Romper esquemas
obsoletos
¡QUIERO
LÍO!
Con
mucha fuerza el Papa Francisco exhorta a los jóvenes en Brasil para que se
enfrenten a todo lo que sea mundano y recuperen el sentido cristiano de la
sociedad. Los lanza a que vayan por delante y con valentía lleven a Cristo por
todos los caminos.
“¡…quiero
que se salga afuera, quiero que la Iglesia salga a la calle, quiero que nos
defendamos de todo lo que sea mundanidad, de lo que sea instalación, de lo que
sea comodidad, de lo que sea clericalismo, de lo que sea estar encerrados en
nosotros mismos…!” (Papa
Francisco, Brasil, 25 de julio de 2013).
San
Josemaría Escrivá en las reuniones multitudinarias que tenía con los jóvenes
los lanzaba a meterse por todos los ambientes: ¿Allí donde están los intelectuales? Sí –respondía él mismo, allí donde
están los intelectuales… y donde están los campesinos con sus manos cayosas…
¡sois Cristo que pasa sin hacer ascos!...” (S.
Josemaría, Buenos Aires, 1974). Decía que había que poner a Cristo en la cima de todas las
actividades humanas y que había que darle la vuelta al mundo como a un
calcetín.
El
Beato Papa Juan Pablo II, que será
canonizado este año, empujaba a miles y millones de jóvenes a llevar a
Cristo por todos los continentes. “¡No tengáis miedo!” decía con fuerza, “¡Abrid las puertas del Corazón
de par en par a Jesucristo!... ¡Él es el camino, la Verdad y la Vida” (Juan Pablo II, 1985)
¿Por qué los Papas y los santos nos empujan a la calle?
Porque
hay una temeraria pasividad o comodidad de muchos católicos que no hacen nada
frente a situaciones de violencia e inmoralidad que están invadiendo el mundo y
que afectan principalmente a los más jóvenes.
Muchos
católicos se acostumbra a ver a chicos y chicas borrachos los fines de
semana en las discotecas, o cuando van a las playas de campamento y llegan a
sus casas al día siguiente después de una noche de juerga; y no dicen nada
cuando algunos piensan que esos desarreglos son normales y que son etapas de la
juventud por las que debe pasar.
Hoy
se puede observar, en muchos hogares,
que los chicos, que no tienen ninguna
experiencia, exigen de sus padres los permisos para estar en “reuniones”
con sus amigos, donde corre fácilmente el licor y la droga y de donde se
desprenden ambientes fáciles para las relaciones sexuales. Un católico ¿se puede quedar
parado y no hacer nada?
Cuando
los accidentes se multiplican por efecto del licor y mueren fácilmente jóvenes
que regresaban de una fiesta; ¿se puede decir que estaban en su derecho y
que murieron en su propia ley? ¿eso debe continuar así? ¿se arregla con un chofer que no haya
tomado? Eso nadie se lo
cree. Los accidentes continúan a la vista y paciencia de todos.
Estamos
analizando situaciones reales del presente que claman al cielo, no estamos
haciendo consideraciones religiosas. Pero acaso ¿no es lógico que el católico que ama a Dios de verdad, intervenga,
para que se eviten estas situaciones y esas muertes precoces?
Cuando
se ve que aumenta la violencia en las calles y también en las casas, y el número de muertes crece por culpa de personas
desadaptadas, cuando las barras bravas se
convierten en hordas de delincuentes, cuando los abortos se multiplican, o van
naciendo hijos de madres solteras que vienen al mundo por violación de unos
libertinos, cuando la familia se deteriora y muchos ya no tienen casa, los
católicos ¿se pueden cruzar de brazos, cerrar los ojos a la realidad y no decir
nada?
Cuando
se ve claramente que hay corrupción en la
política, en las autoridades, en algunos periodistas y en algunas empresas….
los católicos ¿ pueden quedarse callados y no intervenir?
¡Espero lío!
El
Papa nos pide romper esquemas para que todos salgan a las calles, a resolver
estos problemas y conseguir que la sociedad sea cristiana. Muchos católicos
tienen miedo de cambiar de mentalidad, les parece que deben seguir como
siempre, se contentan con lo que hacen sin darse cuenta que con esa actitud
están poniendo dificultades para que todos salgan a la periferia. Con su insensibilidad para esta misión
hacen como el perro del hortelano, que
ni comen ni deja comer.
