jueves, marzo 15, 2012

Gorduras que matan

MORIR POR COMER

Siempre han preocupado en el mundo los que se mueren de hambre. Existen todavía lugares donde falta comida y se siguen viendo situaciones dramáticas de desnutrición, sin embargo, gracias a Dios, están aumentado las iniciativas de ayuda para alcanzar alimentos a los más pobres. Si éstas no llegan a todas las poblaciones es porque existen situaciones políticas inhumanas e indignantes que lo impiden. Hoy existen alimentos suficientes para calmar el hambre de todo el mundo, incluso si se duplica el número de los habitantes de la tierra.

Esta vez no trataremos el tema del hambre en el mundo sino el de las personas que mueren por comer. Aunque parezca mentira los números de estas víctimas van aumentando considerablemente en todos los países del mundo, y especialmente en los más desarrollados. Tal vez tenerlo todo a mano y usarlo de acuerdo a las apetencias es más peligroso que no tenerlo. Los que se esfuerzan para comer un plato sencillo suelen tener más salud que los que tienen todos los platos a su merced.

La obesidad se ha convertido, en los países del primer mundo, en la gran epidemia de este siglo.

Muchas personas con sobre peso intentan ocultar su estado, de las miradas ajenas y de sus propios prejuicios y miedos. Algunos se descuidan tanto que se abandonan por completo llegando a situaciones que podrían calificarse de peligrosas.


El que tiene exceso de peso siente vergüenza de su propio cuerpo y suele aislarse de los demás, pensando que ya no tiene remedio. Por eso es necesario que asuma su situación cuanto antes, para poder revertirla. Si ha probado tratamientos para adelgazar y le han fallado, es posible que se sienta inútil, incapaz de controlar lo que le pasa, y no quiera seguir indicaciones.


En la mayor parte de los casos la causa de la gordura se inicia por el consumo excesivo de grasas, frituras, gaseosas, dulces y la escasa actividad física. Si una persona con exceso de peso, no se cuida, aumenta el riesgo de padecer trastornos del sueño, hipertensión, diabetes, colesterol alto, ataques cardíacos, y también tendría que tener en cuenta que la mortalidad por cierto tipo de cáncer aumenta por el sobrepeso.

La cultura de la salud

El mantener una buena nutrición es importante para desarrollar una actividad completa y prevenir las enfermedades. Se pueden evitar o modificar muchas complicaciones si se atiende bien el estado y las deficiencias nutricionales. Es una cultura que toda persona debe tener.

Las personas que se sobrealimentan en respuesta a ciertos estados emocionales viven insatisfechas. En algún momento, tal vez durante la infancia, aprendieron que una comida abundante era la manera de celebrar un evento alegre, o un modo para encontrar placer y así salir de un malestar o de un aburrimiento terrible.

Tener paciencia para un largo tratamiento

El tratamiento de una persona con sobrepeso debe de ser por etapas, ya que no finaliza cuando consigue el peso correcto, sino cuando ha modificado sus hábitos de vida de tal forma que no vuelva a recuperar el sobrepeso. Es necesario que siga con el control de los diferentes especialistas (médico, nutricionista, psicólogo, etc) que lo están atendiendo.

También es necesario que acepte un régimen alimentario adecuado a su estilo de vida. Debe entender que con el seguimiento exclusivo de la dieta no ha resuelto el problema, sino que se trata de un proceso largo, donde debe adquirir hábitos nuevos, que le permitan tener una alimentación equilibrada de acuerdo con sus necesidades.

Es importante que sienta la motivación para perder peso. No es lo mismo que una persona quiera perder peso por razones estéticas que por razones médicas. Cada persona necesita saber en qué medida la alimentación, el consumo de bebidas, los hábitos de evacuación, el sedentarismo, etc. influyen directamente en el sobrepeso. También necesita ejercer control sobre todos y cada uno de los factores que regulan no sólo su apetito, sino también su exceso de peso.

Debe aprender a controlar su ingestión, así como sus hábitos de consumo, sus relaciones sociales, y sobre todo actividades donde hay comida de por medio. Además, los cambios que vaya logrando debe mantenerlos durante toda su vida.

La gula es un pecado que no se puede ignorar. Muchos de los argumentos usados contra el fumar y tomar, se aplican igualmente al comer de más.

El que es incapaz de controlar sus hábitos alimenticios, probablemente también será incapaz de controlar otros hábitos; y así podría caer en situaciones de lascivia, avaricia, ira. Una persona que no controla sus palabras puede caer fácilmente en chismes, murmuraciones o calumnias y estaría en continuos conflictos con las personas. El hombre no debe permitir que sus apetitos lo controlen, sino más bien debería tener sus apetitos controlados.

Dios nos ha bendecido al llenar la tierra con alimentos que son deliciosos, nutritivos y aún placenteros. Debemos honrar la creación de Dios, disfrutando de estas comidas, y consumiéndolas en cantidades apropiadas y con orden.

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