viernes, junio 15, 2012


El tesoro de la paternidad
AGRADECIMIENTOS ENTRAÑABLES
Hay momentos en los que uno se encuentra con grandes deseos de agradecer. Son instantes que llegan sorpresivamente cuando nos detenemos en medio de los avatares y vicisitudes de la vida y la mente se llena con los recuerdos de tantos tesoros recibidos de tanta gente buena que ha pasado a nuestro lado. La Providencia nos sorprende con esos regalos que no nos merecemos.
Es también la maravillosa experiencia poder contemplar rostros alegres y llenos de esperanza que tonifican y elevan nuestro ser, motivaciones de personas que siempre han tenido el deseo de hacer felices a los demás, a pesar de los contratiempos y dificultades de la vida,  y  se esfuerzan en sonreír, en dar la mano y en ser apoyo para los demás.
Con la presencia de la gente que sabe querer, los problemas se disipan, todo  se ve más fácil, al menos más asequible, porque esas personas dejan en nuestros oídos palabras que son una verdadera inyección de optimismo que nos animan y nos alegran. 
Cuánto bien hacen a una sociedad los que se esfuerzan por hacer las cosas bien y consiguen estar unidos en los caminos correctos. Es la amistad de la unidad en la rectitud y la honradez, que hace amable y cordial a la persona, al mismo tiempo que la fortalece. No son los acercamientos melifluos de quienes, con mil argucias, buscan sacar provecho a sus relaciones con los demás, dejando una estela de irreverencia hacia lo  correcto y sano, para ganar las “simpatías” de quienes están con la moda o con posturas de consenso políticamente correctas pero lejanas a la virtud.

Gracias a la familia
En la sociedad tiene más valor  una familia unida que mil proyectos sociales. El principal proyecto de cada persona es su propia familia. Querer al prójimo próximo es un grato deber que es recompensado por las mismas personas buenas que saben corresponder. Los vínculos familiares refuerzan las amistades. Una amistad no es buena cuando va contra la casa. La verdadera amistad es consecuencia de un amor ordenado. No se puede ser amigo si no se quiere a la familia. Todos debemos estar agradecidos por la familia, aunque esté rota y se encuentre en una crisis existencial. Si la familia está deteriorada, hay que arreglarla y no huir.
Cuando la familia no está bien se deben poner los medios para que sane. Siempre se puede recuperar la salud de todos y eso depende de las disposiciones de las personas.  Todos deben contribuir a la reconstrucción de un hogar, tal como se reconstruyen los monumentos históricos más emblemáticos.  Si se pone tanto énfasis en los patrimonios culturales, más énfasis se debe poner en la unidad familiar que es de más riqueza para la sociedad que un monumento o el recuerdo de un campeón que destacó dejando en alto el nombre de un país.
La unidad que se forja desde los inicios en la formación de una familia, se debe cuidar y fortificar.  Las batallas ganadas para que la familia vuelva a caminar se convierten en un  recurso de primer orden para el progreso social. La sociedad entera debe agradecer a las familias que están unidas porque son una gran contribución para toda la sociedad. Una familia unida difunde una energía de amor solidario y comprometido que da seguridad y paz.
Las familias unidas suelen ser agradecidas. El agradecimiento es una manifestación de salud. De allí el refrán:  “es de bien nacidos ser agradecidos”  El agradecimiento es la inspiración más fuerte para el artista y el escritor.  En cambio la ira y el odio distorsionan la comunicación y muchas veces la envilecen. El que respira odio posee fuertes sentimientos de venganza y grandes resentimientos. La rebeliones que surgen de allí producen golpes y heridas a los demás. Lo vemos  hasta en los hogares cuando la sociedad está desordenada. Cada día son más lamentables los episodios de violencia familiar.
Otra es la imagen de la persona agradecida que canta a la naturaleza expresando su gratitud y trata a los demás con una exquisita delicadeza. Le está diciendo a los demás, con una profunda sinceridad: ¡que bueno que existas!  Agradece siempre la existencia y cercanía de los demás.
La verdadera gratitud es  un constante  agradecimiento a la vida y a las personas. Es un decir:  doy gracias por vivir, porque me puedo encontrar con personas muy buenas y valiosas.  Es un amor que va creciendo de día en día por la simple aceptación de la realidad de los seres que debemos amar. Como dice el Papa Benedicto XVI: Dios ha creado el mundo para hacer con el hombre una historia de amor.
Dice la Escritura: “De la abundancia del corazón habla la boca”  Qué fácil resulta  hablar y escribir cuando uno se siente agradecido al reconocer tantas cosas buenas que vienen por el amor a las personas.

Gratitud a la paternidad
Entre las múltiples manifestaciones de agradecimiento que una persona puede hacer en la tierra hay una que ocupa un lugar importante en el corazón:  agradecer la paternidad. El padre es el que trae, cuida, conserva y dirige.  Lo que nos llega es gracias a una paternidad (divina y humana), quien nos cuida y nos da seguridad es la fortaleza de la paternidad:  que al hijo no le pase nada, se conserva lo que viene de atrás y se debe trasmitir hacia delante:  “viejo mi querido viejo, ahora ya caminas lento…” dice la letra de la canción de Piero, la lentitud de andar paterno es el stop que nos encontramos en las correrías de la vida para detenernos y saber que vale mucho el tiempo dedicado a la veneración paterna.  En la conservación de los valores está la mejor dirección de la vida, por eso se dice que el padre también dirige.  No es la dirección de una imposición autoritaria es la dirección de una tradición de amor.
Del corazón de cada persona debe brotar, con una decisión franca y espontánea un:  ¡Gracias papá!
Agradecemos sus comentarios



1 comentario:

Anónimo dijo...

Ciertamente la gratitud es la esencia de las relaciones interpersonales, familiares, sociales, laborales o de cualquier indole que trabemos a lo largo de la vida. Pero donde debe brillar es en el hogar como se dice "la caridad empieza por casa", aun cuando la familia sea disfuncional o rota esa es una de nuestras tareas prioritarias de vida trabajar por su reconstruccion, reintegracion en lo familiar y espiritual.
Ángel