permitirse una especie de “actuación” moral que responda solo a planteamientos teóricos de procedimientos. Es necesaria la rectitud moral de la conducta ética, tanto de los que plantean esos estudios, como de los mismos estudiantes.

La honradez de planteamientos no da cabida a situaciones de aprovechamiento, o de beneficio repartido (tajada) por acuerdo de las partes. Ni tampoco a una presentación de las cosas con un anuncio tácito de futuras prebendas, como un aliciente para que el estudiante se interese más por la capacitación.

Sería degradante “aceptar” los criterios morales solo con una postura o gesto de aprobación externa, ironizando con una actitud de “mirada inteligente” el fondo de lo que verdaderamente se piensa: “no crean que yo estoy de acuerdo con estas tonterías” buscando que el interlocutor apruebe el gesto con una sonrisa de entendimiento. “Aquí ayudamos todos, presentamos unos proyectos de servicio, pero también sacamos nuestra parte” Quien piense que así se hace un bien a la sociedad (con el derecho al beneficio propio) está totalmente equivocado.

Estas consideraciones son interesantes para estudiar los rubros se servicio social que tienen las empresas. Para que se de un auténtico servicio social es mucho más importante la honradez de cada persona que trabaja en la empresa, que la organización logística de la empresa para las actividades de asistencia social. La transmisión y entrega de un bien depende mucho de la interioridad de cada persona.

Más valiosa es la persona por lo que es que por lo que sabe hacer. Un título no garantiza la capacidad de un ser humano como persona. Más importantes son los valores de la persona que los títulos que posee. El sueño de un título debe ser un sueño de servicio desinteresado a los demás

El que estudia con la finalidad de querer y servir al prójimo en sus requerimientos y necesidades, está en la línea correcta para aspirar a una capacitación y sacar un merecido título.

Agradecemos sus comentarios

4 comentarios:

Unknown dijo...

Muy interesante padre su artículo, lo tome como referencia para realizar un post en el blog de LAS ERAS (www.laseraschiclayo.blogspot.com)
Saludos desde Chiclayo.

Dario JP dijo...

Gracias por compartir sus pensamientos con todos nosotros, asi tiene q ser, ya que como dijo Beata Madre Teresa de Calcuta: "amar al prójimo debe ser tan natural como vivir y respirar"...

Anónimo dijo...

muy buen articulo padre; creo que las competencias valorativas son las que hacen en realidad a un profesional integro y util para el verdadero progreso de la sociedad =)

Carlo dijo...

muy buen articulo padre; creo que las competencias valorativas son las que hacen en realidad a un profesional integro y util para el verdadero progreso de la sociedad =)