jueves, enero 08, 2015


Un arma muy poderosa
RECEMOS EL ROSARIO
La Virgen María siempre ha sido, a lo largo de la historia, como la luna que refleja la luz del sol; cuando es de noche y nada se ve, aparece esa lucecita que nos hace levantar la cabeza para mirar la luz que está arriba y con ella poder ver todo lo que está iluminado, y no es poco.
Quienes rezan habitualmente el rosario experimentan en su propia existencia una fuerza interior grande que trasciende hacia fuera de un modo, sereno y apacible;  como el modo de ser de nuestra Madre la Virgen que no se desespera en los momentos más duros y difíciles por los que tuvo que pasar, y persevera cumpliendo con la misión que Dios le dio, alcanzándoles a sus hijos una gran paz.
El sosiego y la paz que se alcanza con el Rosario no es el pacifismo barato de la pasividad.  Aparece como una enorme energía interior que hace vibrar las entrañas por un amor indescriptible que luego trasciende para convertir a las personas en transmisoras de mensajes profundos que son expresados con una fe que mueve montañas.
La constancia en el rezo del Rosario, repitiendo las avemarías, es consecuencia del amor a la Virgen y de la respuesta inmediata de ella ya que “jamás se ha oído decir que alguno de los que han acudido, implorando su asistencia y reclamando su socorro, haya sido abandonado por ella”  Se reza el Rosario pidiéndole a la Virgen fortaleza espiritual para vencer las batallas contra los enemigos de Dios, por eso se dice que el Rosario es un arma muy poderosa. Del rezo lleno de fe y de amor por la Virgen sale esa energía trasmisora que es un fuego de ardiente caridad que transforma a las personas.
Cuando vemos que en el mundo crece el mal,  causando estragos en distintos ambientes y dando una sensación de pérdida definitiva,  surge la iniciativa de la Virgen María para darle la vuelta a las cosas a unas velocidades increíbles. Se dice que Ella es el atajo o el camino más corto para llegar a las metas más altas.

Los enemigos de Dios
Los enemigos de Dios, secundados por los que han perdido la fe, siembran la duda y la confusión haciendo creer a la humanidad que la religión ya no es importante porque ha perdido los espacios que tenía, dicen que la Iglesia se está reduciendo a lo mínimo porque ya no hay vocaciones y son cada vez menos los que acuden a los sacramentos, incluso al bautismo.  Sacan a relucir las estadísticas para confirmar sus aseveraciones.
El Cardenal Ratzinger decía hace unos años: “La fe no se mide con una gráfica, no es cuestión de estadísticas…El ser humano comienza siempre de nuevo….”

Ambientes marianos
En los ambientes donde está presente la fe en la Virgen María y el rezo fervoroso del Santo Rosario, existe un continuo renacer a la vida espiritual en personas de todas las edades y de distintos lugares del mundo. No dejan de haber, y cada día son más numerosas, las innumerables peregrinaciones a Santuarios Marianos. La Madre del Cielo cura a sus hijos y consigue conversiones increíbles que los mismos testigos cuentan con una certeza inquebrantable.
Lo que María consigue no lo pueden conseguir los más notables personajes de la tierra con toda su ciencia y su esfuerzo humano. Ella, con su amor maternal, en un minuto, hace creer firmemente al que estuvo totalmente alejado y luego le pide, a ese converso, que sea trasmisor de sus mensajes y su vida cambia por completo. Ella sí sabe conseguir lo que el Santo Padre pide con frecuencia: ir a la periferia para convertir a los que están más alejados.
Es necesario advertir que para que funcione esta arma poderosa del Santo Rosario, se requiere la disposición y el querer del que va a recibir la primera gracia y el estado de gracia del que lo reza de un modo habitual. La presencia actual de la Virgen, a la hora del rezo, eleva la certeza en la petición y da alegría al corazón. Por eso vemos un entusiasmo desbordante en los que rezan bien el Rosario.
El desconocimiento o ignorancia de las virtudes de esta arma poderosa les hace pensar a los tibios que se trata de un rezo monótono, aburrido y demasiado largo. Una de las tretas más usadas por el demonio para que los hijos de Dios dejen de rezar el Rosario es empujarlos a la tibieza para que se cansen de rezar y terminen abandonando esta práctica piadosa.
El Rosario nunca pasará de moda porque la Virgen está detrás. En las apariciones que ha tenido con sus hijos ha pedido que se rece siempre el Santo Rosario para pedir por la paz del mundo y por la conversión de muchas personas. Así ha ocurrido a lo largo de los siglos. En recordado Papa San Juan Pablo II al inicio de su pontificado dijo con fuerza, y pegando con el puño en la mesa, ¡la Virgen lo conseguirá! Y pudo darle la vuelta al mundo en muchos temas que la Iglesia y todos los cristianos reconocemos.
Para este año recién empezado un gran propósito podría ser pedirle a Nuestra Madre que la familia vuelva a sus raíces cristianas. Es urgente que la familia vuelva a ser la célula básica de la sociedad y aquella comunidad de vida y amor, que tanta falta hace.
Recemos el Rosario con más fe y conseguiremos, con conversiones humanas, el resurgimiento de la familia con la unión de muchos hogares para lograr, a la vuelta de los años, la ansiada civilización del amor.
¡La Virgen lo conseguirá!  y nosotros con Ella.

Agradecemos sus comentarios

No hay comentarios.: