domingo, diciembre 28, 2008

Propuesta para el 2009
EL AÑO DE LA ÉTICA

Para que realmente pueda ser próspero el año que empieza debemos esforzarnos todos en ser mucho más éticos en nuestras conductas y en nuestros planteamientos. Es la única manera de remontar los estragos de la crisis y no permitir que ésta continúe destruyéndonos.

Para iniciar nuestra reflexión debemos reconocer que existe en nuestra sociedad permisiva e informal, una ignorancia ética de tal magnitud, que muchos pasan por normal y legal, planteamientos y conductas que deben ser censurables desde el punto de vista ético y moral.

La moral trata del bien en general y de las acciones humanas en orden a su bondad o a su malicia. Las cosas son buenas o malas no por la subjetividad de las personas sino por la objetividad de la ley. Por su conducta (actitudes y planteamientos) se puede decir si una persona es buena y si sus acciones se orientan hacia el bien. Todos tenemos como obligación moral de conciencia hacer el bien y evitar el mal.

La moral, los arreglos y las trampas
En nuestra sociedad relativista está fallando mucho la noción de bien y mal porque el subjetivismo imperante califica de buenas o tolerantes acciones que tendrían que ser censurables por la conciencia moral.

El relativista desea que más cosas estén permitidas y que se reduzcan las prohibiciones, que el hombre aprenda con las experiencias que va teniendo y haga su propio camino de acuerdo a sus convicciones.

Este modo de pensar hace que muchos se encuentren en el borde de la legalidad pensando que si es legal y está permitido, también es ético. Entonces se dan licencias para mover las reglas de acuerdo a las conveniencias personales, estudiando procedimientos para que los asuntos no tengan tropiezos “legales” y así salir airosos de los problemas, pero enterrando al mismo tiempo, los criterios de una conducta moral correcta (“cállate, sigue para adelante y no digas nada…”).

No todo lo que está permitido es moral. No actuamos o hacemos las cosas porque están permitidas o porque sean provechosas. Si un amigo me coloca en un puesto muy importante y muy bien remunerado. Mi aceptación no depende de los ofrecimientos que me hace, sino de mis condiciones y capacidad para poderme desempeñarme bien en ese puesto y ver si realmente debo estar allí o no. La ética me hará tomar una decisión correcta.

Los chicos jóvenes de hoy para defender un planteamiento que les parece correcto dicen: “y qué tiene de malo” como si los planteamientos fueran correctos solo porque no tienen nada de malo. Dormir no es malo pero dormir más de la cuenta, o en las horas que debo trabajar es censurable por la ética. Es muy agradable escuchar música pero hacerlo en todo momento no deja de ser una irresponsabilidad que luego trae consecuencias que perjudican a las personas y a la sociedad. Lo mismo podríamos decir de los juegos. Bailar es bueno pero hacerlo de un modo desordenado, muchas horas y con tragos encima, es algo censurable que debería evitarse. Es necesario formar las conciencias para acertar en las decisiones que se toman cada día.
Portarse bien no es no portarse mal sino hacer las cosas con corrección, de acuerdo a una jerarquía de valores. Muchas cosas buenas se dejan de hacer por la ausencia de una correcta jerarquía de valores.

Conductas correctas
Todos los procedimientos y planteamientos de una persona deben estar dirigidos al bien en general y al bien común, en beneficio de la sociedad a la que se debe servir. Para eso se educa al hombre.

El hombre no debe ser un “tigre” que asalta y se lleva la presa que encontró primero para comérsela él solo, defendiéndose con los sistemas que lo protegen para que lo pueda hacer. El hombre debe pensar en las consecuencias de sus acciones, no para su ganancia o pérdida, sino para el bien de la sociedad en la que vive.

No es ética la actitud de exhibir riqueza en medio de la pobreza o colocarse un sueldo muy elevado mientras otros ganan una miseria, tampoco es ético vender más barato un producto colocándose al lado de la tienda que lo vende más caro para hacerla quebrar, o renunciar a la empresa que me ha capacitado para hacerle la competencia, no es ético robar información, o clientela, o sistemas, en beneficio propio. No es ético quitarle el oficio a un humilde trabajador para darle trabajo a un amigo que no lo necesita tanto. No es ético buscar “lealtades” por el poder o por el dinero. No es ético hacer acepción de personas, haciendo “grupo” o “capillitas” para defender los intereses personales o de grupo.

Decía un famoso moralista Josef Pieper: “Si al salir de mi casa me quito el anillo matrimonial ya le he hecho la primera traición a mi mujer” La ética es una conducta correcta, la alegría de portarse bien, en la casa, en el trabajo y en la calle. El deseo de hacer el bien a todos y de no beneficiarse nunca a costa de los demás. El hombre que busca medrar no es moral y será luego cómplice de las crisis sociales.

En la sociedad debe imperar la teoría de los juegos que suman positivo donde todos los que compiten ganan. No es ético desde el punto de vista social aplicar en la sociedad los juegos que suman cero donde unos tienen que perder para que ganen otros.

Empecemos el 2009 poniendo más énfasis en la generosidad. “Hay mayor felicidad en dar que en recibir” (Hechos, 20,35). Si todos nos proponemos dar de nosotros un poco más el mundo será mucho mejor y nos acercaremos a la meta que nos puso el recordado Papa Juan Pablo II para lograr hacer la nueva civilización del amor:
“es necesario buscar no el bien de un círculo privilegiado de pocos, sino la mejoría de la condiciones de vida de todos” (Juan Pablo II, enero 2003).

¡FELIZ AÑO!

1 comentario:

Anónimo dijo...

La ética y la moral son la base de una sociedad que progresa. Habrái que preguntarse si el problema actual en la franja de Gaza no es sino una consecuencia de flata de ética y moral en los dos pueblos que se enfrentan, hoy la falta se manifiesta con los sanguinarios ataques de Israel, pero en el pasado se manifestó por la actitud de las sectas Palestinas con los actos terroristas provocativos y la desatención de los lideres palestinos a este problema. Si los líderes palestinos hubieran controlado a las sectas extremistas ellos mismos, hoy Israel no tendría el motivo que pretende usar para justificar sus excesos en la frnaja de Gaza.