jueves, diciembre 05, 2013


Estrategias de los malos periodistas
ESCÁNDALOS FARISAICOS
Se llama escándalo farisaico al que es motivado para buscar una reacción que produzca un conflicto con el fin de atacar y hundir a una persona o a un planteamiento establecido o que se quiera establecer.
Es jugar sucio para sacar provecho, “en río revuelto ganancia de pescadores”, aprovecharse de una situación que es desfavorable para otras personas,  ganar a costa de las heridas ajenas, o provocar contiendas para ver  qué se puede sacar después.
El escándalo farisaico lo suelen utilizar las persona mediocres que buscan ganar las contiendas hiriendo el honor y la fama personas con juicios temerarios o con auténticas calumnias que podrían estar apoyadas por el consenso de un poder mediático, de acuerdo a los intereses de algunos grupos. Se llama farisaico porque es una hipocresía: el que acusa utiliza un poder, no para hacer el bien sino para hundir al adversario. La astucia obedece a una intención malévola: hacer bulla para ganar protagonismo, aunque se perjudiquen otros.
Tiene muy poca calidad moral la persona que busca enfrentamientos para sacar provecho, peor si se trata de una autoridad que por su investidura debería buscar la concordia y los entendimientos entre las personas.

Los malos periodistas
En los últimos tiempos existe un poder mediático que utiliza descaradamente estos procedimientos con la triste política del enfrentamiento o el acorralamiento a las personas, tratándolas como si fueran delincuentes, sin tener pruebas irrefutables para esos maltratos. Tampoco al delincuente se le debe maltratar.
El que “levanta la liebre” o “provoca el incendio”  con intenciones maliciosas,  puede no ver las consecuencias de su nefasta intervención cuando el escándalo se difunde a personas que nada tienen que ver. La persona acusada puede ser menos culpable y hasta inocente si la comparamos con el que propicia el escándalo.
Para botón de muestra basta un ejemplo: Hace unos días un radio local hizo un escándalo acusando a un equipo finalista, en el campeonato descentralizado de fútbol, de querer boicotear la realización del partido en el pueblo donde el equipo adversario había elegido jugar, porque no ofrecía garantías para los jugadores y para el público. Ese estadio está situado a 3,900 metros sobre el nivel del mar y tiene objetivamente muchas deficiencias si se le compara con otros escenarios.
Los periodistas de la radio hablaban en tono de indignación diciendo que el equipo limeño no tenía derecho de rechazar esa cancha y lo acusaban de mover sus influencias para que el ministerio del interior prohíba jugar allí. Armaron un escándalo por la radio para convencer a la gente y llegaran a creer que equipo limeño quería abusar de un equipo provinciano.
El comentador decía: “el tema está caliente, está que saca chispas… con la intención de conseguir más ráting para su programa, creando un clima de polémica entre dos equipos que no están peleados. Además decían, convenciendo a sus entrevistados, que la actitud del equipo limeño le estaba haciendo daño al fútbol nacional.
Los comentarios estaban dirigidos para que la gente se indignara contra el equipo limeño por abusivo y desatinado. Todo lo hacían en base a conjeturas, y luego se descubrió que las cosas no fuero como las presentaban.
Resulta que ambos equipos habían firmado el acuerdo para jugar en ese escenario. Todo estaba ok para que se realizara el partido en la fecha señalada, pero resulta que en ese pueblo había un paro de los trabajadores y el ministerio del interior quitó las garantías por ese motivo. Jugar el otro escenario podría ser favorable para el equipo limeño y para cualquier equipo del mundo, a nadie le gusta jugar a 3,900 metros de altura, pero el tema no era ese.
Los periodistas de marras cambiaron las circunstancias inventando movidas del equipo limeño, pero no tuvieron la hidalguía de pedir perdón, cuando se fueron dando cuenta que las cosas podrían no ser así, se fueron contra el ministerio del interior con los mismos calificativos y exageraciones.
En el programa del día siguiente ellos no habían hecho nada, solo informaban objetivamente como profesionales imparciales, se lavaron las manos como Pilatos. Habría que volver a oír lo que dijeron el día anterior, el escándalo y las acusaciones que hicieron,  ¿Quiénes son los que le hacen daño al fútbol peruano?  Los periodistas ¿no tienen nada que ver?  Son campeones en canonizar a un futbolista sin saber el daño que le hacen y luego no tienen escrúpulo en atacar a dirigentes, entrenadores y futbolistas, de acuerdo a sus criterios. ¿quiénes ganan?  ¿acaso no pierden todos?
El Perú necesita profesionales mejor preparados y autoridades de un nivel más alto. La mediocridad se puede apreciar en las continuas peleas precedidas por las críticas donde se acusan unos a otros. El fútbol necesita llegar al nivel profesional de los países del primer mundo. Las canchas para los equipos de primera división deben tener las condiciones que se exigen a los estadios a nivel internacional. Eso no quita que un equipo de primera por inclusión, labor social y para contentar a las poblaciones alejadas, se vaya a jugar un partido de exhibición en el pueblo más alto de la cordillera andina.
Las personas son las que importan y los jóvenes son el futuro. Todo nuestro esfuerzo debe ir para educar bien a nuestra juventud. Que los chicos no vean peleas, jugadas sucias, sino entendimientos, respeto y concordia. Gente que diga la verdad con delicadeza y no haga alharacas con escándalos.
Agradecemos sus comentarios

2 comentarios:

Jorge Salas Pérez dijo...

Plenamente de acuerdo, creo que también estos escandalos farisaicos estan en nuestra television, en programas que hasta ocurren muertes por este tema tan muy bien analizado, lo felicito y soy su seguidor de tan buenos temas de reflección.
Gracias Padre Manuel.

Felix A. dijo...

Muchas instituciones ven perjudicada su reputación a causa de malos miembros.
El periodismo no escapa a lo que acabo de expresar, más si vemos a diario la manipulación de las informaciones (basta ser testigo presencial de un acontecimiento y ver lo que se publica sobre él, para ver las diferencias entre los medios).
Más lamentable es ver que la actitud de los medios se asimila en el común de la gente. Recuerdo con nostalgia cuando en edad escolar nos decían que escucháramos a los locutores para aprender a hablar correctamente, a leer el diario ... para aprender ortografía y redacción. Que leyéramos los editoriales para diferenciar las noticias de las opiniones (teóricamente, las primeras deben ser objetivas, imparciales, narrativas de los hechos). Hoy vemos un periodismo diferente.
Ojalá que la reciente noticia referente al último puesto del Perú en materia de educación sirva para que nuestras autoridades reacciones y vean de renovar la educación de nuestra niñez y, en consecuencia, renovar nuestro futuro.