sábado, diciembre 26, 2009

Empezar el año

Prioridades en la agenda (para el año nuevo)

EL MEJOR EMPLEO DEL TIEMPO

Cuando se empieza un año deseamos que todo huela a nuevo como la agenda que estrenamos. Al mismo tiempo quisiéramos dejar de lado muchas cosas que nos cansan y que nos parece que están demás y acertar en un mejor empleo del tiempo y en una correcta jerarquía de valores para el nuevo año que iniciamos.

Cualquier persona con ideales proyecta unas metas concretas y pone los medios para alcanzarlas. Antes debe ver bien si sus aspiraciones son correctas y acertadas, si van de acuerdo a lo que es y a lo que tiene, (sus posibilidades), y luego que apunten al cumplimiento de los compromisos familiares, laborales y sociales. Siempre hay un papel que cumplir con la familia y con la en sociedad.

Una de las condiciones para poder emplear bien el tiempo es estar dispuestos al sacrificio, y a la lucha para ser buenas personas (buenos hijos, buenos padres, buenos profesionales, buenos ciudadanos). Sin esfuerzo y sacrificio no se logran esas metas que están en la base de la idoneidad de cualquier ser humano.

El sacrificio para poder cumplir los compromisos es un ejercicio de la libertad que debe dirigirse siempre al bien más alto, para acertar con una jerarquía de valores correcta. Se trata de elegir el bien superior sin temores ni vacilaciones y con la conciencia clara: “lo elijo yo porque me da la gana”, para obtener como consecuencia, la paz y la alegría que no podían venir por otro camino.

El mal empleo del tiempo (paradojas absurdas)

No puede ser libre y feliz el que emplea el tiempo en algo que le perjudica como persona y le resta puntos frente a los demás.

El egoísta que se convierte, sin darse cuenta, en un glotón del tiempo y lo emplea exclusivamente para sus cosas, tarde o temprano se verá fuera de juego en los ámbitos familiares, laborales o sociales.

El holgazán que emplea demasiado tiempo para su descanso y se acostumbra a vivir sin mayores exigencias buscando siempre la comodidad y el confort, también se verá desacreditado por los demás.

A la gran mayoría le puede parecer que ellos no son egoístas ni holgazanes porque piensan que se están esforzando en el cumplimiento de sus deberes. Exigen, por lo tanto, tener derecho a un merecido descanso, que además lo consideran sagrado.

Es necesario advertir que las complicaciones de la vida no vienen solo por el mal empleo del tiempo, sino por el grado de importancia que le damos a las cosas que hacemos. El ambiente de informalidad que vivimos en un mundo relativista ha generado dedicaciones que afectan a una correcta jerarquía de valores en el empleo del tiempo, que son justificadas con “razonamientos” voluntaristas.

Muchos jugadores, que han caído en la ludopatía, perdieron antes la conciencia de una correcta jerarquía de valores para el empleo del tiempo.

No es razonable que una persona diga que no tiene tiempo para Dios (ir a Misa, rezar), o para la familia (conversar y aconsejar a los hijos) y al mismo tiempo dedique horas a sus actividades lúdicas (fiestas diversiones) y luego a dormir en exceso.

No es muy difícil darse cuenta del deterioro de las costumbres sanas en las sociedades actuales, que se van convirtiendo, cada vez, en más peligrosas.

Es importante advertir que nadie es inmune al contagio. No se puede negar que en estas épocas han aumentado los excesos de una vida nocturna y el empleo de los fines de semana para dormir toda la mañana.

Es un desorden que tarde o temprano perjudica a la vida de familia (ausencia en la casa y minusvaloración de las actividades familiares) y a los compromisos cada persona debe tener con Dios (el Domingo es el día del Señor y debe ser fundamentalmente para El). En definitiva, el tiempo es de Dios y no nuestro. Nadie mejor que Dios ordena nuestro día.

Ajustemos los relojes y las agendas para empezar un año con un mejor orden en el aprovechamiento del tiempo. Estas exigencias aumentarán nuestra alegría y felicidad en el cumplimiento de nuestros compromisos.

¡Feliz Año 2010!

No hay comentarios.: