viernes, setiembre 18, 2015


Seguridad ciudadana
CHAPA A TU PRESIDENTE
El título de este artículo, inspirado en chapa a tu choro, parece  una motivación política sin embargo es una advertencia en forma de arenga para prevenir, con tiempo, a los ciudadanos que van a votar en las elecciones del próximo año, de los peligros de una mala elección. Frente al abanico de posibilidades que se nos presenta es necesario conocer bien para no cometer errores a la hora de escoger a los que van a llevar, por unos años, el destino del país.
Como es de suponer, no vamos a mencionar nombres concretos, ni sugerir que se vote por determinado partido o persona. Vamos a poner sobre el tapete los criterios necesarios para una elección coherente, que mire lo que realmente necesita nuestro país para salir adelante,  apelando a la decisión que cada persona debe tomar en conciencia.
Dejemos de lado las promesas de los distintos grupos políticos con los discursos edulcorados de los candidatos que se presentan como la mejor opción y pongamos por delante, las condiciones o criterios que deben tener las personas que  quieren gobernar el país.
No existe el candidato ideal que posea todas las virtudes y cualidades. Todos tienen defectos. Quien se presente puro e inmaculado nos estaría engañando. Tampoco podríamos inclinarnos por el que tiene grandes desarreglos en su vida y mucho menos si los oculta. Todos los gobernantes deben ser honestos y rectos en su proceder, antes y después de la elección.

Quiénes no tendrían condiciones para gobernar un país
Para empezar habría que decir que un gobernante no puede ser mitómano. Si comprobamos que el candidato de turno es un mentiroso, habría que descalificarlo enseguida. El mentiroso compulsivo no puede ser gobernante ni puede tener a su cargo un grupo de seguidores. Haría daño a todos y habría que tacharlo de la lista decididamente.
Tampoco gobernaría bien el oportunista que busca la ocasión favorable para beneficiarse él y los suyos. El afán de medrar se nota en el lenguaje que utiliza cuando se ve que la lealtad es a la dádiva y a la prebenda. Es el que adquiere “compromisos” con los que buscan beneficios particulares, poniendo por encima la argolla y la complicidad, que el bien de la sociedad.
No sería buen gobernante el ecléctico que quiere hacer comer en un mismo plato a perro, pericote y gato. Es falsa la apertura del que llama a cualquiera fijándose solo en un aspecto positivo de su hoja de vida y cierra voluntariamente sus ojos a los aspectos negativos, que no ha corregido, ni quiere corregir. Por ejemplo contar con un buen profesional que está cometiendo injusticias graves con su familia. Se podría contar con él si arregló su situación o está luchando para arreglarla, pero si permanece en lo mismo, no debe ocupar un cargo que exige ejemplaridad de conducta y coherencia de vida.

La imagen del político corrupto
Hoy, urge cambiar la imagen de los candidatos a los cargos políticos. La imagen actual es deplorable. La ciudadanía no debería aceptar a personas que después terminan en la cárcel por una actuación vergonzosa. No es nada bueno que la ciudadanía no tenga más remedio que resignarse a votar por el menos malo. Si no hay una reacción rápida para cambiar esa mentalidad seguiremos encontrándonos en las elecciones con candidatos que buscan acomodarse bien para beneficiarse ellos y sus seguidores, dejando al país atrasado y con muchos elementos de corrupción, que no terminan de eliminarse.  La corrupción es muy cara, es inmoral y perjudica a todos. Y esto es lo que ha estado pasando en los últimos años: unos malos gobernantes y como consecuencia una sociedad alterada por los desórdenes morales de las personas: familias rotas, aumento de los vicios, inseguridad ciudadana, ataques a la vida.
Reacción ciudadana
Cuando los ciudadanos ven que la justicia no llega, aguantan hasta cierto límite, luego toman la iniciativa y arremeten como pueden con distintas manifestaciones de violencia. Últimamente se ha difundido una campaña popular para capturar a los ladrones y lincharlos, dándoles una buena paliza.  En distintos sectores de la sociedad se motiva a las personas diciéndoles: “chapa a tu choro”. Es el pueblo harto de la pasividad de las autoridades que toma la justicia por sus manos para eliminar la delincuencia.
Ahora, cara a las elecciones presidenciales, vacunados con las gestiones anteriores que han estado repletas de choros, es necesario que cada ciudadano se esmere en chapar a un buen presidente.  A uno que ponga orden y disciplina para poder vivir en paz y de un  modo correcto.
El programa de gobierno debe ser: amor a la vida, con una defensa en todos los campos, amor a la familia para asegurar un sano ambiente de cariño para la educación de los hijos y los medios necesarios para formarlos adecuadamente y revertir malformaciones como el afecto al alcohol y a fiestas semáforo donde todo vale permitiendo que las diversiones juveniles se conviertan en verdaderas orgías donde junto con el alcohol corre la droga y el sexo fácil, y donde los excesos de los horarios con amanecida,  provocan muertes tontas y graves desarreglos en los hogares.
Es triste ver un espectáculo juvenil de chicos y chicas entregados a unas diversiones inmorales de un modo compulsivo y piensen que están en su derecho y que nadie se lo puede impedir. La mentalidad de creer que las fiestas deben empezar cerca de la medianoche y terminar al amanecer no corresponde a una cabeza coherente y responsable.  Pensar que los viajes de promoción escolares deben ser viajes de juerga y festejo descontrolado, es permitir un estilo de vida donde el desparpajo y el atrevimiento tienen cabida. La carcajada destemplada y el vómito de la indigestión no pueden ser un recuerdo alegre de lo ¡bien que la pasaron! en esos días especiales del viaje de promoción. El permisivismo de los padres de familia avalado por directivos de colegios donde no existen criterios claros y coherentes para manejar las cosas, es algo que ya no se puede permitir. 
De idéntico modo proceden los gobernantes que se preocupan más en quedar bien y contentar a todos que conseguir el bien para todos.
Se hace urgente chapar a un presidente valiente que ponga en orden al país dándole prioridad a la educación de los niños y jóvenes con los valores morales que están faltando.

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