La
mentalidad del que quiere conservar un sistema obsoleto, es una cortedad del
que ha perdido o está perdiendo el sentido sobrenatural y posee solo un “sentido
común” antiguo, que no responde al presente. Un carro de los años 50 puede ser
muy bello pero es peligroso que continúe circulando en la carretera.
“A quienes sueñan con una doctrina
monolítica defendida por todos sin matices, esto puede parecerles una perfecta
dispersión. Pero la realidad es que esa variedad ayuda a que se manifiesten y
se desarrollen mejor los diversos aspectos de la inagotable riqueza del
evangelio” (Papa Francisco,
Evangelli gaudium, n. 40).
Si
crece el amor a Dios en una persona su conducta es “como un río que se sale de
madre” (Mons. Álvaro del Portillo, 1987) e invade todos los campos para
enriquecerlos. Para esto hay que dejar la comodidad y muchas cosas buenas que, en una misión de esta naturaleza, se
convierten en estorbo.
“La guerra la ganan los soldados cansados, que llegan sucios y rotos
habiendo abandonado la mochila, los
macutos, los binoculares, las armas…” (San Josemaría Escrivá, Catequesis en España, 1972). Es el abandono de todo lo que resultaba pesado para estar
ligeros. El que quiera salir hoy a la periferia debe abandonar muchas cosas
para dedicarse totalmente a esa misión.
San
Josemaría insistía en el carácter divino de la misión. Es Dios el que envía y
hay que estar sometidos a su plan: “no somos personas que nos juntamos a otras
para hacer una cosa buena, eso es mucho pero es poco, somos apóstoles que
cumplimos un mandato imperativo de Cristo”. No hay más que repasar los
evangelios, allí está todo.
“Cada vez que intentamos volver a la
fuente y recuperar la frescura original del evangelio, brotan nuevos caminos,
métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras
cargadas de renovado significado para el mundo actual. En realidad, toda
auténtica acción evangelizadora es siempre nueva” (Papa Francisco, Evangelli gaudium, n. 11)
Los
evangelios traen desde la antigüedad la palabra de Dios y cuando se aplica todo
se renueva. Ser fiel al evangelio es tener apertura para los cambios que se
producen en las personas y en la sociedad, a través del tiempo.
Del
evangelio se desprenden innumerables caminos y toda una creatividad maravillosa
que el Espíritu Santo suscita en los hombres. Nadie puede coger el evangelio, que es dinámico y trasformador, para
convertirlo en una estructura monolítica y uniforme. La seguridad que otorga la
Sagrada Escritura y la Iglesia no consiste en una “prudencia” que lleva al “quietismo”
de la no intervención, sino en la “energía” y dinamismo que recibe el hombre
para anunciar la palabra de Dios con audacia y valentía, a pesar de los
contratiempos y con esperanza en la promesa de Jesús: “Yo estaré con ustedes hasta el
final de los tiempos” (Mt,
26)
San
Josemaría jugaba con palabras para romper esquemas y transmitir criterios que a
ojos humanos parecían locuras; con
urgencia repetía que había que “ir de prisa, estar de vuelta y saber
trigonometría” (San
Josemaría Escrivá, carta a sus hijos, 1937). Era como decir: no
pierdas el tiempo en objetividades, teorías, o reglamentos… cuando hay ¡mucho
que hacer!, ¡cuando las almas nos están esperando!
Es
lo mismo que ahora el Papa Francisco apuntala con gran acierto.
“más que el temor a equivocarnos, espero
que nos mueva el temor a encerrarnos en las estructuras que nos dan una falsa
contención, en las normas que nos vuelven jueces implacables, en las costumbres
donde nos sentimos tranquilos, mientras afuera hay una multitud hambrienta y
Jesús nos repite sin cansarse: ´dadles
vosotros de comer´” (Mc 6,37), (Francisco,
op cit. n. 49).
Es
hora de dejar de lado esos mecanismos, formalidades
o sistemas, que tienen como finalidad ejercer un control sobre otros
tratando de buscar un rendimiento más efectivo. Ahora importan las almas con
sus particularidades. La cabeza de todos debe estar en las almas que están
esperando la mano del apóstol, o misionero, como
le gusta decir al Papa, para que lo acerque a Jesucristo que lo está
esperando.
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