miércoles, marzo 04, 2015

Humildad para una disponibilidad inteligente
ESCOBITA NUEVA, ¿barre mejor?

Los cambios o relevos que vemos en los distintos sectores de una sociedad presentan unas características similares que se van repitiendo a través del tiempo. Nada es nuevo bajo el sol y por eso la historia se repite.

La noticia de un nuevo equipo de personas para desempeñarse en unos trabajos determinados capta la atención de la gente y motiva comentarios de toda índole que van desde los más asombrosos y sorpresivos hasta los escépticos y dubitativos o los totalmente indiferentes.

Todo cambio debe apuntar a una mejora para la persona que cambia, para el lugar que deja y para el nuevo puesto que va a ocupar. Quienes determinan los cambios deben ver todo en su conjunto para decidir en conciencia que es lo mejor para todos. También es verdad que los cambios obedecen a determinadas leyes, reglamentos, o incluso costumbres, como por ejemplo la jubilación a una edad determinada o el criterio político de la no reelección.

Los microbios de las ambiciones humanas
Cuando el egoísmo o las ambiciones humanas se meten para dejar u ocupar puestos o lugares, todo se distorsiona, porque fácilmente entran ingredientes que hieren a las personas afectadas, que muchas veces, para evitar sufrimientos, no tienen reparo en buscar privilegios, tarjetazos, favoritismos, varas, “arreglos”, etc.

Cuando las personas fuerzan las cosas para encontrar situaciones favorables a ellos, es muy difícil que se den disposiciones de servicio para las nuevas tareas que van a desempeñar y al faltar éstas se pierde la alegría y la libertad.

Lamentablemente en todos los sectores de la sociedad se recurre a los “arreglos” de los que pueden influir para favorecer a una persona o a un grupo determinado. Los que piensan más en su propio beneficio que en el de los demás, no dejan de insistir para estar cómodos en un puesto que los favorezca. Nadie quiere ir donde las papas queman.

Buscar lo mejor para uno, en el mundo que vivimos, podría parecer lo más lógico y acertado. El error está cuando no se sabe qué es lo mejor y más conveniente, o cuando no se descubre que es mejor dar que recibir. El amor a Dios y a los demás abre un mundo de posibilidades donde los generosos y abnegados resultan ser los más felices.

Las presentaciones del curriculum vitae
No es lo mismo un clavo clavado en la pared que la pintura de un hermoso clavo pintado en la misma pared. De un clavo se puede colgar algo, de la pintura nada.

Los curriculum son como pinturas que  lucen muy bien. Muchas personas son artistas para presentarse, actúan muy bien, y también son como los candidatos políticos que ofrecen mucho más de lo que pueden dar.

El que se presenta para un puesto coloca en el curriculum que envía, sus talentos y busca con sus ofrecimientos algún trabajo que se adecúe a sus preferencias. Al “yo” lo ubica en un pedestal bastante elevado. El que lee esa magnífica historia se preguntará impertérrito: ¿será verdad tanta belleza?

La ayuda de los amigos
Para conseguir un puesto siempre existen los amigos que ayudan y echan una manito, hablándole al jefe sobre las virtualidades de su pata. Así también se consigue ser candidato para una elección. Se hace lobby y se conversa vanidosamente exaltando las propias cualidades al amigo y éste lo hará luego con el que toma las decisiones, diciéndole  además que su amigo recomendado “nos va a ayudar a todos porque es nuestro amigo”. Así se amarran las cosas para que todo quede “en familia” De este modo la lealtad queda parcializada y la amistad distorsionada. Estas limitaciones los perjudican a ellos, a terceros por las injusticias que se cometan contra ellos y los proyectos que se hagan, con esas complicidades, nacerán torcidos. Lo peor es que no se dan cuenta de esas deficiencias.

El amigo leal es el que quiere el bien honesto y procura hacerlo crecer para difundirlo entre todos. A la hora de trabajar su amor al prójimo lo hace querer con la verdad, para que sus amigos mejoren con él. Es un circuito de amor donde brilla la justicia y el correcto proceder.

El sello de la oficialidad
Los que quieren aprovecharse de los cargos para beneficio propio también presentan las cosas de un modo oficial y de acuerdo con las leyes, de tal modo que todo parezca legal y justo. Así llegan muchos candidatos a ser elegidos. Ellos se presentan como los mejores y por lo tanto “¡todo va a mejorar!” Siempre se ve en los flamantes elegidos las personas capaces de arreglar lo que no pudieron hacer los anteriores: “escobita nueva, barre mejor”

Los que empiezan una nueva gestión anuncian y pregonan cambios y reformas para contentar a los descontentos con régimen o gestión anterior. Suelen  entrar pisando fuerte con nuevos aires. Comienzan con una luna de miel, luego empiezan a desarrollar sus proyectos; después de muchos intentos algunos pocos consiguen un éxito relativo con un gran desgaste que los saca de carrera porque han caído considerablemente en las estadísticas y deberían dar un paso al costado.  Los que no tuvieron éxito y cometieron errores podrían terminar enjuiciados y algunos hasta en la cárcel. Es lo que sucede habitualmente con los políticos. En las empresas puede pasar algo similar.

Los modos correctos de proceder
Los cambios son buenos cuando las personas lo son. La persona buena siempre está dispuesta para servir donde haga falta, salvo que existan serias razones que lo impidan. Todo trabajo exige sacrificio, disposición de servicio y la alegría de ser sustituido por otro cuando las circunstancias lo aconsejen. El que llega a un nuevo puesto debe tener la humildad de reconocer el esfuerzo y el trabajo de los que los han precedido y tratar de continuar las obras que hicieron los anteriores. La disponibilidad no debe ser vanidosa sino humilde y generosa. La historia nos ha demostrado que escobita nueva, no barre mejor.


Agradecemos sus comentarios

No hay comentarios.: