viernes, enero 16, 2015


Libertad de expresión, xenofobia y violencia
EL ODIO Y LA BURLA

Muchos odios del mundo tienen su origen en las mofas y burlas hechas con el afán malicioso de reírse de una persona, de una institución o de una religión.

Es importante precisar que todo ser humano tiene en su naturaleza, dañada por el pecado, una tendencia al sarcasmo que debe corregir con la educación. Es una tendencia unida a la exaltación del yo, que funciona, en muchos casos, como un recurso, bajo, para “salir adelante” por encima de otros. Es como el mitómano que utiliza la mentira como un recurso habitual para “seguir adelante”, casi no es consciente de ese desarreglo de conducta, miente y sigue su vida como si no pasara nada; lo mismo ocurre con el burlón habitual que no se corrige.

El burlón suele ser un hombre vanidoso que quiere destacar sobre los demás señalando algo negativo de otro para  reírse de él y al mismo tiempo minimizarlo.  Su chacota le parece muy graciosa y acertada para obtener un triunfo frente a los que se ríen al ver el ingenio de clavar un dardo ridiculizante en su víctima,  que queda herida y mal parada.

Habría que agregar que todos los seres humanos tenemos dentro un hombre burlón que es más malicioso que gracioso. Ese hombre al enconar a su rival, desde su posición, se siente fuerte y con derecho a despreciarlo y a utilizarlo para la diversión de sus “amigos”.

El triste burlón suele meterse con una persona que no es de su simpatía, su cabeza está tan infectada con la ocurrencia genial, que se cree muy gracioso y acertado con el sarcasmo, sin que le preocupe la persona que va a sufrir las consecuencias de su desafortunada intervención. La víctima percibe al instante el desafecto de su atacante.

El burlón líder motiva además la burla de los que celebrarán la chacota. Muchos de ellos participarán del bulling haciendo cargamontón porque están en grupo; solos no se atreverían a intervenir, son cobardes. De esa manera condenaron a Jesucristo en la Cruz.


El bajo nivel de la burla

Es cierto que, al margen de la vanidad, existen personas que utilizan la burla como un mecanismo de defensa, cuando no saben cómo actuar o qué responder.  

En los ambientes donde falta una formación cultural, y hay además  poca calidad en las relaciones humanas, por ausencia de virtudes, abunda la burla y la chacota; originándose además, un afán de competividad con retos irónicos entre unos y otros, en tonos groseros y zafios, cargados de malicia y agresividad.

La burla que en nuestro país se llama cochineo, aunque ahora se emplea el nombre gringo de: “bulling” es un mal social que se debe eliminar de raíz.




La burla que motiva el odio y la venganza   (ref. Luis del Pino)

Es lamentable lo que ha sucedido en París hace unas semanas. Me refiero al atentado contra Charlie Hebdo donde perdieron la vida muchas personas. Algunos han calificado este acto terrorista como un ataque a la libertad de expresión, y han abogado por reproducir las viñetas anti-musulmanas de Charlie Hebdo, como manera de responder al ataque terrorista.

Estamos en un caso donde la burla provoca el odio y la intervención violenta de los que se sienten afectados.

No se puede llamar libertad de expresión a la burla ridiculizante y maliciosa de algo sagrado. Todos tenemos derecho a ser respetados en nuestras costumbres y creencias. También en los distintos modos de ser u opciones que se elijan para la vida. La libertad de expresión no incluye el derecho a celebrar con chistes sarcásticos lo que una persona o un grupo respeta y venera.

En el caso de Charlie Hebdo está claro que independientemente de lo hiriente o despreciable que fuera la revista burlona, ese ataque ha sido terrorista  y por lo tanto es injustificable, y los perpetradores deberían ser perseguidos y castigados con la máxima dureza posible.

Sin embargo el ataque no podría nunca ser calificado como un ataque contra la libertad de expresión, porque la libertad de expresión no puede incluir, la incitación al odio, ni la sistemática humillación de ningún grupo humano, ni mucho menos la defensa de la violencia contra personas.

Se trataría de un asesinato despreciable e inhumano, de un ataque terrorista, de un crimen ideológico, pero no de un ataque a la libertad de expresión.

Publicar viñetas en donde aparece la cara de Mahoma con una bomba como turbante no es otra cosa que llamar terroristas a todos los musulmanes, es decir, incitar al odio contra el musulmán por el simple hecho de serlo. Y pintar chistes burdos y ofensivos donde a los musulmanes se los presenta sistemáticamente como incultos, violentos y fanáticos, es humillar de manera gratuita a todo un colectivo.

La libertad de expresión no ampara todo. Yo no puedo insultar a mi vecino porque me dé la gana, no puedo imputar a nadie hechos delictivos o deshonrosos que no sean ciertos, porque sería un delito de calumnias; yo no puedo humillar o predicar odio contra ningún grupo humano por cuestiones de raza, sexo o religión, porque estaría vulnerando los derechos constitucionales de otros.

Burlarse de los judíos o hacer chistes sobre las cámaras de gas no es libertad de expresión, sino una ofensa gratuita que ataca la libertad religiosa de los judíos.

Desnudarse en la Basílica de San Pedro o hacer viñetas obscenas sobre la Virgen María no es libertad de expresión, sino una ofensa gratuita que ataca la libertad religiosa de los católicos y, de la misma manera, pintar un cerdo en la pared de una mezquita o publicar chistes riéndote de las creencias de 149 manifestantes asesinados en Egipto no es libertad de expresión, sino una ofensa gratuita que ataca la libertad religiosa de los musulmanes.

Así que, el ataque terrorista contra Charlie Hebdo puede ser una canallada infame, pero no es un ataque a la libertad de expresión.

Libertad de expresión es poder decir lo que pienso... y respetar también lo que piensen los demás, sean éstos ateos, judíos, cristianos... o musulmanes.

La paz del mundo y el buen entendimiento entre los pueblos requiere de personas respetuosas que no abusan de su poder o de los medios que tienen a su alcance para poner en berlina a las personas, a las instituciones o a la religión.

Es urgente eliminar de la sociedad el malicioso cochineo o bulling que nada tienen que ver con la broma sencilla que une y tonifica las relaciones entre los seres humanos. La broma cariñosa y sencilla puede ser una manifestación simpática de amor que hace participar a las personas en los círculos familiares y de los buenos amigos.

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