jueves, noviembre 03, 2011

La triste repercusión de un culebrón mediático

LAS VERDADES Y LA VERDAD

La prensa amarilla siempre nos tiene embelezados con historias tejidas con medias verdades y pasiones humanas exaltadas por resentimientos que nunca se curaron. Utilizan todo para “hacer noticia” con tal de vender y crear expectativas que son motivadas más por el morbo que por un interés social.

Los periódicos y los noticieros de la televisión hacen eco de su veracidad y honradez, sin embargo las grandes mayorías están convencidas de que mienten. A muchos periodistas no les importa la verdad o la mentira, con tal de llegar a las masas e influir en ellas. Algunos hasta calumnian atentando fácilmente contra el honor y la dignidad de las personas.

En el mundo existe una conducta llamada correctamente política y un consenso llamado “verdad mediática” creado por la prensa y los medios de información, con un influjo poderoso en la opinión pública. Suelen ser dos formas modernas que admiten la mentira, defendiéndola y protegiéndola, como si fuera una verdad. Lamentablemente muchas personas son conducidas por derroteros falsos y peligrosos como si fueran caminos correctos.

Todo esto ocurre cuando se pone en circulación el sofisma o cuento chino de que existen varias verdades y que cada uno puede tener la suya. Un sencillo razonamiento filosófico podría aclarar, sin mayores profundidades, que la verdad es una sola. Si los hombres tenemos dos ojos nadie puede afirmar que tenemos tres o diez, sin que mienta. Solo dice la verdad el que está con la verdad. La verdad manda. El que está en la mentira no tiene otra verdad, está en el camino equivocado y debe rectificar.

El que está con la verdad no es un arrogante, soberbio y discriminador por el hecho de tener la verdad y defenderla. Los culebrones mediáticos lanzan siempre conjeturas como quien lanza un anzuelo a ver si pescan ingenuos para que “piensen” como ellos. Si tienen éxito estirarán la “historia” que los hace “creíbles” aunque dañen el prestigio o la fama de personas. Eso no les importa demasiado.

Cuando se discute sobre la verdad la actitud del que no la tiene suele ser agresiva, insultante, irreverente y desafiante. El que la tiene suele ser más bien delicado, fino y bastante más comprensivo, aunque tenga que sufrir situaciones adversas de violencia. Jesucristo que decía “Yo soy el camino, la verdad y la vida” no reaccionó con agresividad cuando fue maltratado y violentado. En la historia hay muchos testimonios heroicos de personas que han defendido la verdad dando sus vidas.

Sin ir muy lejos, en los últimos días han estado meciendo a los limeños con una historia que nunca terminaba y que llenaba los titulares de todos los medios. Era una “investigación” que buscaba una verdad desconocida para todos, con afirmaciones irresponsables que herían a personas que parecían implicadas en delitos graves, creando un ambiente controvertido de inseguridad y sospecha en la opinión pública.

Era realmente penoso todo lo que llegaba sobre la conducta de los protagonistas de una triste historia a través del poder mediático. Estaba claro que la intención de fondo del periodismo amarillo era escandalizar para vender, ellos insisten en“blanquear” la imagen diciendo que buscan siempre la verdad.

Al final, nadie debería afirmar que los protagonistas reales de esa historia eran personas ejemplares y dignas de ser imitadas. Lo que han hecho o lo que han dicho ellos, aunque los medios carguen las tintas de acuerdo a sus indagaciones y conjeturas, no puede ser considerado como correcto. Hay muchas equivocaciones en el camino.

El escándalo mediático vende

Hay que tener en cuenta que hoy, para los medios, si los enamorados se portan bien y los padres se llevan bien con los hijos y con los enamorados de los hijos, la historia no tiene gracia. La gente tiene que portarse mal para que tenga un interés periodístico. Deben aparecer los vicios: borracheras, drogas, sexo escandaloso, asesinatos, amenazas, odios, violencia, para que sea interesante.

La verdad es que en esta historia todo es triste. Dos enamorados bastante desorientados en cuestiones elementales de la vida, que no parecía que se querían tanto, tenían entre ellos distancias y peleas, las familias no se trataban y parecían enemistadas; los compañeros de clase guardaron silencio.

Qué pena que un padre no quiera a la enamorada de su hijo y hasta sospeche de ella. Nada de lo que sale es ejemplar, sin embargo el poder mediático crea un líder que hace declaraciones como si poseyera una gran experiencia en educación familiar, crea también en la víctima una imagen de “ángel bueno”, solo porque cayó y murió, y por otro lado deja la sospecha de que fue asesinado, creando otra imagen, la de una mujer egoísta y fría, que además era la enamorada pero parecía más bien la asesina.

Hay muy poco que rescatar en esta historia tal como nos la cuenta el periodismo. Es un caso más, y muy penoso, entre otros similares que no han tenido una repercusión mediática de ese calibre.

Si sucesos como este se repiten en la vida, habría que ver qué se hace para corregir los errores. La conclusión no puede ser solo la identificación de todo un pueblo unido sentimentalmente a las víctimas de una historia contada como una telenovela barata. Si todo fuera ficción el pueblo se uniría de la misma manera. El Papa Benedicto XVI decía hace poco que hoy “la grabación de un acontecimiento, alegre o triste, puede ser consumida como espectáculo y no como ocasión de reflexión” (Congreso Mundial de prensa católica, Octubre, 2010).

Conclusiones

La única conclusión que deberíamos sacar es ser más conscientes de la urgencia de rescatar a la familia, para cuidar mejor a los hijos y conseguir que éstos se porten bien.

A todos nos duele mucho que sucedan estas cosas. Nos unimos en el dolor de los que han sufrido pérdidas irreparables y les pedimos que reflexionen para que cada uno vea en qué puede mejorar, para ser mejor prójimo de los demás.

Deseamos, desde este portal, que en los corazones de las personas no queden resentimientos y odios. El éxito y la felicidad de una persona no consiste en derrotar al adversario, meterlo en la cárcel, y cuidar que no salga de allí. La felicidad se tiene cuando se sabe perdonar y se logra hacer el bien, para poder construir, desde la familia, la nueva civilización del amor.

Agradecemos sus comentarios

1 comentario:

Anónimo dijo...

La manipulacion y las campanas psicosociales se programan con el fin de tirar cortinas de humo sobre cuestiones realmente importantes y las mas de las veces logran atraer a la muchedumbre exacerbandole la morbosidad. Frente a esas campanas hay que levantar temas y asuntos importantes para la comunidad y el bien comun constantemente y a todo nivel. Es la educacion para el bien comun es tarea permanente.